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General: Tu y tus dichosos milagros !!
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De: Goncho (Mensaje original) |
Enviado: 25/04/2018 19:17 |
JESÚS VA A UNA CIUDAD Y CUANDO ENTRA EN ELLA VE A UN HOMBRE A QUIEN
RECONOCE. Lo había visto antes. Estaba ciego y Jesús le había curado los ojos. Aquel
hombre iba corriendo tras una prostituta. Jesús lo para y le pregunta.
—¿Te acuerdas de mí?
El hombre responde:
—Sí, me acuerdo de ti, y nunca te perdonaré. Cuando era ciego era feliz, porque
nunca había visto la belleza. Tú me diste ojos. Pues dime una cosa: ¿qué voy a hacer
con estos ojos? Estos ojos se sienten atraídos por las mujeres hermosas.
Jesús no daba crédito. Se quedó perplejo, horrorizado. «Yo pensaba que le había
prestado un gran servicio a este hombre y resulta que está enfadado. Dice: "Antes de
que me dieras ojos no pensaba en las mujeres, ni pensaba que hubiera prostitutas, pero
cuando me diste ojos me destruiste".»
Jesús deja al hombre sin decirle nada; no tiene nada que decirle. Sigue caminando
y encuentra a otro hombre tirado en el arroyo, diciendo cosas absurdas, completamente
borracho. Jesús lo levanta y recuerda que le había dado piernas, pero él también se
siente un poco hundido. Le pregunta al hombre:
—¿Me conoces?
El hombre responde:
—Sí, te conozco. Aunque estoy borracho, no puedo perdonarte. Fuiste tú quien
destrozaste mi vida tranquila. Sin piernas no podía ir a ninguna parte. Yo era una
persona pacífica: ni peleas, ni juego, nada de amigos, nada de bares. Tú me diste
piernas, y desde entonces no he tenido un solo momento de paz, de silencio. Voy detrás
de esto, detrás de aquello, y al final, cuando me canso, me emborracho. Y tú mismo
puedes ver qué me está pasando. ¡Tú eres responsable de la situación en la que me
encuentro! Tendrías que haberme advertido de que si tenía piernas surgirían todos
estos problemas. No me avisaste. Me curaste sin pedirme permiso.
Jesús se asustó tanto que abandonó la ciudad. No fue a ningún otro sitio. Se dijo:
«Quién sabe qué clase de personas voy a encontrarme». Pero al salir de la ciudad vio a
un hombre que estaba intentando colgarse de un árbol. Le dijo:
—¡Espera! ¿Qué estás haciendo?
El hombre respondió:
—¡Otra vez tú! Yo estaba muerto y tú me obligaste a estar vivo otra vez. Ahora no
tengo trabajo, mi mujer me ha dejado porque piensa que un hombre que ha muerto no
puede resucitar, cree que soy un fantasma. No quiere verme nadie. Mis amigos no me
reconocen. Cuando entro en la ciudad nadie me mira. A ver, ¿qué quieres que haga
ahora? Ahora que iba a ahorcarme, ¡otra vez apareces! ¿Qué venganza te estás
tomando conmigo? ¿Por qué no me dejas en paz? Ya no puedo ni ahorcarme. Antes estaba muerto y tú me resucitaste, y como me cuelgue volverás a resucitarme. ¡Estás
tan empeñado en hacer milagros que ni siquiera te importa quiénes tienen que
soportar tus dichosos milagros!
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De: Goncho |
Enviado: 26/04/2018 10:46 |
Cada persona tiene sus propias necesidades, a veces pensamos que fulano necesita de nuestra ayuda pero resulta que al ayudarlo le estamos haciendo mal y no bien.
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De: Rolmen |
Enviado: 26/04/2018 15:34 |
Muy buena historia Goncho, aunque es ficticia está plagada de verdad, hay personas que al hacerles favores se sienten agraviadas, este mundo está loco, solo tomemos en cuenta que si por ahí va un sujeto mendigando dinero, si le das unas monedas te las regresa, el quiere billetes. Lo mejor es no hacer favores, no sea que nos pase lo del cuento jejeje.
Saludos... |
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