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General: PRIMERA PROMESA AL REGRESO DE CRISTO RESUCITAN SUS HIJOS DE TODAS LAS EPOCAS ADA
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El regreso de Cristo su segunda venida .DESPIERTA A LOS QUE ESTAN EN SU TUMBAS DESDE ADAN Y EL ULTIMO SELLADO POR EL .
Ascendió corporalmente, y ellos le vieron cuando los dejó y fué recibido en la nube. Volverá en una gran nube blanca, y “todo ojo le verá.” Apocalipsis 1:7.
La séptima plaga y la resurrección especial
Síguese un gran terremoto, “cual no fue jamás desde que los hombres han estado sobre la tierra”. Apocalipsis 16:18. El firmamento parece abrirse y cerrarse. La gloria del trono de Dios parece cruzar la atmósfera. Los montes son movidos como una caña al soplo del viento, y las rocas quebrantadas se aparecen por todos lados [...]. Toda la tierra se alborota e hincha como las olas del mar. Su superficie se raja. Sus mismos fundamentos parecen ceder. Se hunden cordilleras. Desaparecen islas habitadas. Los puertos marítimos que se volvieron como Sodoma por su corrupción, son tragados por las enfurecidas olas [...]. Granizo grande, cada uno “como del peso de un talento” (vers. 21), hace su obra de destrucción.
Los sepulcros se abren, y “muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua”. Daniel 12:2. Todos los que murieron en la fe del mensaje del tercer ángel, salen glorificados de la tumba, para oír el pacto de paz que Dios hace con los que guardaron su ley. “Los que le traspasaron” (Apocalipsis 1:7), los que se mofaron y se rieron de la agonía de Cristo y los enemigos más acérrimos de su verdad y de su pueblo, son resucitados para mirarle en su gloria para ver el honor con que serán recompensados los fieles y obedientes.
El terror de los perdidos
Cuando la tierra se bambolee como un ebrio, cuando los cielos se estremezcan y venga el gran día del Señor, ¿quién podrá estar firme? Una cosa verán temblando de agonía, de la cual procurarán escapar en vano. “He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá”. Apocalipsis 1:7. Los que no están salvos pronuncian desesperadas imprecaciones a la naturaleza muda, su dios: “Montes y... peñas: Caed sobre nosotros, y escondednos del rostro de aquel que está sentado sobre el trono”. Apocalipsis 6:16.—
Cuando la voz de Dios ponga fin al cautiverio de su pueblo, será terrible el despertar para los que lo hayan perdido todo en la gran lucha de la vida... La ganancia de una vida entera les es arrebatada en un momento. Los ricos lamentan la destrucción de sus soberbias casas, la dispersión de su oro y de su plata... Los impíos los que obtuvieron la marca de la bestia están llenos de pesar, no por su indiferencia pecaminosa para con Dios y sus semejantes, sino porque Dios haya vencido. Lamentan el resultado obtenido; pero no se arrepienten de su maldad.
despertaos, los que dormís, y levantaos!”
Las nubes comienzan a plegarse como un rollo y allí está la señal brillante y clara del Hijo del hombre. Los hijos de Dios saben lo que esa nube significa. Se oye el sonido de música, y cuando se acerca, se abren las tumbas y los muertos son levantados.—
“No os maravilléis de esto: porque vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación”. Juan 5:28-29. Esta voz pronto resonará entre todos los muertos, y cada santo que duerme en Jesús se levantará y abandonará su prisión.—
Los preciosos muertos, desde Adán hasta el último santo que fallezca, oirán la voz del Hijo de Dios, y saldrán del sepulcro para tener vida inmortal.—
Entre las oscilaciones de la tierra, las llamaradas de los relámpagos y el fragor de los truenos, el Hijo de Dios llama a la vida a los santos dormidos. Dirige una mirada a las tumbas de los justos, y levantando luego las manos al cielo, exclama: “¡Despertaos, despertaos, despertaos, los que dormís en el polvo, y levantaos!” Por toda la superficie de la tierra, los muertos oirán esa voz; y los que la oigan vivirán. Y toda la tierra repercutirá bajo las pisadas de la multitud extraordinaria de todas la naciones, tribus, lenguas y pueblos. De la prisión de la muerte sale revestida de gloria inmortal gritando: “¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?” 1 Corintios 15:55. Y los justos vivos unen sus voces a las de los santos resucitados en prolongada y alegre aclamación de victoria.
