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General: EL CATECISMO EL ENGAÑO MUNDIAL 666
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Da: Damarit Espinoza  (Messaggio originale) Inviato: 14/03/2023 19:48
EL CATECISMO EL ENGAÑO MUNDIAL 666

La destrucción del pecado y los pecadores con Satanás junto a sus Ángeles .

He aquí, viene el día ardiente como un horno, y todos los soberbios y todos los que hacen maldad serán estopa; aquel día que vendrá los abrasará, ha dicho Jehová de los ejércitos, y no les dejará ni raíz, ni rama. Malaquías 4:1. 

A pesar de que Satanás se ha visto obligado a reconocer la justicia de Dios, y a inclinarse ante la supremacía de Cristo, su carácter sigue siendo el mismo. El espíritu de rebelión, cual poderoso torrente, vuelve a estallar. Lleno de frenesí, determina no cejar en el gran conflicto. Ha llegado la hora de intentar un último y desesperado esfuerzo contra el Rey del cielo. Se lanza en medio de sus súbditos, y trata de inspirarlos con su propio furor y de moverlos a dar inmediata batalla. Pero entre todos los innumerables millones a quienes indujo engañosamente a la rebelión, no hay ahora ninguno que reconozca su supremacía. Su poder ha concluido. Los impíos están llenos del mismo odio contra Dios que el que inspira a Satanás; pero ven que su caso es desesperado, que no pueden prevalecer contra Jehová. Se enardecen contra Satanás y contra los que fueron sus agentes para engañar, y con furia demoníaca se vuelven contra ellos. 

Dice el Señor: “Por cuanto has puesto tu corazón como corazón de Dios, por tanto, he aquí que voy a traer contra ti extraños, los terribles de las naciones; y ellos desenvainarán sus espadas contra tu hermosa sabiduría, y profanarán tu esplendor. Al hoyo te harán descender”. “Te destruyo, ¡oh querubín que cubres con tus alas! y te echo de en medio de las piedras de fuego... Te echo a tierra; te pongo delante de reyes para que te miren... Te torno en ceniza sobre la tierra, ante los ojos de todos los que te ven... Serás ruinas, y no existirás más para siempre” Ezequiel 28:6-816-19

Dios hace descender fuego del cielo. La tierra se quebranta. Salen a relucir las armas escondidas en sus profundidades. Llamas devoradoras se escapan por todas partes de grietas amenazantes. Hasta las rocas están ardiendo. Ha llegado el día que arderá como horno. Los elementos se disuelven con calor abrasador, la tierra también y las obras que hay en ella están abrasadas.Apocalipsis 19:20 Pero la Bestia fue capturada, y con ella el falso profeta - el que había realizado al servicio de la Bestia las señales con que seducía a los que habían aceptado la marca de la Bestia y a los que adoraban su imagen - los dos fueron arrojados vivos al lago del fuego que arde con azufre.cap16:13 .Y vi que de la boca del Dragón, de la boca de la Bestia y de la boca del falso profeta, salían tres espíritus inmundos como ranas.

14 Son espíritus de demonios, que realizan señales y van donde los reyes de todo el mundo para convocarlos a la gran batalla del Gran Día del Dios Todopoderoso.

Apocalipsis (de Juan) 16-> Ver. 

[V.13-> Vi. Ver com. Ap 1:1. De la boca. La boca es el instrumento del habla. Estos “tres espíritus inmundos” que salen de las bocas del “dragón”, de la “bestia” y del “falso profeta”, representan la política que esta triple unión religiosa proclamará al mundo, la cual se menciona en el Ap 17:2 como el “vino” de Babilonia (ver com. Ap 16:14; Ap 17:2; Ap 17:6). Dragón. Ver com. Ap 12:3; Ap 13:1. El primer miembro de esta triple unión religiosa se identifica generalmente con el espiritismo o con el paganismo. Este último consiste principalmente en la adoración de espíritus maléficos, y por eso se parece esencialmente al espiritismo moderno tal como se practica en los países cristianos. La bestia. Ver com. Ap 13:1; Ap 17:3; Ap 17:8. Falso profeta. Evidentemente debe identificarse con la segunda bestia del Ap 13:11-17 (ver com. Ap 16:11), que apoya a la primera bestia de los Ap 16:1-10, y que por medio de los milagros que tiene el poder de hacer en presencia de la bestia (Ap 16:12-14), engaña a los hombres para que le hagan a ésta una “imagen”. Cf. Ap 19:20; Ap 20:10. Tres espíritus inmundos. Los defensores de ambas opiniones concuerdan en identificar al “dragón”, la “bestia” y el “falso profeta”, con el espiritismo moderno (CS 645) o paganismo, el papado, y el protestantismo apóstata (cf. Ap 13:4; Ap 13:14-15; Ap 19:20; Ap 20:10), respectivamente. Los “tres espíritus inmundos” evidentemente simbolizan o representan a este trío maléfico de poderes religiosos, que juntos constituyen la “gran Babilonia” de los últimos días (Ap 16:13-14; Ap 16:18-19; ver com. Ap 16:19; Ap 17:5). A manera de ranas. Tal vez no deba atribuirse ningún significado a esta comparación, que quizá sólo tiene el propósito de destacar lo repulsivo que son los “tres espíritus  inmundos” delante de Dios. ] ESTOS SERES HUMANO PREFIRIERON LA MARCA DE LA BESTIA CATECISMO DOMINGO  LAUDATO SI CAMBIO CLIMATICO ONU COP27 AL PECADO QUE LA SANTA BIBLIA EL SABADO SEPTIMO DIA OBEDECER A CRISTO .





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Rispondi  Messaggio 2 di 41 di questo argomento 
Da: Damarit Espinoza Inviato: 28/03/2023 17:39
VIVIENDO EL APOCALIPSIS 
Apocalipsis (de Juan) 1-> Ver. 1Revelación de Jesucristo; se la concedió Dios para manifestar a sus siervos lo que ha de suceder pronto; y envió a su Angel para dársela a conocer a su siervo Juan,

[V.1-> Apelación. Gr. apokálupsis, “descubrimiento” (ver p. 733). “La revelación de Jesucristo” puede considerarse como el título que Juan le dio a este libro. Este título niega categóricamente el concepto de que el Apocalipsis es un libro sellado y por lo tanto no puede ser entendido. Contiene un mensaje que Dios se propuso que sus “siervos” en la tierra deberían oír y guardar (Ap 1:3), y no podrían hacerlo a menos que primero lo entendiesen. De Jesucristo. Tanto en griego como en español estas palabras pueden significar que el Apocalipsis es una revelación que se origina en Jesús o que lo revela a él. El contexto parece implicar que la primera interpretación 746 es en este caso la principal, porque es la revelación “que Dios le dio, para manifestar a sus siervos”. Al mismo tiempo debe recordarse la verdad del segundo significado, porque este libro revela a Jesús en su obra celestial después de su ascensión. En este sentido el Apocalipsis en realidad complementa a los Evangelios. Estos registran el ministerio de Jesús en la tierra; el Apocalipsis revela su obra en el plan de la redención a partir de ese tiempo. Cf. Ap 19:10. En cuanto a los nombres de Jesús y Cristo, ver com. Mat 1:1. Le dio. Desde la entrada del pecado toda comunicación entre el cielo y la tierra ha sido por medio de Cristo (PP 382). Siervos. Gr. dóulos, “esclavo” (ver com. Rom 1:1). Los primeros cristianos a menudo se designaban a sí mismos como “esclavos”. Que deben suceder pronto. El pensamiento de que los diversos acontecimientos predichos en el libro del Apocalipsis debían suceder en un futuro cercano se declara específicamente siete veces: “Las cosas que deben suceder pronto” (Ap 1:1; Ap 22:6), “el tiempo está cerca” (Ap 1:3) y “He aquí [o ‘ciertamente’] yo vengo pronto” (Ap 3:11; Ap 22:7; Ap 22:12; Ap 22:20). También hay referencias indirectas a la misma idea (Ap 6:11; Ap 12:12; Ap 17:10). La respuesta personal de Juan a estas declaraciones del pronto cumplimiento del propósito divino fue: “Amén; sí, ven, Señor Jesús” (Ap 22:20). Por lo tanto, el concepto de la inminencia del regreso de Jesús se halla explícito e implícito a través de todo el libro. La segunda venida de Cristo es el gran acontecimiento culminante del antiquísimo conflicto entre el bien y el mal que comenzó cuando Lucifer puso en tela de juicio el carácter y el gobierno de Dios. Las declaraciones en el Apocalipsis y en otros pasajes bíblicos respecto a la inminencia del retorno de Cristo, deben entenderse dentro de los límites de este gran conflicto. Dios podría haber aniquilado con toda justicia a Lucifer cuando con obstinada impenitencia persistió en su rebelión; pero la sabiduría divina difirió la exterminación del mal hasta que la naturaleza y los resultados del pecado se hiciesen plenamente visibles para los habitantes del universo (PP 21-23). En cualquiera de los diversos momentos cruciales de la historia de este mundo, la justicia divina podría haber pregonado “ ¡Hecho está!”, y Cristo podría haber venido para inaugurar su reino de justicia. Hace mucho tiempo que podría haber culminado sus planes para la redención de este mundo. Así como se ofreció a Israel la oportunidad de preparar el camino para el reino eterno de Dios en la tierra cuando ese pueblo se estableció en la tierra prometida, y nuevamente cuando volvió de su destierro en Babilonia, así también le dio a la iglesia de los tiempos apostólicos el privilegio de completar la comisión evangélica. Otra oportunidad semejante llegó con el gran despertar del segundo advenimiento en el siglo XIX. Pero en todos esos casos, el pueblo escogido de Dios no supo aprovechar la oportunidad que le fue ofrecida con tanta bondad. El movimiento adventista, animado por el consejo inspirado, esperaba que Cristo viniese muy pronto después de 1844. Cuando Jesús aún no había aparecido a fines del siglo, se recordó repetidas veces a los creyentes adventistas que el Señor podría haber venido antes de ese tiempo (3JT 73; 8T 115-116; 3JT 297; DTG 587-588; CS 511).  “¿Cómo es el caso del testimonio de Cristo y de sus discípulos? ¿Estaban engañados?... Los ángeles de Dios en sus mensajes para los hombres representan el tiempo como muy corto... ¿Pero ha fallado la Palabra de Dios? ¡Nunca! Debe recordarse que las promesas y las amenazas son igualmente condicionales” (1MS 76-77). Por lo tanto, es claro que aunque la segunda venida de Cristo no depende de ninguna condición, las repetidas declaraciones de las Escrituras de que su venida era inminente estaban condicionadas por la respuesta de la iglesia a la exhortación de que terminara la obra de predicar el Evangelio en su generación. No ha fallado la Palabra de Dios que declaró hace siglos que el día de Cristo “se acerca” (Rom 13:12). Jesús hubiera venido muy pronto si la iglesia hubiese hecho la obra que se le encomendó. La iglesia no tenía derecho a esperar a su Señor porque no había cumplido con las condiciones. Ver Ev 503-505. De modo que las declaraciones del ángel del Apocalipsis a Juan respecto a la inminencia del regreso de Cristo para poner fin al reinado del pecado, deben ser entendidas como una expresión de la voluntad de Dios y de su propósito. Dios nunca ha pensado en demorar la consumación del plan de salvación; siempre ha expresado su voluntad de 747 que el regreso de nuestro Señor no se retarde mucho. Estas declaraciones no deben entenderse en términos de la presciencia de Dios de que habría una demora tal, ni tampoco a la luz de la perspectiva histórica de lo que en realidad ha sucedido en la historia del mundo desde ese tiempo. Es verdad que Dios sabía de antemano que la venida de Cristo sería demorada unos dos mil años; pero cuando envió sus mensajes a la iglesia por intermedio de los apóstoles, expresó esos mensajes en términos de su voluntad y propósito respecto a dicho acontecimiento para que su pueblo estuviese informado de que, en la providencia divina, no había necesidad de una demora. Por consiguiente, las siete declaraciones del Apocalipsis respecto a la proximidad de la venida de Cristo deben entenderse como una expresión de la voluntad y el propósito de Dios, como promesas expresadas condicionalmente, y no como declaraciones basadas en el conocimiento previo de Dios. En este hecho debe hallarse sin duda la armonía entre los pasajes que exhortan a estar preparados para la pronta venida de Cristo y aquellos períodos proféticos que revelan cuán distante se halla en realidad el día de nuestro Señor Jesucristo. La declaró. Gr. semáinō, “señalar”, “indicar”, “dar señal”; “declaró”, “explicó”. Ángel. Gr. ággelos, “mensajero”. Los ángeles frecuentemente cumplen la función de ser portadores de revelaciones divinas (cf. Dan 8:16; Dan 9:21; Luc 1:19; Luc 1:26, etc.). Este ángel ha sido identificado como Gabriel (ver com. Luc 1:19). Juan. Es decir, Juan el apóstol (ver pp. 733-738; cf. com. Mar 3:17). El Apocalipsis es el único libro de Juan en el que éste se identifica por nombre (ver t. V, p. 869; cf. 2 Juan 1; 3 Juan 1). ] 



