Desde siempre, en todas las épocas, en cualquier lugar del mundo, en cualquier idioma y en cualquier cultura siempre habrá divergencia entre los seres humanos, jamás todos estarán de acuerdo entre si por cualquier idea u opinión porque siempre habrá quien diga que no y otro que diga si a lo que alguien exponga.
Jamás el mundo cambiará porque siempre habrá quien quiera apoderarse de intereses ajenos, siempre habrá quien quiera segar la vida de otro semejante por cualquier propósito negativo, jamás habrá similitud de creencias generalizadas.
El mundo jamás cambiará porque somos seres de diversos gustos y desde ahí comienza el desentendimiento, lo que para algunos es bueno para otros será malo y viceversa.
El mundo jamás cambiará porque si, es cierto que para gustos los colores han sido creados, el negro siempre será negro y el blanco lo mismo, y jamás serán iguales y si se mezclasen, entonces aparecería el color cobrizo, y éste, ni será negro ni tampoco blanco.
La discriminación existe desde siempre, en razas, en fortuna, en poder, en porte sanguíneo, hasta en estatura corporal, nunca habrá exactitud en absolutamente nada y por ello mismo, nunca habrá satisfacción personal, ni de lo propio, ni de lo ajeno.
Bueno sería que aceptásemos ideas de otros haciéndolas nuestras o viceversa, pero eso no puede ser, si acaso, tendremos conformismo por conveniencia, pero siempre estaremos en desacuerdos políticos, económicos y sociales en muchas facetas de la vida.
Las diferencias comienzan en casa y aunque exista amor mutuo en la familia, siempre habrá pequeñas distinciones que motivarán controversias. Igual sucede con el vecindario que nos rodea, la ciudad en que vivimos, el pueblo, Provincia o Estado y en consecuencia el País que habitamos, desde ahí nacen las pequeñas diferencias que se van acrecentando y luego se transmutan a otros países y como una bola de nieve cayendo de la montaña, así van creciendo los diferendos entre naciones, los mismos que, a veces, si no se les pone paro o se llega a negociar, se transforman en guerras, las cuales de todos es sabido que no traen más resultados que muerte, destrucción y desolación, algo que sería talvez en lo que todos estaríamos de acuerdo no padecer, pero si, que padezca el perdedor, aun así, siempre habrá negatividad.
Por eso mismo pienso que jamás el mundo cambiará aunque haya innovaciones, aunque se vaya renovando la tecnología en diversos aspectos, aunque el mundo en algunos sectores se crea refinado, siempre habrá quien no lo esté y por ello mismo habrá desacuerdo con que unos tengan y otros no, con que unos puedan y otros no, conque unos coman bien y otros no, en resumen, conque unos lo tengan todo y otros no tengan nada.
Para erradicar los males del mundo habría que prescindir de la soberbia, la vanagloria, la avaricia, la lujuria, la ira, la gula, la envidia, la acedía, la lascivia, etc. etc. y practicar la humildad, la generosidad, ser caritativos, diligentes, tener templanza, ser pacientes y abandonar la promiscuidad sexual, y sobre todo, amar a nuestro prójimo como nos amamos a nosotros mismos pero claro, estoy escribiendo una utopía, pues nunca podremos conseguir la paz en nuestro espíritu porque por naturaleza el ser humano, aunque reconoce y sabe diferir entre la maldad y la bondad, se quedará en el término medio por siempre y por ello mismo reitero, el mundo, jamás cambiará. Saludo a todos ... Rolmen.
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