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General: YARDA MEGALITICA - DISEÑADA EN FUNCION A VENUS
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Respuesta  Mensaje 1 de 4 en el tema 
De: BARILOCHENSE6999  (Mensaje original) Enviado: 26/06/2017 19:50
La yarda megalítica supuestamente es una antigua unidad de medida supuestamente usada en la cultura del neolítico. Su valor es de 0,829665 metros y parece estar medida usando un péndulo desde el centro de un círculo de 366 partes -366 como las rotaciones de la Tierra en 1 año- y usando el movimiento del planeta Venus dentro de un espacio del tamaño correspondiente a una de esas 366 partes; Venus es usado como "medidor" de oscilaciones del péndulo; cuando se logra que el péndulo realice 366 oscilaciones en el tiempo que Venus transita el espacio del tamaño de 1/366 parte del círculo, la distancia entre ambos extremos del péndulo es 0,829665 metros, llamado "yarda megalítica". El sentido y supuesta "naturalidad" de la yarda megalítica parece estar en relación con la circunferencia polar de la Tierra cuyo segundo de grado equivale a 366 yardas megalíticas dividiendo la circunferencia polar en 366 grados y cada uno en 60 minutos y cada uno en 6 segundos (es decir, 360 segundos). 366 yardas megalíticas son 303,6 metros, que es 1000 veces una unidad de medida usada en la cultura minoica, el llamado "pie minoico" de 0,3036 metros.


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Respuesta  Mensaje 2 de 4 en el tema 
De: BARILOCHENSE6999 Enviado: 26/06/2017 19:51

La Luna es 400 veces menor que el Sol. Y está 400 veces más cerca de la Tierra que de éste. A esta coincidencia numérica debemos los eclipses totales del astro rey. Fenómeno perceptible sólo desde nuestro planeta. Y posible al ubicarse Tierra, Luna y Sol en una perfecta alineación definida por Isaac Asimov como «una de las más improbables coincidencias imaginables».

La Luna, además, emula al Sol. Cuando éste ocupa su posición más baja y débil —solsticio de invierno—, ella está en su posición más alta y brillante. Y, mediado el verano, ocurre lo contrario. Mientras que, en los equinoccios, ambos cuerpos celestes desaparecen en el mismo punto del horizonte. Ningún otro planeta del sistema solar tiene un satélite semejante. ¿Obedece este complejo y exclusivo engranaje celeste únicamente al azar? ¿O existe alguna razón para estas coincidencias? Acostumbrados a asombrarnos con los prodigios del universo podríamos aceptar que la danza lunar es producto de los caprichos del cosmos. Pero ocurre que la ciencia no ha podido explicar aún el origen de nuestro satélite. Algo que, unido a nuestra presencia, dispara las hipótesis sobre la posibilidad de que no todo sea tan casual por este lado de la galaxia. Entre las teorías que tratan de explicar algunas de las «rarezas lunares» ha causado sensación la propuesta por los investigadores Christopher Knight y Alan Butler en La ciencia antigua y el misterio de la Luna (Ed. Zenith). El argumento de la obra basado, entre otras cosas, en los sistemas de medición prehistóricos, concluye que la Luna no es un objeto natural. Al contrario, bien podría ser una especie de «mensaje en una botella» que una civilización, mucho más evolucionada que la nuestra, depositó hace cuatro mil millones de años en nuestro «jardín» para sembrar vida en la Tierra, ayudarnos a evolucionar y seguir sus pasos.

ORIGEN INEXPLICADO

Muestras de minerales lunares obtenidas de los 382 kilos de rocas que las misiones Apolo han traído, permiten determinar con certeza que la Luna tiene 4.527 millones de años. Es por tanto sólo un poco más joven que la Tierra, formada hace 4.650 millones de años. También se sabe que nada más llegar al sistema solar fue bombardeada por un sinfín de cuerpos celestes. Pero ¿cómo se originó? Existen básicamente cuatro teorías al respecto, todas ellas imperfectas.

