122 "Yo me alegré con los que me decían: «¡A la casa de Jehová iremos!» 2 Nuestros pies estuvieron dentro de tus puertas, Jerusalén. 3 Jerusalén, que ha sido edificada como una ciudad que está bien unida entre sí. 4 Allá subieron las tribus, las tribus de Jah, conforme al testimonio dado a Israel, para alabar el nombre de Jehová, 5 porque allá están las sillas del juicio, los tronos de la casa de David.
6 Pedid por la paz de Jerusalén; ¡sean prosperados los que te aman! 7 ¡Sea la paz dentro de tus muros y el descanso dentro de tus palacios! 8 Por amor de mis hermanos y mis compañeros diré yo: «¡La paz sea contigo!» 9 Por amor a la casa de Jehová, nuestro Dios, buscaré tu bien."
123 " A ti alcé mis ojos, a ti que habitas en los cielos. 2 Como los ojos de los siervos miran la mano de sus señores, y como los ojos de la sierva, la mano de su señora, así miran nuestros ojos a Jehová, nuestro Dios, hasta que tenga misericordia de nosotros.
3 Ten misericordia de nosotros, Jehová, ten misericordia de nosotros, porque estamos muy hastiados del menosprecio. 4 Hastiada está nuestra alma de la burla de los que están satisfechos, y del menosprecio de los soberbios."
124 "De no haber estado Jehová por nosotros, diga ahora Israel, 2 de no haber estado Jehová por nosotros, cuando los hombres se levantaron contra nosotros, 3 vivos nos habrían tragado entonces, cuando contra nosotros se encendió su furor. 4 Entonces nos habrían inundado las aguas; hubiera pasado el torrente sobre nuestra alma; 5 hubieran entonces pasado sobre nuestra alma las aguas impetuosas.
6 ¡Bendito sea Jehová, que no nos dio por presa a los dientes de ellos! 7 Nuestra alma escapó cual ave del lazo de los cazadores; se rompió el lazo y escapamos nosotros.
8 Nuestro socorro está en el nombre de Jehová, que hizo el cielo y la tierra."
125 "Los que confían en Jehová son como el monte Sión, que no se mueve, sino que permanece para siempre. 2 Como Jerusalén tiene montes alrededor de ella, así Jehová está alrededor de su pueblo desde ahora y para siempre. 3 No reposará la vara de la impiedad sobre la heredad de los justos; no sea que extiendan los justos sus manos a la maldad.
4 Haz bien, Jehová, a los buenos y a los que son rectos en su corazón. 5 Mas a los que se apartan tras sus perversidades, Jehová los llevará con los que hacen maldad.
126 "Cuando Jehová hizo volver de la cautividad a Sión, fuimos como los que sueñan. 2 Entonces nuestra boca se llenó de risa y nuestra lengua de alabanza. Entonces decían entre las naciones: «¡Grandes cosas ha hecho Jehová con estos!» 3 ¡Grandes cosas ha hecho Jehová con nosotros! ¡Estamos alegres!
4 ¡Haz volver nuestra cautividad, Jehová, como los arroyos del Neguev! 5 Los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán. 6 Irá andando y llorando el que lleva la preciosa semilla, pero al volver vendrá con regocijo trayendo sus gavillas."
127 "Si Jehová no edifica la casa, en vano trabajan los que la edifican; si Jehová no guarda la ciudad, en vano vela la guardia. 2 Por demás es que os levantéis de madrugada y vayáis tarde a reposar, y que comáis pan de dolores, pues que a su amado dará Dios el sueño.
3 Herencia de Jehová son los hijos; cosa de estima el fruto del vientre. 4 Como saetas en manos del valiente, así son los hijos tenidos en la juventud. 5 ¡Bienaventurado el hombre que llenó su aljaba de ellos! No será avergonzado cuando hable en la puerta con los enemigos."
128 "Bienaventurado todo aquel que teme a Jehová, que anda en sus caminos. 2 Cuando comas el trabajo de tus manos, bienaventurado serás y te irá bien. 3 Tu mujer será como vid que lleva fruto a los lados de tu casa; tus hijos, como plantas de olivo alrededor de tu mesa. 4 Así será bendecido el hombre que teme a Jehová.
5 ¡Bendígate Jehová desde Sión, y que veas el bien de Jerusalén todos los días de tu vida, 6 y que veas a los hijos de tus hijos!
Plegaria pidiendo la destrucción de los enemigos de Sión
Cántico gradual
129 "Mucho me han angustiado desde mi juventud, puede decir ahora Israel; 2 mucho me han angustiado desde mi juventud, pero no prevalecieron contra mí. 3 Sobre mis espaldas araron los aradores, hicieron largos surcos. 4 ¡Jehová es justo, cortó las coyundas de los impíos! 5 Serán avergonzados y vueltos atrás todos los que aborrecen a Sión. 6 Serán como la hierba de los tejados, que se seca antes de crecer, 7 de la cual no llenó el segador su mano ni sus brazos el que hace gavillas; 8 ni dijeron los que pasaban: «La bendición de Jehová sea sobre vosotros. ¡Os bendecimos en el nombre de Jehová!»"
