Para mí, el solo pensar que Dios nos acepta como sus hijos me da una seguridad enorme. Nuestra obediencia a Dios nos trae muchas bendiciones y una gran satisfacción. Cuando nos acepta como hijos una de las bendiciones es el pertenecer a
Él.
Lo más grande en el mundo es el sentido de protección y seguridad que siente un niño al saber que pertenece a una familia cariñosa, que lo ama y está pendiente de él a cada momento. También hay un espíritu de unión y amor que siente una pareja de recién casados al saber que se pertenecen el uno al otro.
Todos tenemos la necesidad de sentir que pertenecemos a alguien. Como miembros de una familia, nos pertenecemos los unos a los otros....esposo-esposa, padre-hijo, hermano-hermana. El pertenecer es esencial para el sentido de seguridad. No hay nada más bello como estar entre familia porque hay un sentir de apego. Esto nos da la confianza de compartir nuestros más íntimos sentimientos sin temor a ser rechazados.
Sí, algunos decimos que somos miembros de esta o aquella organización, club o círculo social, pero no hay ese sentido de acercamiento con los otros miembros y porque no lo hay, es imposible compartir realmente.
También podemos decir que cuando pertenecemos a una iglesia, somos miembros de una familia espiritual, debemos sentir los unos a los otros que somos hermanos, hablando de la familia espiritual. Pero aquí también, si no tenemos amor los unos a los otros como debemos tenerlo, es difícil compartir y más difícil sentirnos que nos pertenecemos los unos a los otros.
Saber que pertenecemos a Dios es algo especial porque eso indica que, a pesar de nuestras faltas, nos ama y nos acepta como sus hijos. El pertenecer a Dios nos garantiza una relación eterna.....porque no solo pertenecemos a él en este mundo sino en el mundo venidero.
La sepultura no es el capítulo final, es la transición que todos esperamos. Cuando pienso en esto, no puedo dejar de sentir una tremenda sensación....una impresión reverencial.
Que Dios nunca nos abandone es mi deseo…
Hortencia