La batalla del armagedón.
Pelearán contra el Cordero, y el Cordero los vencerá, porque él es Señor de señores y Rey de reyes; y los que están con él son llamados y elegidos y fieles. Apocalipsis 17:14.
Necesitamos estudiar el derramamiento de la séptima copa. Los poderes del mal no abandonarán el conflicto sin luchar; pero la Providencia tiene una parte que desempeñar en la batalla del Armagedón. Cuando la Tierra esté alumbrada con la gloria del ángel de Apocalipsis 18, los elementos religiosos papado y aliados , buenos y malos, despertarán del sueño y los ejércitos del Dios viviente irán a la batalla.—
Cuatro ángeles poderosos retienen los poderes de esta Tierra hasta que los siervos de Dios sean sellados en sus frentes Apoc 7:2cap14:7cap14:12 sábado séptimo día . Las naciones del mundo están ávidas por combatir; pero son contenidas por los ángeles. Cuando se quite ese poder restrictivo, vendrá un tiempo de dificultades y angustia. Se inventarán mortíferos instrumentos bélicos. Barcos serán sepultados en la gran profundidad con su cargamento viviente. Todos los que no tienen el espíritu de la verdad bíblica se unirán bajo el liderazgo de seres satánicos papado aliados del Catecismo ; pero serán retenidos hasta que llegue el tiempo de la gran batalla del Armagedón.—
Toda forma del mal se lanzará a una intensa actividad. Malos ángeles unen su poder con hombres impíos, y como han estado en conflicto constante y son experimentados en las mejores artes de engañar y de combatir, y como se han fortalecido durante siglos, no se rendirán en el último conflicto sin una lucha desesperada. Todo el mundo estará de un lado o del otro. La batalla del Armagedón se peleará y ese día no debe hallar a ninguno de nosotros durmiendo. Debemos estar bien despiertos, como vírgenes prudentes que tenemos aceite en nuestras vasijas con nuestras lámparas...
El poder del Espíritu Santo debe estar sobre nosotros, y el Capitán de la hueste del Señor estará a la cabeza de los ángeles del cielo para dirigir la batalla. Aún ocurrirán sucesos solemnes. Una trompeta tras otra resonará, copa tras copa se derramará sobre los habitantes de la Tierra.—Los católicos, los protestantes y los mundanos..En los movimientos que se realizan actualmente en los Estados Unidos de Norteamérica para asegurar el apoyo del Estado a las instituciones y prácticas de la iglesia, los protestantes están siguiendo las huellas de los papistas. Más aún, están abriendo la puerta para que el papado recobre en la América protestante la supremacía que perdió en el Viejo Mundo.El 29 de marzo de 1994 dirigentes protestantes evangélicos y católicos romanos firmaron en una declaración conjunta un documento memorable que nadie podría haber previsto aun en la década de 1980. Tal vez el evento más significativo en los últimos 500 años de la historia de la iglesia, la firma de esta asombrosa declaración titulada “Evangélicos y católicos unidos: la misión cristiana en el tercer milenio”, (ECT), derriba sustancialmente la Reforma protestante a la par que cumple la profecía bíblica Las persecuciones de los protestantes por parte del catolicismo, debido a las cuales la religión de Jesús fue casi aniquilada, serán más que imitadas cuando se unan el protestantismo y el papadoLa iglesia apelará al brazo poderoso de la autoridad civil y en esta obra los papistas y los protestantes irán unidos.—ESFUERZOS PARA SUPRIMIR Y DESTRUIR LA BIBLIA—En cuanto a los esfuerzos de larga duración hechos en Francia para acabar con la Biblia, especialmente con las versiones en lengua vulgar, dice Gaussen: “Ya el decreto de Tolosa (de Francia), de 1229, [...] instituía el espantoso tribunal de la Inquisición contra todos los lectores de la Biblia en lengua vulgar. Era un decreto de fuego, de sangre y de asolamiento. En sus capítulos III, IV, V y VI disponía que se destruyeran por completo hasta las casas y los más humildes escondrijos y aun los retiros subterráneos de los que fueran convictos de poseer las Escrituras, y que ellos mismos fueran perseguidos hasta en sus montes y en los antros de la tierra, y que se castigara con severidad aun a sus encubridores”. Como resultado la Biblia “fue pues prohibida en todas partes; desapareció en cierto modo de sobre la tierra, bajó al sepulcro”. Estos decretos fueron “seguidos durante quinientos años de suplicios sin cuento en que la sangre de los santos corrió como agua”. (L. Gaussen, Le canon des Saintes Écritures, parte 2, lib. 2, cap. 7; y cap. 13 ed. de Lausana, 1860). Respecto a los esfuerzos especiales hechos para destruir la Biblia durante el Reinado del Terror a fines de 1793, el Dr. Lorimer dice “Dondequiera que se encontrase una Biblia puede decirse que había persecución a muerte; a tal punto que varios comentadores respetables interpretan la muerte de los dos testigos, en el capítulo once del Apocalipsis, como refiriéndose a la supresión general, más aun, a la destrucción del Antiguo y Nuevo Testamentos en Francia durante aquella época” (J. G. Lorimer, An Historical Sketch of the Protestant Church in France, cap. 8, párrs. 4, 5).