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PANEL PRIVADO DE LA FORISTA REINA4: Devocionales
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De: Reina4 (Mensaje original) |
Enviado: 10/07/2020 01:53 |
Creados para amar a Dios Jorge Monroy
Leer | LUCAS 10.25-28
Los fariseos y los saduceos dedicaban mucho tiempo y esfuerzos para analizar la ley de Moisés, y para discutir sobre el valor de sus 613 normas. Pero el Señor Jesús fue al grano de la discusión al resumir la ley en dos principios clave: “Amarás al Señor con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo” (Dt 6.5; Lv 19.34).
Aun antes de decirle a su pueblo que lo amara, Dios se identificó a sí mismo por medio de varios nombres que revelaban su carácter. Por ejemplo, Jehová se refiere a su ser y a ser fiel guardador del pacto, y Elohim se refiere a su poder infinito. Por medio de sus nombres, Dios estaba llamando la atención en cuanto a lo digno que era de ser amado por encima de todos y de todo, y también de su disposición de amarnos sin medida. Él nos hace promesas inquebrantables, y tiene el poder para cumplir cada una de ellas.
La Biblia no exagera el deseo de Dios de que sus hijos lo amen con todo su ser. Cuando Él se llama a sí mismo Dios celoso y exige nuestra devoción, está señalando nuestra absoluta necesidad de Él (Éx 20.5). Cualquier cosa que tenga más prioridad en nuestra vida, es un ídolo y, por tanto, nada debe ser más importante o más fundamental para nuestra existencia que Jehová Dios.
Fuimos creados para ser amados por Dios, y para amarlo a Él en reciprocidad. No adorarle con todo nuestro ser obstruye su propósito para con nosotros. El fiel Guardador del Pacto, que es infinito en poder, nos hizo para relacionarnos con Él, de modo que podamos conocerlo, servirle y honrarlo. |
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De: Reina4 |
Enviado: 04/04/2021 17:43 |
12/21/13
¿Por qué perdemos la paz?
enviado por Jorge Monroy
Uno de los mayores enemigos de la paz es el delirio de grandeza tan generalizado en esta generación. Muy pocas personas están satisfechas con lo que les ha tocado en la vida. Detrás de este descontento está la falsa suposición de que la sociedad les debe algo, o que sus derechos no están siendo tomados en cuenta. Este tipo de pensamiento narcisista puede introducirse en los negocios, los matrimonios, las iglesias y otras instituciones, generando todo clase de discordias y provocando consecuencias de gran repercusión.
Este es el tipo de situación que se estaba creando en el capítulo 13 de Génesis. Abram y su sobrino Lot estaban tratando de vivir en un territorio que era demasiado pequeño para las abundantes propiedades de ambos hombres. La presión se volvió tan grande que hubo una enorme contienda entre los pastores de Abram y los de Lot. Había que hacer algo.
Abram, con su sabiduría, alivió la tensión al ofrecer a Lot que eligiera sus pastizales (Gn 13.9). En vez de reñir por sus supuestos derechos, Abram escogió el camino de la paz. Hizo lo que el apóstol Pablo aconsejó siglos más tarde, cuando escribió: “Con honra, daos preferencia unos a otros” (Ro 12.10 LBLA).
¿Salió perdiendo Abram por ser generoso con Lot? De ninguna manera. Preste atención a las palabras de Dios al patriarca después de dejar voluntariamente el excelente territorio a su sobrino Lot y marcharse (Gn 13.14, 15) —el Señor tuvo a bien prometer toda esa tierra, y más allá de ella, a Abram y sus descendientes. Nuestro Dios bendice a los pacificadores (Mt 5.9). |
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De: Reina4 |
Enviado: 10/04/2021 17:14 |
12/21/13
Cómo podemos tener paz
enviado por Jorge Monroy
En Génesis 41, hay una historia interesante acerca de un poderoso rey que tuvo dos sueños extraños en la misma noche. Debido a que los sueños parecían tener algún significado —y porque el rey no podía entender cuál era—, se le turbó el espíritu. Por tanto, exigió a sus magos que interpretaran sus sueños, pero cuando ellos no fueron capaces de dar una explicación, la ansiedad del monarca aumentó.
