|
General: LOS JESUITAS NAZIS TEMPLARIOS ILUMINATIS MASONES ATEO HECHICEROS ESPIRITISTAS UN
Elegir otro panel de mensajes |
|
SATANAS TOMARA EL PODER DE ESTE MUNDO BAJO EL MANTO DE CRISTIANISMO LOS JESUITAS NAZIS TEMPLARIOS ILUMINATIS MASONES ATEO HECHICEROS ESPIRITISTAS UNO CON SATANAS 666 CON LA MARCA DE LA BESTIA CATECISMO DOMINGO LAUDATO SI CATECISMO PROFECIA CUMPLIENDOSE ESCRITO ESTA EN LA SANTA BIBLIA .APOCALIPSIS 12:9 Y fue arrojado el gran Dragón, la Serpiente antigua, el llamado Diablo y Satanás, el seductor del mundo entero; fue arrojado a la tierra y sus Angeles fueron arrojados con él.APOCALIPSIS13: 2 La Bestia que vi se parecía a un leopardo, con las patas como de oso, y las fauces como fauces de león : y el Dragón le dio su poder y su trono y gran poderío.
3 Una de sus cabezas parecía herida de muerte, pero su llaga mortal se le curó; entonces la tierra entera siguió maravillada a la Bestia.
4 Y se postraron ante el Dragón, porque había dado el poderío a la Bestia , y se postraron ante la Bestia diciendo: «¿Quién como la Bestia? ¿Y quién puede luchar contra ella?»
5 Le fue dada una boca que profería grandezas y blasfemias, y se le dio poder de actuar durante 42 meses;vers 7 Se le concedió hacer la guerra a los santos y vencerlos; se le concedió poderío sobre toda raza, pueblo, lengua y nación.cap17:8«La Bestia que has visto, era y ya no es; y va a subir del Abismo pero camina hacia su destrucción. Los habitantes de la tierra, cuyo nombre no fue inscrito desde la creación del mundo en el libro de la vida, se maravillarán al ver que la Bestia era y ya no es, pero que reaparecerá.
Apocalipsis (de Juan) 13-> Ver.
[V.2-> Leopardo... oso... león. Una evidente alusión al simbolismo de Dan. 7. Daniel vio tres bestias: la primera era semejante a un león; la segunda, a un oso; la tercera, a un leopardo. La bestia que vio Juan tenía características físicas tomadas de las tres, lo que indica, sin duda alguna, que el poder representado por la bestia de Apocalipsis posee características evidentes en los imperios de Babilonia, Persia y Grecia. Algunos han notado que Juan alude a estos poderes en el orden inverso de su aparición en la historia, o mirando retrospectivamente desde sus días. Dragón. Ver com. Ap 12:3. Le dio su poder. El dragón representa en primer lugar a Satanás, y en un sentido secundario recibió del dragón “su poder, y su trono, y grande autoridad” fue, claramente, la Roma papal. “De las ruinas de la Roma política se levantó el gran imperio moral en la “forma gigantesca” de la Iglesia Romana” (A. C. Flick, The Rise of the Mediaeval Church [ 1900], p. 150). Esta identificación es confirmada por las especificaciones enumeradas en los versículos siguientes. Detrás de todo estaba Satanás, que procuraba exterminar a la iglesia. Cuando se dio cuenta que sus esfuerzos para aniquilar a los seguidores de Cristo por medio de la persecución resultaban ineficaces, cambió sus tácticas y se propuso separar de Cristo a la iglesia por medio del establecimiento de un sistema religioso falso y complejo. El dragón no actúa directamente por medio del paganismo, sino que empieza a trabajar tras la fachada de una organización profesamente cristiana, esperando de este modo disfrazar su identidad. Trono. Gr. thrónos. Los papas ascendieron al trono de los césares. La capital del sistema papal era la misma que la que había ocupado el Imperio Romano durante su apogeo. Grande autoridad. El papado predominó en los asuntos políticos y religiosos, y sobre la conciencia de los hombres. ]
Apocalipsis (de Juan) 13-> Ver.