Rispondi  Messaggio 3 di 41 di questo argomento 
Da: Damarit Espinoza Inviato: 17/04/2023 21:34
CRISTO DESTRUYE BABILONIA VATICANO JUNTO CON SU VINO LAUDATO SI CATECISMO LA MARCA DE LA BESTIA DOMINGO Y LA INMORTALIDAD DEL ALMA  LA ONU EEUU Y SUS ALIADOS. 
Apocalipsis (de Juan) 14-> Ver. Y un segundo Angel le siguió diciendo: «Cayó, cayó la Gran Babilonia, la que dio a beber a todas las naciones el vino del furor.»
[V.8-> Otro ángel. Los MSS presenta diversas variantes de esta frase. Sin embargo, la evidencia textual se inclina por el texto “otro segundo ángel”. Le siguió. Gr. aklouthéō, “acompañar”, “seguir” (ver Mat 19:27-28; Mar 1:18, donde la palabra tiene la idea de acompañar personalmente a Jesús). Parece tener ambos significados en este versículos. Cronológicamente, el segundo ángel sigue al primero, pero también es cierto que el primer ángel continúa su ministerio cuando el segundo ángel se le une. En ese sentido el mensaje del segundo ángel acompaña al del primero. Diciendo. Los mensajes del primero y el tercer ángel son proclamados con “gran voz” (ver. 7, 9). El mensaje relativo a la caída de Babilonia se proclama más tarde con “voz potente” (ver com. Ap 18:1-2). Ha caído, ha caído. Mejor, “cayó, cayó”. Algunos MSS omiten la repetición del verbo, pero la evidencia textual establece su presencia. El pasaje parece ser un eco de Isa 21:9, que en hebreo repite el verbo, pero que en algunos MSS de la LXX lo pone una sola vez. La repetición hace más enfático el mensaje. Babilonia es un término abarcante que Juan utiliza para describir a todas las organizaciones y los movimientos religiosos que han apartado de la verdad. Este hecho nos obliga a considerar esta “caída” como progresiva y también acumulativa. Esta profecía de la caída de Babilonia ha hallado su cumplimiento en el alejamiento de la pureza y sencillez del Evangelio que se ha generalizado en el protestantismo (ver com. Ap 14:4). El mensaje de que cayó Babilonia fue predicado por primera vez por el movimiento adventista de los mileristas entre junio y agostos de 1844, y se aplicó a las iglesias que rechazaban el mensaje del primer ángel en cuanto al juicio (ver com. Ap 14:7). Este mensaje tendrá una creciente aplicación a medida de que se acerque el fin, y se cumplirá plenamente con la unión de diversos 843 elementos religiosos bajo la dirección de Satanás (ver com. Ap 13:12-14; Ap 17:12-14). El mensaje del Ap 18:2-4 anuncia la caída completa de Babilonia y exhorta al pueblo de Dios que aún está esparcido en las diversas organizaciones religiosas que componen a Babilonia, a separarse de ellas. Babilonia. La antigua ciudad llamada Babilonia hallada en ruinas y desolación en los días de Juan (ver com. Isa 13:19). Como sucede con muchos otros términos y expresiones de Apocalipsis, la importancia de este nombre (ver com. Hch 3:16) puede entenderse mejor si se considera el papel histórico que desempeño en los tiempos de AT (ver pp. 879-882; com. Isa 47:1; Jer 25:12; Jer 50:1; Eze 26:13; Ap 16:12; Ap 16:16; Nota Adicional com. cap. 18). La designación “misterio: Babilonia” (Ap 17:5) específicamente identifica el nombre en forma figurada (ver com. Rom 11:25; Ap 1:20; Ap 17:5; cf. com. Ap 16:12). Bab-ilu ( Babel o Babilonia) significa en el idioma babilónico “puerta de los dioses”; pero los hebreos despectivamente lo asociaban con balal, palabra que en su idioma significaba “confundir” (ver com. Gen 11:9). Los gobernantes de Babilonia sin duda llamaron a su ciudad “puerta” de los dioses porque deseaban considerarla como el lugar donde los dioses se relacionaban con los hombres para dirigir los asuntos de la tierra (ver com. Jue 9:35; Rht 4:1; 1Rey 22:10; Jer 22:3); por lo tanto, este nombre parece haber reflejado la pretensión de los reyes babilónicos de que habían sido comisionados para gobernar el mundo por mandato divino (ver t. II, p. 161; PP 112; com. Gen 11:4). Babilonia fue fundada por Nimrod (ver com. Gen 10:10; Gen 11:1-9). La ciudad fue desde el principio emblema de incredulidad en cuanto al verdadero Dios y desafío de su voluntad (ver com. Gen 11:4-9), y su norte fue un monumento de su plan maestro para obtener el control de la raza humana, así como Dios se proponía actuar por medio de Jerusalén (ver t, IV, pp. 28-32). Por esta razón, durante los tiempos del AT las dos ciudades simbolizaron, respectivamente las fuerzas del mal y del bien que obraban en el mundo. Los fundadores de Babilonia intentaron establecer un gobierno enteramente independiente de Dios, y si él no hubiese invertido, finalmente hubieran logrado desterrar la justicia de la tierra (PP 115; cf. com. Dan 4:17). Entonces Dios decidió que era necesario destruir la torre y esparcir a sus constructores (ver com. Gen 11:7-8). Después de un período de éxito transitorio siguió otro de más de mil años de decadencia y sujeción a otras naciones (ver t. I, pp. 144-145; t II, p. 94; com. Isa 13:1; Dan 2:37). Cuando Nabuconodosor II reconstruyó a Babilonia, ésta llegó a ser una de las maravillas del mundo antiguo (ver Nota Adicional de Dan. 4). Su plan de que su reino fuera universal y eterno (ver com. Dan 3:1; Dan 4:30), tuvo éxito hasta cierto grado, pues en esplendor y poder el nuevo Imperio Babilónico sobrepujó a sus predecesores (ver t. II, pp 94-96; com. Ap 2:38-38; Ap 4:30); sin embargo, también llegó a ser la orgullosa y cruel opresora (ver Ed 171). Conquistó al pueblo de Dios y puso en peligro el propósito divino para este pueblo. Pero Dios humilló a Nabuconodosor con una dramática serie de acontecimientos, y sometió su voluntad (ver t. IV, pp. 779-780). Pero sus sucesores se negaron a humillarse delante de Dios (Dan 5:18-22), y finalmente Babilonia fue pesada en las balanzas del cielo y hallada falta, y el reino fue “roto” por el decreto del Vigilante divino (ver com. Dan 5:26-28). Babilonia fue durante cierto tiempo la capital del Imperio Persa, pero fue destruida por Jerjes (cf. t. III, pp. 459-460). A través de los siglos la ciudad gradualmente fue perdiendo su esplendor e importancia, hasta que a fines del siglo I d. C. virtualmente dejó de existir (ver Isa 13:19; Ap 18:21). Desde la caída de la antigua Babilonia Satanás siempre ha procurado regir el mundo por medio de diferentes potencias, y probablemente lo hubiera logrado hace mucho de no ser por las repetidas intervenciones divinas (ver com. Dan 2:39-43). Su tentativa más audaz y que casi logró completo éxito fue hecha, sin duda, por medio del papado, especialmente durante la Edad Media (ver t. IV, p. 863; com. Dan 7:25). Pero Dios ha intervenido para evitar el triunfo de todas las subsiguientes amenazas al cumplimiento final de sus propósitos ( cf. Ap 12:5; Ap 12:8; Ap 12:16), y por eso las naciones nunca han podido “pegarse” 844 la una con la otra (ver com. Dan 2:43). El mal contiene el germen de la división; pero cerca del fin del tiempo se permitirá que Satanás logre una unión que por un corto período parecerá ser un completo éxito (ver com. Ap 16:13-14; Ap 16:16; Ap 17:12-14). A fines del siglo I d. C. los cristianos ya se referían a la ciudad y al Imperio Romano con el nombre críptico de Babilonia (ver com. 1Pe 5:13). En ese tiempo la ciudad de Babilonia, una vez esplendorosa, yacía en ruinas casi totalmente; era un lugar deshabitado, un verdadero símbolo de la suerte que le espera a la Babilonia espiritual de los últimos días. Los judíos sufrieron intensamente bajo la mano despiadada de Roma (ver t. V, pp. 70-71; t. VI, p. 89) así como habían sufrido bajo Babilonia, y los cristianos también sufrieron repetidas persecuciones a manos de Roma (ver t. VI, pp. 62-63, 85-86, 89). Por esto, tanto para los judíos como para los cristianos el nombre Babilonia llegó a ser un término apropiado y acusador para describir a la Roma imperial. El nombre “Babilonia” aparece con frecuencia como una clave en los primeros siglos del cristianismo, en la literatura judía y cristiana, para referirse a la ciudad de Roma y al Imperio Romano. Por ejemplo, el libro V de los Oráculos sibilinos, una obra judía seudoepigráfica que data de alrededor del 125 d.C. (ver t. V, p. 90), presenta algo que tiene el propósito de ser una profecía de la suerte de Roma, estrechamente paralela con la descripción de la Babilonia simbólica del Apocalipsis. Habla de Roma como de una “ciudad impía” que ama la “magia”, se deleita en “adulterios” y tiene “un corazón sanguinario y una mente impía”. El escritor observa que “muchos fieles santos de los hebreos han perecido” a manos de ella, y predice su desolación final: “En viudez te sentarás en tus riberas... Pero tú has dicho, soy única, y ninguno traerá sobre mí la ruina; pero ahora Dios... te destruirá a ti y a todos los tuyos” (líneas 162-179; cf. Ap 18:5-8). En 2 Baruc, otra obra seudoepigráfica del siglo I o II d. C., el nombre Babilonia se usa para referirse a Roma como lo hace el Apocalipsis (Ap 11:1-3). Y el escritor del Midrash Rabbah judío, en el comentario de Son 1:6, dice: “el lugar de Roma lo llamaron Babilonia”. Tertuliano, que vivió a fines del siglo II, declara específicamente que el término Babilonia se refiere en el Apocalipsis a la ciudad capital de la Roma imperial (Contra Marción iii. 13; Respuesta a los judíos 9; ver también Ireneo, Contra herejías v. 26. 1). “Edom” era otra designación en clave que aplicaban a Roma los judíos de los primeros tiempos del cristianismo (ver Midrash Rabbah, com. Son 1:6, p. 60; Talmud Makkoth 12ª). Por lo tanto, Babilonia ha sido reconocida literal y simbólicamente desde hace mucho como la enemiga tradicional de la verdad y del pueblo de Dios. Babilonia, como se usa en el Apocalipsis, simboliza desde la antigüedad hasta el fin del tiempo a todas las organizaciones religiosas apóstatas y a sus caudillos (ver com. Ap 17:5; Ap 18:24). Una comparación de los muchos pasajes del AT donde se exponen detalladamente los pecados y la suerte de la Babilonia literal, demuestra cuán apropiada es la aplicación figurada de este nombre (ver com. Isa 47:1; Jer 25:12; Jer 50:1; Ap 16:12-21; 17; 18; ver Nota Adicional del cap. 18). Un examen de éstos y otros pasajes revela también la importancia de un estudio cabal del AT respecto a la Babilonia literal como un marco histórico para comprender la importancia de los pasajes del NT que se refieren a la Babilonia simbólica. La gran ciudad. El adjetivo “grande” se aplica a Babilonia en todo el libro de Apocalipsis (Ap 16:19; Ap 17:5; Ap 17:18; Ap 18:2; Ap 18:10; Ap 18:21). Beber. Símbolo que describe la aceptación de las falsas enseñanzas y la política de Babilonia. “Ha hecho beber a todas las naciones” sugiere que se emplea la fuerza. Elementos religiosos presionarán al Estado para que éste imponga sus decretos por la fuerza. Todas las naciones. Una descripción de los alcances universales de la apostasía. La sustitución de las leyes de Dios por leyes humanas y la sanción de decretos religiosos de parte del Estado, llegará a ser general (ver com. Ap 13:8; cf 2JT 373-374; 3JT 46, 143). Vino del furor. Esta figura tal vez proviene de Jer 25:15, donde se le ordenó a este profeta: “Toma... la copa del vino de este furor, y da a beber de él a todas las naciones”. Al ofrecer su vino a las diversas naciones, Babilonia no tiene el propósito de causar furor, pues ella afirma que el beber de su vino traerá paz a las naciones (ver com. Ap 13:12); sin embargo, beber de él traerá sobre las naciones la ira de Dios. Algunos sugieren que la palabra que se traduce “furor” (thumós) debe traducirse “pasión”. El 845 pasaje entonces podría traducirse: “ella ha hecho beber a todas las naciones del vino de su inmoralidad apasionada”. Pero en otros pasajes del Apocalipsis thumós parece tener el significado de “ira”, y “furor”, y es probable que aquí también deba adaptarse este significado. Fornicación. Simboliza la relación ilícita entre la iglesia y el mundo, o entre la iglesia y el Estado. La iglesia debe estar casada con su Señor; pero cuando busca el apoyo del Estado, abandona a su legítimo marido, y mediante su nueva relación, comete fornicación espiritual. Cf. com. Eze 16:15; Stg 4:4. ] CAP16:13,14 Y vi que de la boca del Dragón, de la boca de la Bestia y de la boca del falso profeta, salían tres espíritus inmundos como ranas.