Entonces mandó a llamar a José, quien calmó al rey con estas palabras: “Dios será el que responda paz a Faraón” (v. 16 RVA). Curiosamente, el Señor no prometió en realidad que todos los aspectos de los sueños serían explicados, sino una respuesta de “paz”.
De hecho, Dios sí decidió explicar este sueño particular con mucho detalle, pero ese no es siempre el caso. Muchas veces, perdemos la paz cuando el Señor da dirección o corrección junto con muy pocas explicaciones.
El Señor Jesús dijo muchas palabras duras que nunca explicó a sus seguidores. Esto molestó a algunos de ellos hasta el punto de que “muchos de sus discípulos volvieron atrás, y ya no andaban con él” (Jn 6.66). Simplemente no estaban satisfechos con las explicaciones parciales de Jesús.
En la vida de servicio, queremos que todo esté explicado: ¿A dónde voy a ir? ¿Qué recibiré a cambio? ¿Quiénes irán conmigo? ¿Por cuánto tiempo estaré haciendo esto o aquello? Algunas de estas preguntas pueden ser respondidas en el tiempo de Dios. Mientras tanto, sin embargo, la paz no descansa en explicaciones sino en Aquél que es nuestra paz (Ef 2.14). |
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De: Reina4 |
Enviado: 10/04/2021 17:17 |
12/21/13
La paz el uno con el otro
enviado por Jorge Monroy
En el Sermón del monte, Jesús habla de los pacificadores (Mt 5.9); el pasaje suena casi como si ellos fueran una raza especial con habilidades singulares. Algunas personas tienen, efectivamente, una manera de ser que trae paz adondequiera que van. No obstante, todos podemos llegar a ser pacificadores porque, según 1 Corintios 7.15, “a paz nos llamó Dios”.
Pero, lamentablemente, el éxito en este terreno muchas veces nos esquiva, y la razón es que nos damos por vencidos demasiado pronto. Con algunas personas, es necesario que recorramos la segunda milla; no solo buscar la paz sino también seguirla (Sal 34.14). Ese empeño puede ser muy costoso a veces, pero evidentemente Dios espera algunos intentos bastante heroicos en este aspecto, porque nos dice: “Seguid la paz con todos” (He 12.14).
Además de esto, Romanos 12.18 nos dice: “Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres”. A veces, nos esforzamos demasiado por analizar las palabras “en cuanto dependa de vosotros”. Podemos estancarnos al tratar de resolver si debemos tomar la iniciativa de reconciliarnos con alguien, o esperar que la otra persona se nos acerque.
El Señor Jesús dejó en claro que la unidad dentro de la iglesia es una prioridad absoluta. Realmente no importa si hemos ofendido a otros, o hayamos sido ofendidos; en cualquier caso, debemos tomar la iniciativa de reconciliarnos con nuestros hermanos. Y aun cuando un hermano no quiera escuchar, “sigamos lo que contribuye a la paz y a la mutua edificación” (Ro 14.19). |
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De: Reina4 |
Enviado: 10/04/2021 17:19 |
La estrategia de Satanás
enviado por Jorge Monroy
Quienes seguimos a Cristo tenemos un enemigo, y su nombre es Satanás (Mr 1.13). Éste, que es un ser creado, está suelto en el mundo pero limitado en lo que puede realizar contra nosotros (Job 1.12). Muchas personas lo consideran nada más que un producto de la imaginación, lo cual le permite trabajar sin ser detectado. Aunque es un enemigo derrotado (Jn 16.11), aparenta lo contrario.
Veamos los objetivos de Satanás:
1. Alejarnos de Dios por medio de métodos directos y también sutiles. 2. Frustrar el propósito de Dios en nuestras vidas, tratando de que nos apartemos de la voluntad de nuestro Padre celestial. 3. Negarle a Dios la gloria y la honra que le corresponden, lo cual hacemos con nuestras vidas de obediencia. 4. Destruirnos en este mundo.