[V.18-> Aquí hay sabiduría. Compárese con la frase “para la mente que tenga sabiduría” (Ap 17:9). La sabiduría que aquí se alaba es sin duda a la cual se refiere Pablo en Efe 1:17. Los seres humanos pueden comprender los misterios de la Palabra de Dios únicamente por medio de la iluminación divina (1Co 2:14). Entendimiento. O “inteligencia”. Los que deseen saber el significado del número misterioso, podrán entenderlo. Cuente. O “calcule”. Número de la bestia. Debe notarse que la bestia ya ha sido plenamente identificada (ver com. Ap 13:1-10). El número proporciona una evidencia que confirma esta identificación. Desde los comienzos del cristianismo se ha debatido mucho el significado del número 666. Uno de los primeros en escribir sobre el tema fue Ireneo (c. 130-202). Identificó a la bestia como el anticristo. Creía que los valores numéricos de las letras de su nombre sumarían 666, y sugirió como muy probable el nombre Teitan el cual a veces se consideraba divino. También sugirió, pero como mucho menos probable, el nombre Latéinos, que era el nombre del último reino de los cuatro que vio Daniel. Pero al mismo tiempo previno que “es por lo tanto más seguro y menos peligroso esperar el cumplimiento de la profecía, que hacer conjeturas y buscar aquí y allí nombres que puedan presentarse pues pueden encontrarse muchos nombres que poseen el número mencionado” (Contra herejías v. 30. 3). El número 666 se ha aplicado a numerosas figuras políticas de la historia desde los días de Ireneo. Pero debe notarse que como la bestia ya ha sido identificada, el número -sea cual fuere su significado- debe tener relación con ese poder; de lo contrario, no habría razón válida para que el ángel diese a Juan en este momento de la narración profética la información contenida en el Ap 13:18. Una interpretación que se divulgó en el período siguiente a la Reforma, fue que 666 representa o equivale a Vicarius Filii Dei, que significa “vicario del Hijo de Dios”, uno de los títulos del papa de Roma. El valor numérico de las letras que componen este título suma, como sigue, 666 V 5 I 1 C 100 A ---- R ---- I 1 V (U=V) 5 S ---- F ---- I 1 L 50 I 1 I 1 D 500 E ---- I 1 666 Esta interpretación está basada en la identificación del papa como el anticristo, concepto que se expuso claramente en la Reforma. El principal expositor de esta interpretación fue Andreas Helwig (c. 1572-1643; ver L. E. Froom, The Prophetic Faith of Our Fathers, t. 2, pp. 605-608). Desde los días de 338 Helwig muchos han adoptado esta interpretación. Como este Comentario identifica a la bestia como el papado, también acepta este punto de vista como el mejor que se ha presentado hasta ahora, aunque reconoce que en el criptograma puede implicarse más de lo que contiene esta interpretación. En cuanto al título Vicarius Filii Dei, la revista católica Our Sunday Visitor, del 18 de abril de 1915, informó en respuesta a la pregunta: “¿Cuáles son las letras que se supone que están en la corona del papa, y qué significan, si es que tienen significado?” Respuesta: “Las letras grabadas en la mitra del papa son éstas: Vicarius Filii Dei, que en latín significan Vicario del Hijo de Dios. Los católicos sostienen que la iglesia, que es una sociedad visible, debe tener una cabeza visible” (p. 3). La edición de la misma revista del 15 de noviembre de 1914, admitía que los números latinos sumados daban un total de 666, pero añadía que muchos otros nombres también dan ese total. En el número del 3 de agosto de 1941, p. 7, nuevamente se trató el tema Vicarius Filii Dei, y se afirmó que ese título no está escrito en la tiara del papa. La tiara, se afirmaba, no lleva inscripción alguna (p.7). La Catholic Encyclopedia distingue entre mitra y tiara. Describe la tiara como un ornamento que no es litúrgico, y la mitra, como uno que se usa para ceremonias litúrgicas. Si la inscripción Vicarius Filii Dei aparece en la tiara o en la mitra, no tiene verdadera importancia. Se admite que el título se aplica al papa, y eso es suficiente para los propósitos de la profecía. Número de hombre. La bestia representa una organización humana. Seiscientos sesenta y seis. Si bien algunos MSS dicen 616 y 646, la evidencia textual tiende a confirmar el número 666. ]