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De las cuevas, escondrijos y calabozos salen sus hijos resucitados .EL PAPADO APOC 13:7 Se le concedió hacer la guerra a los santos y vencerlos; se le concedió poderío sobre toda raza, pueblo, lengua y nación.cap 13:15cap17:6cap18:24 .(INQUISICION CUANDO LAS PLAGAS CAEN SOBRE EL PAPADO Y ALIADOS )Los impíos son muertos
En la loca lucha de sus propias desenfrenadas pasiones y debido al terrible derramamiento de la ira de Dios sin mezcla de piedad, caen los impíos los que tienen la marca de la Bestia habitantes de la tierra: sacerdotes ,curas ,papas ,monjas ,pastores , gobernantes y el pueblo en general, ricos y pobres, grandes y pequeños. “Y los muertos por Jehová en aquel día estarán tendidos de cabo a cabo de la tierra; no serán llorados, ni recogidos, ni enterrados”. Jeremías 25:33
A la venida de Cristo los impíos serán borrados de la superficie de la tierra, consumidos por el espíritu de su boca de Cristo a su regreso y destruidos por el resplandor de su gloria. Cristo lleva a su pueblo a la ciudad de Dios, y la tierra queda privada de sus habitantes.—
Para el pecado, dondequiera que se encuentre, “nuestro Dios es fuego consumido”. Hebreos 12:29. En todos los que se sometan a su poder, el Espíritu de Dios consumirá el pecado. Pero si los hombres se aferran al pecado, llegan a identificarse con él. Entonces la gloria de Dios, que destruye el pecado, debe destruirlos a ellos también.—
La gloria de su rostro, que es vida para los justos, será fuego consumidor para los impíos
En las fortalezas de las montañas, en las cuevas y guaridas de la tierra, el Salvador revela su presencia y su gloria.
Un poco más de tiempo, y el que ha de venir vendrá y no tardará. Sus ojos, como llama de fuego penetran en las prisiones bien custodiadas para buscar a los que están ocultos, porque sus nombres están escritos en el libro de vida del Cordero. Esos ojos del Salvador están por encima de nosotros, a nuestro alrededor, y ven toda dificultad, disciernen todo peligro, y no hay lugar donde no puedan penetrar, no hay aflicciones o sufrimientos de su pueblo que escapen a la simpatía de Cristo .
El hijo de Dios quedará aterrorizado ante la primera visión de la majestad de Jesús. Sentirá que no podrá vivir ante su sagrada presencia. Pero al igual que Juan, oye decir: “No temas”. Jesús colocó su mano derecha sobre Juan y lo levantó del suelo. Así también hará con sus hijos leales que confían en él.—
Los herederos de Dios han venido de buhardillas, chozas, cárceles, cadalsos, montañas, desiertos, cuevas de la tierra, y de las cavernas del mar.—
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Rumbo al hogar!Apocalipsis 15:2 Y vi también como un mar de cristal mezclado de fuego, y a los que habían triunfado de la Bestia y de su imagen y de la cifra de su nombre, de pie junto al mar de cristal, llevando las cítaras de Dios.
Los justos vivos son mudados “en un momento, en un abrir de ojo”. A la voz de Dios fueron glorificados; ahora son hechos inmortales, y juntamente con los santos resucitados son arrebatados para recibir a Cristo su Señor en los aires. Los ángeles “juntarán sus escogidos de los cuatro vientos, de un cabo del cielo hasta el otro”. Santos ángeles llevan niñitos a los brazos de sus madres. Amigos, a quienes la muerte tenía separados desde largo tiempo, se reúnen para no separarse más, y con cantos de alegría suben juntos a la ciudad de Dios.—
Juntos entramos en la nube y durante siete días fuimos ascendiendo al mar de vidrio.—
Cuando el carro ascendía, las ruedas exclamaba “¡Santo!” y las alas, al batir, gritaban: “¡Santo!” y la comitiva de santos ángeles que rodeaba la nube exclamaba: ¡Santo, santo, santo, Señor Dios Todopoderoso!” Y lo santos en la nube cantaban: “¡Gloria! ¡Aleluya!”
¡Oh, cuán glorioso será verle y recibir la bienvenida como sus redimidos! Largo tiempo hemos aguardado; pero nuestra esperanza no debe debilitarse. Si tan solo podemos ver al Rey en su hermosura, seremos bienaventurados para siempre. Me siento inducida a clamar con gran voz: “¡Vamos rumbo a la patria!”—
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La Tierra huye de su hacedor a su segunda venida los impíos. Apoc 19: .11 Entonces vi el cielo abierto, y había un caballo blanco: el que lo monta se llama «Fiel» y «Veraz»; y juzga y combate con justicia.
12 Sus ojos, llama de fuego; sobre su cabeza, muchas diademas; lleva escrito un nombre que sólo él conoce;
13 viste un manto empapado en sangre y su nombre es: La Palabra de Dios.