El padre de mentira (Jn 8.44) utiliza la falsedad, el engaño y la tentación para lograr sus propósitos, y ha elegido nuestra mente como campo de batalla. ¿Por qué razón? Porque la manera equivocada de pensar conduce a la conducta desobediente y obstaculiza el propósito de Dios. Las ideas erróneas producen sentimientos en nosotros que Satanás puede explotar para impedir nuestro avance espiritual.
Aunque pueden suceder reveses, los creyentes no serán derrotados “porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo” (1 Jn 4.4). La Biblia dice: “llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo” (2 Co 10.5). Haga esta oración de entrega: “Señor, te doy el control absoluto de mi mente. Indícame cualquier pensamiento que no esté de acuerdo con tu Palabra, y enséñame tu verdad. Amén”. |
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De: Reina4 |
Enviado: 20/04/2021 02:49 |
12/21/13
Cómo resistir a un ataque satánico
enviado por Jorge Monroy
Los ataques del enemigo contra nuestras mentes son sutiles. Al observar cómo vivimos, puede determinar cuándo y dónde somos vulnerables. Aunque no es omnisciente, sabe lo suficiente para actuar contra nosotros.
Por ejemplo, dirige nuestra atención hacia algo que queremos, haciendo que nos olvidemos de las muchas cosas maravillosas que nuestro Padre celestial ya nos ha dado. Una vez que hemos reducido nuestro enfoque a aquello que deseamos, Satanás interviene para satisfacer nuestro deseo con lo que él quiere que tengamos —algo que al final nos alejará de Dios.
Al observarnos, Satanás conoce los momentos y las situaciones cuando es más probable que digamos sí a la tentación. Hará todo lo que esté en su poder para apartar nuestras mentes del Señor, y nos distraerá aun durante nuestras oraciones. Además, él entiende nuestra situación emocional y busca en nosotros el cansancio, la soledad y otras vulnerabilidades que pueda explotar. Satanás nos incita a “querer las cosas ya”, y trata de ocultar de nuestra vista las consecuencias.
El enemigo crea dudas en nuestras mentes para que dudemos de la verdad de la Palabra de Dios, y nos sintamos inseguros de nuestra salvación. Después que surge la incredulidad, como ocurrió con Adán y Eva (Gen 3.1-6), nuestra mente comenzará a justificar nuestra conducta.
Aunque podemos ser susceptibles a sus maquinaciones, no estamos indefensos contra Satanás (2 Ti 1.7). Ya que nuestro Padre celestial nos protege, nuestro Salvador intercede por nosotros, y el Espíritu Santo nos guía a la verdad. “Resistid al diablo, y huirá de vosotros” (Stg 4.7). |
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De: Reina4 |
Enviado: 20/04/2021 02:52 |
12/21/13
Cómo sobrevivir a un ataque satánico
enviado por Jorge Monroy
Cuando escuchamos la palabra guerra, pensamos en un combate físico con vehículos blindados, soldados uniformados y armas mortales. Sin embargo, hay una guerra espiritual a nuestro alrededor que es igualmente peligrosa —una guerra que muchos ignoramos o no podemos entender. Tenemos un enemigo poderoso trabajando contra nosotros. De hecho, el Señor lo llama “el dios de este siglo” (2 Co 4.4), porque es la fuente del mal y de la iniquidad en nuestro mundo. Para vencer los ataques de Satanás, debemos primero reconocer que es un adversario real. Luego necesitamos mantenernos firmes contra él. Y para mantenernos firmes, tenemos que vestirnos para la batalla con:
El cinturón de la verdad. Por ser nuestro enemigo el padre de mentira, tenemos que ponernos el cinturón de la verdad de Dios para combatir sus falsedades. Es imperativo aferrarnos al plan del Señor, siguiéndole obedientemente, no importa el costo. Así como un cinturón sujeta a la ropa en su lugar, nuestras vidas tienen que estar rodeadas y sujetadas diariamente por la verdad de la Palabra de Dios.
