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General: LOS QUE NO ESTARAN EN EL CIELO DESPUES DEL REGRESO DE CRISTO.
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Algunos que no estarán allí en el cielo después de la segunda venida de Cristo .Apocalipsis 1:7 .
Caín—Aunque Caín merecía la sentencia de muerte por sus crímenes, el misericordioso Creador le perdonó la vida y le dio oportunidad para arrepentirse. Pero Caín vivió sólo para endurecer su corazón, para alentar la rebelión contra la divina autoridad, y para convertirse en jefe de un linaje de osados y réprobos pecadores. Este apóstata, dirigido por Satanás, llegó a ser un tentador para otros; y su ejemplo e influencia hicieron sentir su fuerza desmoralizadora, hasta que la tierra llegó a estar tan corrompida y llena de violencia que fue necesario destruirla.
La esposa de Lot—Si Lot mismo no hubiese vacilado en obedecer a la advertencia del ángel, y si hubiese huído con prontitud hacia las montañas, sin una palabra de súplica ni de protesta, su esposa también habría podido escapar. La influencia del ejemplo de él la habría salvado del pecado que selló su condenación. Pero la vacilación y la tardanza de él la indujeron a ella a considerar livianamente la amonestación divina. Mientras su cuerpo estaba en la llanura, su corazón se asía de Sodoma, y con Sodoma pereció. Se rebeló contra Dios porque sus juicios arrastraban a sus hijos y sus bienes a la ruina. Aunque fue muy favorecida al ser llamada a que saliera de la ciudad impía, creyó que se la trataban duramente, porque tenía que dejar para ser destruidas las riquezas que habían acumulado con el trabajo de muchos años. En vez de aceptar la salvación con gratitud, miró hacia atrás presuntuosamente deseando la vida de los que habían despreciado la advertencia divina. Su pecado mostró que no era digna de la vida, por cuya conservación sentía tan poca gratitud.—
El rey Saúl—Saúl sabía que con ese último acto—el de consultar a la pitonisa de Endor—cortaba el último tenue vínculo que lo unía a Dios. Sabía que si antes no se había separado voluntariamente de Dios, ese acto sellaba definitivamente esa separación. Había hecho un pacto con la muerte y un convenio con el infierno. La copa de su iniquidad se había colmado.—Comentario Bíblico Adventista 2:1017. SVC 103.1
Judas—Dios ha señalado medios, si nosotros los usamos con diligencia y con oración, para que ningún bajel naufrague, sino que capee la tempestad, y ancle finalmente en el cielo de bendición. Pero si despreciamos y descuidamos este equipo y este privilegio, Dios no obrará un milagro para salvar a ninguno de nosotros, y estaremos perdidos como lo estuvieron Judas y Satanás.—
Herodes, Herodías, Pilato y las personas involucradas directamente en la crucifixión de Jesús—Luego, ante las multitudes agitadas, se reproducen las escenas finales: el paciente Varón de dolores pisando el sendero del Calvario; el Príncipe del cielo colgado de la cruz; los sacerdotes altaneros y el populacho escarnecedor ridiculizando la agonía de su muerte; la obscuridad sobrenatural; el temblor de la tierra, las rocas destrozadas y los sepulcros abiertos que señalaron el momento en que expiró el Redentor del mundo. SVC 103.3
La escena terrible se presenta con toda exactitud. Satanás, sus ángeles y sus súbditos no pueden apartar los ojos del cuadro que representa su propia obra. Cada actor recuerda el papel que desempeñó. Herodes, el que mató a los niños inocentes de Belén para hacer morir al Rey de Israel; la innoble Herodías, sobre cuya conciencia pesa la sangre de Juan el Bautista; el débil Pilato, esclavo de las circunstancias; los soldados escarnecedores; los sacerdotes y gobernantes, y la muchedumbre enloquecida que gritaba: “¡Recaiga su sangre sobre nosotros, y sobre nuestros hijos!”—todos contemplan la enormidad de su culpa. En vano procuran esconderse ante la divina majestad de su presencia que sobrepuja el resplandor del sol, mientras que los redimidos echan sus coronas a los pies del Salvador, exclamando: “¡El murió por mí!”
Los que pusieron en ridículo su aserto de ser el Hijo de Dios enmudecen ahora. Allí está el altivo Herodes que se burló de su título real y mandó a los soldados escarnecedores que le coronaran. Allí están los hombres mismos que con manos impías pusieron sobre su cuerpo el manto de grana, sobre sus sagradas sienes la corona de espinas y en su dócil mano un cetro burlesco, y se inclinaron ante él con burlas de blasfemia. Los hombres que golpearon y escupieron al Príncipe de la vida, tratan de evitar ahora su mirada penetrante y de huir de la gloria abrumadora de su presencia. Los que atravesaron con clavos sus manos y sus pies, los soldados que le abrieron el costado, consideran esas señales con terror y remordimiento.
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Los sacerdotes y los escribas recuerdan los acontecimientos del Calvario con claridad aterradora. Llenos de horror recuerdan cómo, moviendo sus cabezas con arrebato satánico, exclamaron: “A otros salvó, a sí mismo no puede salvar: si es el Rey de Israel, descienda ahora de la cruz, y creeremos en él. Confió en Dios; líbrele ahora si le quiere.” Mateo 27:42, 43.
