2 Tesalonicenses 2-> Ver. 3El Apóstol Pablo, en su segunda carta a los Tesalonicenses, predijo la gran apostasía que había de resultar en el establecimiento del poder papal. Declaró, respecto al día de Cristo la segunda venida : “Ese día no puede venir, sin que venga primero la apostasía, y sea revelado el hombre de pecado papado , el hijo de perdición; el cual se opone a Dios, y se ensalza sobre todo lo que se llama Dios, o que es objeto de culto; de modo que se siente en el templo de Dios, ostentando que él es Dios”. 2 Tesalonicenses 2:3, 4 Apoc 13 y cap17:8 ). Y además el apóstol advierte a sus hermanos que “el misterio de iniquidad está ya obrando”. Vers. 7. Ya en aquella época veía él que se introducían en la iglesia errores que prepararían el camino para el desarrollo del papado.
Poco a poco, primero solapadamente y a hurtadillas, y después con más desembozo, conforme iba cobrando fuerza y dominio sobre los espíritus de los hombres, “el misterio de iniquidad” hizo progresar su obra engañosa y blasfema. De un modo casi imperceptible las costumbres del paganismo penetraron en la iglesia cristiana. El espíritu de avenencia y de transacción fue coartado por algún tiempo por las terribles persecuciones que sufriera la iglesia bajo el régimen del paganismo. Mas habiendo cesado la persecución y habiendo penetrado el cristianismo en las cortes y palacios, la iglesia dejó a un lado la humilde sencillez de Cristo y de sus apóstoles por la pompa y el orgullo de los sacerdotes y gobernantes paganos, y sustituyó los requerimientos de Dios por las teorías y tradiciones de los hombres. La conversión nominal de Constantino, a principios del siglo cuarto, causó gran regocijo; y el mundo, disfrazado con capa de rectitud, se introdujo en la iglesia. Desde entonces la obra de corrupción progresó rápidamente. El paganismo que parecía haber sido vencido, vino a ser el vencedor. Su espíritu dominó a la iglesia. Sus doctrinas, ceremonias y supersticiones se incorporaron a la fe y al culto de los que profesaban ser discípulos de Cristo.
Esta avenencia entre el paganismo y el cristianismo dio por resultado el desarrollo del “hombre de pecado” predicho en la profecía como oponiéndose a Dios y ensalzándose a sí mismo sobre Dios. Ese gigantesco sistema de falsa religión es obra maestra del poder de Satanás, un monumento de sus esfuerzos para sentarse él en el trono y reinar sobre la tierra según su voluntad.
[V.3-> Nadie os engañe. El apóstol reconoce que el peligro de un engaño es real y grave (cf. Mat 24:4). Los métodos de engaño serían muchos, y Pablo no trataba de limitarlos a los tres mencionados (2Ts 2:2), sino que añade: “en ninguna manera”. El enemigo de la iglesia hará señales y milagros aparentes para inducir a los incautos a que acepten el gran engaño o mentira (2Ts 2:9-11). El pueblo de Dios debe, por lo tanto, estar alerta para no ser descarriado. Su fe debe fundarse en las claras afirmaciones de la Palabra de Dios. Porque no vendrá. Estas palabras no están en el texto griego. Los omite la BJ. Se han añadido para que el pensamiento sea más claro. Es obvio que la reunión de Cristo con los suyos es lo que “no vendrá” hasta que se revele el anticristo. Esto era lo que perturbaba a los tesalonicenses (2Ts 2:1). La apostasía. Gr. apostasía. Este vocablo griego aparece en el NT sólo aquí y en Hch 21:21. El artículo definido indica que se hace referencia a una apostasía definida, e implica que esa defección era algo bien conocido por los lectores. Pablo sin duda había dado instrucciones personalmente a los tesalonicenses acerca de la apostasía que vendría. Algunos años más tarde en su plática a los ancianos de la iglesia de Efeso, predijo que la apostasía se debería a hombres que se levantarían dentro de la iglesia “para arrastrar tras sí a los discípulos” (Hch 20:30). El amonestó a Timoteo acerca de peligros similares, añadiendo que llegaría el tiempo cuando los hombres preferirían las fábulas y cerrarían sus oídos a la verdad (1Ti 4:1-3; 2Ti 4:3-4). Pedro y Judas hablan en tono duro acerca de los que han abandonado la senda recta (2Pe 2:1; 2Pe 2:12-22; Jud 1:4; Jud 1:10-13); y Juan testifica que en el tiempo cuando escribía habían surgido muchos anticristos (Jn 2:18). El Señor mismo instó a sus seguidores a que se cuidaran de los falsos profetas (Mat 7:15; Mat 24:24), y predijo que muchos tropezarían (Mat 24:10). Pablo no define específicamente la forma de la apostasía, pero se puede deducir de los pasajes mencionados; sin embargo, lo siguiente es claro: (1) la apostasía es religiosa, es una rebelión espiritual que tiene una relación primordial con la política la católica ; (2) esa defección aún era futura cuando escribía Pablo; (3) la apostasía no sólo sería antes del segundo advenimiento (2Ts 2:2), sino que serviría como una señal de la proximidad del regreso de Cristo. Por eso no se debía esperar la venida del Señor sin que sobreviniera antes la apostasía. La profecía acerca de esta caída espiritual parcialmente se cumplió en los días de Pablo, y mucho más durante la llamada Edad Media; pero su cumplimiento completo ocurrirá en los días inmediatamente previos al regreso de Jesús (cf. Nota Adicional de Rom. 13). Ver t. VI, pp. 65-68. Se manifieste. Gr. apokalúptò, “descubrir”, “quitar un veló”, “exponer”, “hacer saber” (cf. com. Ap 1:1). Este verbo se repite en 2Ts 2:6; 2Ts 2:8, y se usa en otras partes del NT para referirse a revelaciones sobrenaturales (cf. Mat 16:17; Luc 10:22, etc.), y especialmente para referirse a la aparición de Cristo (cf. Luc 17:30. El sustantivo afín apokálupsis, “revelación”, ocurre en 1Co 1:7, “manifestación”; en 2Ts 1:7, “manifieste”; en 1Pe 1:7; 1Pe 1:13, “manifestado”; en 2Ts 4:13, “revelación”). Esto sugiere que la manifestación del “hombre de pecado” implicaría elementos sobrenaturales y que su esfera de acción sería claramente de carácter religioso. El hecho de que, el “hombre de pecado” va a “manifestarse”, significa que estaría oculto hasta cierto momento, y entonces se manifestaría al mundo -del cual hasta ese tiempo se había escondido-, o que se quitaría su disfraz y aparecería tal c¿>mo es, o que se le quitaría su disfraz y se daría a conocer su verdadera naturaleza ante los habitantes de la tierra. El hombre de pecado. Es decir, el hombre cuya característica distintiva es el pecado. La evidencia textual se inclina (cf. p. 10) por el texto “hombre de ilegalidad” (anomía), que se ha traducido de diversas formas: “hombre impío” (BJ); “hombre de la iniquidad” (NC). Cf. com. 2Ts 2:8 donde “aquel ‘inicuo” es literalmente “el Impío” (BJ). El artículo definido “el” indica que Pablo se está refiriendo a un enemigo acerca del cual ya había hablado a los tesalonicenses, y que esperaba que ellos supieran de qué estaba escribiendo. El hecho de que emplee el sustantivo “hombre’ (Gr. ánthropos) indica también una persona definida o un poder definido. En cuanto a la identidad de esa persona o ese poder, ver com. 2Ts 2:4. El hijo de perdición. O “hijo de destrucción”, es decir, un hijo destinado a la destrucción. Este es otro título o descripción del “hombre de pecado”. Hay sólo un lugar más en las Escrituras donde se usa esta denominación. El Salvador la aplicó a Judas (ver com. Jn 17:12), apóstol que una vez fue compañero de los otros discípulos e igual a ellos, pero que permitió de tal manera que Satanás entrara en su corazón (Jn 13:2; Jn 13:27), que traicionó a su Señor (Mat 26:47-50). ]
2 Tesalonicenses 2-> Ver. 8
[V.8-> Entonces. Los que afirman que el “quitado de en medio” (2Ts 2:7) es el Imperio Romano, entienden que el adverbio “entonces” se refiere al tiempo cuando ascendió al poder la Roma papal (ver com. Dan 7:8). Los que afirman que el “quitado de en medio” es el anticristo (ver com. “aquel inicuo”), creen que “entonces” se aplica a un tiempo todavía futuro, cuando el papado experimentará un breve período de reavivamiento (ver com. Ap 13:3), después del cual quedará desenmascarada su verdadera naturaleza (ver com. Ap 17:16-17), o, dentro de una aplicación más amplia, al tiempo cuando Satanás, el anticristo supremo, actúe personalmente en los acontecimientos de los últimos días, hasta que quede al descubierto la falsedad de sus pretensiones de ser dios (ver com. 2Ts 2:4). Debe recordarse que el apóstol no trataba de presentar un resumen doctrinal completo de los acontecimientos de los últimos días, sino que sólo procuraba proporcionar a los tesalonicenses una información profético que impidiera que fueran engañados acerca del tiempo del regreso del Señor. Por lo tanto, no debemos esperar una cronología completa de los sucesos que precederán al “día del Señor la segunda venida de Cristo ”. Se manifestará. Gr. apokalúptò (ver com. 2Ts 2:3). Si se aplicara al papado, se referiría a su elevación al poder después de la declinación del Imperio Romano; pero la referencia también podría ser al tiempo, aún futuro, cuando el poder papa¡ se refortalecerá (ver com. Ap 13:8), y al tiempo cuando, después de ese breve período de reavivamiento, se desenmascarara o manifestará la verdadera naturaleza de ese sistema (ver com. Ap 17:16-17). Si esta manifestación o quitamiento del velo se aplica a Satanás, se referiría a su pretendida falsificación de la venida de Cristo (ver com. 2Ts 2:9). Aquel inicuo. Gr. ho ánomos, literalmente “el sin ley”, por lo tanto, “el violador de la ley”, “el desobediente”; o el “impío” (BJ, BC). Se hace referencia al “hombre de pecado” (2Ts 2:3) o “misterio de iniquidad” (2Ts 2:7). De acuerdo a un punto de vista, “el violador de la ley” es el papado (ver com. 2Ts 2:4; cf. CS 405, 636); según un segundo enfoque, no es sólo el papado sino ante todo Satanás, el anticristo supremo, cuando personificará a Cristo en su segunda venida precisamente antes del último día se sentará en el Vaticano para bendecir a los que obedecen el papado en el catecismo Domingo Laudato si (ver com. 2Ts 2:4; 2Ts 2:9). El Señor. Algunos MSS dicen “Señor Jesucristo”; otros dicen sólo “Señor”. Sin embargo, la evidencia textual se inclina (cf. p. ID) por el texto “Señor Jesús”. Esto armoniza mejor con el contexto que habla del glorioso regreso de Cristo. Matará. Gr. analískò, “consumir”, “aniquilar”, “destruir”. Aunque algunos MSS tienen el verbo anairéò, “anular”, “abolir”, “matar”, la evidencia textual se inclina (cf. p. 10) por el verbo analískò. Ver com. “destruirá”. Espíritu de su boca. Es decir, el aliento de su boca (cf. com. Luc 8:55; Ap 19:15). Aquí puede haber una alusión a las palabras de Isa 11:4. Destruirá. Gr. kalargéò, “inutilizar”, por lo tanto, “dejar anulado e inútil” (ver com. Rom 3:3). Este significado corresponde bien con la descripción de la suerte que aguarda al papado, o más específicamente a Satanás en la segunda venida de Cristo destruido con su resplandor si antes por las plagas del Apocalipsis 16 (cf. com. Ap 20:1-6). El papado deja de existir y se desmorona el designio cuidadosamente elaborado por Satanás. Las palabras de este versículo se han usado a veces para describir la destrucción de los impíos en la segunda venida de Cristo. Es cierto que entonces los impíos vivos serán súbitamente destruidos; pero Pablo se está refiriendo a la suerte de “aquel inicuo”, “el impío”, y no a la de los impíos en general. Resplandor. Gr. epifáneia, “epifanía”, “manifestación”, palabra que se usaba con frecuencia en el griego clásico para describir la aparición gloriosa de los dioses paganos. “Manifestación” (BJ, NC). En el NT se emplea exclusivamente para describir los dos gloriosos advenimientos del Señor Jesús: el primero (2Ti 1:10) y el segundo (1Ti 6:14; 2Ti 4:1; 2Ti 4:8; Tit 2:13). Venida. Gr. parousía, palabra que generalmente se usa para la segunda venida de Cristo (cf. com. 2Ts 2:1; Mat 24:3). ]
2 Tesalonicenses 2-> Ver. 9
[V.9-> Advenimiento. Gr. parousía, la misma palabra que describe la venida de Cristo en el 2Ts 2:8 (ver com. allí). Muchos afirman que el apóstol se está refiriendo a la imitación que hará Satanás de la venida en gloria de nuestro Señor, debido (1) al significado técnico que tiene el término parousía, (2) al uso frecuente de esta palabra para describir la segunda venida de Cristo y (3) a la yuxtaposición de parousía (ver com. inmediato anterior). En cuanto al hecho de que Satanás imitará una parousía, ver CS 651, 681-683; 5T 698; SC 64. Debemos estar agradecidos porque la Palabra de Dios proporciona claras descripciones de la venida de Cristo para que los creyentes no sean engañados. El mismo Señor “descenderá del cielo” (1Ts 4:16) “con las nubes” (Ap 1:7), así como los discípulos le habían “visto ir al cielo” (Hch 1:11), y su venida será “como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente” (Mat 24:27), y por lo tanto “todo ojo le verá aparece Cristo con su santa ley del Sinaí sostenida por padre celestial Cristo llama a sus muertos de las tumbas resucitan los salvos desde Adán el último sellado de Cristo CRISTO NO PISA LA TIERRA NI CAMINA POR ELLA DESDE EL CIELO LLAMA A SUS HIJOS SALVADOS Y EN EL AIRE VAN HACIA CRISTO A LA SANTA CIUDAD ” (Ap 1:7). No le será posible a Satanás falsificar exacta y completamente la parousía del Señor (ver CS 683). El pueblo de Dios podrá escapar del engaño satánico (ver com. Mat 24:24) si estudia diligentemente las Sagradas Escrituras y recuerda bien los detalles proféticos del segundo advenimiento del Señor. Por. Gr. katá, “de acuerdo con”, “en conformidad con” (cf. 8T 226). Obra de Satanás. O de acuerdo con el método propio de Satanás. Poder y señales y prodigios mentirosos CAMINARA SATANAS HACIENDOSE PASAR POR CRISTO CON LOS 12APOSTOLES DICIENDO QUE EL SABADO SEPTIMO DIA FUE CAMBIADO POR EL DOMINGO SU MARCA DE MUERTE ETERNA . El adjetivo “mentirosos” modifica a los tres sustantivos. Las palabras “poder”, “señales”, “prodigios” también se aplican a los milagros de Jesús CURARA A ENFERMOS DESDE EL VATICANO Y BENDECIRA A SUS HIJOS QUE TENDRAN LA MARCA DE LA BESTIA CATECISMO DOMINGO (ver t. V, p. 198); pero las obras maravillosas del Señor eran genuinas y “señales” que atestiguaban su naturaleza divina Jn 10:25; Jn 10:37-38). Los milagros que producen actos de creación exceden, por supuesto, al poder de Satanás; sin embargo, se registra que Satanás tiene poder para afligir a los hombres con dolencias físicas ENFERMEDADES (cf. Luc 13:16). Es, pues, evidente que tiene poder para aliviarlos de esas dolencias cuando así conviene a sus propósitos. Satanás y sus agentes harán obras maravillosas de curaciones aparentemente iguales a las que hizo Cristo (CS 645-646, 651; TM 364-366; 3JT 285; 5T 698). Satanás hará obras maravillosas y recurrirá a manifestaciones espiritistas de poder sobrenatural en su intento final por engañar al mundo. ] OPNIS SON DEL PAPADO VATICANO SATANAS ESPIRITISTAS APOC 13:2,4CAP12:9.