La coraza de justicia. Al igual que una cubierta protectora, la obediencia nos protege del daño. Puesto que el diablo anda buscando a quien engañar y destruir (1 P 5.8), debemos obedecer a Dios en nuestra conducta y conversación. Al estar protegidos, los dardos de concupiscencia, duda o temor de Satanás, no penetrarán.
Protéjase hoy dedicando tiempo para empaparse de las verdades de Dios (el cinturón) y luego ponerlas en práctica por medio de actos de obediencia (la coraza). |
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De: Reina4 |
Enviado: 20/04/2021 02:53 |
Cómo protegerse de un ataque satánico
enviado por Jorge Monroy
Como soldados del ejército de Dios, peleamos una batalla espiritual. Para mantenernos firmes, debemos estar vestidos con el atuendo de batalla cada día.
Asegúrese de que sus pies estén calzados con el evangelio de la paz. Las botas de los militares romanos tenían abrazaderas para ayudar a los soldados a mantenerse firmes en la batalla. Del mismo modo, nuestro “calzado” espiritual nos da la seguridad de que tenemos paz con Dios, y de que estamos seguros en Él (Jn 10.28).
Lleve el escudo de la fe. El recurso más poderoso que tenemos como creyentes, es nuestra fe. Ella nos ayuda a resistir las tentaciones del enemigo. Estamos bien protegidos detrás del escudo de la fe.
Use el yelmo de la salvación. La mente es el campo de batalla de Satanás; necesita ser protegida concienzudamente y de manera efectiva. En una batalla espiritual, la seguridad de que somos salvos nos ayudará a rechazar las mentiras del enemigo, que pudieran llevarnos a dudar de Dios o a pensar de manera contraria a su Palabra.
Lleve la espada del Espíritu. La Palabra de Dios es un arma de ataque y también defensiva. Ella ataca en favor del evangelio (He 4.12), y también nos protege. Como lo demostró el Señor Jesús en la tentación del desierto, el diablo no puede sostenerse delante de ella.
La batalla espiritual que se libra a nuestro alrededor es real y feroz (Ef 6.12). No estamos en la reserva, esperando simplemente a ser llamados. Estamos en la guerra. Soldado del Señor: ¿Está usted totalmente vestido para la batalla? |
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De: Reina4 |
Enviado: 01/05/2021 01:53 |
1/13/14
El peor rechazo
enviado por Jorge Monroy
No hay nada que golpee tan profundamente a alguien como el rechazo. El saber que alguien nos considera indignos, desagradables o incompetentes, afecta la percepción que tenemos de nuestro propio valor. Un trabajo reprobado o la pérdida de un empleo, son cosas que contaminan el paisaje de nuestras vidas. Felizmente, la mayoría de nosotros podemos manejar esta clase de situaciones, aunque la experiencia no es nada agradable.
La Biblia habla de una clase diferente de rechazo, que es otro asunto completamente diferente. Es difícil concebir el terror final que experimentarán quienes rechazan la amorosa oferta de salvación de Dios. Oirán estas tres palabras viniendo de la boca del Señor Jesús: “Apartaos de mí”. El Señor dice estas palabras más de una vez en los Evangelios para anunciar el juicio final de los desobedientes. Estas personas encontrarán su destino en la agonía de la separación eterna de Dios.
Muchas personas han tenido dificultad para aceptar la clara severidad de las palabras de Jesús. No reconocen que este rechazo final es, en realidad, la respuesta apropiada a la negativa del incrédulo de recibir la solución del Señor en cuanto al problema del pecado de la humanidad. Sí, este rechazo es el final del camino, un camino pavimentado con toda una vida de decisiones que dejaron a Dios fuera.
Cada decisión de actuar de modo independiente, es una decisión de aceptar el veredicto final del Salvador. O, como lo expresó G. K. Chesterton: “El infierno es el gran cumplido de Dios a la realidad de la libertad humana, y a la dignidad de la elección humana”. |
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De: Reina4 |
Enviado: 01/05/2021 02:03 |
1/13/14
El plan de rescate del Señor
enviado por Jorge Monroy
El Creador puso a dos personas con almas puras en el huerto del Edén, pero cuando Adán y Eva eligieron desobedecer, sus corazones se volvieron pecaminosos. Dios les había dicho que el castigo por su pecado era la muerte (Gn 2.17).