La «fisión», propuesta en 1878 por el astrónomo George Darwin, hijo del gran teórico del evolucionismo, supone que procede de un enorme fragmento del manto terrestre, correspondiente al Océano Pacífico, despedido a causa de un fuerte aceleración rotatoria planetaria. La objeción más común a esta hipótesis es que, para tal suceso, la rotación terrestre debería haber sido tal que la Tierra tendría que haber estado girando sobre sí misma en tres horas, una velocidad que habría impedido incluso su propia formación. Otra teoría es la de crecimiento, según la cual Luna y Tierra se formaron al mismo tiempo a partir de la Nebulosa Solar. A favor está la datación radioactiva de las rocas lunares. Pero entonces ¿por qué su composición química y densidad es tan diferente a la terrestre? En el núcleo de la Tierra abunda el hierro, y en el de la Luna es casi inexistente. Y por otra parte el suelo selenita es rico en titanio pero escasea en la corteza terrestre.

La teoría de la «captura» sostiene que nuestro satélite era un astro independiente que, al pasar cerca de la Tierra, fue atrapado en su órbita. Pero deja sin respuesta cómo sucedió la importante desaceleración que tuvo que sufrir para no escapar a nuestro campo gravitatorio.

Por último, la teoría del «impacto», mezcla de las tres anteriores y la más aceptada por los científicos ya que la información de las rocas lunares la apoya. Propuesta por el científico planetario William K. Hartmann, sostiene que la Tierra colisionó con un gran objeto, tan grande como Marte o más, y que la Luna se formó a partir del material eyectado. Sin embargo ha sido recientemente rebatida por Robin Canup, científica de Boulder, Colorado, y autora de una tesis según la cual el «impacto» habría originado varias «lunas» y no sólo una. Y que, además, no explica cómo es posible que una colisión capaz de generar tal satélite no desintegrase la Tierra. O que la corteza lunar, supuestamente creada con material de la superficie terrestre, no contenga la misma cantidad de hierro que la de nuestra planeta.

RAREZAS LUNARES

Las expediciones lunares, iniciadas en 1958 con el primer Pioneer y coronadas con los paseos de las misiones Apolo —el primero tuvo lugar el 20 de julio de 1969, y fue seguido hasta diciembre de 1972 por otros cinco alunizajes—, pusieron de manifiesto el desigual campo gravitatorio de nuestro satélite. Bajo algunas zonas de su superficie existen concentraciones de masa —llamados mascones— de densidad muy superior a la que cabría esperar. Dichas concentraciones dificultan a las naves espaciales orbitar la Luna de cerca sin realizar continuos ajustes para compensar las variaciones en la fuerza de gravedad. Es muy posible que estos mascones, descubiertos por el Lunar Orbiter 1 en 1966, ocasionaran los problemas que tuvieron para alunizar las primeras sondas.

Otra singularidad es el sonido «semejante a una campana» —según dijeron los científicos de la NASA—, que se oyó cuando el cohete de despegue Saturno V fue lanzado contra la superficie lunar, durante la misión del Apolo XIII. Ese quejido sideral fue acompañado de unas señales sísmicas cuyas reverberaciones se prolongaron durante tres horas y veinte minutos, alcanzando los 40 kilómetros de profundidad. La conclusión de los expertos fue que la Luna tiene un núcleo insólitamente ligero o carece por completo de él. Este efecto campana hizo que se recuperara una teoría especulativa divulgada en 1962 por Gordon McDonald, un científico de la NASA, según el cual, el análisis de los movimientos lunares indicaba que nuestro satélite era hueco. Posibilidad inquietante porque, tal y como Carl Sagan explicó, «se entiende perfectamente que un satélite natural no puede ser un objeto hueco». Más recientemente, datos provenientes del magnetómetro de la sonda Lunar Prospector han confirmado que nuestro satélite tiene un núcleo metálico de unos 680 Km de diámetro. Cifra irrisoria si pensamos que el núcleo terrestre, con un radio de 3.485 Km, emula en tamaño al planeta Marte.