Recuerdan a lo vivo la parábola de los labradores que se negaron a entregar a su señor los frutos de la viña, que maltrataron a sus siervos y mataron a su hijo. También recuerdan la sentencia que ellos mismos pronunciaron: “A los malos destruirá miserablemente” el señor de la viña. Los sacerdotes y escribas ven en el pecado y en el castigo de aquellos malos labradores su propia conducta y su propia y merecida suerte. Y entonces se levanta un grito de agonía mortal. Más fuerte que los gritos de “¡Sea crucificado! ¡Sea crucificado!” que resonaron por las calles de Jerusalén, estalla el clamor terrible y desesperado: “¡Es el Hijo de Dios! ¡Es el verdadero Mesías!” Tratan de huir de la presencia del Rey de reyes. En vano tratan de esconderse en las hondas cuevas de la tierra desgarrada por la conmoción de los elementos.—
Nerón y su madre; los sacerdotes y pontífices papales—Entre la multitud de los rescatados están los apóstoles de Cristo, el heroico Pablo, el ardiente Pedro, el amado y amoroso Juan y sus hermanos de corazón leal, y con ellos la inmensa hueste de los mártires; mientras que fuera de los muros, con todo lo que es vil y abominable, se encuentran aquellos que los persiguieron, encarcelaron y mataron. Allí está Nerón, monstruo de crueldad y de vicios, y puede ver la alegría y el triunfo de aquellos a quienes torturó, y cuya dolorosa angustia le proporcionara deleite satánico. Su madre está allí para ser testigo de los resultados de su propia obra; para ver cómo los malos rasgos de carácter transmitidos a su hijo y las pasiones fomentadas y desarrolladas por la influencia y el ejemplo de ella, produjeron crímenes que horrorizaron al mundo. SVC 105.3
Allí hay sacerdotes y prelados papistas, que dijeron ser los embajadores de Cristo y que no obstante emplearon instrumentos de suplicio, calabozos y hogueras para dominar las conciencias de su pueblo. Allí están los orgullosos pontífices que se ensalzaron por encima de Dios y que pretendieron alterar la ley del Altísimo. Aquellos así llamados padres de la iglesia tienen que rendir a Dios una cuenta de la que bien quisieran librarse. Demasiado tarde ven que el Omnisciente es celoso de su ley y que no tendrá por inocente al culpable de violarla. Comprenden entonces que Cristo identifica sus intereses con los de su pueblo perseguido, y sienten la fuerza de sus propias palabras: “En cuanto lo hicisteis a uno de los más pequeños de estos mis hermanos, a mí lo hicisteis”. Mateo 25:40 (VM).
Los impíos de todas las generaciones—En terrible majestad, él [Jesús] llama a los impíos muertos. Éstos son despertados de su largo sueño. ¡Qué espantoso despertar! Contemplan al Hijo de Dios en su severa majestad y resplendente gloria. Todos, tan pronto lo ven, saben que él es el crucificado que murió para salvarlos, Aquel que aborrecieron y rechazaron. En número son como la arena sobre la orilla del mar. En la primera resurrección, todos surgen con lozanía inmortal, pero en la segunda se ven en todos las señales de la maldición. Todos surgen como descendieron a sus tumbas. Los que vivieron antes del diluvio salen con su estatura gigantesca, más del doble de la altura de los hombres que ahora viven en la tierra, y son bien proporcionados. Las generaciones posteriores al diluvio fueron de una estatura menor.—Spiritual Gifts 3:84. SVC 106.2
En un arrebato belicoso señala los innumerables millones que han sido resucitados de entre los muertos, y declara que como jefe de ellos es muy capaz de destruir la ciudad y recuperar su trono y su reino. SVC 107.1
Entre aquella inmensa muchedumbre se cuentan numerosos representantes de la raza longeva que existía antes del diluvio; hombres de estatura elevada y de capacidad intelectual gigantesca, que habiendo cedido al dominio de los ángeles caídos, consagraron toda su habilidad y todos sus conocimientos a la exaltación de sí mismos; hombres cuyas obras artísticas maravillosas hicieron que el mundo idolatrase su genio, pero cuya crueldad y malos ardides mancillaron la tierra y borraron la imagen de Dios, de suerte que el Creador los hubo de raer de la superficie de la tierra. Allí hay reyes y generales que conquistaron naciones, hombres valientes que nunca perdieron una batalla, guerreros soberbios y ambiciosos cuya venida hacía temblar reinos. La muerte no los cambió. Al salir de la tumba, reasumen el curso de sus pensamientos en el punto mismo en que lo dejaran. Se levantan animados por el mismo deseo de conquista que los dominaba cuando cayeron.—El Conflicto de los Siglos, 721, 722. SVC 107.2
Aquellos que viven en el egoísmo—Nadie piense que podría vivir una vida de egoísmo, y entonces, habiendo servido a su propio interés, entrar en el gozo de su Señor. No podría participar en el gozo del amor desinteresado. No estaría preparado para los atrios celestiales. No podría apreciar la atmósfera pura del amor que compenetra el cielo. Las voces de los ángeles y la música de sus arpas no lo satisfarían. Para su mente la ciencia del cielo sería un enigma.—
Los de espiritualidad embotada—¡Cuán poco sufren los jóvenes, o se niegan a sí mismos por su religión! Apenas si se piensa en el sacrificio entre ellos. No imitan al Modelo a este respecto. Vi que el lenguaje de su vida es: el yo debe ser complacido, el orgullo debe ser satisfecho. Se olvidan del Varón de dolores, que conoció el pesar. Los sufrimientos de Jesús en el Getsemaní, su sudor, como de grandes gotas de sangre en el huerto, la apretada corona de espinas que hirió su sagrada frente, no los conmueven. Se han encallecido. Sus sensibilidades están embotadas, y han perdido toda noción del gran sacrificio hecho por ellos. Pueden quedar sentados escuchando la historia de la cruz, y oyendo cómo los crueles clavos traspasaron las manos y los pies del Hijo de Dios sin conmoverse hasta lo más profundo del alma. SVC 108.1
Dijo el ángel: “Si los tales fueran introducidos en la ciudad de Dios, y se les dijera que toda su rica belleza y gloria serán su disfrute eterno, no se darían cuenta de cuán elevado precio se pagó por esta herencia que se les destina. Nunca comprenderán las inconmensurables profundidades del amor del Salvador. No han bebido de su copa ni han sido bautizados de su bautismo. El cielo se mancillaría si los tales moraran allí. Únicamente aquellos que han participado de los sufrimientos del Hijo de Dios, y han subido de la gran tribulación y lavado sus vestiduras y las han emblanquecido en la sangre del Cordero, pueden disfrutar de la gloria indescriptible y la belleza insuperable del cielo”.