14 Y los ejércitos del cielo, vestidos de lino blanco puro, le seguían sobre caballos blancos.
15 De su boca sale una espada afilada para herir con ella a los paganos; él los regirá con cetro de hierro; él pisa el lagar del vino de la furiosa cólera de Dios, el Todopoderoso.
16 Lleva escrito un nombre en su manto y en su muslo: Rey de Reyes y Señor de Señores.
Porque haré estremecer los cielos, y la tierra se moverá de su lugar, en la indignación de Jehová de los ejércitos, y en el día del ardor de su ira. Y como gacela perseguida, y como oveja sin pastor, cada cual mirará hacia su pueblo, y cada uno huirá a su tierra. Isaías 13:13, 14.
Densas nubes cubren aún el firmamento; sin embargo el sol se abre paso de vez en cuando, como si fuera el ojo vengador de Jehová. Fieros relámpagos rasgan el cielo con fragor, envolviendo a la tierra en claridad de llamaradas. Por encima del ruido aterrador de los truenos, se oyen voces misteriosas y terribles que anuncian la condenación de los impíos. No todos entienden las palabras pronunciadas; pero los falsos maestros las comprenden perfectamente. Los que poco antes eran tan temerarios, jactanciosos y provocativos, y que tanto se regocijaban al ensañarse con el pueblo de Dios observador de sus mandamientos, se sienten presa de consternación y tiemblan de terror. Sus llantos dominan el ruido de los elementos. Los demonios confiesan la divinidad de Cristo y tiemblan ante su poder, mientras que los hombres claman por misericordia...
Por un desgarrón de las nubes una estrella arroja rayos de luz cuyo brillo queda cuadruplicado por el contraste con la obscuridad. Significa esperanza y júbilo para los fieles, pero severidad para los transgresores de la ley de Dios. Los que todo lo sacrificaron por Cristo están entonces seguros, como escondidos en los pliegues del pabellón de Dios. Fueron probados, y ante el mundo y los despreciadores de la verdad demostraron su fidelidad a Aquel que murió por ellos. Un cambio maravilloso se ha realizado en aquellos que conservaron su integridad ante la misma muerte. Han sido librados como por ensalmo de la sombría y terrible tiranía de los hombres vueltos demonios. Sus semblantes, poco antes tan pálidos, tan llenos de ansiedad y tan macilentos, brillan ahora de admiración, fe y amor. Sus voces se elevan en canto triunfal: “Dios es nuestro refugio y fortaleza; socorro muy bien experimentado en las angustias. Por lo tanto no temeremos aunque la tierra sea conmovida, y aunque las montañas se trasladen al centro de los mares; aunque bramen y se turben sus aguas, aunque tiemblen las montañas a causa de su bravura”. Salmos 46:1-3 La sacudida” del terremoto “fue seguida instantáneamente del hundimiento de todas las iglesias y conventos, de casi todos los grandes edificios públicos y más de la cuarta parte de las casas. Unas horas después estallaron en diferentes barrios incendios que se propagaron con tal violencia durante casi tres días que la ciudad quedó completamente destruida. El terremoto sobrevino en un día de fiesta en que las iglesias y conventos estaban llenos de gente, y escaparon muy pocas personas” . “El terror del pueblo era indescriptible. Nadie lloraba; el siniestro superaba la capacidad de derramar lágrimas. Todos corrían de un lado a otro, delirantes de horror y espanto, golpeándose la cara y el pecho, gritando: ‘¡Misericordia! ¡Llegó el fin del mundo!’ Las madres se olvidaban de sus hijos y corrían de un lado a otro llevando crucifijos. Desgraciadamente, muchos corrieron a refugiarse en las iglesias; pero en vano se expuso el sacramento; en vano aquella pobre gente abrazaba los altares; imágenes, sacerdotes y feligreses fueron envueltos en la misma ruina.FATIMA LAS IMAGENES DE MARIA TODO SERA DESTRUIDO POR CRISTO .
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DESPUES DE LA LEY DOMINICAL O LA MARCA DE LA BESTIA PARTE DEL ULTIMO REMANENTE DE CRISTO SELLADO SALE DE LAS IGLESIAS IMPIAS DEL PAPADO COMO MARTIN LUTERO JUAN JUSS ETC ESCUCHA Y SALE DE BABILONIA APOC 18: 4 Luego oí otra voz que decía desde el cielo: «Salid de ella, pueblo mío, no sea que os hagáis cómplices de sus pecados y os alcancen sus plagas.
