LA CAÍDA DE JERICÓ
El mundo antiguo basaba el éxito de su economía en el sacrificio de los más débiles. Igual que ocurre hoy los más pequeños morían, para que los poderosos de la tierra reinaran en la opulencia. Los pueblos amorreos que vivían en Canaán extendieron por el mundo la costumbre de sacrificar a sus hijos a Moloc y otros dioses.
Cuando una pareja sacrificaba a su primogénito, creían que ese dios aseguraba la prosperidad financiera en la familia, y los futuros hijos. Igualmente los ofrecían para prevalecer sobre sus adversarios, y para obtener triunfos en la guerra.
Los demás niños eran violados y prostituidos, como era costumbre en Sodoma, Gomorra, y las demás ciudades a donde llegó este crimen.
Dios envió que los israelitas destruyeran esos pueblos para que su costumbre no siguiera por el mundo, y conquistaran la tierra donde vivían en abundancia.
Su paso por el suelo seco del mar rojo dividiendo las aguas, y la derrota de los egipcios, fue una noticia que ya estaba en Canaan antes que llegaran allí los israelitas, puesto que ellos estuvieron primero durante 40 años en el desierto.
Posteriormente sobre el Jordán los habitantes de Canaan pudieron constatar que el pueblo hebreo llegó dirigido por la fuerza de un Dios muy poderoso, y sabían de su fama y sus hazañas cuando los dioses de Egipto fueron humillados.
Cruzando el Jordán los israelitas acamparon durante varios días en Gilgal; y los cananeos ya sabían que Israel llegaba a poseer aquella tierra, por esto quienes se atrincheraron en Jericó fue gente de guerra, puesto que se trataba de un fuerte militar, y sabían que se enfrentaban a un ejército de gran poder
Josué 6:1 Ahora, Jericó estaba cerrada, bien cerrada, a causa de los hijos de Israel; nadie entraba ni salía. 6:2 Mas Jehová dijo a Josué: Mira, yo he entregado en tu mano a Jericó y a su rey, con sus varones de guerra.
Las siete vueltas que dieron a la ciudad cuando sonaban las trompetas, daban el sobre aviso que caerían en sus manos. Ellos no llegaron a realizar las masacres de infantes que comentan los antibíblicos.
Josué 6:21 Y destruyeron a filo de espada todo lo que en la ciudad había; hombres y mujeres, jóvenes [heb. naar; hombres jóvenes, muchachos que ya habían sido entrenados para la guerra y prestaban servicios en el fuerte] y viejos, hasta los bueyes, las ovejas, y los asnos
En Génesis 15.16 se comprende que Jehová esperó 400 años para hacer juicio contra los amorreos.
Lo típico de las ciudades cananeas es que fueran fuertes militares, es el caso de Jericó y de Hai; porque la población civil vivía en los campos, tal como lo demuestra la arqueología.
El libro de Josué utiliza el lenguaje retórico empleado en todas las crónicas de guerras, donde se hace mención a la destrucción total del adversario, sin que necesariamente haya existido tal aniquilación.
Fueron creadas hipérboles en la narración para dar a entender que los adversarios fueron completamente destruidos en sus ciudades.
Es un lenguaje propio de las hazañas militares cuando el enemigo es vencido de manera contundente; así mismo se usa esta retórica para significar que habían muchos guerreros dispuestos para la batalla,
Josué 11:4 Estos salieron, y con ellos todos sus ejércitos, mucha gente, como la arena que está a la orilla del mar en multitud, con muchísimos caballos y carros de guerra.
Finalmente eran los hombres de guerra los que eran muertos a espada,
Josué 11:14 Y los hijos de Israel tomaron para sí todo el botín y las bestias de aquellas ciudades; mas a todos los hombres hirieron a filo de espada hasta destruirlos, sin dejar alguno con vida
Ellos sabían que Jehová había ordenado a los israelitas para que poseyeran aquellas tierras. Cuando los habitantes de la ciudad de Gabaón pidieron clemencia, todos junto con sus hijos conservaron la vida (Josué 6:25; 9:3, 24-26).
Los israelitas NO aniquilaron completamente aquellos pueblos, NI hicieron matanzas de niños después de esos combates como se hizo creer.
Jueces 3:5 Así los hijos de Israel habitaban entre los cananeos, heteos, amorreos, ferezeos, heveos y jebuseos. 3:6 Y tomaron de sus hijas por mujeres, y dieron sus hijas a los hijos de ellos, y sirvieron a sus dioses. 3:7 Hicieron, pues, los hijos de Israel lo malo ante los ojos de Jehová, y olvidaron a Jehová su Dios, y sirvieron a los baales y a las imágenes de Asera.
Israel no se dedicó al genocidio ni a la "limpieza étnica"; además sucedió lo que se había pronosticado, Israel terminó mezclándose con ellos y con sus creencias;
Deuteronomio 7:2 y Jehová tu Dios las haya entregado delante de ti, y las hayas derrotado, las destruirás del todo; no harás con ellas alianza, ni tendrás de ellas misericordia. 7:3 Y no emparentarás con ellas; no darás tu hija a su hijo, ni tomarás a su hija para tu hijo. 7:4 Porque desviará a tu hijo de en pos de mí, y servirán a dioses ajenos [los elohim ajerim que influenciaban esta costumbre también lo hicieron con los hijos de Israel que se mezclaron con los cananeos, lo que demuestra que morirían las mujeres y los niños que perecieran en las acciones del combate pero no en una matanza generalizada contra ellos también]; y el furor de Jehová se encenderá sobre vosotros, y te destruirá pronto. 7:5 Mas así habéis de hacer con ellos: sus altares destruiréis, y quebraréis sus estatuas, y destruiréis sus imágenes de Asera, y quemaréis sus esculturas en el fuego.
Hace 3500 años Dios determinó adelantar su plan de esta manera, debido al sacrificio de niños. Aunque esa costumbre se extendió por el Mediterráneo y a otros lugares del mundo, la intervención de Jehová en Canaán sirvió para que no se generalizara, y al mismo tiempo para establecer a su pueblo.
Si el sacrificio de niños continúa hoy en día, quiere decir que Jehová no se equivocó. Incluso pudo ser más estricto destruyendo a todos los cananeos, y a más pueblos para que sus prácticas fueran olvidadas; pero grandes son su justicia y su misericordia. Así como los esperó por más de 400 años tomando el balance de sus crímenes, de igual forma el tiempo hoy tiene un límite; pues toda la opulencia de los poderosos está fundada sobre la sangre de los más débiles.
Escrito está que la maldad de los hombres iría en aumento; cuando más crece la violencia contra los pequeños, más se acerca el final de estos tiempos. Esto mismo fue señalado por el Señor Jesús
Mateo 24:19 Mas ¡ay de las que estén encintas, y de las que críen en aquellos días!
24:20 Orad, pues, que vuestra huida no sea en invierno ni en día de reposo;
24:21 porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá
La conquista lograda por Josué comenzó cuando los muros de Jericó cayeron luego que siete sacerdotes de Israel tocaron siete veces sus cornetas. Según Apocalipsis cuando el séptimo ángel toque su trompeta, llegará el tiempo de "juzgar a los muertos", y de dar el galardón "a los pequeños y a los grandes, y de destruir a los que destruyen la tierra"; porque asimismo caerá la Jericó de hoy