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Vi a un ángel de pie con balanzas en la mano, pesando los pensamientos y el interés del pueblo de Dios, especialmente de los jóvenes. En un platillo estaban los pensamientos e intereses que tendían hacia el cielo; en el otro se hallaban los pensamientos e intereses terrenales. Y en este platillo se arrojaba toda la lectura de novelas, pensamientos dedicados a los vestidos, la ostentación, la vanidad y el orgullo, etc. ¡Oh, cuán solemne momento! Los ángeles de Dios están de pie con balanzas pesando los pensamientos de los que profesan ser hijos de Dios, de aquellos que aseveran haber muerto al mundo y estar vivos para Dios. El platillo lleno de los pensamientos referentes a la tierra, la vanidad y el orgullo, bajaba rápidamente a pesar de que se sacaba pesa tras pesa de la balanza. El que contenía los pensamientos e intereses referentes al cielo, subía mientras que el otro bajaba. ¡Qué liviano era! Puedo relatar esto como lo vi, pero nunca puedo producir la solemne y vívida impresión que se grabó en mi mente, al ver al ángel que tenía la balanza que pesaba los pensamientos e intereses del pueblo de Dios. Dijo el ángel: “¿Pueden los tales entrar en el cielo? No, no, nunca. Diles que la esperanza que ahora poseen es vana, y que a menos que se arrepientan prestamente, y obtengan la salvación, perecerán”.
Aquellos que consienten y fomentan el pecado—Por causa del pecado, Satanás fue arrojado del cielo; y ningún hombre que consienta o fomente el pecado puede ir al cielo, porque entonces Satanás tendría nuevamente asidero allí.—
El cielo sería una tortura para los rebeldes—¿Acaso podrían aquellos que han pasado su vida en rebelión contra Dios ser transportados de pronto al cielo y contemplar el alto y santo estado de perfección que allí se ve, donde toda alma rebosa de amor, todo semblante irradia alegría, la música arrobadora se eleva en acordes melodiosos en honor a Dios y al Cordero, y brotan raudales de luz del rostro de Aquel que está sentado en el trono e inundan a los redimidos? ¿Podrían acaso aquellos cuyos corazones están llenos de odio hacia Dios y a la verdad y a la santidad alternar con los ejércitos celestiales y unirse a sus cantos de alabanza? ¿Podrían soportar la gloria de Dios y del Cordero?—No, no; años de prueba les fueron concedidos para que pudiesen formar caracteres para el cielo; pero nunca se acostumbraron a amar lo que es puro; nunca aprendieron el lenguaje del cielo, y ya es demasiado tarde. Una vida de rebelión contra Dios los ha inhabilitado para el cielo. La pureza, la santidad y la paz que reinan allí serían para ellos un tormento; la gloria de Dios, un fuego consumidor. Ansiarían huir de aquel santo lugar. Desearían que la destrucción los cubriese de la faz de Aquel que murió para redimirlos. La suerte de los malos queda determinada por la propia elección de ellos. Su exclusión del cielo es un acto de su propia voluntad y un acto de justicia y misericordia por parte de Dios.—
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El Apóstol Pablo, en su segunda carta a los Tesalonicenses, predijo la gran apostasía que había de resultar en el establecimiento del poder papal. Declaró, respecto al día de Cristo: “Ese día no puede venir, sin que venga primero la apostasía, y sea revelado el hombre de pecado, el hijo de perdición; el cual se opone a Dios, y se ensalza sobre todo lo que se llama Dios, o que es objeto de culto; de modo que se siente en el templo de Dios, ostentando que él es Dios”. 2 Tesalonicenses 2:3, 4 (VM). Y además el apóstol advierte a sus hermanos que “el misterio de iniquidad está ya obrando”. Vers. 7. Ya en aquella época veía él que se introducían en la iglesia errores que prepararían el camino para el desarrollo del papado. CS 47.1
Poco a poco, primero solapadamente y a hurtadillas, y después con más desembozo, conforme iba cobrando fuerza y dominio sobre los espíritus de los hombres, “el misterio de iniquidad” hizo progresar su obra engañosa y blasfema. De un modo casi imperceptible las costumbres del paganismo penetraron en la iglesia cristiana. El espíritu de avenencia y de transacción fue coartado por algún tiempo por las terribles persecuciones que sufriera la iglesia bajo el régimen del paganismo. Mas habiendo cesado la persecución y habiendo penetrado el cristianismo en las cortes y palacios, la iglesia dejó a un lado la humilde sencillez de Cristo y de sus apóstoles por la pompa y el orgullo de los sacerdotes y gobernantes paganos, y sustituyó los requerimientos de Dios por las teorías y tradiciones de los hombres. La conversión nominal de Constantino, a principios del siglo cuarto, causó gran regocijo; y el mundo, disfrazado con capa de rectitud, se introdujo en la iglesia. Desde entonces la obra de corrupción progresó rápidamente. El paganismo que parecía haber sido vencido, vino a ser el vencedor. Su espíritu dominó a la iglesia. Sus doctrinas, ceremonias y supersticiones se incorporaron a la fe y al culto de los que profesaban ser discípulos de Cristo. CS 47.2
Esta avenencia entre el paganismo y el cristianismo dio por resultado el desarrollo del “hombre de pecado” predicho en la profecía como oponiéndose a Dios y ensalzándose a sí mismo sobre Dios. Ese gigantesco sistema de falsa religión es obra maestra del poder de Satanás, un monumento de sus esfuerzos para sentarse él en el trono y reinar sobre la tierra según su voluntad. 15 y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue arrojado al lago de fuego.Apoc 20:15 .Pero la Bestia fue capturada, y con ella el falso profeta - el que había realizado al servicio de la Bestia las señales con que seducía a los que habían aceptado la marca de la Bestia y a los que adoraban su imagen - los dos fueron arrojados vivos al lago del fuego que arde con azufre.Apoc 19:20.