[V.13-> Vi. Ver com. Ap 1:1. De la boca. La boca es el instrumento del habla. Estos “tres espíritus inmundos” que salen de las bocas del “dragón”, de la “bestia” y del “falso profeta”, representan la política que esta triple unión religiosa proclamará al mundo, la cual se menciona en el Ap 17:2 como el “vino” de Babilonia (ver com. Ap 16:14; Ap 17:2; Ap 17:6). Dragón. Ver com. Ap 12:3; Ap 13:1. El primer miembro de esta triple unión religiosa se identifica generalmente con el espiritismo o con el paganismo. Este último consiste principalmente en la adoración de espíritus maléficos, y por eso se parece esencialmente al espiritismo moderno tal como se practica en los países cristianos. La bestia. Ver com. Ap 13:1; Ap 17:3; Ap 17:8. Falso profeta. Evidentemente debe identificarse con la segunda bestia del Ap 13:11-17 (ver com. Ap 16:11), que apoya a la primera bestia de los Ap 16:1-10, y que por medio de los milagros que tiene el poder de hacer en presencia de la bestia (Ap 16:12-14), engaña a los hombres para que le hagan a ésta una “imagen”. Cf. Ap 19:20; Ap 20:10. Tres espíritus inmundos. Los defensores de ambas opiniones concuerdan en identificar al “dragón”, la “bestia” y el “falso profeta”, con el espiritismo moderno (CS 645) o paganismo, el papado, y el protestantismo apóstata (cf. Ap 13:4; Ap 13:14-15; Ap 19:20; Ap 20:10), respectivamente. Los “tres espíritus inmundos” evidentemente simbolizan o representan a este trío maléfico de poderes religiosos, que juntos constituyen la “gran Babilonia” de los últimos días (Ap 16:13-14; Ap 16:18-19; ver com. Ap 16:19; Ap 17:5). A manera de ranas. Tal vez no deba atribuirse ningún significado a esta comparación, que quizá sólo tiene el propósito de destacar lo repulsivo que son los “tres espíritus  inmundos” delante de Dios. ] Apocalipsis (de Juan) 16-> Ver. 14-> Espíritus de demonios. En los Evangelios el término “espíritu inmundo” se usa como equivalente de “diablo” (Mar 1:27; Mar 1:34; Mar 3:11; Mar 3:15; Mar 6:7; etc.). Ver Ap 18:2; cf. 2JT 176-177. Hacen señales. O “hacen milagros”, es decir, “señales y prodigios mentirosos” (ver com. 2Ts 2:9) con el propósito de confirmar el poder y la autoridad de la persona que los hace (ver t. V, pp. 198-199). Estos milagros también se mencionan en Ap 13:13-14; Ap 19:20. Las manifestaciones sobrenaturales de varias clases son el medio por el cual Satanás- obrando mediante diversos instrumentos humanos- logrará unir al mundo con el propósito de exterminar a los que constituyen la única barrera que se opondrá a su dominio indiscutido sobre la humanidad. Reyes de la tierra. La evidencia textual establece (cf. p. 10) el texto “reyes de todo el mundo”. Los “reyes” son los poderes políticos de la tierra, en contraste con la triple unión religiosa del Ap 16:13 (ver el comentario respectivo) que congrega a las naciones de la tierra para que se unan en una cruzada con el fin de destruir al pueblo de Dios (3JT 285; CS 618, 682). Esta liga mundial político-religiosa (ver com. Ap 17:3) aspirará a gobernar todo el mundo. De acuerdo con el primer punto de vista, estos “reyes” representan las naciones del Occidente en contraste con los “reyes del oriente” (Ap 16:12), es decir, las naciones del Oriente. Según el segundo punto de vista, la frase “reyes de la tierra y de todo el mundo” incluye a las naciones del Oriente y del Occidente (ver com. Ap 16:12). Hay más información en cuanto a la identidad de los “reyes de la tierra” y al éxito transitorio de esta unión, en Ap 17:2; Ap 17:12; Ap 17:14; ver com. Ap 16:12; cf. 3JT 171. Reunirlos. Según la primera opinión, este acto de congregarlos consistirá en los preparativos políticos y militares de los “reyes de la tierra en todo el mundo”. Según la segunda, se refiere a los esfuerzos que hará la triple unión religiosa para concertar una acción unificada de los poderes políticos de la tierra con el propósito de luchar contra el remanente del pueblo de Dios. La batalla. Los defensores de ambas interpretaciones concuerdan en que se describen distintos aspectos de la misma batalla en los Ap 14:14-20; Ap 16:12-19; Ap 17:14-17; Ap 19:11-21; cf. 6T 406. Según el primer punto de vista, ésta es principalmente una batalla político - militar que se librará entre las naciones de Oriente y Occidente en el valle de Meguido (ver com. Ap 16:12-13). De acuerdo con la segunda opinión, en esta batalla las naciones se unen para destruir al pueblo de Dios, y por lo tanto es ante todo un conflicto religioso. Aquel gran día. Es decir, el día de la ira de Dios (ver com. Ap 16:1). La evidencia textual establece (cf. p. 10) el texto “del gran día de Dios Todopoderosocon las PLAGAS y el fuego destrucción de satanás aliados del pecado ”. Ver com. Isa 2:12. Dios Todopoderoso. Ver com. Ap 1:8. ] 


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Da: Damarit Espinoza Inviato: 23/05/2023 20:58
EL PAPADO VATICANO APOCALIPSIS 17:1 Vino entonces uno de los siete ángeles que tenían las siete copas, y habló conmigo diciéndome: Ven acá, y te mostraré la sentencia contra la gran ramera, la que está sentada sobre muchas aguas

Apocalipsis (de Juan) 17-> Ver. 1
[V.1-> Uno de los siete ángeles. Ver com. Ap 1:11; cf. Ap 21:9. La identificación de este ángel, como uno de los ángeles portadores de las siete plagas de los cap. 15 y 16, sugiere que la información que está por darse a Juan se relaciona con las siete últimas plagas. Esta relación se confirma por el hecho de que el tema anunciado para este capítulo -“la sentencia contra la gran ramera”- tendrá lugar durante la séptima plaga (Ap 16:19). Copas. Ver com. Ap 15:7; Ap 16:1. Habló conmigo. La palabra griega traducida “con” (meta) puede entenderse como una relación íntima entre Juan y el ángel. Quizá el ángel se dirigió a Juan antes de transportarlo en visión. Ver com. Ap 1:2; Ap 1:10 Ven acá. La expresión es una orden, un imperativo. Ver com. Ap 17:3. Te mostraré. Ver com. Ap 1:2; Ap 4:1. La sentencia. Gr. kríma, “sentencia”, “decisión”, “veredicto”, “decreto”, en este caso del tribunal divino en cuanto a la “gran ramera” debido a su conducta criminal (ver com. Ap 17:4-6; cf. com. Ap 18:10). Nótese que el ángel no le muestra a Juan la ejecución de la sentencia, pues en tal caso hubiera usado la palabra krísis, que se traduce “ juicio” en el Ap 18:10. Simplemente le informa de lo que sucederá. Krísis puede indicar la investigación de un caso o la ejecución de una sentencia. Ver com. Ap 16:19; Ap 18:5; Ap 19:2; cf. Isa 23:11. El cap. 17 se divide en dos partes: (1) la visión simbólica que Juan contempló, Ap 17:3-6, y (2) lo que se le dijo como explicación, según se registra en los Ap 17:7-18. La primera parte expone los crímenes de Babilonia, y por lo tanto constituye las acusaciones del cielo, o la declaración de por qué se pronuncia sobre ella la sentencia divina (ver com. Ap 17:6). La segunda parte presenta la sentencia y cómo se ejecutará. La carrera criminal de Babilonia llegará a su culminación durante la sexta plaga (ver com. Ap 16:12-16), mientras que la sentencia que se decreta, se ejecutará durante la séptima plaga (ver com. Ap 16:17-19; Ap 17:13-17; Ap 18:4; Ap 18:8; Ap 19:2). Por lo tanto, la primera parte se relaciona más particularmente con los acontecimientos de la sexta plaga, y la segunda parte con los de la séptima. De modo que el cap. 17 es un bosquejo de la crisis final, cuando Satanás dedicará su esfuerzo supremo a la aniquilación del pueblo de Dios (cf. Ap 12:17), cuando todos los poderes de la tierra se pondrán en orden de batalla contra él (cf. CS 692). Dios permitirá que Satanás y sus aliados lleven adelante su 863 plan de aniquilar a los santos y lleguen hasta el punto de casi tener éxito en su empeño; pero cuando llegue el momento de dar el golpe final, Dios intervendrá para librar a su pueblo. Las huestes del mal, que son detenidas en el mismo acto de intentar matar a los santos, quedarán sin excusa delante del tribunal de justicia divina (ver Dan 12:1; cf. PE 282-285; CS 693-694; NB 128-129). No es entonces de extrañarse que Juan se maravillara al contemplar la culminación del gran drama del misterio de iniquidad (ver com. Ap 17:6). Ramera. Gr. pórn’, “prostituta”, “ramera”. Pórn’ quizá tenga su origen en una palabra que significa “vender” o “exportar para la venta” objetos como esclavos. En Grecia las prostitutas generalmente eran esclavas compradas. Los profetas del AT a menudo comparan con una mujer adúltera al Israel apóstata que repetidas veces “fornicaba” yendo tras dioses paganos (Eze 23:30; cf. Isa 23:17; ver com. Eze 16:15). En cuanto a la comparación de la Babilonia simbólica con una ramera, ver com. Ap 17:5 (cf. Ap 17:2; Ap 17:4; Ap 19:2); y en cuanto a pasajes del AT cuyo sentido o palabras sean similares con los de Apoc. 17, ver com. Isa 47:1; Jer 25:12; Jer 50:1; Eze 26:13. Está sentada sobre muchas aguas. O sea que ejerce un poder despótico sobre muchos “pueblos” y “naciones” (Ap 17:15). La flexión del verbo griego presenta a la “gran ramera” ejerciendo su poder en forma continuada. La antigua ciudad de Babilonia estaba situada junto a las aguas del río Eufrates (ver com. Jer 50:12; Jer 50:38), moraba simbólicamente “entre muchas aguas” o pueblos (Jer 51:12-13; cf. Isa 8:7-8; Isa 14:6; Jer 50:23), así también a la Babilonia moderna se la presenta sentada o viviendo sobre los pueblos de la tierra, u oprimiéndoles (cf. com. Ap 16:12), ] 





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Da: Damarit Espinoza Inviato: 23/05/2023 21:22




APOCALIPSIS 17: 2 con ella fornicaron los reyes de la tierra, y los habitantes de la tierra se embriagaron con el vino de su prostitución.»

3 Me trasladó en espíritu al desierto. Y vi una mujer, sentada sobre una Bestia de color escarlata, cubierta de títulos blasfemos; la Bestia tenía siete cabezas y diez cuernos.

4 La mujer estaba vestida de púrpura y escarlata, resplandecía de oro, piedras preciosas y perlas; llevaba en su mano una copa de oro llena de abominaciones, y también las impurezas de su prostitución,

5 y en su frente un nombre escrito - un misterio -: «La Gran Babilonia, la madre de las rameras y de las abominaciones de la tierra.


Apocalipsis (de Juan) 17-> Ver. 2

[V.2-> Han fornicado. Gr. pornéuō, verbo afín de pórn’ (ver com. Ap 17:1). Esta expresión equivale a “fornicar” en el AT (cf. Eze 23:30; Ose 4:12). Usada en sentido figurado, como aquí, se refiere a una alianza ilícita de los falsos cristianos con otro señor que no es Cristo. En este caso una unión político- religiosa entre una iglesia apóstata (ver com. Ap 17:5) y las naciones de la tierra. Cf. Isa 23:15; Isa 23:17. Reyes de la tierra. Es decir, poderes políticos (ver com. Ap 17:12) que pondrán su autoridad y sus recursos a disposición de la “gran ramera” (Ap 17:1; ver com. Ap 17:13), y por medio de los cuales ella intentará cumplir su propósito de matar a todo el pueblo de Dios (ver com. Ap 17:6; Ap 17:14) y gobernar a los “moradores de la tierra” (cf. Ap 17:8). Los “reyes de la tierra” serán sus cómplices en ese crimen. Los moradores. Los habitantes de la tierra serán engañados (cf. com. Ap 17:8) para que cooperen con la política de la gran ramera (cf. Ap 13:8). Este engaño se deberá al proceder de los dirigentes religiosos. Embriagado. Una embriaguez completa. Las facultades normales de la razón y el juicio quedarán embotadas y la percepción espiritual entorpecida. Cf. Jer 51:7; 2Ts 2:9-10; Ap 13:3-4; Ap 13:7; Ap 13:18; Ap 14:8; Ap 18:3; Ap 18:23; Ap 19:20. Nótese que esta embriaguez de los moradores de la tierra se menciona después de referirse a la alianza ilícita entre Babilonia y los reyes de la tierra. Sin duda Babilonia obrará por intermedio de los reyes de la tierra para poder dominar a quienes no se han sometido a ella voluntariamente. Son engañados los gobernantes y los gobernados (CS 682). Con el vino. O sea al beber el vino. Este “vino” es la política engañosa de Satanás para someter a todo el mundo bajo su dominio, además de las mentiras y las “señales” con las cuales promueve su política (cf. Ap 13:13-14; Ap 18:23; Ap 19:20). De su fornicación. O, es decir, “su prostitución”. La alianza entre el cristianismo apóstata y los poderes políticos de la tierra, es el medio por el cual Satanás se propone unir al mundo bajo su liderazgo. ] 