5 Porque sus pecados se han amontonado hasta el cielo y Dios se ha acordado de sus iniquidades.
Apocalipsis (de Juan) 14-> Ver. 1
[V.1-> Miré. Mejor “Vi”. El Cordero. Sin duda se refiere al Cordero mencionado en Ap 5:6 (ver el comentario respectivo). En cuanto al uso del artículo para referirse a datos proféticos previamente introducidos, ver com. Dan 7:13; cf. com. Ap 1:13. El Monte de Sión. Ver com. Sal 48:2; Ap 14:1-5 se relaciona estrechamente con el Ap 13:11-18. Los 144.000 aparecen con el Cordero sobre el monte de Sión para indicar su triunfo sobre la bestia y su imagen. Juan los había visto pasar poco antes por una prueba sumamente severa, aislados socialmente y condenados como merecedores de la pena de muerte. Pero en su hora más oscura fueron librados, y ahora están con el Cordero librados eternamente de los conflictos de la tierra. Ciento Cuarenta y Cuatro mil. En cuanto a la identidad de este grupo, ver com. Ap 7:4. El nombre... de su Padre. En el Ap 7:3 se dice que los 144.000 son sellados “en sus frentes”, por lo tanto, hay una estrecha relación entre el sello y el nombre divino. En esta visión de Juan el sello evidentemente tenía el nombre del Padre y del Hijo. En los sellos antiguos se grababa el nombre de la persona, lo que les daba validez. En cuanto a ejemplos de inscripciones en estos sellos, ver com. Ap 7:2. Los nombres, aplicados a los 144.000, representan (1) el dueño: los 144.000 pertenecen a Dios; (2) el carácter: los 144.000 reflejan plenamente la imagen de Jesús. Cf. com. Ap 13:17, donde la marca de la bestia y el nombre de la bestia se relacionan estrechamente. En la frente. Compárese con la marca de la bestia en la frente (ver com. Ap 13:16). ]
Apocalipsis (de Juan) 14-> Ver
[V.2-> Y oí una voz. 0 “un sonido”. Algunos creen que estos tañedores de arpas y cantores no son los 144.000 sino los ángeles, cuyo mensaje sólo pueden entender los 144.000; sin embargo, en Ap 15:2-3 se presenta claramente a los 144.000 con arpas y cantando, y por esto otros creen que en Ap 14:2 también se trata de los 144.000. Estruendo de muchas aguas. Ver com. Ap 1:15. Sonido de un gran trueno. El trueno se relaciona aquí, como en otros pasajes, con la presencia divina (cf. Jnb 37:4; Sal. 29; Ap 4:5; Ap 6:1). Voz... era como de arpistas. O “el sonido que oí como de citaristas que tocaban en sus 840 cítaras. El sonido que Juan oyó era semejante al de tañedores de cítaras. Quizá no vio tocar los instrumentos, de ahí su cautelosa comparación. Hay un estudio de las arpas antiguas en el t. III, pp. 38-39. ]
Apocalipsis (de Juan) 14-> Ver.
[V.3-> Cantaban. Literalmente “cantan” (BJ, BC). La flexión del verbo está en presente para darle más dramatismo (cf. com. Ap 13:11). Trono. El trono ya se ha presentado (Ap 4:2). Delante de los cuatro seres vivientes. Ver com. Ap 4:6. Ancianos. Cf. Ap 4:4. Nadie podía aprender. Esta experiencia es de naturaleza tan personal, que sólo los que han pasado por ella pueden apreciar su significado. Para ellos el canto es un resumen preciosísimo y abarcante de las vicisitudes por las cual han pasado en las etapas finales de conflicto entre el bien y el mal. Redimidos. Gr. agorázō, “comprar”, “adquirir”, “redimir”; también se traduce “comprar” en los Ap 3:18; Ap 18:11. Compárese con las frases “con tu sangre nos ha redimido para Dios” (Ap 5:9), “redimidos de entre los de la tierra” (Ap 14:4). Cf. com. Rom 3:24; 1Co 6:20. ]
Apocalipsis (de Juan) 14-> Ver.