SABIDURÍA MEGALÍTICA

En resumen, este conjunto de «rarezas lunares» son para Knight y Butler un claro indicio de que la Luna puede ser un objeto artificial. Una posibilidad que, según ellos, se refuerza con el hecho de que la Luna encaja, con más que sospechosa precisión, en la medida de longitud prehistórica conocida como «yarda megalítica». Descubierta por el astrónomo e ingeniero Alexander Thom en 1955, esta unidad (de unos 2,72 pies o 0,829 metros) habría sido utilizada por los constructores prehistóricos en toda Europa occidental. Y era en realidad el radio de los círculos megalíticos, divididos en 366 grados, y no en los 360 actuales. En opinión de Thom, dichas construcciones, abundantes en toda la Europa occidental, describirían, entre otras cosas, la órbita de la Tierra alrededor del Sol. Su teoría ha sido denostada por algunos, pues no es aplicable a todos los monumentos prehistóricos. Pero, curiosamente, al aplicar los principios de la geometría megalítica a todos los planetas y lunas del sistema solar se descubre que, sólo en el Sol y la Luna se producen resultados con números enteros, como si estos edificios hubieran tenido como objeto exclusivo la medición de ambos astros.

Por otra parte, el sistema métrico decimal, más familiar para nosotros, revela una estrecha asociación numérica —con numerosas cifras reiteradamente coincidentes— entre las proporciones de tamaños del Sol, Luna y Tierra. Mientras que las características actuales de la órbita lunar, y la duración del día terrestre, no eran exactamente iguales en un pasado remoto y desaparecerán en el futuro lejano. ¿Acaso fueron programadas para que justo ahora, cuando los hombres han evolucionado lo suficiente, podamos deducir un mensaje matemático inscrito en su movimiento? ¿O tal vez la sincronía perfecta de la mecánica celeste es sólo un capricho de la naturaleza? A la luz de todo lo anterior cabría por un momento abandonar los prejuicios que dicta el sentido común y suponer que no se trata de una coincidencia. Pero, en ese caso —como dicen Knight y Butler—, sólo quedan dos opciones. O bien está trabajando alguna ley ignorada por la astrofísica, capaz de convertir los materiales de deshechos en piezas que sincronizan en una prodigiosa sinfonía sideral; o bien este engranaje fue diseñado por una Entidad Creativa Desconocida (ECD) e inteligente. Pero, en este último caso, ¿por qué y para qué, en un tiempo tan remoto, habría querido alguna entidad poner en marcha un plan a tan largo plazo? ¿Y cómo sabía que la vida resultante tendría diez dedos y podría deducir su mensaje?

SEMBRADORA DE VIDA

El para qué —según Knigth y Butler—, es evidente cuando pensamos en todas las funciones que la Luna cumple como regulador de vida en nuestro planeta. Y no nos referimos sólo a su influencia en el cambio de estaciones o ciclos de reproducción de los animales y la fertilidad de las cosechas. Tanto si nos atenemos a la teoría del impacto como a cualquier otra, el material de la corteza terrestre expelido para crear la Luna hizo posible la tectónica de placas. Gracias a ello los continentes van a la deriva. De hecho, ningún otro objeto en nuestro sistema solar tuvo o tiene continentes desplazándose por su superficie. Si el 70% de la corteza terrestre destinada a convertirse en Luna regresara a la Tierra, tal y como ha dicho Nick Hoffman, geofísico de la Universidad de Melbourne (Australia), desaparecerían las cuencas oceánicas, adonde fue a parar todo el agua que había ido cubriendo la placa continental y la Tierra sería un mundo acuático. Por otro lado, en un pasado remoto, cuando la Luna estaba más cerca de nuestro planeta, y ejercía su campo gravitatorio con más intensidad, el fenómeno de las mareas —en el que también influye el Sol aunque en menor grado— contribuyó a desacelerar la rotación de la Tierra sobre su eje, una disminución de velocidad necesaria para afianzar la vida en el planeta. Además, sin la Luna el día terrestre duraría sólo ocho horas y la altura de las mareas, producidas sólo por el Sol, sería menos de un tercio de lo que es ahora. Habría lluvia, pero al ser las mareas menores también lo sería la erosión y por tanto serían igualmente más reducidos los cambios de temperatura y salinidad, así como el número de minerales que fueron a parar a los océanos e hicieron posible la multiplicación de las cadenas de ADN y la evolución de las especies. Así es que sin Luna la vida, en caso de haber surgido, habría necesitado un tiempo mucho mayor para emerger.

