Los talibanes vuelven a dominar Afganistán. El grupo insurgente tomó el Palacio Presidencial luego hacerse con el control de Kabul y tras la huida del presidente afgano, Ashraf Ghani, quien justificó su salida de Afganistán para evitar "un derramamiento de sangre", una huída que catapultó el colapso del Gobierno afgano.
"Para evitar un derramamiento de sangre, pensé que era mejor marcharme", aseguró Ghani en sus primeras declaraciones, pese a que había prometido no hacerlo hasta la esperada "transición de poder" que no se dio. "Los talibanes ya habían declarado que, para expulsarme, estaban dispuestos a llevar a cabo ataques contra la ciudad de Kabul y sus ciudadanos", aseguró Ghani.
La entrada en el Palacio Presidencial se produjo de forma inminente este domingo y las imágenes de los insurgentes recorriendo el recinto fueron mostradas por la televisión. Horas antes, el presidente del Alto Consejo para la Reconciliación Nacional de Afganistán, Abdullah Abdullah, anunciaba la salida de Ghani y se refería a él como "el expresidente", al tiempo que lo culpó de la caótica situación del país.
"Mi esperanza es que Dios y el pueblo de Afganistán decidan sobre el expresidente de Afganistán, que abandonó el país y puso a la nación en esta situación", dijo Abdulla. En las calles la situación es caótica. Tan solo en dos semanas una ofensiva talibán tomó una capital tras otra hasta tomar el 90 por ciento del control del país. Actualmente controlan 30 de las 34 capitales afganas.
Los ciudadanos, aterrorizados, buscaban huir del nuevo gobierno de los combatientes islámicos radicales y hacían filas en los cajeros automáticos para sacar sus ahorros, mientras las salidas de la ciudad estaban topadas de personas abandonando toda una vida.
Los helicópteros de las misiones diplomáticas se apresuraban a sacar al personal con rumbo al aeropuerto, que se convirtió en una improvisada sede diplomática, mientras los milicianos entraban triunfantes a Kabul, mostrando su armamento y eran recibidos por simpatizantes.
Algunos habitantes de Kabul comenzaron a acopiar víveres en tiendas que estaban a punto de cerrar por temor a una inseguridad prolongada. Un grupo de líderes políticos de Afganistán formó este domingo el Consejo de Coordinación para la transición del poder.
"Se formó un Consejo de Coordinación después de la salida de Ashraf Ghani y otros funcionarios responsables del país, en aras de una mejor gestión de los asuntos de paz y la transición pacífica (del poder)", informó Hamid Karzai, expresidente afgano y miembro del nuevo cuerpo.
El Consejo estaría conformado por Abdullah Abdullah y el líder del partido Hizb-e-Islami, Gulbuddin Hekmatyar. Ghani había investido ayer a este Consejo con "plena autoridad" y tenían planeado viajar a Doha para negociar con los insurgentes una salida política del conflicto, pero los planes cambiaron la noche del sábado. Ghani y un grupo cercano abandonaron el país en secreto sin renunciar oficialmente ni informar a la opinión pública y con paradero desconocido.
El Consejo recién nombrado pidió a los talibanes y las fuerzas de seguridad "ejercer la tolerancia". Los talibanes prometieron que no entrarían en Kabul a la espera de una transición pacífica pero no fue así. La mayoría de las comisarías policiales fueron saqueadas por personas armadas, tras ser evacuadas improvisadamente por los policías.
Dos funcionarios talibanes habían advertido a la agencia de noticias Reuters que no habría un gobierno de transición en Afganistán y que el grupo espera un traspaso completo del poder, aunque el Talibán había prometido lo contrario. "Nos ataron las manos a la espalda y vendieron la patria, maldito Ghani y su pandilla", dijo Bismillah Mohammadi, ministro de Defensa.
Por el momento, los talibanes han informado que pronto informarán al país y al mundo el tipo de gobierno y de régimen que regirá en el país con su llegada al poder.
Los talibanes prometen un liderazgo moderado, ante la duda de muchos
Suhail Shaheen, funcionario talibán, dijo que el grupo islamista protegería los derechos de las mujeres, así como las libertades de los trabajadores y diplomáticos. "Le aseguramos a la gente, particularmente en la ciudad de Kabul, que sus propiedades, sus vidas están a salvo", declaró a la cadena británica BBC.
"Nuestro liderazgo había ordenado a nuestras fuerzas que permanecieran a las puertas de Kabul, no que entraran en la ciudad", dijo Shaheen, quien añadió que "estamos esperando una transferencia pacífica del poder", algo que suponen sucederá en algunos días.
Pero el temor se expande por cuando dirigieron uno de los régimenes más represivos del mundo. Ejecuciones públicas, lapidaciones, interpretaciones estrictas de la ley religiosa islámica, prohibición al trabajo para las mujeres y a las niñas no se les permitió asistir a la escuela. Las mujeres debían cubrirse la cara y estar acompañadas por un pariente masculino si querían salir de su hogar y para los hombres era prohibido cortarse la barba.
Pero ahora prometen cambiar. "Respetaremos los derechos de las mujeres (...) nuestra política es que las mujeres tengan acceso a la educación y al trabajo, a usar el hiyab", dijeron. "El Emirato Islámico de Afganistán (como se autodenominan) no está interesado en la propiedad privada de nadie, sino que considera que la protección de las vidas y las propiedades de la nación es su principal responsabilidad", dijeron los talibanes, al igual que prometieron amnistía a los colaboradores de gobiernos occidentales, muchos de los cuales han decidido huir y otros han sido evacuados por las sedes diplomáticas.
Sher Jan Ahmadzai, director del Centro de Estudios de Afganistán de la Universidad de Nebraska, Omaha, no cree que el grupo haya cambiado. "Toda la evidencia sugiere que los talibanes todavía creen en la restauración de su antiguo sistema de emirato, en el que un líder religioso no elegido, o emir, era el máximo responsable de la toma de decisiones", dic
El catedrático añadió que en las zonas de Afganistán que ya son controladas por los talibanes, estos piden "a las familias que casen a una niña por familia con sus combatientes" e indica que bajo el dominio del grupo, este estipula que las mujeres no salgan de casa sin la compañía de un hombre y que ha ordenado a los hombres rezar en las mezquitas y dejarse crecer la barba.
El colapso del Gobierno de Afganistán se da solo tres meses después de que Estados Unidos comenzara a retirar sus tropas del país luego de una guerra de 20 años que acabó con la vida de 2.448 miembros del servicio estadounidense, 3.846 contratistas militares estadounidenses y 66.000 militares y policías afganos.
Los talibanes tomaron el control de Afganistán en 1996 después de capturar Kabul de forma similar a lo sucedido hoy. Entonces ganaron la guerra a varios grupos rivales y establecieron un gobierno basado en su extrema interpretación de la ley islámica Sharia y gobernaron durante cinco años, hasta que fueron derrocados en 2001 por la invasión de Afganistán liderada por Estados Unidos.
Con AP y EFE