Apocalipsis (de Juan) 17-> Ver. 3

[V.3-> Me llevó. La sensación de movimiento tenía sin duda el propósito de ayudar a Juan a hacer la transición mental desde su tiempo y lugar hasta el tiempo y lugar del cumplimiento de la visión (cf. Eze 3:12-14; Eze 8:3; Eze 40:2-3; Ap 21:10). En el Espíritu. Literalmente “en espíritu” (ver com. Rev_1 10; cf. Ap 4:2; Ap 21:10). La ausencia del artículo definido destaca la cualidad o naturaleza de esta experiencia. Al desierto. Gr. ér’mos, “lugar desolado” (ver com. Ap 12:6). El verbo afín que se usa en Ap 17:16, significa “desolar”, “desnudar”, “abandonar”. Un “desierto” era una región deshabitado donde un ser humano podía sostenerse con dificultad y peligro, un lugar donde el alimento y aun el agua eran difíciles de obtener y se corría el peligro de fieras y quizá de asaltantes. Por esta razón algunos consideran. 864 que cuando “desierto” se usa simbólicamente como aquí, se refería a una situación llena de dificultades y peligros, evidentemente para el pueblo de Dios (cf Ap 17:6; Ap 17:14). La ausencia del artículo definido antes del sustantivo “desierto”, hace que el término sea claramente cualitativo y descriptivo; en otras palabras, especifica una condición antes que una ubicación particular. En vista de que el cap. 17 parece tratar más particularmente con el tiempo de las siete plagas postreras (ver com. Ap 17:1), algunos sostienen que este “desierto” simboliza la situación del pueblo de Dios durante ese tiempo. La situación que aquí se describe es semejante, aunque no idéntica, a la del “desierto” del Ap 12:6; Ap 12:13-16. Mujer. Los profetas del AT repetidas veces comparan al pueblo de Dios que ha apostatado con una ramera (cf. Eze 16:15-58; Eze 23:2-21; Ose 2:5; Ose 3:1; etc.). Esta “mujer” la “gran ramera” (Ap 17:1), la simbólica “Babilonia la grande” (Ap 17:5) -, es culpable de “la sangre... de todos los que han sido muertos en la tierra” (Ap 18:24) sin duda a través de la historia. La Babilonia simbólica constituye la oposición religiosa organizada contra el pueblo de Dios, probablemente a través de toda la historia pero aquí específicamente en el tiempo del fin (ver com. Ap 17:5). Sentada. La flexión del verbo denota una acción continuada. En el Ap 17:1 se presenta a la “gran ramera” ejerciendo dominio religioso directo sobre los seres humanos; aquí, dirigiendo la política del gobierno civil (ver com. Ap 17:18). Una característica continua del cristianismo apóstata ha sido la de unir la iglesia con el Estado para consolidar el dominio religioso sobre la política (cf. t. IV, p. 863). Compárese con la declaración de nuestro Señor de que su “reino” no es “de este mundo” (Jn 18:36). Bestia. En la profecía bíblica las bestias generalmente representan poderes políticos (Dan 7:3-7; Dan 7:17; Dan 8:3; Dan 8:5; Dan 8:20-21 ; cf. Ap 12:3; Ap 13:1). El color de esta bestia puede insinuar que es el compendio del mal, así como los nombres de blasfemia que la cubren indican que se opone a Dios. Por lo tanto, esta bestia puede ser identificada como Satanás que obra por medio de esos instrumentos políticos, que se han sometido a su dominio a través de la historia. Esta bestia se parece en ciertos aspectos al gran dragón bermejo del Ap 12:3, y en otros, a la bestia semejante a un leopardo del Ap 13:1-2 (ver los comentarios respectivos). El contexto hace parecer más estrecha esta última relación. La diferencia principal entre la bestia del cap. 13 y la del cap. 17 es que en la primera, que se identifica con el papado, no se hace distinción entre los aspectos religioso y político del poder papal, mientras que en la segunda los dos son distintos: la bestia y la mujer representan al poder político y religioso respectivamente. Escarlata. O “carmesí”, un color brillante que llama la atención. En Isa 1:18 el carmesí es el color del pecado. Compárese con el “gran dragón escarlata” de Ap 12:3. Llena. La apostasía y la oposición a Dios serán totales. Nombre de blasfemia. O “nombres blasfemos” (ver com. Mar 2:7; Mar 7:22). En Ap 13:1 (ver el comentario respectivo) los nombres están sobre las siete cabezas; aquí se hallan esparcidos por toda la bestia. Estos nombres indican el carácter de la bestia, intenta usurpar las prerrogativas de la Deidad. El hecho de que esté “llena” de nombres blasfemos, indica que está completamente dedicada a lograr sus propósitos. Cf. Isa 14:13-14; Jer 50:29; Jer 50:31; Dan 7:8; Dan 7:11; Dan 7:20; Dan 7:25; Dan 11:36-37. Siete cabezas. Ver com. Ap 17:9-11. En cuanto a la bestia de siete cabezas en la mitología antigua, ver com. Isa 27:1. Diez cuernos. Ver com. Ap 17:12-14; Ap 17:17. ] 

Apocalipsis (de Juan) 17-> Ver. 

[V.4-> La mujer. Ver com. Ap 17:3. Púrpura y escarlata. Cf. Eze 27:7; Ap 18:7; Ap 18:12; Ap 18:16-17; Ap 18:19. Estos eran los colores de la realeza (ver com. Mat 27:28) que esta “mujer” pretenderá tener (cf. Ap 18:7). El color escarlata también puede considerarse como el distintivo del pecado y también el de una prostituta (ver com. Ap 17:3). Esta prostituta u organización religiosa apóstata, descrita en todo su carácter seductor, está vestida con ostentación y adorno excesivo. Contrasta agudamente con la “novia” del Cordero, que Juan vio ataviada con lino fino, limpio y blanco (Ap 19:7-8; cf. 1T 136; Ed 242). Ver com. Luc 16:19. Abominaciones y de la inmundicia de su fornicación. O “actos inmundos, es decir la suciedad que es su fornicación”. El oro del cáliz engañará a los seres humanos en cuanto a la naturaleza de su contenido. Ver com. Ap 17:2. ] 

Apocalipsis (de Juan) 17-> Ver. 

[V.5-> Frente. El carácter que refleja el nombre 865 “Babilonia” ha sido escogido deliberadamente por la mujer. Esto puede deducirse porque el nombre aparece en su frente. Cf. com. Ap 13:16. Un nombre escrito. O “un nombre que queda escrito”; había sido escrito allí en el pasado, y allí permanece. El nombre refleja su carácter. Misterio. Esta palabra describe el título, no es el título; de allí lo apropiado del término “Babilonia simbólica” (ver com. Ap 1:20). BABILONIA LA GRANDE. La Babilonia simbólica puede considerarse en cierto sentido como una representación de los sistemas religiosos apóstatas a través de la historia; pero “Babilonia la grande” simboliza en un sentido especial a las religiones apóstatas que se unirán en el tiempo del fin (ver com. Ap 14:8; Ap 16:13-14; Ap 18:24). En el Ap 17:18 se llama a la Babilonia simbólica “la gran ciudad” (cf. Ap 16:19; Ap 18:18); pero ahora es llamada “la grande” porque este capítulo trata más particularmente con el gran esfuerzo final de Satanás para lograr la lealtad de la raza humana por medio de la religión. “Babilonia la grande” es el nombre con el que la Inspiración se refiere a la gran triple unión religiosa del papado, el protestantismo apóstata y el espiritismo (ver com. Ap 16:13; Ap 16:18-19; cf. com. Ap 14:8; Ap 18:2; cf. CS 645;Dan 4:30; Zac 10:2-3; Zac 11:3-9). El nombre “Babilonia” se refiere a las organizaciones y a sus dirigentes, y no tanto a sus miembros, los cuales son llamados “muchas aguas” (Ap 17:1; Ap 17:15) y los “moradores de la tierra” (Ap 17:2; cf. Ap 17:8). MADRE DE LAS RAMERAS. Como ya se hizo notar, “Babilonia la grande” incluye al protestantismo apóstata en el tiempo que aquí se considera; por lo tanto, las hijas de esta “madre” son las diversas organizaciones religiosas que componen el protestantismo apóstata. ABOMINACIONES. Ver com. Ap 17:4. ] BABILONIA APOCALIPSIS 16:13,14 .

Apocalipsis (de Juan) 16-> Ver.

[V.13-> Vi. Ver com. Ap 1:1. De la boca. La boca es el instrumento del habla. Estos “tres espíritus inmundos” que salen de las bocas del “dragón”, de la “bestia” y del “falso profeta”, representan la política que esta triple unión religiosa proclamará al mundo, la cual se menciona en el Ap 17:2 como el “vino” de Babilonia (ver com. Ap 16:14; Ap 17:2; Ap 17:6). Dragón. Ver com. Ap 12:3; Ap 13:1. El primer miembro de esta triple unión religiosa se identifica generalmente con el espiritismo o con el paganismo. Este último consiste principalmente en la adoración de espíritus maléficos, y por eso se parece esencialmente al espiritismo moderno tal como se practica en los países cristianos. La bestia. Ver com. Ap 13:1; Ap 17:3; Ap 17:8. Falso profeta. Evidentemente debe identificarse con la segunda bestia del Ap 13:11-17 (ver com. Ap 16:11), que apoya a la primera bestia de los Ap 16:1-10, y que por medio de los milagros que tiene el poder de hacer en presencia de la bestia (Ap 16:12-14), engaña a los hombres para que le hagan a ésta una “imagen”. Cf. Ap 19:20; Ap 20:10. Tres espíritus inmundos. Los defensores de ambas opiniones concuerdan en identificar al “dragón”, la “bestia” y el “falso profeta”, con el espiritismo moderno (CS 645) o paganismo, el papado, y el protestantismo apóstata (cf. Ap 13:4; Ap 13:14-15; Ap 19:20; Ap 20:10), respectivamente. Los “tres espíritus inmundos” evidentemente simbolizan o representan a este trío maléfico de poderes religiosos, que juntos constituyen la “gran Babilonia” de los últimos días (Ap 16:13-14; Ap 16:18-19; ver com. Ap 16:19; Ap 17:5). A manera de ranas. Tal vez no deba atribuirse ningún significado a esta comparación, que quizá sólo tiene el propósito de destacar lo repulsivo que son los “tres espíritus inmundos” delante de Dios. ] 

Apocalipsis (de Juan) 16-> Ver. 14

[V.14-> Espíritus de demonios. En los Evangelios el término “espíritu inmundo” se usa como equivalente de “diablo” (Mar 1:27; Mar 1:34; Mar 3:11; Mar 3:15; Mar 6:7; etc.). Ver Ap 18:2; cf. 2JT 176-177. Hacen señales. O “hacen milagros”, es decir, “señales y prodigios mentirosos” (ver com. 2Ts 2:9) con el propósito de confirmar el poder y la autoridad de la persona que los hace (ver t. V, pp. 198-199). Estos milagros también se mencionan en Ap 13:13-14; Ap 19:20. Las manifestaciones sobrenaturales de varias clases son el medio por el cual Satanás- obrando mediante diversos instrumentos humanos- logrará unir al mundo con el propósito de exterminar a los que constituyen la única barrera que se opondrá a su dominio indiscutido sobre la humanidad. Reyes de la tierra. La evidencia textual establece (cf. p. 10) el texto “reyes de todo el mundo”. Los “reyes” son los poderes políticos de la tierra, en contraste con la triple unión religiosa del Ap 16:13 (ver el comentario respectivo) que congrega a las naciones de la tierra para que se unan en una cruzada con el fin de destruir al pueblo de Dios (3JT 285; CS 618, 682). Esta liga mundial político-religiosa (ver com. Ap 17:3) aspirará a gobernar todo el mundo. De acuerdo con el primer punto de vista, estos “reyes” representan las naciones del Occidente en contraste con los “reyes del oriente” (Ap 16:12), es decir, las naciones del Oriente. Según el segundo punto de vista, la frase “reyes de la tierra y de todo el mundo” incluye a las naciones del Oriente y del Occidente (ver com. Ap 16:12). Hay más información en cuanto a la identidad de los “reyes de la tierra” y al éxito transitorio de esta unión, en Ap 17:2; Ap 17:12; Ap 17:14; ver com. Ap 16:12; cf. 3JT 171. Reunirlos. Según la primera opinión, este acto de congregarlos consistirá en los preparativos políticos y militares de los “reyes de la tierra en todo el mundo”. Según la segunda, se refiere a los esfuerzos que hará la triple unión religiosa para concertar una acción unificada de los poderes políticos de la tierra con el propósito de luchar contra el remanente del pueblo de Dios. La batalla. Los defensores de ambas interpretaciones concuerdan en que se describen distintos aspectos de la misma batalla en los Ap 14:14-20; Ap 16:12-19; Ap 17:14-17; Ap 19:11-21; cf. 6T 406. Según el primer punto de vista, ésta es principalmente una batalla político - militar que se librará entre las naciones de Oriente y Occidente en el valle de Meguido (ver com. Ap 16:12-13). De acuerdo con la segunda opinión, en esta batalla las naciones se unen para destruir al pueblo de Dios, y por lo tanto es ante todo un conflicto religioso. Aquel gran día. Es decir, el día de la ira de Dios (ver com. Ap 16:1). La evidencia textual establece (cf. p. 10) el texto “del gran día de Dios Todopoderoso”. Ver com. Isa 2:12. Dios Todopoderoso. Ver com. Ap 1:8. ] 