TRES PADRES Y UN SATÉLITE

Tomar conciencia de la importancia del satélite para nuestra presencia aquí inclina a pensar aún más en que se trata de un objeto artificial. Pero ¿quién tuvo esta idea, cómo la llevó a cabo y por qué? Para Knigth y Butler el cómo no presenta problemas. Su propuesta, bastante extraordinaria, es que la corteza terrestre pudo ser aspirada mediante una especie de agujero negro de dimensiones no más grandes que el Everest. Otra cosa es responder al quién y el por qué. Y para ello los autores proponen tres candidatos. El primero, Dios y su motivo el altruismo; claro que, en este caso, quedaría por resolver la cuestión del sufrimiento humano causado por catástrofes naturales, que no encaja con un plan altruista.

Los segundos aspirantes, los alienígenas, habrían tenido la intención de ir dotando al universo de una conciencia capaz de combatir con el tiempo la ley de la entropía. Pero esta candidatura presenta una objeción: los extraterrestres tendrían que haber regresado a la Tierra hace unos seis mil años, fecha en la que la mayoría de las civilizaciones experimentaron un empujón, para enseñar a la humanidad a contar y escribir. La mayoría de las mitologías del planeta hacen referencia a la llegada de seres civilizadores. Pero ¿por qué realizar un plan a tan largo palazo? ¿Y qué entidad alienígena podría haber perdurado cuatro mil millones de años?

La sorpresa que nos deparan estos autores es el tercer candidato que sería ni más ni menos que la propia humanidad. Según su tesis, seres humanos del futuro, pertrechados de máquinas del tiempo, podrían haber retornado para sembrar vida en la Tierra y adecuarla a su propia llegada. Ello explicaría que la ECD supiera de antemano que la especie terrícola que acabaría por desarrollarse aquí tendría diez dedos en pies y manos. Y también que dotaran a la Luna de unas medidas que pudieran ser descifradas con nuestro sistema métrico- Y, que a la vez sirvieran de tarjeta de visita pues su reiterada concordancia con las de la Tierra y el Sol, reclamarían nuestra atención, haciéndonos pensar en una autoría artificial.

Convertida así en una singular tarjeta de visita, que el tiempo no podía destruir, la Luna nos comunicaría por sí sola que «ellos» ya habían estado aquí. Los autores de este fantástico pero fascinante argumento creen además que esta «carta sideral» está acompañada de una postdata, consistente en los miles de millones de genes basura protegidos de nuestro ADN. ¿Si no sirven para nada, para qué están tan resguardados? se preguntan Knight y Butler. Nuestro satélite y código genético podría además ocultar una clave matemática que nos abra las puertas a la fabricación de máquinas del tiempo. ¿Simple ciencia ficción o una teoría digna de estudiarse en profundidad? Knigth y Butler son rotundos: si admitimos la idea de que es posible el viaje en el tiempo, sea a través de agujeros negros como Stephen Hawkings ha propuesto, o a través de cualquier otro artilugio, no existe problema en considerar como una teoría plausible que en el futuro lejano los seres humanos puedan proyectar y realizar un programa destinado a cuidar de la vida hace miles de millones de años. Y que estos mismos seres habrían visitado el planeta para ayudar a evolucionar a sus semejantes. En todo caso nada es más improbable que una eterna serie de beneficiosas casualidades.

FUENTE: http://www.akasico.wanadoo.es/akasico/html/carticulos/162926_1.html

 
 
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From: BARILOCHENSE6999 Sent: 13/12/2011 17:39

La primera civilización. Egipto, Babilonia, Stonehenge unidos por la magia de los números

Christopher Knight, Alan Butler

 

La primera civilización. Egipto, Babilonia, Stonehenge unidos por la magia de los números de Christopher Knight, Alan Butler:

Es la extraordinaria historia de cómo el estudio de una antigua unidad de medida -la yarda megalítica- conduce al descubrimiento de convincentes pruebas que tuvo que existir una civilización altamente avanzada anterior a las conocidas culturas sumeria y egipcia.
  Knight y Butler revelan los secretos de un sistema médico sorprendentemente integrado que desapareció hace siglos pero que constituyó la base no sólo del sistema métrico y el británico, sino también de las construcciones de Stonehenge y las pirámides. Dicho sistema implicaba un evolucionado conocimiento de las dimensiones, movimientos y relaciones de la Tierra, el Sol y la Luna.
 