Los primeros padres de la humanidad legaron su condición pecaminosa a todo el género humano. Por eso, todos nacemos con un corazón en rebeldía contra Dios. Al igual que un niño que desafía a sus padres tocando un objeto prohibido, nosotros desobedecemos a nuestro Padre celestial porque preferimos seguir nuestros propios deseos.
No es nuestra mala conducta lo que nos condena, sino el hecho de que nuestra naturaleza está corrompida. Nuestros hechos, sean buenos o malos, no son los que determinan dónde pasaremos la eternidad. Aparte del Señor, nadie es justo; ninguna persona ha hecho tanto bien que pueda ganarse un lugar en el cielo. Pero el Padre celestial nos ama y quiere que vivamos con Él eternamente. Por eso, antes de la creación del mundo, concibió una solución.
El plan de redención era sencillo: tenía que hacerse un sacrificio perfecto por el pecado de la humanidad, para que pudiéramos presentarnos sin mancha delante de un Dios santo.
El sacrificio fue Jesucristo, quien murió en la cruz, llevando todo nuestro pecado. Cuando ponemos nuestra fe en Él como nuestro Salvador, nuestra naturaleza “carnal” muere con Él. Y el Espíritu Santo viene a hacer nuevos nuestros corazones para que podemos encontrar gozo en la obediencia a Dios. ¡Somos rescatados y hechos libres! |
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De: Reina4 |
Enviado: 01/05/2021 02:07 |
1/13/14
Jesús, nuestro salvavidas
Imagine un río crecido por la lluvia y corriendo sobre las rocas. Usted ha caído en esa agua sucia y no puede luchar contra la corriente por mucho tiempo. Su cabeza se hunde dos veces y emerge escupiendo después de haber tragado algo de la suciedad. Una tercera sumergida podría matarlo. Pero de repente, desde la orilla, alguien le lanza un chaleco salvavidas, que flota frente a su pecho. ¿Lo tomaría?
La respuesta parece obvia —¡por supuesto que sí! Pero muchísimas personas que se están ahogando en la vertiginosa corriente del mundo, se niegan a asirse del salvavidas espiritual: Jesucristo. Él murió en la cruz por toda la humanidad, pero las personas tienen una responsabilidad en la salvación. La persona tiene que reconocer su impotencia y confesar la necesidad que tiene de Cristo. Eso significa que el creyente nuevo acepta el sacrificio de Cristo como verdadero y personal, creyendo de corazón que no hay otra manera de ser salvo.
No es necesario entender todo acerca de la fe y la Biblia para ser salvo; Dios se asegurará de que sus hijos aprendan del Espíritu Santo cualquier cosa que necesiten saber. Pero es muy importante entender que no podemos salvarnos a nosotros mismos.
¿Puede usted recordar cuándo recibió a Jesucristo como su Salvador? Dios le está llamando, anhelando que usted reconozca su necesidad de Él, y que le pida que le rescate del pecado. Él es fiel, y le responderá salvándole y limpiándole.
Dios le está ofreciendo un salvavidas y esperando sacarle a la seguridad eterna. La decisión es suya. ¿Escogerá a Cristo y la vida eternal? |
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De: Reina4 |
Enviado: 08/05/2021 20:48 |
La importancia de un buen testimonio
enviado por Jorge Monroy
¿Qué es un testimonio? Algunos creyentes creen que es simplemente una breve explicación de la manera como Dios ha obrado en sus vidas. Aunque eso puede ser verdad, nuestro testimonio es mucho más que una corta historia.
Un aspecto importante de nuestro testimonio es nuestro carácter, que debe incluir un espíritu de obediencia. ¿Seguimos algunas veces los preceptos de Dios, pero lo ignoramos a Él el resto del tiempo? Un espíritu obediente sigue su dirección, pase lo que pase. A veces, nuestras acciones pueden mostrar una obediencia externa, pero nadie, excepto Dios, sabe lo que hay dentro de nuestro corazón. El Señor ve nuestro verdadero carácter, y éste debe corresponder con el testimonio que damos para gloria de Él.