[V.4-> No se contaminaron. Gr. molúnō, “contaminar”, “marchar”, “ensuciar”, como la conciencia (1Co 8:7) o los vestidos (Ap 3:4). Se refiere figuradamente, sin duda, a la contaminación debido a las relaciones ilícitas (ver com. “vírgenes”). El tiempo del verbo en griego puede ser significativo, pues fija la acción en un momento específico, sin duda en el tiempo cuando la unión de los elementos religiosos, simbolizados por “mujeres” (ver com. “mujeres”), ejercerá toda la presión posible sobre los santos para que renuncien a su fidelidad a Dios y sus mandamientos y se unan a la organización apóstata (ver com. Ap 16:14; Ap 17:2; Ap 17:6). Cualquiera concesión hubiera significado una contaminación; pero ahora, de pie victoriosamente sobre el monte de Sión, se alaba a los santos por su felicidad. Mujeres. En las Escritura a menudo se usa la figura de una mujer para representar a una iglesia; una mujer pura simboliza a la iglesia verdadera, a una mujer inmoral, a la iglesia apóstata (ver com. Ap 12:1). En Ap 17:1-5 (ver el comentario respectivo) la iglesia de Roma y varias iglesias apóstatas que siguen sus pisadas, son simbolizadas con una mujer impura y sus hijas. El profeta se refiere sin duda a estas iglesias (ver com. “no se contaminaron”). Vírgenes. Gr. parthénos, término que se aplica a hombres y mujeres; aquí, a hombres. Esta aplicación es clara tanto por el texto griego como por la figura de “virgenes” que no se han “contaminado” con “mujeres”. Todo el pasaje es simbólico, y por eso no se refiere a la virginidad literal que uno u otro sexo; de lo contrario, este pasaje contradiría otros que ensalzan el matrimonio y la relación conyugal (ver com. 1Co 7:1-5; Heb 13:4). Los santos son llamados vírgenes o porque se han mantenido apartados de Babilonia, o porque ya no tienen nada que ver con ella (ver com. Ap 18:4). Se negaron a tener relación alguna con Babilonia y sus hijas en el tiempo cuando éstas se convirtieron en los instrumentos de Satanás en su esfuerzo final por extirpar a los santos (ver com. Ap 13:15). No se contaminaron participando en esa alianza vituperable de elementos reunidos por Satanás, aunque quizá alguna vez pertenecieron a alguno de los diversos grupos que ahora están unidos. Siguen al Cordero. Parece señalarse algún privilegio especial de los 144.000 cuyos detalles no son revelados y por lo tanto sólo se pueden conjeturar. Cf. com. Ap 7:14-17. Redimidos de entre. Ver com. Ap 14:3. Primicias. Gr. aparj’, “primeros frutos”, de la raíz del verbo apárjomai, “empezar”, especialmente “iniciar el sacrificio”, “ofrecer primicias”. Los antiguos israelitas ofrecían las primicias al Señor en forma personal (Deu 26:1-11) y también nacional (Lev 23:10; Lev 23:17). Dar las primicias era un reconocimiento de la bondad de Dios al proporcionar la cosecha. La ofrenda nacional también tenía un significado simbólico (ver com. 1Co 15:20). El término “primicias” aplicado a los 144.000 pude entenderse en dos formas: 1. Que son la primera entrega o adelantos de la gran cosecha. Los 144.000 son los vencedores en el gran conflicto con la bestia y su imagen (ver com. Ap 14:1). Han sido librados de esta lucha y están a salvo delante del trono de Dios. “Habiendo sido trasladado de la tierra, de entre los vivos, son contados por ‘primicias para Cristo y para el Cordero’ “ (CS 707) 2. Que sencillamente significa “un presente” o “una ofrenda”. Aparj’ es en la LXX la traducción más frecuente del Heb. terumah, 841 “contribución”, “ofrenda”. En Exo 25:2-3 terumah es la contribución de los hijos de Israel para la construcción del santuario. Terumah describe con frecuencia una “ofrenda” (ver Num 5:9, LXX, aparj’). Inscripciones antiguas muestran que aparj’ se usaba comúnmente para describir un “presente” para una diosa, sin referencia al tiempo. Cuando aparj’ es la traducción de terumah, tampoco hay referencia al tiempo. Por lo tanto, los 144.000 pueden considerarse como las “primicias”, ya sea en el sentido de que son parte de una cosecha mayor, o de ser una ofrenda o presente para Dios. ]
Apocalipsis (de Juan) 14-> Ver. 5
[V.5-> Fue hallada. La reflexión del verbo griego indica acción pasada en un momento determinado. En el momento de hacerse la investigación, los 144.000 eran intachables, limpios por la gracia de Dios. Mentira Gr. pséudos, “falsedad”, “sutileza”, “fraude”, “engaño”. El Evangelio de Jesucristo transformara al pecador, lo convierte ningún fingimiento, ningún engaño, ningún pecado. Sin mancha Gr. ámōmos, “sin defecto”, “sin culpa” (ver com. Efe 1:4; cf. PVGM 47-48; TM 506). Delante del trono. La evidencia textual establece (cf. p. 10) la omisión de esta frase. La omiten la BJ, BA, BC y NC ]
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