 
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From: BARILOCHENSE6999 Sent: 13/12/2011 17:50
PRIMERA CIVILIZACION, LA egipto, babilonia y ston

PRIMERA CIVILIZACION, LA egipto, babilonia y ston

DE KNIGHT, CHRISTOPHER - BUTLER, ALAN

 
Sinopsis de PRIMERA CIVILIZACION, LA egipto, babilonia y ston
"Ésta es la historia de cómo el estudio de una antigua unidad de medida -la yarda megalítica- conduce al descubrimiento de convincentes pruebas de que tuvo que existir una civilización altamente avanzada anterior a las conocidas culturas sumeria y egipcia. Knight y Butler revelan los secretos de un sistema de medida sorprendentemente integrado que  desapareció hace siglos pero constituyó la base no sólo del sistema métrico y el británico, sino también de las construcciones de las pirámides. Dicho sistema implicaba un evolucionado conocimiento de las dimensiones, movimientos y relaciones de..."

Respuesta  Mensaje 3 de 4 en el tema 
De: BARILOCHENSE6999 Enviado: 26/06/2017 19:51

Sabías que...

Recopilación de datos curiosos de interés del mundo de la Ciencia

 

Para ir a archivo de Sabías.. anteriores, cliquear aquí

El sistema métrico, los franceses, Thomas Jefferson, los sumerios y la yarda megalítica

Antes de la disposición del sistema métrico, existía una gran variedad de medidas de volumen, masa y longitud. Los mismos (como sucedió con la hora antes de la disposición de los Husos Horarios), era totalmente anárquica, absolutamente diferentes de una ciudad o poblado a otro.

Se le atribuye a una de las reformas durante la Revolución Francesa la aparición del sistema métrico (1789-1799). No obstante esto, luego de la guerra de Independencia de Estados Unidos, antes que los franceses, el ilustre Thomas Jefferson, creó su propia versión de un sistema decimal de pesos y medidas, aunque el mismo no se utilizó.

El sistema de Pierre Simon Laplace, se presentó en Marzo de 1791, pero Thomas Jefferson, había presentado el suyo en Julio del mismo año (unos cuantos meses antes que los franceses). Claro que Jefferson, estaba muy al tanto de lo que sucedía en Francia ya que fue embajador de los Estados Unidos en Francia entre los años 1784-1789, no obstante esta semilla recogida tal vez en Francia, Jefferson desarrolló la metodología del sistema métrico según su lógica. Basado en el patrón del péndulo oscilante que en movimiento libre llega a partes iguales llamadas segundos de tiempo, nunca podría haber imaginado ni remotamente, que esta metodología había sido empleada 5.000 años antes, ya que los sumerios utilizaban como unidad de tiempo el segundo. Los símbolos numéricos de origen sumerio tienen una datación de 3000 a.C., en las que se escribían de manera diferente las cifras según se contaran volúmenes (diferentes para los distintos tipos de granos), áreas, longitudes y también tiempo.

Esta antigua unidad de medida, conocida como la yarda megalítica, nos induce a pensar en convincentes pruebas de que tuvo que existir una civilización altamente avanzada anterior a las conocidas culturas sumeria y egipcia. La yarda megalítica, comprendía un sistema de medición integrado que desapareció hace siglos pero habría sido la base del sistema métrico y del británico, así como también de las construcciones de Stonehenge y las pirámides. Tal sistema implicaba un profundo conocimiento de las dimensiones, movimientos y relaciones de la Tierra, el Sol y la Luna.


Imagen superior: Los megalitos de Stonehenge.

 
 
 
Reply  Message 4 of 6 on the subject 
From: BARILOCHENSE6999 Sent: 23/11/2015 13:28
 
 
Reply  Message 5 of 6 on the subject 
From: BARILOCHENSE6999 Sent: 08/12/2015 14:33
 
