Los judios y mahometanos pueden salvarse si reciben la Ley de Jesucristo

Los judíos y mahometanos también pueden salvarse si reciben la Ley de Jesucristo (la Ley del Evangelio) como la única y verdadera Ley de Dios

Esta página está dedicada a todas las personas que son condenadas a muerte con mucha frecuencia en los países islámicos y en muchos otros países que tienen como si fueran Ley de Dios las leyes de muerte y esclavitud del viejo testamento que Jesucristo abolió..., países que en muchos casos presumen de ser cristianos pero que no siguen fielmente los mandamientos del Evangelio, pues volviéndose de nuevo a las leyes del viejo testamento que Jesucristo abolió, se justifican en ellas para hacer guerras y matar a sus semejantes.

Jesucristo abolió todas las leyes escritas en el viejo testamento que mandaban matar y hacer daño a las personas por diversas causas. También abolió todas las leyes de guerras, de esclavitud y desigualdad entre las personas. Pero muchos gobiernos de los pueblos del mundo aún no se han planteado ser fieles al Evangelio de Jesucristo y por eso siguen practicando guerras, castigos terribles, penas de muerte y sistemas de terror y de desigualdad totalmente contrarios a los mandamientos misericordiosos del Evangelio. A todos los hombres y mujeres que tienen que sufrir estas calamidades, está dedicada esta página. Que Dios salve muy pronto del terror de este mundo a todos los hombres y mujeres de buena voluntad.

La Ley de Dios como la enseña Jesucristo en el Evangelio es la única y verdadera Ley de Dios. Y en esta Ley, Dios manda a todos los hombres que no maten a sus semejantes, que no hagan guerra contra los enemigos y que los fuertes no esclavicen a los débiles sino que repartan con ellos todo lo que tienen.

La ley del talión (ojo por ojo y diente por diente) escrita en el viejo testamento se ha impuesto en muchas naciones dejando olvidada la Ley de la misericordia predicada po Jeucristo.

Son muchas las religiones que abandonaron los misericordiosos mandamientos del Evangelio para volverse de nuevo a las leyes de muerte y esclavitud del viejo testamento que Jesucristo abolió. Una de estas leyes abolidas por Jesucristo y que aún se sigue aplicando en muchos países, es la ley del viejo testamento conocida como la ley del Talión (ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, etc). Jesucristo abolió esta ley tan cruel y los hombres poderosos de muchos pueblos, la han vuelto a imponer con diferentes matices.

La ley del Talión escrita en el viejo testamento así nos dice:

"Y el que causare lesión en su prójimo, según hizo, así le sea hecho: rotura por rotura, ojo por ojo, diente por diente; según la lesión que haya hecho a otro, tal se hará a él". (Levítico 24:19-20)

Jesucristo, en su misericordia, abolió esta ley y también nos mandó amar a nuestros enemigos:

"Oísteis que fue dicho: Ojo por ojo, y diente por diente. Pero yo os digo: No resistáis al que es malo; antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra; y al que quiera ponerte a pleito y quitarte la túnica, déjale también la capa; y a cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla, ve con él dos. Al que te pida, dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no se lo rehúses". (Mateo 5,38-42).

"Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen" (Mateo 5,43-44).

Los pueblos del mundo no van por el camino del perdón ni de la misericordia que nos predicó Jesucristo, pues los castigos se agravan, las penas se agravan y el sentimiento de perdón y de misericordia que Jesucristo nos mandó tener se combate más cada día y las penas se endurecen haciendo que la convivencia entre las personas sea muy dura y difícil..., pues el perdón y la misericordia que deben practicar los cristianos quedan olvidados en muchos casos, mientra que un montón de religiones cantan cánticos de paz como si la violencia y las salvajadas no estuvieran a la orden del día en los pueblos mahometanos, judíos o llamados cristianos.

Ya que la verdadera Ley de Dios como la enseñó Jesucristo cada día es más desconocida en el mundo y las religiones parecen ignorarla, es mi deseo volverla a recordar con la esperanza de que algún día muchos hombres y mujeres del mundo vuelvan a vivirla así como la vivieron los apóstoles y primeros cristianos:

La verdadera Ley de Dios es la que Jesucristo nos enseñó en el Evangelio y que así nos dice:

"todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque ésta es la ley y los profetas". (Mateo 7:12)

Lo que Dios quiere es la misericordia:

"... si supieseis qué significa: Misericordia quiero, y no sacrificio, no condenaríais a los inocentes" (Mateo 12:7)

Jesús mandó perdonar setenta veces siete:

"Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete? Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete". (Mateo18:21-22)

Jesús enseña la Ley en preceptos a un joven rico:

"Entonces vino uno y le dijo: Maestro bueno, ¿qué bien haré para tener la vida eterna? El le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno sino uno: Dios. Mas si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos. Le dijo: ¿Cuáles? Y Jesús dijo: No matarás. No adulterarás. No hurtarás. No dirás falso testimonio. Honra a tu padre y a tu madre; y, Amarás a tu prójimo como a ti mismo. El joven le dijo: Todo esto lo he guardado desde mi juventud. ¿Qué más me falta? Jesús le dijo: Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven y sígueme. Oyendo el joven esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones" (Mateo 19:16-22)

La misericordia, el perdón y el reparto de los bienes entre los pobres son la verdadera Ley y los verdaderos mandamientos de Dios, que dejan abolidos los preceptos del viejo testamento que faltaban a la misericordia y que mandaban esclavitud, desigualdad, castigos terribles y penas de muerte.