Rispondi  Messaggio 6 di 41 di questo argomento 
Da: Damarit Espinoza Inviato: 24/05/2023 01:34
 BABILONIA LA GRANDE ONU  VATICANO Y ALIADOS Apocalipsis: Significa revelación. Último libro de las Escrituras don-
de se concentra y concluye toda la sabiduría de las mismas. Manual y 
brújula para quien quiera colocarse y estar de parte del Verdadero Me-
sías.
Apostasía: Volver a las tinieblas después de haber tenido luz.
Babilonia: 
a) Civilización antigua que adoraba al dios sol Baal que represen-
taba a Lucifer. (Baal-Bilonia.)
b) Símbolo del libro del Apocalipsis de un sistema político, económi-
co y religioso que se ha formado a lo largo de los siglos de forma secreta, 
que oprime y esclaviza a todo ser humano del planeta. Incluye cientos 
de organizaciones globalistas como las Naciones Unidas, el Vaticano, 
las grandes multinacionales, y todas las religiones y denominaciones 
que se someten a ella. En términos actuales, se le conoce como Nuevo 
Orden Mundial.
Comunismo Mundial: Producto final de todos los regímenes tota-
litarios que han existido hasta la fecha y que no han sido más que ensa-
yos del último gran movimiento tecnócrata global. Concepto sinónimo del 
Nuevo Orden Mundial.
Conversión: Es el proceso por el cual una persona es llevada de 
las tinieblas a la luz del Creador, y se transforma en luz para beneficio de 
otros.
Inteligencia Artificial: Sistema de organización y comunicación de 
todas las personas y objetos del planeta utilizando la red de internet. En 
última instancia, es Lucifer el que va a estar controlándola.
Laodicea: Grupo mayoritario de personas indecisas que profesanconocer al Mesías, y que tiene que tomar partido por la luz o las tinieblas. 
Ley Natural: Son los diez principios éticos y espirituales promul-
gados por el Creador y que están por encima de todas las leyes que los 
seres humanos han elaborado a lo largo de la historia y hasta el día de 
hoy, y que están integrados en la conciencia del ser humano libre.
Lucifer: Ser espiritual creado por Dios y adorado por todas las civi-
lizaciones pasadas y presentes de forma consciente o inconsciente. Se 
presenta como un ser con una falsa luz, para dirigir a la humanidad a las 
tinieblas. Adorado en la Cábala, la masonería y la Teosofía, se manifes-
tará al mundo entero de forma visible para falsificar al verdadero 
Mesías.
Nuevo Orden Mundial: Sistema político, económico y religioso 
que se ha formado a lo largo de los siglos de forma secreta, que tiene 
como objetivo oprimir y esclavizar a todo ser humano del planeta. 
Incluye dece-nas de organizaciones globalistas como las 
multinacionales, las Naciones Unidas, el Vaticano y todas las religiones y
denominaciones que se someten a ella. En términos proféticos, se le 
describe como: “La Gran Babilonia”
Organización de las Naciones Unidas: Organismo Internacional, 
fundado por el Vaticano con la ayuda de algunas familias multimillonarias, 
con el fin de establecerse como gobierno mundial que integre la política, 
la economía y la espiritualidad de cada persona del planeta.
Persona: Hombre o mujer sin conciencia de libertad individual que 
son parte del sistema político, económico y religioso, y que ni siquiera 
es consciente de ello. En términos legales, sujeto incapaz que necesita 
un representante (abogado) para ser defendido.
Remanente: Grupo de seres humanos que, al mantenerse fieles 
a la Verdad y al Creador de la Luz y la Vida, rechaza el Nuevo 
Orden Mundial.
Ser Humano: Hombre o mujer libre, en sus tres dimensiones, 
con discernimiento y derechos superiores y que se rige por la Ley 
Natural o Ley del Creador. (El título de este libro se comprende mejor si 
se conoceSoberano: Ser humano que ha sido liberado de la triple esclavitud 
física, política y espiritual y que rige su vida por la Ley Natural.
Transhumanismo: La degeneración del diseño original del ser hu-
mano por medio biológico y/o tecnológico, para destruirlo espiritualmente, 
haciéndole creer que es una mejoría.
Triple Alianza: La integración del Vaticano, las Naciones Unidas y 
las multinacionales representadas en el Foro Económico Mundial, para 
coordinar y desarrollar la culminación del Nuevo Orden Mundial. En len-
guaje apocalíptico, “La Gran Babilonia”.
Vaticano: Sistema político y religioso desarrollado a lo largo de los 
siglos que quiere eliminar la libertad de conciencia y acción de todos 
aquellos que no obedezcan sus principios. Para lograrlo, estableció las 
Naciones Unidas como gobierno mundial.


Rispondi  Messaggio 7 di 41 di questo argomento 
Da: Damarit Espinoza Inviato: 25/05/2023 22:13


APOCALIPSIS 10 ,CAP11,CAP14 VAN UNIDOS PARA VIDA ETERNA PARA EL PUEBLO DE CRISTO QUE LE ACEPTA COMO SALVADOR DIOS Y CREADOR .LOS ADVENTISTAS DEL SEPTIMO DIA EL MJE DE LOS TRES ANGELES .

Apocalipsis (de Juan) 10-> Ver. 1
[V.1-> Vi. Ver com. Ap 1:1; Ap 4:1. Este pasaje (Ap 10:1 a Ap 11:14) constituye un paréntesis entre la sexta y séptima trompetas, parecido al del cap. 7, que se intercala entre los sellos sexto y séptimo. Descender del cielo. La visión se enfoca sobre un ser celestial, pero su ubicación está aún en la tierra. Otro ángel fuerte. O sea, además de los ángeles que habían aparecido poco antes. Evidentemente es un ángel distinto de los que retienen los cuatro vientos (Ap 7:1), de los que tocan las siete trompetas (Ap 8:2), del ángel ante el altar (Ap 8:3) y de los que están junto al río Eufrates (Ap 9:14). Este ángel puede ser identificado como Cristo (ver EGW, Material Suplementario com. Ap 10:1-11), quien como Señor de la historia hace la proclamación del Ap 10:6. Envuelto. Gr. peribállō, “arrojar alrededor”, “envolver”, “vestir”. El ángel se ve envuelto en una nube. Las Escrituras frecuentemente relacionan a las nubes con las apariciones de Cristo (Dan 7:13; Hch 1:9; Ap 1:7; Ap 14:14; cf. Sal 104:3; 1Ts 4:17). Arco iris. Cf. Ap 4:3; Eze 1:26-28. El rostro del ángel, que brilla “como el sol” a través de la nube que lo envuelve, puede considerarse como lo que forma el arco. Cf. com. Gen 1:12-13. Como el sol. Compárese con la descripción de Cristo en Ap 1:16. Pies. La comparación de los pies como columnas parece algo incongruente, pero la palabra “pies” (póus) designa también a las piernas, que se asemejan a columnas de fuego (cf. Son 5:15; cf. com. Eze 1:7). Columnas de fuego. Compárese con la descripción de los pies de Cristo en Ap 1:15. ] 
Apocalipsis (de Juan) 10-> Ver. 
[V.2-> En su mano. Compárese con el simbolismo de Eze 2:9. Un librito. Gr. biblarídion, “rollito”, diminutivo de biblíon, “libro”, “rollo”. Biblarídion aparece en el NT sólo en este capítulo. Al contrastar este rollito con el rollo (biblíon) que estaba en la mano de Dios (Ap 5:1), es evidentemente más pequeño. Compárese con el simbolismo de Eze 2:9. Abierto. El verbo griego manifiesta que el libro ha sido abierto y permanece abierto; pero el rollo anterior estaba sellado con siete sellos (Ap 5:1). Daniel recibió la orden: “cierra las palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin” (Ap 12:4). Esta admonición se aplica 813 particularmente a la parte de las profecías de Daniel que se refieren a los últimos días (ver com. Ap 12:4), y, sin duda, de una manera especial a los detalles cronológicos de los 2.300 días (Ap 8:14) en lo que se relaciona con la predicación de los mensajes del primero, el segundo y el tercer ángel (Ap 14:6-12). Puesto que el mensaje del ángel de Apoc. 10 se refiere a tiempo, y probablemente a los acontecimientos del tiempo del fin, cuando el libro de Daniel debía ser abierto (Dan 12:4), parece razonable concluir que el librito abierto en la mano del ángel era el libro de Daniel. Con esta presentación que se hace a Juan del librito abierto, se revelan las porciones selladas de la profecía de Daniel, se aclara el cómputo cronológico que señala el fin de la profecía de los 2.300 días. Por esta razón, el capítulo que consideramos se enfoca en el tiempo cuando se hizo la proclamación de los Ap 10:6-7, es decir, entre 1840 y 1844 (ver com. Ap 10:6; EGW, Material Suplementario com. Ap 10:1-11). Sobre el mar, y.. sobre la tierra. El mar y la tierra se usan repetidas veces para abarcar el mundo como una unidad (Exo 20:4; Exo 20:11; Sal 69:34). El hecho de que el ángel esté de pie sobre el mar y la tierra, sugiere la proclamación mundial de su mensaje y también su poder y autoridad sobre el mundo. ] 
Apocalipsis (de Juan) 10-> Ver. 
[V.3-> Gran voz. Cf. Ap 1:10; Ap 5:2; Ap 6:10; Ap 7:2. Como ruge un león. Se destaca únicamente la nota profunda y resonante de la voz del ángel. No se registra lo que dijo. Siete truenos. Otra de las varias series de siete que caracterizan al Apocalipsis (ver com. Ap 1:11). ] 
Apocalipsis (de Juan) 10-> Ver. 4
[V.4-> Yo iba a escribir. Juan entiende las voces de los siete truenos, y se prepara para registrar su mensaje. Este pasaje indica que Juan registraba las visiones del Apocalipsis cuando se le revelaban, y no en un momento posterior. Sella. A Juan se le ordena, como a Daniel mucho antes, que “selle” la revelación que había recibido (cf. Dan 12:4). Pablo también había oído en visión “palabras inefables que no le es dado al hombre expresar” (2Co 12:4). Es obvio que los mensajes de los siete truenos no eran una revelación para la gente de los días de Juan. Sin duda revelaban detalles de los mensajes que habían de ser proclamados en “el tiempo del fin” (Dan 12:4; cf. com. Ap 10:2). Por lo tanto, pueden entenderse como una descripción de los mensajes del primero y el segundo ángel (Ap 14:6-8; ver EGW, Material Suplementario com. Ap 10:1-11). 
Apocalipsis (de Juan) 10-> Ver.
[V.5-> Levantó su mano. Gesto característico al pronunciar un juramento tanto en tiempos antiguos como ahora (Gen 14:22-23; Deu 32:40; Eze 20:15; Dan 12:7). ] 
Apocalipsis (de Juan) 10-> Ver. 
[V.6-> El que vive. Cf’. com. Ap 1:18; Ap 4:9; Ap 15:7. Que creó. Cf. Exo 20:11; Sal 146:6. No podía haberse hecho un juramento más solemne (ver Heb 6:13). Cuando el ángel, que es Cristo, jura por el Creador (ver com. Ap 10:1), está jurando por sí mismo. Que el tiempo no sería más. Gr. jrónos oukéti éstai, “tiempo no más será”. Esta misteriosa declaración ha sido interpretada de diversas maneras. Muchos expositores han entendido que señala el fin del tiempo y el comienzo de la eternidad. Otros han tomado la palabra “tiempo” en el sentido del tiempo que transcurre inmediatamente antes de los acontecimientos finales de la historia, y han traducido: “no habrá más demora”. Los adventistas del séptimo día en general han entendido que estas palabras describen particularmente el mensaje proclamado en los años 1840-1844 por Guillermo Miller y otros, en relación con el fin de la profecía de los 2.300 días. Han entendido que el “tiempo” es tiempo profético, y que su fin significa la terminación de la profecía cronológica más larga de la Biblia: la de los 2.300 días de Dan 8:14. Después de esta profecía no habría otro mensaje fundado en un tiempo definido, exacto. No hay ningún otro período profético que se extienda más allá de 1844. ] 
Apocalipsis (de Juan) 10-> Ver. 7
[V.7-> Días. Algunos comentadores han tomado estos “días” como días-años proféticos; pero si se entienden como días o como años no hay mayor diferencia porque la expresión es de carácter general, y como viene después de la declaración del Ap 10:6 no pueden especificar un período que puede medirse (ver com. Ap 10:6). El sentido del pasaje es que en el tiempo de la séptima trompeta el misterio de Dios será consumado. En el plan de Dios este acontecimiento seguiría a la proclamación de que “el tiempo no sería más” (Ap 10:6). Compárese con la declaración de la séptima plaga: “Hecho está” (Ap 16:17). El séptimo ángel. En cuanto a los acontecimientos, cf. Ap 11:15-19. Cuando él comience. O “cuando hiciere sonar”. La séptima trompeta señala un punto 814 culminante en el gran conflicto entre Cristo y Satanás, como lo revela la proclamación de las voces del cielo en ese tiempo (Ap 11:15). El misterio de Dios. En cuanto a un comentario sobre la palabra “misterio”, cf. com. Ap 1:20; cf. com. Rom 11:25. Jesús usó una frase similar: “el misterio del reino de Dios” (Mar 4:11), y Pablo también habla del “misterio de Dios” (Col 2:2), y el “misterio de Cristo” (Col 4:3). El misterio de Dios, que él revela a sus hijos, es su propósito para con ellos: el plan de salvación. Cf. 1Ti 3:16; 2 JT 374. Se consumará. Ver com. Ap 11:15. Sus siervos los profetas. La declaración y exposición del “misterio de Dios” (ver com. 11 “el misterio de Dios”) ha sido siempre la misión de sus siervos los profetas en sus mensajes para los hombres (ver com. Rom 3:21). ] 