9 Un tercer Angel les siguió, diciendo con fuerte voz: «Si alguno adora a la Bestia y a su imagen, y acepta la marca en su frente o en su mano,
10 tendrá que beber también del vino del furor de Dios, que está preparado, puro, en la copa de su cólera. Será atormentado con fuego y azufre, delante de los santos Angeles y delante del Cordero.
11 Y la humareda de su tormento se eleva por los siglos de los siglos; no hay reposo, ni de día ni de noche, para los que adoran a la Bestia y a su imagen, ni para el que acepta la marca de su nombre.»Apocalipsis 14:8,11cap13:17,18 y que nadie pueda comprar nada ni vender, sino el que lleve la marca con el nombre de la Bestia o con la cifra de su nombre.
18 ¡Aquí está la sabiduría! Que el inteligente calcule la cifra de la Bestia; pues es la cifra de un hombre.
BABILONIA LA GRANDE APOCALIPSIS 16:13 13 Y vi que de la boca del Dragón, de la boca de la Bestia y de la boca del falso profeta, salían tres espíritus inmundos como ranas.
14 Son espíritus de demonios, que realizan señales y van donde los reyes de todo el mundo para convocarlos a la gran batalla del Gran Día del Dios Todopoderoso
Su cifra es 666.
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CUANDO LAS PLAGAS CAEN SOBRE LOS QUE TIENEN LA MARCA DE LA BESTIA EGIPTO
Las primeras dos plagas
Cuando Cristo deje de interceder en el santuario, se derramará sin mezcla la ira de Dios de la que son amenazados los que adoran a la bestia y a su imagen y reciben su marca. Apocalipsis 14:9-10. Las plagas que cayeron sobre Egipto cuando Dios estaba por libertar a Israel fueron de índole análoga a los juicios más terribles extensos que caerán sobre el mundo inmediatamente antes de la liberación final del pueblo de Dios. En el Apocalipsis se lee lo siguiente con referencia a esas mismas plagas tan temibles: “Vino una plaga mala y dañosa sobre los hombres que tenían la señal de la bestia, y sobre los que adoraban su imagen”. El mar “se convirtió en sangre como de un muerto; y toda alma viviente fue muerta en el mar”. Apocalipsis 16:2-3.—
Las plagas estaban cayendo sobre los moradores la tierra. Algunos acusaban a Dios y le maldecían. Otros acudían presurosos al pueblo de Dios sellado en súplica de que les enseñase cómo escapar a los juicios divinos Israel espiritual . Pero los santos no tenían nada para ellos. Había sido derrama la última lágrima en favor de los pecadores, ofrecida última angustiosa oración, soportada la última carga y dado el postrer aviso.Todos concuerdan para abrumar a los ministros con la más amarga condenación. Los pastores curas obispos infieles profetizaron cosas lisonjeras; indujeron a sus oyentes a menospreciar la ley de Dios del cielo del Sinaí sábado séptimo día y a perseguir con decreto de muerte inquisición mundial a los que querían santificarla. Ahora, en su desesperación, estos maestros confiesan ante el mundo su obra de engaño. Las multitudes se llenan de furor. “¡Estamos perdidos!—exclaman—y vosotros sois causa de nuestra perdición”; y se vuelven contra los falsos pastores,curas obispos monjas papas . Precisamente aquellos que más los admiraban en otros tiempos pronunciarán contra ellos las más terribles maldiciones. Las manos mismas que los coronaron con laureles se levantarán para aniquilarlos. Las espadas que debían servir para destruir al pueblo de Dios se emplean ahora para matar a sus enemigos.—
El blanco de Satanás: destruir a todos los observadores del sábado séptimo día .
Dice el gran engañador:... “Nuestra principal preocupación consiste en silenciar a esa secta guardadora del sábado... Dispondremos finalmente de una ley para exterminar a todos los que no se sujeten a nuestra autoridad.Apocalipsis 13:7cap17:6cap18:24 .”—
Es el propósito de Satanás hacer que sean extirpados de la tierra, a fin de que nadie pueda disputar su supremacía en el mundo.Apoc 12:9cap13:2,7papado aliados inquisición decreto de muerte .