Si lo que decimos está en conflicto con nuestra conducta, entonces empañamos nuestro testimonio. La manera en que actuamos debe confirmar lo que somos en Cristo.
Por último, una tercera parte de nuestro testimonio son nuestras palabras. Como dice el Salmo 107.2: “Díganlo los redimidos de Jehová”. Esto nos da la oportunidad de decir a otros lo que Dios está haciendo en nuestras vidas. Nuestras palabras pueden ser importantes para un no creyente que duda de la existencia de Dios o de la divinidad de Cristo.
Cuando nuestro carácter, conducta y palabras no se corresponden con quienes somos en Cristo, ponemos obstáculos a nuestra capacidad de alcanzar a otros con el evangelio. Un testimonio puede marcar la diferencia entre la duda y la fe en la vida de un no creyente. ¿Qué tan auténtico es su testimonio personal? |
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De: Reina4 |
Enviado: 08/05/2021 20:50 |
1/13/14
Un testimonio de fe
enviado por Jorge Monroy
Ayer mencionamos tres aspectos del testimonio personal del cristiano. Hoy daremos un vistazo a un personaje bíblico que ejemplificó estas cualidades. En Hechos 8.5, 6, Felipe llevó las buenas nuevas de Jesucristo a Samaria, y la multitud lo escuchó con atención. Debió haber sido emocionante para él ver tan cálida receptividad al evangelio. Pero, a pesar de esto, él demostró obediencia al Señor al cumplir de inmediato la orden de partir y llevar el mensaje a Gaza. El carácter piadoso de Felipe fue evidente por su sensibilidad al llamado del Señor, y por su disposición a obedecer en el acto, sin importar el costo.
También vemos que la conducta de Felipe estaba acorde con su carácter. Permitía que los principios correctos lo guiaran, y sus acciones estaban en armonía con sus convicciones. De haber decidido Felipe desobedecer al Señor, o si su fe no hubiera sido genuina, su conducta habría revelado motivos contrarios a Dios, y su testimonio habría carecido de valor.
Ya sea que Felipe se dirigiera a grandes multitudes, o hablara con una sola persona, sus palabras apuntaban a Jesucristo. En los vv. 25-39, enseñó las Sagradas Escrituras a un viajero, y lo bautizó. Felipe pensaba cuidadosamente sus palabras, y se aseguraba de que ellas dirigieran a otros al Salvador.
Felipe es ejemplo de un creyente que confiaba en Cristo, sin importar la situación. Su fe firme y fervorosa se revelaba en la manera como testificaba con su vida. Cuando usted enfrente diferentes situaciones en el día, trate de ser como Felipe. Permita que el Señor guíe su carácter, su conducta y sus palabras. |
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De: Reina4 |
Enviado: 08/05/2021 20:55 |
1/13/14
La razón de nuestra seguridad
Desde la eternidad pasada y a lo largo de la historia, Dios todopoderoso ha gobernado con autoridad suprema. Nada está oculto de su conocimiento o más allá del alcance de su control. Por causa de su soberanía, nosotros, por la fe en Cristo, somos parte de su familia, y podemos vivir con la seguridad de que:
• Dios obra para nuestro bien. La Biblia declara que Dios tiene el poder de hacer que, a sus ojos, todas las circunstancias de nuestra vida obren para nuestro bien. Él tiene el conocimiento, el poder y el deseo para lograrlo. Dios promete hacer esto por aquellos que ama y pertenecen a Él.
• Dios nos protege cada día. La Biblia dice que “el ángel del Señor acampa en torno a los que le temen” (Sal 34.7 NVI). Sin el permiso de su voluntad, nada puede tocar a los hijos de Dios. Cuando nuestro Padre celestial permite que sucedan cosas dolorosas, debemos confiar en su naturaleza inmutable y en sus promesas imperecederas. Las personas y las circunstancias cambian, no así el tierno y bondadoso carácter del Señor.