Apocalipsis (de Juan) 17-> Ver. 8
[V.8-> La bestia que has visto. Esto es, la bestia del Ap 17:3. A Juan no se le mostró la bestia en su estado que “era” o en que “no es”; sino cuando resurgió después del período en que “no es”; sin embargo, el ángel repasa brevemente las etapas pasadas de este ser espantoso con el propósito de identificar a la bestia tal como la vio Juan (ver com. Ap 17:8-11). En la introducción de la visión (Ap 17:1-2) y en la visión (Ap 17:3-6), la atención de Juan se dirigió casi exclusivamente a la mujer; la bestia se menciona sólo de paso. En el texto griego de los Ap 17:1-6, según el texto de Nestle, se dedican 102 palabras a la mujer y sólo 12 a la bestia; pero en la explicación puede sugerir que aunque el tema anunciado de la visión es la sentencia divina pronunciada contra la Babilonia simbólica, y que aunque ella es el personaje principal en los acontecimientos descritos por la visión, su breve triunfo y repentina caída solo pueden entenderse mediante un estudio cuidadoso de la contribución hecha por la bestia, tanto en el éxito transitorio de la mujer como también en su derrota final. Era, y no es. En algún momento del pasado la bestia había estado activa, pero después desapareció. Esta expresión se repite al final del Ap 17:8 y de nuevo en el Ap 17:11. Algunos identifican el período en que la bestia “era” con el de la Roma pagana; el período en que “no es”, con el breve intervalo entre el fin de la persecución pagana y el comienzo de la persecución papal, y el período “y será”, con el de la Roma Papal. Otros hacen equivaler el período en que “era”, con el representado por la bestia y sus siete cabezas; el período en que “no es”, con el intervalo entre la herida de la séptima cabeza y el resurgimiento de la bestia como “la octava”. Los que sostienen la primera opinión hace equivaler el período en que la bestia “era”, con el dragón del cap. 12, mientras que los que sostienen el último punto de vista incluyen también la bestia semejante a un leopardo del cap. 13. El tiempo presente “no es” recalca la secuencia temporal. Está para subir. El ángel aún está hablando de la carrera de la bestia antes de su surgimiento desde el fondo del “abismo”. Cuando Juan vio esta bestia en visión, ya había descendido del “abismo”. Cuando la expresión “era, y no es” se repite al final del ver. 8, sigue inmediatamente la frase “y será”, que se halla en lugar de las palabras “está para subir del abismo”, las cuales se usan antes en este mismo versículo (ver com. “y será”). Por lo tanto, la bestia “será” cuando ascienda del “abismo”. Las palabras de la triple secuencia del Ap 17:11 que podemos comparar con “será”, son: “es también el octavo”. Por lo tanto, cuando la bestia suba “del abismo”, “será”, existirá como “el octavo”, literalmente “un octavo”. En el Ap 17:8 la bestia irá a “perdición” después de que ascienda del “abismo” y exista como “el octavo” durante un período que no se especifica. Cuando la bestia exista otra vez como “el octavo”, “los moradores de la tierra, aquellos cuyos nombres no están escritos desde la de la vida, función del mundo en el libro se asombrarán viendo la bestia”. Se hace una declaración muy similar en el Ap 13:3; Ap 13:8 (cf. Ap 17:4) en