Alcoseri  (Original message) Sent: 18/11/2015 11:27
El Planeta Venus  desde siempre ha despertado inquietudes entre los seres humanos, la Masonería no escapa a esta inquietud pues en los  Templos de la Masonería del Rito Escocés Antiguo y Aceptado , está representado en una estatua o pintura como una Mujer Desnuda , justo al lado del torno del Segundo Vigilante- Este segundo vigilante sería para nosotros el Vigilante Interno , el Interno  Yo Observante de nuestros actos. Venus está entre la órbita de la Tierra y el Sol y tiene fases como la Luna. Desde la Tierra, Venus es el objeto más brillante en el cielo después del Sol y la Luna, que aparece justo antes del amanecer, como Estrella de la Mañana, o poco después anochecer, como estrella de la tarde, los antiguos incluso pensaron que se trataba de dos estrellas diferentes,  y serían en si los anunciantes de la aparición de la Luz, dándole la bienvenida y otro dándole la despedida a la Luz . Debido a su proximidad a la Tierra, a pesar de que es un planeta, su luminosidad es 13 veces más fuerte que la estrella más brillante, que es Sirius o Estrella Sirio. Su atmósfera está llena de nubes que se encargan de reflejar el 75% de la luz que proviene del sol, formando un brillante planeta visto desde la Tierra.

Durante 11 meses, Venus se llama la estrella de la tarde o de noche de la estrella, ya que establece un máximo de tres horas después del Sol y los otros 11 meses que aparece en la mayoría de aproximadamente 3 horas antes de que el Sol, como Estrella de la Mañana o Estrella de David . Cuando él está cerca de la tierra, en la conjunción inferior, en las cinco semanas antes o después de que él se encontraba en la etapa de la "nueva", que tiene su imagen en el mundo aumentó en 6 veces y parece aún más brillante. Esto sucede una vez cada ocho años y este período fue conocido en el antiguo Egipto como el ciclo Sothis.

En Mesopotamia, el planeta Venus era conocido por varios otros nombres como Asera, Ashtart, Baalat, Ishtar, Shekinah, Baalat, Inanna, Anat y Astaroth. Al aparecer en diferentes momentos (atardecer o antes del amanecer) durante mucho tiempo fue considerado como dos estrellas diferentes, que se les dio el nombre de Lucifer y Vesper (en latín, Lucifer significa "portador de luz", y fue simplemente debido a un problema en la traducción de la Biblia, que se asoció con el mal). En el siglo III A-C Pitágoras descubrió que se trataba de una sola estrella, pero fueron los romanos quienes le dieron el nombre de Venus, que es la diosa romana del amor y la belleza.

Venus se ajusta a un tiempo tan predecible en todo el tiempo que ha servido como el estándar para establecer los relojes y varios ciclos se observaron:

- Cada ocho años que regresa al mismo punto en el cielo en la conjunción inferior, aunque las estrellas en el fondo son completamente diferentes.

- Cada 40 años se realiza un círculo completo, terminando donde comenzó, en un movimiento preciso en cuestión de segundos, aparece con la misma configuración de estrella en el fondo;

- Cada 480 años, es decir, 12 ciclos de 40 años, es la conjunción de los planetas Mercurio y Venus, que, visto desde la Tierra, parecen superponerse y una sola estrella roja, extremadamente brillantes, provocando sombras en el suelo.

- Cada 1440 años, es decir, 3 ciclos de 480 años, Mercurio y Venus se superponen en el mismo lugar en el cielo, con exactamente las mismas estrellas en el fondo.

 
El hecho de que el patrón de Venus es tan predecible que puede ser utilizado para el ajuste del reloj, sirve para conectar este planeta para Metatron, que es un indicador de tiempo también asociado con Enoc.   El primer nombre de Jerusalén era Urushalim - el prefijo uru significa "fundada por" y el sufijo o salem shalem es el nombre de dios cananeo de Venus, mientras que en su aspecto nocturno. Curiosamente, aunque el nombre de Jerusalén está dedicado a Venus en su aspecto nocturno, el Templo de Salomón se enfrentaba a la otra dirección - uno en el que Venus se comporta como la Estrella de la Mañana.- Alcoseri   Leer mucho más del tema en: https://sites.google.com/site/secretomasonico/diosa-venus
 
 
Reply  Message 6 of 6 on the subject 
From: BARILOCHENSE6999 Sent: 26/06/2017 16:48
Resultado de imagen para YARDA MEGALITICA

Respuesta  Mensaje 4 de 4 en el tema 
De: BARILOCHENSE6999 Enviado: 04/06/2023 22:20



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