Rispondi  Messaggio 8 di 41 di questo argomento 
Da: Damarit Espinoza Inviato: 26/05/2023 19:59

Apocalipsis (de Juan) 10-> Ver. 8
[V.8-> La voz. Sin duda la voz que le había prohibido a Juan que escribiera lo que habían declarado los siete truenos (Ap 10:4), como lo demuestra la repetición de las frases “del cielo” y “otra vez”. Ve y toma. Se le ordena a Juan que tome parte en la visión. El librito. Ver com. Ap 10:2 Abierto Ver com. Ap 10:2. En la mano. Ver. com. Ap 10:2 El mar.. la tierra. Ver com. Ap 10:2. ] 
Apocalipsis (de Juan) 10-> Ver. 
[V.9-> Me diese. Juan es colocado en una situación en la expresa su deseo de tener el libro. Desempeña el papel de los que proclamaron el mensaje adventista en los años 1840-1844. Aunque equivocados en cuanto al tiempo del acontecimiento que proclamaban, sin embargo fueron dirigidos por Dios, y el mensaje del pronto advenimiento fue precioso para sus almas. Su cómputo de la cronología profético de Dan 8:14 era correcto (ver el comentario respectivo), pero están equivocados en cuanto a la naturaleza del acontecimiento que debía suceder al final de los 2.300 días. Cómelo. Compárese con el simbolismo de Eze 3:1 (cf. Jer 15:16) Comerse el libro es una figura de lenguaje que representaba la plena comprensión del significado del mensaje contenido en el rollito. La experiencia de Juan en Ap 10:10 describe exactamente la de los creyentes adventistas cuando comprendieron más plenamente el significado de los mensajes de los tres ángeles (Ap 14:6-12) en relación con el verdadero cumplimiento de la profecía de los 2.300 días. Te amargará el vientre. Ver com. Ap 10:10. El orden de las frases en los Ap 10:9 y Ap 10:10 es una forma familiar de paralelismo hebreo (ver com. Ap 1:2; Ap 9:17): “Te amargará el vientre...En tu boca será dulce como la miel... Era dulce en mi boca como la miel... Amargó mi vientre”. En tu boca será dulce. Ver com. Ap 10:10. ] 

Apocalipsis (de Juan) 10-> Ver. 
[V.10-> Tomé. Ver com. Ap 10:9. Dulce... como la miel. Cf. Eze 3:3. Los mensajes de Dios a sus siervos han sido a menudo, como en el caso de Ezequiel, una mezcla de dulzura y amargura porque pueden revelar su amor y también sus castigos. Los profetas de Dios han experimentado tanto el éxtasis de la visión divina como la amargura de tener que dar mensajes de reprensión. experiencia por la que pasó Juan en esta visión puede considerarse, en un sentido específico, como un símbolo de la de los creyentes adventistas en los años 1840-1844. Cuando esos creyentes oyeron por primera vez el mensaje de la inminencia de la segunda venida, fue para ellos “dulce como la miel”; pero cuando Cristo no vino como lo esperaban, su experiencia fue en verdad amarga. Cf. com. Ap 10:9. Amargó mi vientre. Ver com. “dulce como la miel”. ] 

Apocalipsis (de Juan) 10-> Ver. 
[V.11-> El. Cristo, el “ángel” de los Ap 10:1; Ap 10:9. Es necesario que profetices otra vez. Cf Eze 3:1; Eze 3:4. Aunque el comer el rollo le había producido amargura a Juan, las palabras consoladoras que Cristo dirige al profeta son que ahora debe profetizar nuevamente. A Juan como representante de los creyentes adventistas después del chasco, se le impone la obligación de proclamar un mensaje adicional, más amplio. Aún queda por hacer una gran obra. Deben salir a proclamar el mensaje del tercer ángel de Ap 14:9-12. Sobre. ”Acerca de” o “para”; cualquiera de estos significados concuerda con el contexto. Los mensajes serían “para muchos pueblos...” y “acerca de muchos pueblos”. Muchos pueblos. A medida que los creyentes adventistas comprendían el pleno significado del mensaje del tercer ángel, se dieron cuenta más y más que era un mensaje para el mundo, que tenía que ser llevado a “muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes”. Esta convicción ha dado como resultado uno de los programas más extensos de evangelización mundial que haya visto la historia 815 cristiana a medida que los adventistas del séptimo día han proclamado “a toda nación, tribu, lengua y pueblo” (Ap 14:6) el mensaje que les fue dado. ] EL MJE DE LOS TRES ANGELES APOCALIPSIS 10,CAP11,CAP12CAP13CAP14CAP17,CAP16 




Rispondi  Messaggio 9 di 41 di questo argomento 
Da: Damarit Espinoza Inviato: 26/05/2023 20:09

Apocalipsis (de Juan) 11-> Ver. 
[V.1-> Me fue dada. La línea de pensamiento del cap. 10 continúa en el cap. 11. Una caña. Esta caña debía usarse como una vara de medir. Compárese con el simbolismo de Eze 40:3; Eze 40:6; Zac 2:1-2. Levántate. Se le ordena a Juan que partícipe de la acción que se le muestra en la visión. Mide. El símbolo del hombre que medía a Jerusalén con un cordel, se interpretó como una garantía de que la ciudad sería reedificada (ver com. Zac 2:1-2); por lo tanto, la medición del templo y sus adoradores puede sugerir también una promesa de restauración y preservación. En el paréntesis entre los sellos sexto y séptimo hay una garantía de que a pesar de los terrores que acompañarán a la segunda venida de Cristo, Dios tiene un pueblo que permanecerá firme (Apoc. 7; cf. com. Ap 6:17). Este otro paréntesis entre la sexta y la séptima trompeta también puede tener el propósito de confirmar que en medio de los horrores que acompañan el sonido de las trompetas, el templo de Dios -es decir, el plan de la redención que en él se representa- y los verdaderos adoradores del Señor están a salvo. Esta restauración y conservación del templo de Dios también parece tener una aplicación especial para la comprensión más plena del significado del ministerio de Cristo en el santuario celestial, conocimiento que ha ido en aumento desde 1844. Templo. Gr. naós (ver com. Ap 3:12; Ap 7:15; cf. Ap 11:19). Después del gran chasco del 22 de octubre de 1844, la atención de los creyentes adventistas fue dirigida hacia el santuario celestial y la obra de Cristo como sumo sacerdote en ese santuario. Esta no es una referencia al templo literal de Jerusalén, porque cuando Juan recibió sus visiones ese templo estaba en ruinas. Los judíos fueron rechazados por Dios como sus representantes escogidos (ver com. Mat 21:43; t. IV, pp. 28-36), y por esta razón ese templo nunca será restaurado como centro de culto divinamente reconocido (ver com. Eze 40:1). Por consiguiente, “los que adoran” no son judíos literales adorando en su templo literal, sino los que dirigen su adoración hacia el templo celestial, donde Cristo ministra a favor de sus hijos (Heb 8:1-2). En un sentido especial y según el contexto de esta profecía, la medición ocurre en un período específico de la historia de la iglesia. Los que adoran. Es decir, el verdadero Israel espiritual, el pueblo de Dios, que contrasta con los “gentiles” (Ap 11:2). La medición de los adoradores sugiere una obra de juicio 

Apocalipsis (de Juan) 11-> Ver. 2
[V.2-> El patio. En el templo de Herodes, que Juan había conocido muy bien, había un patio interior compuesto por el patio de las mujeres, el patio o atrio de Israel y el atrio de los sacerdotes. Más allá había un gran patio exterior, el patio o atrio de los gentiles. Una barrera -una “pared intermedia de separación” (Efe 2:14)- separaba el atrio interior del atrio exterior, y no se permitía que ningún gentil traspasase esa barrera, y si lo hacía, era muerto (ver t. V, pp. 68-69). En vista de que el atrio que aquí se menciona es “dado a los gentiles”, parece que Juan tenía específicamente en cuenta ese gran patio exterior. El patio ha sido considerado como símbolo de esta tierra, en contraste con “el templo de Dios” en el cielo (Ap 11:1). No lo midas. Juan no debe medir sino a los adoradores de Dios, los que tienen derecho de entrar más allá de la barrera, donde sólo podían penetrar los israelitas. Los que trazasen ese límite son los únicos que pueden esperar que serán librados de los castigos finales que caerán sobre la tierra. Entregado a los gentiles. Como sucedía con el atrio de los gentiles del templo de Jerusalén. Puede entenderse que “gentiles” se aplica a los que no son verdaderos adoradores de Dios, los que no han declarado que pertenecen al Israel de Dios. Hollarán. Este pasaje es paralelo con la descripción de Dan 7:7; Dan 7:23, donde se describe la acción de la cuarta bestia que “hollaba con los pies” (ver com. Dan 7:7-8; Dan 7:25). Esa bestia actuaba particularmente contra los “santos del Altísimo” (Dan 7:25), por eso es lógico entender que la “ciudad santa” representa al pueblo de Dios. La ciudad santa Es decir, Jerusalén (Dan 9:24; cf. Luc 21:20). La entrega del atrio exterior a los gentiles significa, por extensión, que la ciudad santa es hollada. En cuanto al significado simbólico de Jerusalén, ver “hollarán”. Cuarenta y dos meses. Este período es claramente idéntico con el “tiempo, y tiempos, y medio tiempo” de Dan 7:25 (ver com. respectivo). ] 

Apocalipsis (de Juan) 11-> Ver.
[V.3-> Mis dos testigos. Se han propuesto varias interpretaciones para este símbolo. Las 817 alusiones de los Ap 11:5-6 han llevado a algunos a identificarlos como Elías y Moisés (ver com. Ap 11:5-6); pero el significado de estos “dos testigos” es mucho más extenso. En el Ap 11:4 se los identifica como “dos olivos” y “dos candeleros, símbolos que se hallan en Zac 4:1-6; Zac 4:11-14, en donde se dice que representan a los “que están delante del Señor de toda la tierra” (Ap 11:14). Así como se dice que las ramas de los olivos dan aceite para las lámparas del santuario (Ap 11:2; Ap 11:12), también de estos santos que están delante del trono de Dios, se imparte el Espíritu Santo a los hombres (ver com. Zac 4:6; Zac 4:14; PVGM 336-337; cf. TM 338). La expresión más completa del Espíritu Santo para los hombres está contenida en las Escrituras del AT y el NT, y por eso es que ambos testamentos deben considerarse como los dos testigos (ver CS 310 cf. com. Jn 5:39). El salmista declara de la Palabra de Dios: “Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino,... la exposición de tus palabras alumbra” (Sal 119:105; Sal 119:130; cf. Pro 6:23). Que profeticen. A pesar del predominio del mal durante el período de los 1.260 días o años (ver com. Ap 11:2), el Espíritu de Dios, especialmente como se manifiesta en las Escrituras, llevaría su testimonio a los hombres que lo recibieran. Mil doscientos sesenta días. El mismo período de los “cuarenta y dos meses” del Ap 11:2 (ver el comentario respectivo). Vestidos de cilicio. Vestirse de cilicio era una señal común de duelo (2Sa 3:31) y arrepentimiento (Jnn 3:6; Jnn 3:8). De este modo se describe a las Escrituras como si estuvieran de duelo en un tiempo cuando las tradiciones humanas tendrían casi un total predominio (ver com. Dan 7:25). ] 
Apocalipsis (de Juan) 11-> Ver. 4
[V.4-> Los dos olivos. Ver com. Ap 11:3. Los dos candeleros. O “los dos portalámparas” (ver com. Ap 1:12). Ver com. Ap 11:3. Están en pie delante del Dios de la tierra. Ver com. Zac 4:14; Ap 11:3. ] 

Apocalipsis (de Juan) 11-> Ver. 5

[V.5-> Sale fuego. Semejante al castigo que Elías hizo caer sobre los mensajeros de Ocozías (2Rey 1:10; 2Rey 1:12). Los que persistan en rechazar el testimonio del Espíritu Santo, finalmente serán destruidos en el lago de fuego (Ap 20:15). ] 

Apocalipsis (de Juan) 11-> Ver. 6

[V.6-> Poder. Gr. exousía, “autoridad”, se halla dos veces en este versículo. Cerrar el cielo. Como en el Ap 11:5, parece ser también una alusión a Elías, quien predijo que no llovería en Israel “en estos años, sino por mi palabra” (1Rey 17:1), o, como lo presenta Lucas, el evangelista, “por tres años y seis meses” (Luc 4:25; cf Stg 5:17). Las aguas... en sangre. Las alusiones a los testigos recuerdan hasta ahora a Elías (ver lo anterior y com. Ap 11:5); pero este versículo parece aludir a Moisés y la primera plaga sobre Egipto (Exo 7:19-21). Toda plaga. Los testigos no sólo tienen poder para herir a sus enemigos con la primera plaga que cayó sobre Egipto, sino que tienen autoridad para herir la tierra con cualquiera de las plagas. ] 