cuanto a la actitud del mundo con la bestia de ese capítulo cuando se curó su herida de muerte: “Se maravilló toda la tierra en pos de la bestia... Y la adoraron todos los moradores de la tierra, cuyos nombres no estaban escritos en el libro de la vida del Cordero que fue inmolado desde el principio del mundo”. Si el cap. 13 se refiere al mismo acontecimiento del Ap 17:8, quiere decir que la declaración “su herida mortal fue sanada” (Ap 13:3) equivale a la expresión 867 “está para subir del abismo” (Ap 17:8; Ap 20:3; Ap 20:7); “vivió” (Ap 13:14), equivale a las expresiones “y será” y “es también el octavo” (Ap 17:8; Ap 17:11); la herida de la cabeza (Ap 13:3), ir “en cautividad” y la “herida de espada” (Ap 13:10; Ap 13:14) tendrían su equivalente en el descenso de la bestia al “abismo” (Ap 17:8); y la “muerte” (Ap 13:3) equivaldría a la fase del “abismo” en el caso de la bestia. Las similitudes que aquí se destacan tienden a identifica a identificar la séptima cabeza de la bestia con la cabeza papal (ver com. Ap 17:9-10); sin embargo, esta semejanza no prueba necesariamente la identidad. En cuanto a la relación con la bestia del cap. 17 con la del cap. 13, ver com. Ap 17:13. Abismo. Gr. abússos, un espacio vasto, que no se puede medir (ver com. Mar 5:10; Ap 9:1). En la LXX se refiere generalmente a las profundidades del mar o a aguas subterráneas. En Sal 71:20 (LXX), y en Rom 10:7 se refiere al mundo subterráneo o lugar de los muertos, comúnmente llamado Hades (ver com. Mat 11:23; cf. com. 2Sa 12:23; Pro 15:11; Isa 14:9). El descenso al “abismo”, sería pues, un término adecuado para representar la muerte de una bestia que parecía haber sido muerta. Perdición. Gr. apōleia, “completa destrucción”, “aniquilamiento” (ver com. Jn 17:12). Indica cl fin absoluto de la bestia (cf Ap 17:11; ver com. Ap 19:20; Ap 20:10). Los moradores. Aquellos sobre los cuales la “ramera... está sentada” (Ap 17:1) y “se han embriagado con el vino de su fornicación” (Ap 17:2). Cf. Ap 13:3-4; Ap 13:7-8; Ap 13:12; Ap 13:14; ver com. Ap 17:1-2. No están escritos. O no están en la lista de quienes Dios aceptó como candidatos para su reino. Desde la fundación. Puede entenderse que los nombres que aparecen en el libro de la vida has estado escritos allí desde “la fundación del mundo”, o simplemente que el libro ha existido desde ese tiempo. Aquí debe entenderse lo segundo. Cf. com. Ap 13:8. Libro de la vida. Ver com. Fil 4:3. Se asombrarán. Gr. thaumázō, “estar asombrado”, “maravillarse” (ver com. Ap 17:6). Los moradores de la tierra se sorprenden mucho cuando observan que la bestia que habían visto descender al “abismo” (Ap 17:8), se recupera y emprende nuevamente sus actividades anteriores. Al principio “se asombrarán”, y luego la adorarán (Ap 13:3-4; Ap 13:8; Ap 13:12; Ap 13:14), es decir, le prestarán su apoyo voluntario para que siga adelante con sus planes blasfemos. Respecto a la relación de la bestia del cap. 17 con la del cap. 13, ver com. Ap 17:3. ] CUANDO SATANAS ALLA SOMETIDO AL MUNDO SU POSICION CON SU MARCA Y SATANAS MISMO VENGA A ESTE MUNDO COMO EL REGRESO DE CRISTO CAMINARA POR EL MUNDO CON SUS ANGELES ALIADOS CURANDO ENFERMOS MILAGROS DICIENDO QUE EL SABADO SEPTIMO DIA DADO POR EL FUE CAMBIADO POR EL DOMINGO DONDE SE SENTARA EN EL VATICANO PARA BENDECIR A TODOS QUIENES SE ALIARON CON EL PAPADO Y ASI LUEGO DE SER BENDECIDOS POR SATANAS EN EL VATICANO Y CAMINANDO POR EL MUNDO COMIENZAN A CAER LAS PLAGAS SOBRE EL PAPADO Y ALIADOS .APOCALIPSIS 13:17,18 .
|
|
|
Primer
Anterior
2 a 3 de 3
Siguiente
Último
|
|
LA MARCA DE LA BESTIA EL CATECISMO APOCALIPSIS 13:17 y que nadie pueda comprar nada ni vender, sino el que lleve la marca con el nombre de la Bestia o con la cifra de su nombre.