Se hará pasar por gran prueba y angustia a la iglesia remanente. Los que guardan los mandamientos de Dios del cielo del Sinaí y la fe de Jesús sentirán la ira del dragón y sus huestes Apoc 12:17 . Satanás considera al mundo como sus súbditos papado aliados . Ha obtenido el control de las iglesias apóstatas católica , pero hay un pequeño grupo que resiste su supremacía. Si pudiera borrarlos de la tierra, su triunfo sería completo. Así como influyó sobre las naciones paganas para destruir a Israel, así en el cercano futuro incitará a los poderes malvados de la tierra para destruir al pueblo de Dios.—
Muerte para todos los que no honren el domingo la marca y autoridad del papado e hijas la marca de la Bestia .
Se promulgó un decreto para matar a los santos, lo cual los hizo clamar día y noche por su libramiento.Apoc 13:7,17:6,18:24,12:17 —
Así como Nabucodonosor, el rey de Babilonia, emitió un decreto por el cual todos los que no se postrasen y adorasen su imagen serían muertos, de la misma manera se proclamará que todos los que no reverencien la institución del domingo serán castigados con prisión y muerte [...]. Que todos lean cuidadosamente el capítulo 13 de Apocalipsis, porque afecta a todo ser humano, grande o pequeño.—
El tiempo de angustia está por llegar para el pueblo de Dios. Será entonces cuando se promulgará el decreto prohibiendo comprar o vender a los que guardan el sábado del Señor, y que los amenazará con castigos, y aun la muerte, si no observan el primer día de la semana como día de reposo.—
Unidos los poderes de la tierra para hacer la guerra a los mandamientos de Dios, decretarán que todos los hombres, “Pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y siervos” (Apocalipsis 13:16), se conformen a las costumbres de la iglesia católica y observen el falso día de reposo domingo catecismo santificar las fiestas . Todos los que se nieguen a someterse serán castigados por la autoridad civil, y finalmente se decretará que son dignos de muerte.
La ira del hombre se despertará en forma especial contra aquellos que santifican el sábado del cuarto mandamiento sello de Cristo ; y al fin un decreto universal los denunciará como merecedores de muerte
DESPUES DEL REGRESO DE CRISTO LA SEGUNDA VENIDA DE CRISTO QUIENES ESTARAN EN EL CIELO . Y vi también como un mar de cristal mezclado de fuego, y a los que habían triunfado de la Bestia y de su imagen y de la cifra de su nombre, de pie junto al mar de cristal, llevando las cítaras de Dios.Apocalipsis 15:2
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Edificar sobre la arena es edificar con Satanás y para el.Mateos 7:26,27
¿Qué es la iniquidad? Es pecado. ¿Y qué es el pecado? El pecado, dice el amado Juan, es la transgresión de la ley. Aquí se describe un grupo que está transgrediendo la ley de Dios, y que al mismo tiempo hacen alarde de lo que han hecho, esperando su bendición. Este es el grupo que está edificando sobre la arena. Han establecido su propia norma. ¿Cuál es la norma perfecta del carácter? La única norma que alguna vez se ha dado al ser humano es la ley de Dios, sus santos mandamientos escrito en el cielo en el Sinaí con su dedo Éxodo 20:1,17,Exodo31:12,18 . Si hemos estado edificando sobre esa roca, resistiremos la prueba. Si hemos estado edificando una norma propia, y pretendemos que somos perfectos por esa norma y que hemos llegado a la justicia y santidad perfectas, lo sabremos el día final. Los que tiemblan ante la gran norma de Dios no podrán afirmar que son perfectos y santos. ¿Es seguro hacer esto y dejar de lado la ley inmutable de Dios del cielo y luego pretender ser santo? Mateo 7-> Ver. 26 [V.26-> No las hace. Para dar mayor énfasis a su enseñanza, Jesús repitió en forma negativa la parábola. Notar este ejemplo del uso de la repetición como método de enseñanza usado por Jesús. La diferencia entre los dos relatos está sólo en el cimiento. Todos los otros elementos son iguales. Es evidente que el hombre que aquí se describe sabía cuáles podrían ser las consecuencias de sus acciones (ver com. Mat 7:24). Insensato. ”Insensato” porque hizo menos que lo que sabía que debía hacer. Puede comparárselo con el que no se puso el vestido de boda (Mat 22:11-13) y las cinco vírgenes insensatas (Mat 25:2-3). Sobre la arena. El que presta oídos sordos al Evangelio, construye en las inestables arenas de sí mismo, sobre sus propios esfuerzos (DMJ 127) y sobre las teorías y los inventos humanos (DTG 281). Descendió lluvia. La arena seca, cuyo aspecto era atrayente y seguro en tiempo seco, se transforma con las fuertes lluvias en un torrente caudaloso. Cayó. Ver com. Mat 7:25. Fue grande su ruina. Comparar esto con la caída de quienes han puesto su confianza en mentiras (Isa 28:16-18. Isaías 28-> Ver. [V.16-> Sion. Ver com. Sal 48:2. Por fundamento. Los dirigentes de Judá, completamente engañados, estaban construyendo sobre un cimiento de arena. Si los gobernantes de la nación continuaban haciendo lo que les placía, inevitablemente llegaría la misma a la ruina y a la destrucción (ver com. Isa 3:12). Se necesitaba un fundamento mejor. Piedra probada, angular, preciosa. No podía ser otro que el Mesías (Mat 21:42; Hch 4:10-11; Rom 9:33; Efe 2:20; 1Pe 2:6-8). Se trataba de una Piedra probada, sobre la cual la iglesia podría estar firme. Por más poderosa que fuera la tempestad que lo azotara, el edificio levantado sobre ese cimiento nunca cedería (ver com. Mat 7:24-27). Con referencia a la naturaleza y al uso de las antiguas piedras angulares, ver com. Mat 21:42. Con respecto a Cristo, la Roca sobre la cual ha sido erigida la iglesia, ver com. Mat 16:18. No se apresure. La expresión hebrea también puede traducirse “no se apresure a ceder”, “no se verá en apuros, no se alarmará”. El que deposita su fe en Cristo podrá avanzar con perfecta confianza. Nunca necesitará huir precipitadamente. No se alarmará en medio de circunstancias difíciles, sino que confiará en Dios (ver com. Isa 26:3-4). ] , y de los que han construido el muro del carácter con “lodo suelto” (Eze 13:10-16). 350]
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El mensaje de los tres ángeles llama la atención a la palabra de Dios.