130 "De lo profundo, Jehová, a ti clamo. 2 Señor, oye mi voz; estén atentos tus oídos a la voz de mi súplica.
3 Jah, si miras los pecados, ¿quién, Señor, podrá mantenerse? 4 Pero en ti hay perdón, para que seas reverenciado.
5 Esperé yo en Jehová; esperó mi alma, en su palabra he esperado. 6 Mi alma espera en Jehová más que los centinelas la mañana, más que los vigilantes la mañana.
7 Espere Israel en Jehová, porque en Jehová hay misericordia y abundante redención con él. 8 Él redimirá a Israel de todos sus pecados."
131 "Jehová, no se ha envanecido mi corazón ni mis ojos se enaltecieron; ni anduve en grandezas ni en cosas demasiado sublimes para mí. 2 En verdad me he comportado y he acallado mi alma como un niño destetado de su madre. ¡Como un niño destetado está mi alma!
3 Espera, Israel, en Jehová, desde ahora y para siempre."
132 "Acuérdate, Jehová, de David y de toda su aflicción. 2 De cómo juró a Jehová y prometió al Fuerte de Jacob: 3 «No entraré en el aposento de mi casa ni subiré al lecho de mi descanso; 4 no daré el sueño a mis ojos ni a mis párpados adormecimiento, 5 hasta que halle lugar para Jehová, morada para el Fuerte de Jacob.»
6 En Efrata lo oímos; lo hallamos en los campos del bosque. 7 ¡Entraremos en su Tabernáculo! ¡Nos postraremos ante el estrado de sus pies!
8 Levántate, Jehová, al lugar de tu reposo, tú y el Arca de tu poder. 9 Tus sacerdotes se vistan de justicia y se regocijen tus santos. 10 Por amor de David tu siervo no vuelvas de tu ungido el rostro.
11 En verdad juró Jehová a David y no se retractará de ello: «De tu descendencia pondré sobre tu trono. 12 Si tus hijos guardan mi pacto y mi testimonio, que yo les enseño, sus hijos también se sentarán sobre tu trono para siempre»,
13 porque Jehová ha elegido a Sión; la quiso por morada suya. 14 «Éste es para siempre el lugar de mi reposo. Aquí habitaré, porque la he querido. 15 Bendeciré abundantemente su provisión; a sus pobres saciaré de pan. 16 Asimismo vestiré de salvación a sus sacerdotes y sus santos darán voces de júbilo. 17 Allí haré retoñar el poder de David; he dispuesto lámpara para mi ungido. 18 A sus enemigos vestiré de confusión, pero sobre él florecerá su corona.»"
133 "¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es que habiten los hermanos juntos en armonía! 2 Es como el buen óleo sobre la cabeza, el cual desciende sobre la barba, la barba de Aarón, y baja hasta el borde de sus vestiduras; 3 como el rocío del Hermón, que desciende sobre los montes de Sión, porque allí envía Jehová bendición y vida eterna."
134 "Mirad, bendecid a Jehová, vosotros todos los siervos de Jehová, los que en la casa de Jehová estáis por las noches. 2 Alzad vuestras manos al santuario y bendecid a Jehová.
3 ¡Desde Sión te bendiga Jehová, el cual ha hecho los cielos y la tierra!"
135 "¡Alabad el nombre de Jehová! Alabadlo, siervos de Jehová, 2 los que estáis en la casa de Jehová, en los atrios de la casa de nuestro Dios. 3 Alabad a Jah, porque él es bueno; cantad salmos a su nombre, porque él es benigno, 4 porque Jah ha escogido a Jacob para sí, a Israel por posesión suya.
5 Yo sé, ciertamente, que Jehová es grande, y el Señor nuestro, mayor que todos los dioses. 6 Todo lo que Jehová quiere, lo hace, en los cielos y en la tierra, en los mares y en todos los abismos. 7 Hace subir las nubes de los extremos de la tierra; hace los relámpagos para la lluvia; saca de sus depósitos los vientos.
8 Él es quien hizo morir a los primogénitos de Egipto, desde el hombre hasta la bestia. 9 Envió señales y prodigios en medio de ti, Egipto, contra el faraón y contra todos sus siervos. 10 Destruyó a muchas naciones y mató a reyes poderosos: 11 A Sehón, rey amorreo, a Og, rey de Basán, y a todos los reyes de Canaán. 12 Y dio la tierra de ellos en heredad, en heredad a Israel su pueblo.
13 ¡Jehová, eterno es tu nombre; tu memoria, Jehová, de generación en generación! 14 Jehová juzgará a su pueblo y se compadecerá de sus siervos.
15 Los ídolos de las naciones son plata y oro, obra de manos de hombres. 16 Tienen boca y no hablan; tienen ojos y no ven; 17 tienen orejas y no oyen; tampoco hay aliento en sus bocas. 18 Semejantes a ellos son los que los hacen y todos los que en ellos confían.
19 Casa de Israel, ¡bendecid a Jehová! Casa de Aarón, ¡bendecid a Jehová! 20 Casa de Leví, ¡bendecid a Jehová! Los que teméis a Jehová, ¡bendecid a Jehová! 21 Desde Sión sea bendecido Jehová, que mora en Jerusalén.