18 ¡Aquí está la sabiduría! Que el inteligente calcule la cifra de la Bestia; pues es la cifra de un hombre. Su cifra es 666.
Apocalipsis (de Juan) 13-> Ver.
[V.17-> Comprar ni vender 666 solo podrán comprar comida o vender los que se unen al papado para obedecerle su marca . Esta drástica medida será tomada en un esfuerzo por obtener el cumplimiento de los dictados de la imagen EEUU protestantismo aposta ayuda al papado a someter al mundo edad media ; pero no será eficaz (ver com. Ap 14:1; Ap 14:12). Esta medida sin duda traerá consigo el decreto de muerte inquisición (ver com. Ap 13:15). La marca catecismo Domingo 666 . Ver com. Ap 13:16. O el nombre. La evidencia textual establece (cf. p. 10) la omisión de la conjunción “o”. Si se omite, la frase “el nombre de la bestia papado ” estará en aposición con la palabra “marca”. El pasaje entonces podría decir: “la marca: el nombre de la bestia 666 domingo catecismo ” (BA). Esto significaría que la marca que vio Juan en visión era el nombre de la bestia. Esta relación puede compararse con el sello de Dios sábado séptimo día Apoc7:2cap14:7cap14:12 CAP15:2 que se coloca en la frente de los santos (Ap 7:2), con respecto a los cuales Juan declaró más tarde: tenían “el nombre... de su Padre escrito en la frente” Juan cap14:15(Ap 14:1). CE Ap 14:11. Sin embargo, la conjunción “o” aparece en el P47, el más antiguo manuscrito griego que se conoce del Apocalipsis. En tal caso, las frases “la marca catecismo Domingo ”, “el nombre de la bestia papado ” y “el número de su nombre 666 ” unidas por la palabra “o” pueden indicar grados de afiliación con la bestia o su imagen; pero Dios condena esta unión en cualquier grado que sea (Ap 14:9-11). Número de su nombre. Ver com. Ap 13:18. ]
Apocalipsis (de Juan) 13-> Ver. 18
[V.18-> Aquí hay sabiduría. Compárese con la frase “para la mente que tenga sabiduría” (Ap 17:9). La sabiduría que aquí se alaba es sin duda a la cual se refiere Pablo en Efe 1:17. Los seres humanos pueden comprender los misterios de la Palabra de Dios únicamente por medio de la iluminación divina (1Co 2:14). Entendimiento. O “inteligencia”. Los que deseen saber el significado del número misterioso, podrán entenderlo. Cuente. O “calcule”. Número de la bestia. Debe notarse que la bestia ya ha sido plenamente identificada (ver com. Ap 13:1-10). El número proporciona una evidencia que confirma esta identificación. Desde los comienzos del cristianismo se ha debatido mucho el significado del número 666. Uno de los primeros en escribir sobre el tema fue Ireneo (c. 130-202). Identificó a la bestia como el anticristo. Creía que los valores numéricos de las letras de su nombre sumarían 666, y sugirió como muy probable el nombre Teitan el cual a veces se consideraba divino. También sugirió, pero como mucho menos probable, el nombre Latéinos, que era el nombre del último reino de los cuatro que vio Daniel. Pero al mismo tiempo previno que “es por lo tanto más seguro y menos peligroso esperar el cumplimiento de la profecía, que hacer conjeturas y buscar aquí y allí nombres que puedan presentarse pues pueden encontrarse muchos nombres que poseen el número mencionado” (Contra herejías v. 30. 