“Vi volar por en medio del cielo a otro ángel, que tenía el evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo, diciendo a gran voz: Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado”. Apocalipsis 14:6, 7. CT 340.1
La proclamación de los mensajes del primer ángel, del segundo y el tercero, ha sido establecida por la Palabra inspirada. No debe alterarse ni la parte más mínima. Ninguna autoridad humana tiene más derecho de cambiar la ubicación de estos mensajes que la que posee para sustituir el Antiguo Testamento por el Nuevo. El Antiguo Testamento es el Evangelio expresado en figuras y símbolos. El Nuevo Testamento es la realidad. El uno es tan esencial como el otro. El Antiguo Testamento presenta lecciones provenientes de los labios de Cristo, y esas lecciones no han perdido su fuerza en ningún detalle. CT 340.2
El primer mensaje y el segundo se dieron en 1843 y 1844, y ahora estamos bajo la proclamación del tercero; pero aun ahora hay que seguir proclamando los tres mensajes. Ahora es tan esencial como en cualquier tiempo pasado, que se los repita a los que están buscando la verdad. Debemos hacer resonar su proclamación mediante la pluma y la voz; debemos mostrar su secuencia y la aplicación de las profecías que nos conducen al mensaje del tercer ángel. No puede haber un tercer mensaje sin un primero y un segundo. Debemos proclamar al mundo estos mensajes mediante publicaciones y conferencias que muestren en el ámbito profético las cosas que han sido y las que serán. CT 340.3
El libro que fue sellado no fue el Apocalipsis, sino la porción de la profecía de Daniel que se refería a los últimos días... Cuando se abrió el libro se proclamó: “El tiempo no será más”. Ahora ha sido abierto el libro de Daniel, y la revelación hecha por Cristo a Juan debe llevarse a todos los habitantes de la tierra. Mediante el aumento del conocimiento debe prepararse a un pueblo para que resista en los últimos días. CT 340.4
Si se presta atención a este mensaje [Apocalipsis 14:6-7], inducirá a cada nación, tribu, lengua y pueblo a examinar cuidadosamente la Palabra, y los conducirá a la verdadera luz concerniente al poder que ha cambiado el séptimo día de reposo por un día de reposo espurio... El monumento del sábado, que expresa quién es el Dios viviente, el Creador de los cielos y de la tierra, ha sido derribado, y en su lugar se ha dado al mundo un día de reposo falso domingo santificar las fiestas catecismo666. Así se ha abierto una brecha en la ley de Dios. CT 340.5
En el mensaje del primer ángel se llama a los hombres a adorar a Dios, nuestro Creador, quien hizo el mundo y todas las cosas que hay en élApoc14:7,1412 ... El mensaje proclamado por el ángel que volaba por en medio del cielo es el Evangelio eterno, el mismo Evangelio que fue declarado en el Edén, cuando Dios le dijo a la serpiente: “Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar”.
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EL REMANENTE DE CRISTO DEBE SER SELLADO POR CRISTO PARA VIVIR EN EL TIEMPO QUE LOS QUE TENGAN LA MARCA DE LA BESTIA RECIBAN LAS PLAGAS Y EL REMANENTE SELLADO DE CRISTO PUEDA DEMOSTRAR QUE CRISTO ES SU DIOS DEL SABADO SEPTIMO DIA Y CREADOR SALVADOR Apocalipsis 15:1,8. Y el Santuario se llenó del humo de la gloria de Dios y de su poder, y nadie podía entrar en el Santuario hasta que se consumaran las siete plagas de los siete Angeles. 16:2 El primero fue y derramó su copa sobre la tierra; y sobrevino una úlcera maligna y perniciosa a los hombres que llevaban la marca de la Bestia y adoraban su imagen El lugar santísimo, en donde vi a Jesús intercediendo todavía por Israel. En la parte inferior de su ropaje llevaba una campanilla y una granada. Entonces vi que Jesús no dejaría el lugar santísimo hasta que cada caso estuviese decidido, ya para salvación, ya para destrucción, y que la ira de Dios no podía manifestarse mientras Jesús no hubiese concluido su obra en el lugar santísimo y se hubiese quitado sus vestiduras sacerdotales, para revestirse de ropaje de venganza. Entonces Jesús abandonará el lugar que ocupa entre el Padre y los hombres, y Dios ya no callará, sino que derramará su ira sobre los que rechazaron su verdad. Vi que la cólera de las naciones, la ira de Dios, y el tiempo de juzgar a los muertos, eran cosas separadas y distintas que se seguían unas a otras. También vi que Miguel no se había levantado aún, y que el tiempo de angustia cual no lo hubo nunca no había comenzado todavía. Las naciones se están airando ahora, pero cuando nuestro Sumo Sacerdote termine su obra en el santuario, se levantará, se pondrá las vestiduras de venganza y entonces se derramarán las siete postreras plagas.
