Las cartas
atribuidas a Pablo fueron torcidas por los indoctos, como nos dice el apóstol
Pedro:
"...Pablo, según la sabiduría que le ha sido dada, os ha escrito, casi en
todas sus epístolas, hablando en ellas de estas cosas; entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales
los indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para su propia perdición. Así
que vosotros, oh amados, sabiéndolo de antemano, guardaos, no sea que arrastrados por el error de los inicuos, caigáis de
vuestra firmeza. Antes bien, creced en la
gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo". (2ª Pedro
3:15-18
Como puedes ver, el apóstol Pedro te dice que si no quieres
ser confundido por las cartas torcidas de Pablo, que crezcas en el conocimiento
de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
Esto
es lo que dejó escrito Pedro sobre las cartas de Pablo, que los indoctos las
torcían y por eso debemos crecer en el conocimiento de Nuestro Señor
Jesucristo, esto es, el Evangelio... Y el mismo Pablo, sintiendo
que sus cartas o las cartas de algún otro apóstol podían ser torcidas o mal interpretadas para predicar cosas
contrarias al Evangelio, también nos dice:
"Estoy maravillado de
que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo,
para seguir un evangelio diferente. No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de
Cristo. Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio
diferente del que os hemos anunciado, sea anatema. Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis
recibido, sea anatema". (Gálatas 1:6-9).
Pablo también nos
avisa que tengamos cuidado con las cartas atribuidas a él o a algún otro apostol: ""Nadie
os engañe en ninguna manera""...
"no
os alborotéis tan fácilmente, perdiendo el buen sentido, ni os alarméis con
motivo de ciertas inspiraciones o afirmaciones ni
por carta como si fuera nuestra.....
Nadie
os engañe en ninguna manera". (2ª
Tesalonicenses 2:2-3).
Estas declaraciones de Pedro y
Pablo sobre sus cartas, también hay que tenerlas en cuenta para todas
las demás escrituras, incluidas las escrituras del Evangelio, pues el
Evangelio hay que examinarlo a la luz de todo su contesto
misericordioso...
El Evangelio no se debe
interpretar según ciertas palabras mal traducidas que nos pueden
confundir y apartarnos de los misericordiosos mandamientos de
Jesucristo...
La guía para poder
interpretar todo el contexto del Evangelio es la misericordia, porque la
misericordia y el perdón es lo que Dios quiere, pues así nos dice el
Evangelio: