La presencia de europeos u otras culturas en la América antes de Colón no resulta muy ortodoxo y existen enormes evidencias de estas presencias:
Gran cantidades de escrituras runas (vikingas) por toda meso y Sudamérica, perfectamente traducidas. Los nombres de muchas instituciones, pueblos, denominaciones, dioses,etc. son intraducibles o de traducción absurda en las lenguas nativas aymara, quechua, etc. pero encajan y tienen más sentido si se traducen desde lenguas vikingas. Persisten en Brasil restos de poblaciones blancas rubias y de ojos azules no debidas a variaciones ocasionales de los tipos indios ni del mestizaje europeo moderno.
El origen de las más relevantes culturas meso y sudamericanas tiene su origen en la irrupción de los vikingos (vihing) en sus vidas (cosa que sus propias leyendas confirman). Sin embargo ya antes se sabe de la presencia de misioneros cristianos (los vikingos eran muy tolerantes con las restantes confesiones) provenientes seguramente de Irlanda. Dejaron en América la idea de que los hombres blancos eran básicamente inofensivos, aunque de extrañas costumbres sociales. Existen claras influencias en las religiones nativas. En el Viejo Imperio de Tiahuanacu las analogías son realmente sorprendentes…
Situémonos en la época. Estamos sobre el año 1000 d.c., poco antes el fin del primer milenio. Aún faltan 500 años para la llegada de Colón. Los vikingos están digamos que en cierta “decadencia”. Ya no son lo que eran: bravos conquistadores. Ahora se están acostumbrando a la paz y el orden. Son los amos feudales de enormes extensiones de Europa y pueden vivir de rentas. Hay que hacer notar que vikingo no equivale a pirata. Los vikingos era una cultura guerrera, pero también industrial, y amante de las artes. La imagen desfigurada que se ha tenido de ellos viene por su propensión a la rapiña por los pueblos más meridionales de Europa, creando una leyenda de asesinos y anticristianos. Nada más lejos: eran muy tolerantes con las religiones ajenas y los cristianos no tuvieron problemas en predicarles. Solo que un convento era para ellos un excelente lugar donde entrar y enriquecerse – ¡los curas solían tener de todo!-.
Las sagas vikingas en nada desmerecen a la griegas. De hecho muchos pueblos los adoptaron como defensores y dirigentes, cosa que sabían hacer muy bien. De ahí vino esta nueva era de tranquilidad en la que se encontraron como jefes indiscutibles ya sin necesidad de entrar a la brava. Pero esta situación solo era buena para los primogénitos y los reyes en activo. ¿Qué ocurre con los hijos segundones y con los que no se acostumbran a este nuevo orden de cosas?. Se ven abocados a conquistar su gloria y propios imperios en otros nuevos y desconocidos territorios.
En el siglo X es conocida perfectamente la existencia de territorios casi inexplorados hacia el oeste. Se sabe en ciertos círculos con acceso a escritos antiguos. En realidad ya se comentan viajes a Centroamérica en el año 536. Irlanda y Groenlandia son de sobra conocidos, Vinlandia (Terranova) también. Las historias de vikingos arrastrados por corrientes o tormentas no son escasas.
Tampoco es imposible pensar que los fenicios hubieran llegado a Brasil, tal vez este nombre provenga del de una deidad fenicia: Brazil(?).
Algunos vikingos eligen el oeste. Y sabemos quien los dirigía: un tal Ullman. Por lo que se sabe de sus costumbres y usos debieron ser unos 500 o 700 hombres y mujeres. Iban para no volver, no se trataba de una razzia. Iban para quedarse. Como en Europa muchos de los indígenas americanos tendieron a aceptar a aquellos hombres blancos y barbudos que venían en seres enormes por el mar como sus jefes naturales. Además no eran extraños. Entre los indígenas ya se conocía la existencia de este tipo de seres. Es muy posible que ya hubieran estado por allí misioneros cristianos dada la presencia entre ellos de ciertas creencias curiosamente afines al primitivo cristianismo. Las tribus costeras acogieron, como lo harían con los españoles 500 años después, con simpatía a estos visitantes que como entonces les ayudarían a sacudirse el yugo de sus opresores aztecas o mayas. Recordar que en estos territorios no vivían solo aztecas y mayas sino otras muchas tribus sometidas a sus yugos. Los vikingos, poco aptos para aguantar este clima casi tropical aprovechan el conocimiento de ciudades prosperas en el interior montañoso y nevado para dirigirse hacia allí. Debieron contactar con los toltecas, que eran también unos recién llegados y aún muy primitivos viviendo entre las ruinas de una brillante civilización precedente.
De este encuentro surge una nueva nación: los Olmecas (no confundirlos con otros olmecas más desarrollados que vivieron más al sur). Se convierten en los reyes feudales de esta tribu y fundan una ciudad a unos 150 km. de la actual México. El territorio se extiende y aplican en él los mismos principios que en Europa.
Se nombran jefes a los vikingos y estos controlan las instituciones más altas. El resto lo subcontrolan los nativos. En cierto modo es una autonomía dentro de un estado superior que controla la defensa, cierto nivel de leyes fundamentales, la educación, la distribución de alimentos y la religión. Pero existe para los nativos amplia autonomía para mantener sus propias costumbres y creencias. Las leyendas nativas hablan de este dios Quetzalcoatl (Serpiente emplumada) como el origen de su pueblo, el que les trajo todo lo necesario para ser alguien: religión, ciencia, agricultura, metalurgia… También el calendario solar (los vikingos son un pueblo adorador del sol), aunque tras su desaparición solo conservaron el lunar.
Sobre el 987 y unido a un fuerte contingente indígena invaden el Yucatán y fundan Cichen-Itzá. Los frescos del templo de los Guerreros muestran a estos guerreros nórdicos con sus penes erectos – tal vez el uso de sus penes fue lo que provocó una sublevación que les hizo retirarse. A su vuelta a la meseta mexicana se encuentran con que las costumbres vikingas se han relajado bastante y a comenzado el mestizaje y la aparición de descendencia mixta. Esto enraíza a algunos con el país y les da poder (ya no son sólo extranjeros dominadores sino autóctonos ahora, nativos).
Las leyes vikingas han sido quebradas: no se admitía el mestizaje, había que preservar su raza integra. Esta situación provocará la desaparición de la aristocracia blanca, diluida en mestizos. El dominio de una raza oligarca sobre la dominada desaparecería en poco tiempo de seguir así las cosas. Tampoco puede Ullman eliminar a los traidores: ahora son poderosos dado que son en parte nativos.
La solución: buscar otro territorio donde empezar de nuevo. Ancha es América. Los cronistas españoles hablaran de ciertos “indígenas altos y rubios, más blancos que los propios españoles” entre los nativos. Ullman parte y las leyendas nativas de Colombia lo recuerdan: “un héroe civilizador de raza blanca y abundante cabellera y barba blanca”. Un vestigio toponímico: Cundinamarca, región colombiana en la meseta de Bogotá. Su traducción en lengua vikinga (norrés, concretamente, origen del noruego y danés) significa “frontera del reino de Dane” (Dinamarca). Dada la climatología buscan rápidamente las alturas y las nieves llegando a Quito. También llegarán a Chan-Chan, donde las leyendas locales hablan de “una gran flota desde el norte” – por el año 1000 -. Un dios mochica es Huatan, cuya pronunciación en lengua nativa suena casi como Votán, un dios vikingo. Adoran a la luna los mochicas usan sin embargo en su decoración el carro solar vikingo. Pero pronto desaparecerán también los vikingos de esta zona. El único buen puerto natural siguiente es Ilo. Si se traduce al norrés dice “fondeadero”. El siguiente lugar en donde se encuentra claramente evidencias vikingas es en los Andes. Pirhua (Perú) significa “granero” en quechua. En lenguas vikingas se puede traducir como “De origen Sagrado”. Manco provendría de “mann” y “konr”: hombre rey, Inca (inga en español) vendría de “Ing”=descendiente. Viracocha sería “mar de espuma” en lengua indígena, en norrés vendría de “Verr Godh”= Hombre Dios. Los vikingos se convirtieron en los amos y señores de esta zona, expandiéndose posteriormente por toda Sudamérica.
Los reyes incas han sido siempre descritos como hombres altos y blancos, con barba y melenas rubias. Nada que tenga que ver con los nativos. Sencillamente hicieron lo que siempre. Se erigieron en las casta guerreras y feudales sobre estos pueblos y los impulsaron hacia un gran progreso y organización social. No existía el comercio (de ahí el escaso valor económico de oro y plata). En cierto modo era una dictadura paternalista y muy social en cuanto alimentación y educación. Sin embargo hubo un pretendiente nativo (mestizo) que provocó la desaparición de este Imperio Antiguo. Tras algunos años de decadencia, los vikingos volvieron a reconstruir en parte su imperio sudamericano, pero pronto volvieron a ser relegados al este, a la Amazonia y al actual Brasil y Paraguay donde existen enormes evidencias escritas y de monumentos de claro origen vikingo. Este
fue el fin del imperio vikingo en Tiahuanacu. Sin embargo este periodo influyó decisivamente por toda Sudamérica dejando vestigios que han llegado hasta hoy pese a la saña inculturizadora de los misioneros españoles, entusiasmados en su empeño de borrar todo indicio de la anterior cultura.
Arahuac (pronunciado Aravac) es el nombre de cierta tribu. Su nombre no significa nada en su propia lengua pero en norrés (vikingo) significa algo así como “guardias a titulo honorífico”, viniendo de “era” (honor) y “vaka” (guardia). Se trataba de un pueblo que los vikingos integraron en sus cuadros para vigilar y escoltarlos por sus viajes a través de los ríos amazónicos del Matto Grosso. A propósito: “Matt” es la voz vikinga para designar llanura, exactamente lo que es el Matto grosso: una llanura. Otra tribu indígena que se integro con los vikingos y adquirieron a su vez el honor de ser sus vigilantes fueron los que los vikingos llamaban Varanis (Guaraníes en la pronunciación local) siendo “vari” guardián en norrés. Los vikingos usaron muy a menudo el delta del Amazonas haciendo y conservándose aún las ruinas de ciertas construcciones portuarias. Allí existen pies grabados en la roca, una señal vikinga de camino a seguir. Existe una peña de 800 m que los vikingos aprovecharon para marcar un gran mojón identificativo para sus compañeros: se trata de la Pedra da Gavea, una escultura que muestra a un guerrero vikingo con su gran casco y una inscripción aún legible para los entendidos en runas y grafía vikinga: el texto advierte de la presencia de aprovisionamientos para arreglar los barcos en una playa cercana de arena gruesa. La zona resulta ideal para un fondeadero y existen evidencias arqueológicas de que así fue utilizado.
Desde 1140, la orden del Císter comienza a construir las catedrales góticas. En aquellos tiempos si algo no había era liquidez monetaria. Los pagos se libraban con “cheques” y papel moneda. Las monedas usadas hasta entonces ya estaban tan gastadas y acaparadas que no había dinero en circulación. De repente el Temple comienza a financiar las catedrales y a verse monedas de plata en gran cantidad. ¿De donde sale toda esta nueva plata, ya que la plata europea estaba agotada?. Parece ser que el Temple, enterados de las andanzas vikingas llegó a un acuerdo de servicios con ellos: a cambio de plata ellos suministrarían a los vikingos artesanos y conocimientos para su desarrollo. El Temple en América?!. Sin embargo existen sellos de la orden datados en 1307 con dibujos de
amerindios muy característicos. El asunto funcionó mucho tiempo aunque, como casi todo acuerdo provechoso en aquellos tiempos se mantuvo en el más estricto secreto.
Uno de los vestigios de la cristianización (la segunda, la tercera sería la española) es una ruinas de unas obras destinadas a erigir lo que debió ser la primera iglesia de estilo románico en América. Está situada en Kalasaaya y debió ser impulsada por el padre Gnuppa, el Pai Zumé de las leyendas indígenas (Santo Tomás una vez cristianizado por los españoles). A unos 150 km de Parnaiba se encuentra una especie de “ciudad encantada de Cuenca” Se trata de “Sete Cidades” un capricho de la erosión. Los vikingos aprovecharon sus rocas para crear su propia icono grafía. Se podría suponer que solo se trataba de caprichos naturales si no fuera por que están profusamente acompañadas por runas, la escritura vikinga de la época, del dialecto schleswigense. Seguramente escritas por soldados ociosos en sus turnos de guardia – desde el típico “Ulf estuvo aquí” hasta largas y eruditas sentencias de las sagas vikingas… típicos graffitis de la época. La existencia de esta zona religiosa es crucial dada la costumbre de los vikingos de edificar casi todas sus obras en madera lo que no ha permitido dejar demasiadas huellas de su paso, aparte de algunos muros y muelles…
LA CIUDAD PERDIDA DE BAHÍA
El coronel O’Sullian Beare, ex-cónsul británico en Río de Janeiro, reveló haber llegado en 1913, con la ayuda de un guía mestizo, a una antigua ciudad en el estado de Bahía. Allí vio una columna negra en medio de una plaza, encimada por una estatua, tal como la descripción del documento 512 escrito por los bandeirantes. En São Paulo un explorador alemán, Heinz Budweg, aseguró que las ruinas de la ciudad perdida se situaban en el poblado de Iguatú, no muy lejos de Lençóis. El 20 de julio de 1997 logré llegar a la ciudad perdida, donde encontré murallas ciclópeas, algunas con bloques de más de 1,50 metros de longitud. Entre las ruinas viven menos de 200 descendientes de los esclavos y buscadores de oro y diamantes que allí acudieron el siglo pasado.
”La ciudad fue construida por los vikingos, hacia el año 1000 de nuestra era. Dejaron un sistema complejo de alcantarillado que, según los libros de historia, jamás habría existido en Brasil hasta finales del siglo pasado. También encontré varias inscripciones rúnicas en la entrada de una mina. Toda la meseta está plagada de senderos, los “peabirús” usados por vikingos e incas para comunicarse con América andina”, me reveló Heinz Budweg.
Cuando cayó el imperio por la presión nativa y la natural descomposición interna el acuerdo quedó finiquitado de facto y América se quedó aislada de nuevo. Aunque no por mucho tiempo. Colón la descubrió muy poco después.
http://descubriramerica.wordpress.com/2007/09/18/los-vikingos-en-sudamerica/