• Dios tiene el control sobre nuestro futuro. Él ha ideado todo un plan para el cuerpo de Cristo y para cada uno de sus miembros —un plan tan magnífico más allá de lo imaginable (1 Co 2.9). Podemos confiar nuestro futuro a Dios porque su carácter y sus planes son perfectos.
Descansar en la soberanía del Señor nos hará libres del temor y la ansiedad. Si usted no tiene seguridad en cuanto a cualquiera de los puntos mencionados antes, confiese su falta de fe al Padre celestial. Pídale que le perdone, y comprométase a meditar en su carácter y sus promesas. |
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De: Reina4 |
Enviado: 08/05/2021 21:00 |
Las promesas de Dios
enviado por Jorge Monroy
Las promesas de Dios manifiestan su intención de derramar bendiciones. Ellas entran dentro de varias categorías, y entender la diferencia nos ayudará a saber cómo apropiarnos de las bendiciones que nuestro Padre tiene reservadas para nosotros.
Algunas promesas bíblicas son de carácter general, pero otras son específicas. Esto significa que ciertas promesas tuvieron que ver con una persona, un tiempo o un propósito específicos, y por eso no pueden aplicarse a nosotros. Por ejemplo, Génesis 18.10 anunció un hijo a Sara. Nosotros no podemos asumir que Dios hará lo mismo por nosotros. Él puede, sin duda, utilizar ese pasaje para inculcar en nosotros su deseo de bendecirnos de esa manera. Pero debemos evitar tomar las promesas al azar, esperando que ellas se cumplan en nosotros, sea como sea.
La Biblia contiene muchas promesas incondicionales, garantías cuyo cumplimiento no requiere nada de nuestra parte. Por ejemplo, Dios ha dicho que Él llevará nuestras cargas cada día (Sal 55.22), que nunca nos desamparará ni dejará (He 13.5), y que vendrá otra vez (Jn 14.3). También encontramos muchas promesas condicionales que son garantías con la estipulación: “si… entonces” (Pr 3.5, 6; 1 Jn 1.9).
Dios se deleita en satisfacer las necesidades y los deseos de sus hijos. Pero también le promete a los no creyentes que al pedir perdón de sus pecados y recibir al Señor Jesús como Salvador personal, serán salvos (Jn 3.16). ¿Ha respondido usted a esa promesa? Si no lo ha hecho, no espere más tiempo. Después de aceptar a Cristo, hay muchas más promesas divinas esperando por usted. |
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De: Reina4 |
Enviado: 16/05/2021 22:25 |
1/24/14
Cómo manejar nuestras ansiedades
Gedeón fue alguien que experimentó gran ansiedad. Convencido de que Dios había abandonado a los israelitas, tenía que trillar el grano en un lagar para mantenerlo oculto de sus enemigos, los madianitas. Creía que su familia era una de las más débiles, y que él era inferior a cualquier hombre.
Dios llamó entonces a Gedeón —que de ninguna manera se consideraba a sí mismo capaz— para que liderara la lucha contra los madianitas. ¡Imaginemos su angustia! Pero obedeció y reunió a sus hombres, para luego ver que el Señor regresaba la mayoría de ellos a sus casas antes de la batalla.
Aunque este giro de los acontecimientos pondría ansioso a cualquiera, el pueblo de Israel obtuvo la victoria porque fue el Señor quien ganó la batalla, y con ello Gedeón aprendió cuán poderoso y personal era su Dios (Jue 6−7).
Así como lo descubrió Gedeón, conocer a Dios estrechamente es una de las claves para hacer frente a la angustia. Quienes manejan bien la ansiedad conocen al Señor de manera personal. Son los que proceden con calma, mientras que otros se ahogan en el estrés. Si se les preguntara cómo lo hacen, responderían: “Leyendo la Palabra. Orando. Confiando en Dios”. Estas sencillas frases apuntan a una forma de vida, no a un método. Esa forma de vida está centrada en Cristo, y está dedicada a conocerlo en por completo.
Los métodos del hombre para manejar la ansiedad sirven solamente para distraernos del estrés o para anestesiarnos. El método de Dios sustituye nuestra preocupación con su paz. |
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