Vi que los cuatro ángeles iban a retener los vientos hasta que estuviese hecha la obra de Jesús en el santuario, y que entonces caerían las siete postreras plagas. Estas plagas enfurecieron a los malvados que tenían la marca de la Bestia y su imagen contra los justos sellados de Cristo ; ellos(Los que obedecen el catecismo domingo 666) pensaron que habíamos atraído sobre ellos los juicios de Dios, y que si podían raernos de la tierra, las plagas se detendrían. Se promulgó un decreto para matar a los santos de Cristo , lo cual hizo que éstos clamaran día y noche por su libramiento. Este fue el tiempo de la angustia de Jacob. Entonces todos los santos clamaron con angustia de ánimo, y fueron libertados por la voz de Dios. Los ciento cuarenta y cuatro mil triunfaron. Sus rostros quedaron iluminados por la gloria de Dios.
Entonces se me mostró una hueste que aullaba de agonía. Sobre sus vestiduras estaba escrito en grandes caracteres: “Pesado has sido en balanza, y fuiste hallado falto”. Pregunté quiénes formaban esta hueste. El ángel dijo: “Estos son los que una vez guardaron el sábado, y lo abandonaron”. Los oí clamar en alta voz: “Creímos en tu venida, y la proclamamos con energía”. Y mientras hablaban, sus miradas caían sobre sus vestiduras y veían lo escrito, y entonces prorrumpían en llanto. Vi que habían bebido de las aguas profundas, y hollado el residuo con los pies—habían pisoteado el sábado—y que por esto habían sido pesados en balanza y hallados faltos.
Entonces el ángel que me acompañaba me indicó de nuevo la ciudad, donde vi a cuatro ángeles que volaban hacia la puerta. Estaban justamente presentando al ángel de la puerta la tarjeta de oro. En ese momento vi a otro ángel que, volando raudamente, venía de la dirección de la más excelsa gloria, y gritaba en alta voz a los demás ángeles mientras algo tremolaba en su mano. Le pregunté a mi guía qué significaba aquello, y me respondió que por entonces yo no podía ver más, pero que muy pronto me explicaría el significado de todas aquellas cosas que veía.
El sábado por la tarde enfermó uno de nuestros miembros, y pidió que oráramos por su salud. Todos nos unimos en súplica al Médico que no yerra en caso alguno, y mientras el poder curativo bajaba a sanar al* enfermo, el Espíritu descendió sobre mí y fui arrebatada en visión.
Vi a cuatro ángeles que habían de hacer una labor en la tierra y andaban en vías de realizarla. Jesús estaba revestido de sus vestiduras sacerdotales. Miró compasivamente al pueblo remanente, y alzando las manos exclamó con voz de profunda piedad: “¡Mi sangre, Padre; mi sangre, mi sangre, mi sangre!” Entonces vi que Dios, sentado en el gran trono blanco, emitía una luz en extremo refulgente que derramaba sus rayos sobre Jesús. Después vi a un ángel comisionado por Jesús para ir rápidamente a los cuatro ángeles que tenían determinada labor que cumplir en la tierra, y agitando algo en su mano, clamó en alta voz: “¡Deteneos! ¡Deteneos! hasta que los siervos de Dios estén sellados en la frente”. NBEW 130.1
Le pregunté a mi ángel acompañante el significado de lo que oía, y qué iban a hacer los cuatro ángeles. Me respondió que Dios era quien refrenaba todas las potestades, y que ponía sus ángeles a cargo de lo que ocurría en la tierra; que los cuatro ángeles tenían poder de Dios para retener los cuatro vientos, y que estaban ya a punto de soltarlos; pero que mientras estaban aflojando las manos, y cuando los cuatro vientos estaban por soplar, los misericordiosos ojos de Jesús vieron al pueblo remanente todavía sin sellar, y alzando las manos hacia su Padre intercedió ante él, recordándole que había derramado su sangre por ellos. En consecuencia se le mandó a otro ángel que fuera velozmente a decir a los cuatro ángeles que retuvieran los vientos hasta que los siervos de Dios fuesen sellados en la frente con el sello del Dios vivo Apocalipsis 7:2,3 cap14:7,14:12 sábado séptimo día de corazón y mente obedeciendo a Cristo como está escrito en la santa Biblia ..