Apocalipsis (de Juan) 11-> Ver. 7
[V.7-> Cuando hayan acabado. Es decir, al final de los 1.260 días (cf. Ap 11:3; ver com. Dan 7:25). La bestia. Gr.to th’ríon, “la fiera”. Hasta ahora Juan no ha mencionado ninguna “bestia” (th’ríon; los “cuatro seres vivientes” del Ap 4:6 no son realmente bestias; ver el comentario respectivo). La expresión “la bestia” parece implicar que el lector entiende cuál bestia es. Se han expuesto dos interpretaciones de este símbolo. En primer lugar, la de los comentadores que sostienen que la expresión “la bestia” sugiere alguna identificación previa, y como ésta no se halla en el Apocalipsis la buscan en el libro de Daniel, donde la bestia por excelencia es la cuarta bestia de Dan. 7. Además, destacan que esta bestia surgió del mar, pero que la de Apoc. 11 “sube del abismo”, el cual tiene en el AT una evidente relación con el mar (ver com. Ap 9:1). Según este punto de vista, el poder simbolizado por la cuarta bestia de Daniel, y especialmente sus fases ulteriores, sería el poder que mata a los dos testigos. Otros comentadores identifican esta bestia como un poder que intentaría destruir las Escrituras (simbolizadas por los dos testigos) al final del período de los 1.260 días, en 1798 d. C. (ver com. Dan 7:25). Puesto que el ateísmo se propagó intensamente en Francia en ese tiempo y el espíritu antirreligioso de esa época se dirigió directamente contra la creencia en las Sagradas Escrituras, la Primera República Francesa ha sido identificada como la bestia de este pasaje. Los adventistas del séptimo día han apoyado generalmente este punto de vista. Del Abismo. Gr. abússos (ver com. Ap 9:1; cf. com. “la bestia”). El hecho de que la bestia 818 sale del abismo se ha interpretado como que indica que esa nación o poder no tenía un firme fundamento, que era un poder tal como lo fue Francia. Se manifestó entonces una nueva forma de poder satánico (ver CS 312). Los matará. Es decir, intentará destruir la Palabra de Dios. En cuanto a la manera en que Francia hizo guerra contra la religión, ver com. Ap 11:9. ] 

Apocalipsis (de Juan) 11-> Ver.
[V.8-> Cadáveres. La evidencia textual establece el singular: “cadáver”. Cada uno tiene un cadáver. Estarán. Dejar sin sepultar un cadáver siempre se ha considerado como una indignidad repugnante (cf. Sal 79:2-3). Ver com. Ap 11:9. La grande ciudad. El hecho de que se diga que esta ciudad es aquélla “donde también nuestro Señor fue crucificado”, parecería identificarla con Jerusalén, la “ciudad santa” del Ap 11:2; sin embargo, muchos comentadores han entendido figuradamente la expresión “donde también nuestro Señor fue crucificado”, como sin duda también han de entenderse los nombres Sodoma y Egipto. Por lo tanto, identifican “la gran ciudad” con Francia, nación que manifestó al final del período de 1.260 años las características simbolizadas por estas expresiones. Los adventistas del séptimo día sostienen, en términos generales, este último punto de vista. En sentido espiritual. Gr. pneumatik’s, es decir, no literalmente sino en sentido espiritualmente figurado (cf. Isa 1:10). Sodoma. Sodoma es símbolo de degradación moral (Eze 16:46-55). Esta fue la condición de Francia durante la Revolución. Egipto. Este país fue conocido por su obstinada negación de la existencia del Dios verdadero y por desafiar sus órdenes. Faraón dijo con altanería: “¿Quién es Jehová, para que yo oiga su voz... ? Yo no conozco a Jehová” (Exo 5:2). Estas actitudes fueron características de los dirigentes de la Revolución Francesa. Crucificado. En la persona de sus seguidores, muchos de los cuales perecieron en las persecuciones en Francia. ] 

Apocalipsis (de Juan) 11-> Ver. 9
[V.9-> Los pueblos... y naciones. Otras naciones que observarían la guerra de Francia contra la Biblia. Tres días y medio. En armonía con el principio de interpretación profético que un día representa un año, “tres días y medio” equivalen a tres años y medio. Los adventistas del séptimo día, que entienden que la bestia del Ap 11:7 representa a la Primera República Francesa (1789-1801), especialmente en lo referente a sus tendencias antirreligiosas, sitúan el cumplimiento de esta profecía en el breve período de la historia de la Revolución Francesa, cuando el ateísmo llegó a su apogeo. Este período puede calcularse a partir del 26 de noviembre de 1793, cuando se promulgó un decreto en París para abolir la religión, hasta el 17 de junio de 1797 cuando, según se afirma, el gobierno francés quitó las restricciones impuestas a la práctica de la religión. Como ha sucedido con otros pasajes del Apocalipsis, el cómputo de estos “tres días y medio” ha sido motivo de diversas opiniones por parte de los comentadores. Esto se debe no sólo a ciertos problemas del simbolismo en sí, sino también a la dificultad de fijar algunas fechas exactas en la historia de ese turbulento período de la Revolución Francesa; sin embargo, la ubicación exacta de este lapso afortunadamente no es vital para la comprensión global de los grandes períodos poéticos de la Biblia o para una comprensión del tema central de la profecía de la cual forma parte. ]


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Da: Damarit Espinoza Inviato: 26/05/2023 20:16

Apocalipsis (de Juan) 11-> Ver. 10

[V.10-> Los moradores de la tierra. Ver com. Ap 3:10. Se regocijarán. Gr. eufráinō, “regocijarse”, “alegrarse”, también se traduce “huélgate” en Luc 12:19. Aliviados ahora del tormento, es decir, del testimonio condenatorio de los dos testigos, los impíos apaciguan su conciencia entregándose al regocijo. Enviarán regalos. Una señal de regocijo (cf. Est 9:22). Atormentado. Por el poder condenatorio de la profecía de los dos testigos (Ap 11:3). Hay pocas torturas que superen la de una conciencia culpable. Cuando la verdad y la justicia se presentan constantemente ante el pecador obstinado, a menudo llegan a serie intolerables. ] 

Apocalipsis (de Juan) 11-> Ver. 11
[V.11-> Después de tres días y medio. O sea al final del período cuando los cuerpos de los testigos estuvieron insepultos y expuestos a la contemplación pública (ver com. Ap 11:9). El espíritu de vida. O un espíritu que es vida. La frase hebrea rúaj jayyim, equivalente a la que comentamos, se traduce en el AT, ‘soplo de vida” (Gen 6:17; Gen 7:15, LXX). Los hebreos virtualmente identificaban el aliento con la vida. Por consiguiente, decir que el 819 soplo de vida entraba en una persona significaba que había recibido la vida (Gen 2:7). Por Dios. Dios, el Dador de toda vida, levanta a sus fieles testigos. Se levantaron sobre sus pies. Cf. 2Rey 13:21; Eze 37:10 Cayó gran temor. Los impíos nuevamente tienen mala conciencia; la misma que los había atormentado cuando los dos testigos habían profetizado (ver com. Ap 11:10 ). Los que se habían regocijado por la muerte de los testigos, están ahora pasmados al contemplar el milagro de su resurrección. ] 

Apocalipsis (de Juan) 11-> Ver. 12
[V.12-> Una gran voz del cielo. No se identifica al que habla, pero probablemente sea Dios. Subid acá. Los testigos no sólo son resucitados por Dios, sino que se les ordena entrar en el ciclo. Mientras “sus enemigos” los contemplan, son completamente vindicados de los ultrajes que habían sufrido, y es demostrada ante todos la veracidad de la profecía que habían proclamado fielmente durante 1.260 días o años. La voz de Dios les da la bienvenida al cielo en presencia de los que habían intentado destruirlos. Este ensalzamiento de los dos testigos se ha entendido como un símbolo de la gran propagación de las Escrituras a partir del principio del siglo XIX. Poco después de la Revolución Francesa fueron establecidas varias sociedades bíblicas nacionales. Las más notables de todas han sido la Sociedad Bíblica Británica y Extranjera, fundada en 1804, y la Sociedad Americana, organizada en 1816. Estas sociedades y otras más hacen circular Escrituras (hasta 1989) en más de 1.907 diomas y dialectos. En algo más de un siglo y medio, la Biblia, en vez de ser relegada al olvido como guía espiritual, ha llegado a gozar su más amplia circulación. Subieron... en una nube. Mientras Jesús se despedía de sus discípulos, “te recibió una nube que le ocultó de sus ojos” (Hch 1:9). Los dos testigos también son llevados al cielo en una nube. El lenguaje describe de una manera muy adecuada el ensalzamiento de las Escrituras en el período que siguió a su supresión Francia (ver com. Ap 11:9; cf. Dan 4:22). Sus enemigos los vieron. Ver com. “subid acá”. ] 

Apocalipsis (de Juan) 11-> Ver.
[V.13-> Aquella hora. Es decir, casi inmediatamente después de la ascensión de los testigos. Un gran terremoto. El símbolo de un terremoto se usa repetidas veces en las Escritura describir la agitación y perturbación que caracterizarán al mundo inmediatamente antes de la segunda venida de Cristo (Mar 13:8; Ap 16:18). Cuando los comentadores aplican esta profecía a Francia, ven en el terremoto un cuadro de la agitación que sacudió a esa nación a fines del siglo XVIII. Décima parte. No es el terremoto final, porque en esta ocasión (cf. Ap 16:18) sólo cae una fracción de la ciudad (ver com. Ap 11:2; Ap 11:8). Este terremoto significa un castigo transitorio que atemoriza a algunos de los que se han gloriado por la muerte de los testigos. Algunos aplican la expresión “la décima parte de la ciudad” a toda la nación francesa; razonan que Francia era uno de los “diez reyes” que surgirían a raíz de la caída del Imperio Romano (Dan 7:24). Otros identifican la ciudad con la Roma papal y a Francia como una de sus diez divisiones. Siete mil. Un número comparativamente pequeño de personas, pero suficiente para que los sobrevivientes reconozcan la soberanía de Dios, cuyos testigos habían despreciado. Hombres. Gr. onómata anthrōpōn, literalmente “nombres de hombres”. Algunos creen que onómata, “nombres”, corresponde a “personas” (ver com. Hch 3:16). Otros lo aplican a los títulos, categorías u órdenes que fueron abolidos durante la Revolución Francesa. Al Dios del cielo. Este título se usa frecuentemente en Daniel (Dan 2:18-19; Dan 2:37; Dan 2:44; cf. Esd 5:11-12; Esd 6:9; Esd 7:12). ] 

Apocalipsis (de Juan) 11-> Ver. 14
[V.14-> El segundo ay. O sea los castigos correspondientes a la sexta trompeta, que terminó en 1840 (Ap 8:13; cf. Ap 9:12; ver Nota Adicional com. cap. 9). El tercer ay. Los acontecimientos descritos durante la séptima trompeta (Ap 11:15-19). ] 

Apocalipsis (de Juan) 11-> Ver. 15
[V.15-> El séptimo ángel. O sea el principio del tercer ay (ver com. Ap 11:14), que marca el fin del paréntesis entre la sexta y la séptima trompetas (Ap 10:1 a Ap 11:14; ver com. Ap 11:1). Los adventistas del séptimo día creen que el comienzo de la séptima trompeta fue en 1844 (ver com. Ap 11:19). Grandes voces. Probablemente fueron las de las huestes celestiales (cf. Ap 5:11-12). En la séptima plaga también se oye una gran voz que procede del templo del ciclo (Ap 16:17). Reinos. La evidencia textual establece (cf. p.10) 820 el texto “reino” (BA, NC). Cristo recibirá el reino poco tiempo antes de su regreso a la tierra (ver com. Dan 7:14), y cuando venga toda oposición terrenal será aplastada (ver com. Ap 17:14). Su Cristo. Es decir, su Ungido (cf. Sal 2:2). Las huestes celestiales que no han sido salvadas por Cristo, se refieren a él como el Cristo de Dios o del Señor, probablemente porque el título “Cristo” se refiere de un modo particular a la segunda persona de la Deidad en su obra como Aquel que fue ungido para la obra de la redención. Reinará por los siglos de los siglos. Cf. Dan 2:44; Dan 7:14; Dan 7:27; Luc 1:33. ] 

Apocalipsis (de Juan) 11-> Ver. 
[V.17-> Señor Dios Todopoderoso. Ver com. Ap 1:8. Un título particularmente adecuado para Dios como vencedor. Que eres. Ver com. Ap 1:4. Que eras. Ver com. Ap 1:4. Que has de venir. La evidencia textual establece (cf. p. 10) la omisión de estas palabras. Las omiten la BJ, BA, BC y NC. Según la BJ (nota) es una adición tomada de la Vulgata. Probablemente no se incluyen como en el Ap 1:4, porque aquí el centro de la alabanza de los ancianos es la posición pasada y presente de Dios, y no la futura. Has tomado... has reinado. Los dos verbos están en tiempos diferentes. Se traduciría mejor: “has tomado el reino” y “comenzaste a reinar”. El reinado triunfante comienza cuando Dios hace efectiva su omnipotencia. Dios siempre ha sido todopoderoso, y el reinado del pecado ha existido sólo por la tolerancia divina con el propósito de que se revelara a los seres creados la verdadera naturaleza del mal. Cuando se cumpla este propósito, entonces tomará su “gran poder” y una vez más reinará en forma soberana. Ver 1Co 15:24-28. ] 

Apocalipsis (de Juan) 11-> Ver. 18
[V.18-> Se airaron las naciones. Cf. Sal 2:1. La ira será característica de las naciones antes de la venida de Cristo. Se agruparán para oponerse a la obra de Cristo y a su pueblo (ver com. Ap 13:12; Ap 14:8). Ira. La ira de Dios se sintetiza en las siete últimas plagas (Ap 15:1). La obra de oposición contra Cristo es detenida por estas plagas. Tiempo. Gr. kairós, un tiempo particular con un propósito definido (ver com. Ap 1:3). Este es un tiempo de juicio, tanto para recompensa como para destrucción. De juzgar. El que Juan hable de la recompensa y de la destrucción, significa que se refiere al juicio final, que tendrá lugar después de los mil años (Ap 20:12-15). El galardón a tus siervos. Cf. Mat 5:12; Mat 6:1; 1Co 3:8; Ap 22:12. Puesto que los acontecimientos enumerados son consecutivos (ver PE 36), esta recompensa es la heredad de la tierra nueva al final de los mil años. Profetas. Los siervos especiales de Dios hablan por él. Llevaron pesadas responsabilidades y a menudo sufrieron terriblemente por su Señor. Santos. O “seres santos”. Los miembros del cuerpo de Cristo se caracterizan por la pureza de sus vidas. Los que temen. Gr. hoi fobouménoi, frase que se usa los Hechos para referirse a los que adoraban al verdadero Dios (ver com. Hch 10:2), aunque no eran plenamente prosélitos de Israel. Si se emplea aquí este mismo significado, puede entenderse que esta tercera clase que recibirá una recompensa en el juicio, son los que no conocieron completamente a Cristo y sus caminos, pero que vieron de acuerdo con toda la luz que les fue dada. Temieron el nombre de Dios hasta donde les fue revelado, y por lo tanto reciben su recompensa (ver DTG 593). Pero la frase hoi fobóumenoi puede simplemente estar unida con la palabra que se traduce “santos”, y entonces diría: “los santos, es decir, los que temen tu nombre”. Pequeños y.. grandes. Las jerarquías del mundo no tendrán ninguna importancia en el juicio final. Destruir a los que destruyen. La suerte de los impíos, de los que han destruido la tierra física y moralmente, es muy adecuada: ellos mismos serán destruidos. ] 
Apocalipsis (de Juan) 11-> Ver. 
[V.19-> El templo. Ante Juan se presenta una visión el templo de Dios, con “el arca de su pacto” como centro de la visión. En el santuario terrenal, que era una “reproducción del verdadero” (Heb 9:24, BJ) que está en el cielo, el arca estaba en el lugar santísimo, que era el centro del servicio del día de la expiación, día que simbolizaba el juicio. Durante el transcurso de la séptima trompeta Juan ve el templo de Dios en el cielo, y específicamente “el arca de su pacto”, lo cual significa que ha comenzado la segunda y última parte del 821 ministerio celestial de Cristo, que corresponde con el simbólico día de la expiación. Otros pasajes revelan que esta fase final de la obra de Cristo comenzó en 1844 (ver com. Dan 8:14). Por lo tanto, los adventistas del séptimo día colocan el comienzo de la séptima trompeta en ese año. El arca de su pacto. Dentro del santuario terrenal estaban los Diez Mandamientos, la inmutable ley moral de Dios para todos los hombres en todas las edades. Ningún creyente en Dios en el tiempo de los judíos podía imaginarse el arca sin pensar inmediatamente en los Diez Mandamientos. La visión de Juan del arca celestial comprueba elocuentemente que en las últimas horas de la tierra la gran ley moral de Dios será el centro del pensamiento y de la vida de todos los que se esfuerzan por servir a Dios en espíritu y en verdad (ver com. Ap 12:17; Ap 14:12; cf. CS 486). Relámpagos, voces, truenos. Como en la séptima plaga (Ap 16:18). Un terremoto. Como en la séptima plaga (Ap 16:18-19; cf. com. Ap 11:13). Grande granizo. Como en la séptima plaga (Ap 16:21). ] 



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Da: Damarit Espinoza Inviato: 30/05/2023 00:37

LOS MUERTOS NO ESTAN EN EL CIELO RESUCITARAN CUANDO REGRESE CRISTO,ESTO SE LLAMA ESPIRITISMO QUE LOS QUE ENSEÑAN QUE LOS MUERTOS ESTAN EN EL CIELO  O QUE ESTAN EN EL LIMBO .1.TESAL 16,17 16 Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. 17 Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.
1 Tesalonicenses 4-> Ver.
[V.16-> Porque. Pablo está presentando la verdadera base de su enseñanza del 1Ts 4:15. El Señor mismo. Aquí se describe claramente la aparición personal, visible y corporal del Señor con gran majestad. Cristo no enviará a un representante ni viene espiritualmente, sino que él mismo viene en persona. El mismo Jesús que ascendió al cielo, descenderá del cielo. Antes de irse al cielo, prometió que volvería (Jn 14:3). Cuando el Salvador ascendía en una nube, se aseguró a la iglesia que “este mismo Jesús” vendría como le habían visto “ir al cielo” (Hch 1:9-11). Pablo repite estas promesas y registra detalles adicionales acerca de la forma de su cumplimiento. Con voz de mando. Gr. kéleusma, “orden”, “mandato”. Este vocablo sólo. aparece aquí en el NT. Kéleusma se usa en los escritos extrabíblicos para referirse a un oficial que da órdenes a sus tropas o un auriga que apura a sus caballos. En la sintaxis del griego no es claro si Cristo pronuncia la orden o si otro personaje da la orden mientras desciende el Señor; pero por el contexto se deduce que es Cristo el que habla (ver com. “arcángel” y “trompeta de Dios”). Aquí no se da ninguna razón específica para la “voz de mando”, pero la “voz de mando”, la “voz de arcángel” y la “trompeta de Dios” son seguidas inmediatamente por la resurrección de los “muertos en Cristo”. Por lo tanto, esta sucesión de sonidos puede tomarse como los preliminares de la resurrección de los justos (cf. Jn 5:25; Jn 5:28-29; Jn 11:43). Cristo desciende del cielo proclamando victoria. Ha vencido a la muerte y al sepulcro (Ap 1:18). La muerte, que es el enemigo, no puede retener más en sus frías garras a ninguno de los redimidos. Los justos muertos responden a la voz de su Señor, y salen triunfantes de sus tumbas. Arcángel. Gr. arjággelos, “ángel principal’, “primer ángel”, palabra compuesta por el prefijo arji, que significa ‘jefe” o “superior”, y ággelos, “ángel”; por lo tanto significa “jefe de los ángeles”. Arjággelos aparece en el NT sólo aquí y en Jud 1:9, donde se dice que Miguel es el arcángel. Este Comentario apoya la conclusión de que Miguel es nuestro Señor Jesucristo (ver com. Dan 10:13; Jud 1:9; Ap 12:7). De esta interpretación es posible deducir que la voz de Cristo como voz de arcángel, es la que se escuchará mientras él desciende del cielo (ver com. Jud 1:9). Trompeta de Dios. No se refiere necesariamente a una determinada trompeta que pertenece exclusivamente a Dios, sino más bien a un instrumento que se usa en el servicio de Dios. En el AT con frecuencia se mencionan trompetas en relación con notables intervenciones de Dios, ya fueran reales o proféticas (Exo 19:13; Exo 19:16; Exo 19:19; Sal 47:5; Isa 27:13; Jne 2:1; Zep 1:16; Zac 9:14). Las trompetas también se usaban para congregar al pueblo de Dios (Num 10:2-4), para hacer resonar alarmas bélicas (1Ts 4:5-9) y para ocasiones de carácter nacional (1Ts 4:10). En el NT el sonido de una trompeta se relaciona con la reunión de los elegidos y la resurrección de los muertos (Mat 24:31; 1Co 15:52). Descenderá. Gr. katabáinō, “bajar”, “descender”. Este verbo sólo se usa aquí en el NT para referirse al segundo advenimiento de Cristo, aunque también se lo emplea para aludir al descenso del Hijo del hombre desde el cielo en su primer advenimiento (Jn 3:13; Jn 6:33; Jn 6:38; etc.). EI descenso de Cristo en su segunda venida está implícito en otros relatos bíblicos del regreso del Señor (Mat 16:27; Mat 24:30; etc.). Y los muertos en Cristo. La conjunción “y” se usa para indicar el resultado que acompaña a los sonidos que retumban en el cielo, a saber: la resurrección de los justos. Los “muertos en Cristo” son los que se durmieron en la fe, incluyendo los santos del AT (ver com. Rom 4:3; 1Co 15:18; cf. Ap 14:13). Están incluidos entre los que Jesús 257 describe como los “hijos de la resurrección” (Luc 20:36). En otro pasaje Pablo los llama “los que son de Cristo, en su venida” (1Co 15:23). Cuando salgan de las tumbas tendrá lugar la “primera resurrección” (ver com. Ap 20:5-6). Las palabras “los muertos en Cristo” sirven para distinguir a los santos que duermen de otras dos clases de personas: (1) los impíos muertos que no resucitarán en la segunda venida de Cristo; (2) los cristianos que estén vivos, a quienes se les asegura que sus amados muertos no estarán en desventaja cuando vuelva Jesús, sino que recibirán la primera atención al ser resucitados, con lo cual estarán en el mismo nivel con los santos que estén vivos. Resucitarán primero. Es decir, serán resucitados antes de que los santos que estén vivos sean “arrebatados” para encontrarse con el Señor en el aire (1Ts 4:17). ]
1 Tesalonicenses 4-> V
[V.17-> Luego. Es decir, después de que hayan resucitado los justos muertos. Los que vivimos, las que hayamos quedado. Ver com. 1Ts 4:15. Arrebatados. Gr. harpázō, “arrebatar” (ver com. Hch 8:39; Fil 2:6; Ap 12:5). De harpázō, y a través del latín con el verbo rapio, “arrebatar”, deriva la palabra “rapto”, término que algunos usan teológicamente para describir el momento cuando los santos serán arrebatados de este mundo, tema del cual Pablo escribe aquí. Pero los que predican el “rapto”, enseñan que la aparición visible y audible de Cristo con poder y gran gloria, será precedida algunos años antes por su venida secreta e invisible a la atmósfera de este planeta para arrebatar a sus santos, mientras que el resto de los habitantes de la tierra continuará viviendo durante un período que se caracterizará por la tribulación bajo el gobierno del anticristo. Pero este pasaje, que según ellos describe la venida secreta, dice claramente que Cristo vendrá “con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios”, lo que hace imposible que sea un suceso secreto. Además, evidentemente ésta es “nuestra reunión con él”, acerca de la cual estaban turbados los tesalonicenses”, pero que sucederá después de la aparición del anticristo (2Ts 2:1-3), y no antes, como se enseña en el llamado “rapto secreto anterior a la tribulación” (ver la Nota 2 de Apoc. 20). “ trompeta también se menciona en Mat 24:30-31 en un contexto que describe claramente la venida visible de Cristo: “Todas las tribus de la tierra... verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria”. En las palabras de estos pasajes no hay nada que sugiera ni remotamente que la venida descrita en Mat. 24 sea diferente de la que se describe en 1 Tes. 4. Por lo tanto, ambos pasajes describen un mismo acontecimiento que sucederá en un mismo momento. Ésta es la enseñanza uniforme de todas las Escrituras. En cuanto a ciertos falsos conceptos sobre los cuales se basa la creencia en un “rapto secreto”, ver la Nota 2 de Apoc. 20. Juntamente con. Gr. háma sun. El adverbio háma significa “al mismo tiempo”, mientras que la preposición sun aquí significa “junto con”; por lo tanto, una traducción literal de esta parte del 1Ts 4:17, diría: “Al mismo tiempo junto con ellos seremos arrebatados”. Esta afirmación tranquilizaría a los tesalonicenses, pues les explicaba que los cristianos que entonces estuvieran muertos y los que aún quedaran vivos, se reunirían simultáneamente con su Señor. En las nubes. Cf. Mat 24:30; Hch 1:9; Ap 1:7. Para recibir al Señor. Así se expresa el cumplimiento del propósito por el cual los justos han sido arrebatados de la tierra, esto es, para que puedan encontrarse con su Señor. En el momento del encuentro se cumplirá el máximo deseo del cristiano: reunirse con Aquel a quien ama en forma suprema (cf. com. Fil 1:23). En el aire. Los santos han ascendido de la tierra, el Señor y sus huestes acompañantes han descendido del cielo. Se encuentran en el aire, entre la tierra y el cielo. Y así. Es decir, como resultado de la venida de Cristo y los sucesos derivados de ella, descritos en los 1Ts 4:16 y 1Ts 4:17, todos los creyentes se reúnen con su Señor. Siempre con el Señor. Pablo no trata de llevar a sus lectores más allá del momento arrobador del encuentro. Los discípulos de todas las edades al fin se han reunido con su Maestro; el futuro está asegurado. En este momento no se necesita penetrar más allá. Pero sabemos por otros pasajes que los redimidos continuarán, después de la reunión, el viaje que han comenzado e irán con Cristo a su hogar celestial (ver com. Jn 14:2-3). Así estarán “siempre con el Señor”. ]




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