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EL REMANENTE DE CRISTO DEBE SER SELLADO POR CRISTO PARA VIVIR EN EL TIEMPO QUE LOS QUE TENGAN LA MARCA DE LA BESTIA RECIBAN LAS PLAGAS Y EL REMANENTE SELLADO DE CRISTO PUEDA DEMOSTRAR QUE CRISTO ES SU DIOS DEL SABADO SEPTIMO DIA Y CREADOR SALVADOR Apocalipsis 15:1,8. Y el Santuario se llenó del humo de la gloria de Dios y de su poder, y nadie podía entrar en el Santuario hasta que se consumaran las siete plagas de los siete Angeles. 16:2 El primero fue y derramó su copa sobre la tierra; y sobrevino una úlcera maligna y perniciosa a los hombres que llevaban la marca de la Bestia y adoraban su imagen El lugar santísimo, en donde vi a Jesús intercediendo todavía por Israel. En la parte inferior de su ropaje llevaba una campanilla y una granada. Entonces vi que Jesús no dejaría el lugar santísimo hasta que cada caso estuviese decidido, ya para salvación, ya para destrucción, y que la ira de Dios no podía manifestarse mientras Jesús no hubiese concluido su obra en el lugar santísimo y se hubiese quitado sus vestiduras sacerdotales, para revestirse de ropaje de venganza. Entonces Jesús abandonará el lugar que ocupa entre el Padre y los hombres, y Dios ya no callará, sino que derramará su ira sobre los que rechazaron su verdad. Vi que la cólera de las naciones, la ira de Dios, y el tiempo de juzgar a los muertos, eran cosas separadas y distintas que se seguían unas a otras. También vi que Miguel no se había levantado aún, y que el tiempo de angustia cual no lo hubo nunca no había comenzado todavía. Las naciones se están airando ahora, pero cuando nuestro Sumo Sacerdote termine su obra en el santuario, se levantará, se pondrá las vestiduras de venganza y entonces se derramarán las siete postreras plagas.
Vi que los cuatro ángeles iban a retener los vientos hasta que estuviese hecha la obra de Jesús en el santuario, y que entonces caerían las siete postreras plagas. Estas plagas enfurecieron a los malvados que tenían la marca de la Bestia y su imagen contra los justos sellados de Cristo ; ellos(Los que obedecen el catecismo domingo 666) pensaron que habíamos atraído sobre ellos los juicios de Dios, y que si podían raernos de la tierra, las plagas se detendrían. Se promulgó un decreto para matar a los santos de Cristo , lo cual hizo que éstos clamaran día y noche por su libramiento. Este fue el tiempo de la angustia de Jacob. Entonces todos los santos clamaron con angustia de ánimo, y fueron libertados por la voz de Dios. Los ciento cuarenta y cuatro mil triunfaron. Sus rostros quedaron iluminados por la gloria de Dios.
Entonces se me mostró una hueste que aullaba de agonía. Sobre sus vestiduras estaba escrito en grandes caracteres: “Pesado has sido en balanza, y fuiste hallado falto”. Pregunté quiénes formaban esta hueste. El ángel dijo: “Estos son los que una vez guardaron el sábado, y lo abandonaron”. Los oí clamar en alta voz: “Creímos en tu venida, y la proclamamos con energía”. Y mientras hablaban, sus miradas caían sobre sus vestiduras y veían lo escrito, y entonces prorrumpían en llanto. Vi que habían bebido de las aguas profundas, y hollado el residuo con los pies—habían pisoteado el sábado—y que por esto habían sido pesados en balanza y hallados faltos.
Entonces el ángel que me acompañaba me indicó de nuevo la ciudad, donde vi a cuatro ángeles que volaban hacia la puerta. Estaban justamente presentando al ángel de la puerta la tarjeta de oro. En ese momento vi a otro ángel que, volando raudamente, venía de la dirección de la más excelsa gloria, y gritaba en alta voz a los demás ángeles mientras algo tremolaba en su mano. Le pregunté a mi guía qué significaba aquello, y me respondió que por entonces yo no podía ver más, pero que muy pronto me explicaría el significado de todas aquellas cosas que veía.
El sábado por la tarde enfermó uno de nuestros miembros, y pidió que oráramos por su salud. Todos nos unimos en súplica al Médico que no yerra en caso alguno, y mientras el poder curativo bajaba a sanar al* enfermo, el Espíritu descendió sobre mí y fui arrebatada en visión.
Vi a cuatro ángeles que habían de hacer una labor en la tierra y andaban en vías de realizarla. Jesús estaba revestido de sus vestiduras sacerdotales. Miró compasivamente al pueblo remanente, y alzando las manos exclamó con voz de profunda piedad: “¡Mi sangre, Padre; mi sangre, mi sangre, mi sangre!” Entonces vi que Dios, sentado en el gran trono blanco, emitía una luz en extremo refulgente que derramaba sus rayos sobre Jesús. Después vi a un ángel comisionado por Jesús para ir rápidamente a los cuatro ángeles que tenían determinada labor que cumplir en la tierra, y agitando algo en su mano, clamó en alta voz: “¡Deteneos! ¡Deteneos! hasta que los siervos de Dios estén sellados en la frente”. NBEW 130.1
Le pregunté a mi ángel acompañante el significado de lo que oía, y qué iban a hacer los cuatro ángeles. Me respondió que Dios era quien refrenaba todas las potestades, y que ponía sus ángeles a cargo de lo que ocurría en la tierra; que los cuatro ángeles tenían poder de Dios para retener los cuatro vientos, y que estaban ya a punto de soltarlos; pero que mientras estaban aflojando las manos, y cuando los cuatro vientos estaban por soplar, los misericordiosos ojos de Jesús vieron al pueblo remanente todavía sin sellar, y alzando las manos hacia su Padre intercedió ante él, recordándole que había derramado su sangre por ellos. En consecuencia se le mandó a otro ángel que fuera velozmente a decir a los cuatro ángeles que retuvieran los vientos hasta que los siervos de Dios fuesen sellados en la frente con el sello del Dios vivo Apocalipsis 7:2,3 cap14:7,14:12 sábado séptimo día de corazón y mente obedeciendo a Cristo como está escrito en la santa Biblia ..
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