3). El número 666 se ha aplicado a numerosas figuras políticas de la historia desde los días de Ireneo. Pero debe notarse que como la bestia ya ha sido identificada, el número -sea cual fuere su significado- debe tener relación con ese poder; de lo contrario, no habría razón válida para que el ángel diese a Juan en este momento de la narración profética la información contenida en el Ap 13:18. Una interpretación que se divulgó en el período siguiente a la Reforma, fue que 666 representa o equivale a Vicarius Filii Dei, que significa “vicario del Hijo de Dios”, uno de los títulos del papa de Roma. El valor numérico de las letras que componen este título suma, como sigue, 666 V 5 I 1 C 100 A ---- R ---- I 1 V (U=V) 5 S ---- F ---- I 1 L 50 I 1 I 1 D 500 E ---- I 1 666 Esta interpretación está basada en la identificación del papa como el anticristo, concepto que se expuso claramente en la Reforma. El principal expositor de esta interpretación fue Andreas Helwig (c. 1572-1643; ver L. E. Froom, The Prophetic Faith of Our Fathers, t. 2, pp. 605-608). Desde los días de 338 Helwig muchos han adoptado esta interpretación. Como este Comentario identifica a la bestia como el papado, también acepta este punto de vista como el mejor que se ha presentado hasta ahora, aunque reconoce que en el criptograma puede implicarse más de lo que contiene esta interpretación. En cuanto al título Vicarius Filii Dei, la revista católica Our Sunday Visitor, del 18 de abril de 1915, informó en respuesta a la pregunta: “¿Cuáles son las letras que se supone que están en la corona del papa, y qué significan, si es que tienen significado?” Respuesta: “Las letras grabadas en la mitra del papa son éstas: Vicarius Filii Dei, que en latín significan Vicario del Hijo de Dios. Los católicos sostienen que la iglesia, que es una sociedad visible, debe tener una cabeza visible” (p. 3). La edición de la misma revista del 15 de noviembre de 1914, admitía que los números latinos sumados daban un total de 666, pero añadía que muchos otros nombres también dan ese total. En el número del 3 de agosto de 1941, p. 7, nuevamente se trató el tema Vicarius Filii Dei, y se afirmó que ese título no está escrito en la tiara del papa. La tiara, se afirmaba, no lleva inscripción alguna (p.7). La Catholic Encyclopedia distingue entre mitra y tiara. Describe la tiara como un ornamento que no es litúrgico, y la mitra, como uno que se usa para ceremonias litúrgicas. Si la inscripción Vicarius Filii Dei aparece en la tiara o en la mitra, no tiene verdadera importancia. Se admite que el título se aplica al papa, y eso es suficiente para los propósitos de la profecía. Número de hombre. La bestia representa una organización humana. Seiscientos sesenta y seis. Si bien algunos MSS dicen 616 y 646, la evidencia textual tiende a confirmar el número 666. ] Apocalipsis 16:2 El primero fue y derramó su copa sobre la tierra; y sobrevino una úlcera maligna y perniciosa a los hombres que llevaban la marca de la Bestia y adoraban su imagen
Apocalipsis (de Juan) 16-> Ver. 1
[V.1-> Oí. Ver com. Ap 1:2; Ap 1:10. Una gran voz. Cf. Ap 1:10. Desde el templo. Esta pareciera ser la voz de Dios porque los siete ángeles portadores de las siete plagas ya habían salido del templo (Ap 15:6) y “nadie podía entrar en el templo” (ver com. Ap 16:8). Siete ángeles. En cuanto al significado del número “siete” en el Apocalipsis, ver com. Ap 1:11. Id. Aunque Juan no especifica el momento en que se da esta terrible orden, el contexto demuestra que será proclamada inmediatamente después del fin del tiempo de gracia, pero antes de la venida de Cristo (cf. com. Ap 15:8). Es evidente que la serie de calamidades sin precedentes que aquí se predice es aún futura (ver com. “derramad... las siete copas de la ira de Dios Cristo ”). El hecho de que la primera plaga se derrame sobre los hombres que han recibido la marca de la bestia y adoran su imagen catecismo Domingo santificar las fiestas (Ap 16:2), sitúa las plagas después del aparecimiento de la imagen EEUU LAUDATO SI CATECISMO DOMINGO y de la colocación de la marca 666 (ver com. Ap 13:14-17), y después del pregón del tercer ángel Apocalipsis 14 , que amonesta contra la bestia y su señal 666 (ver com. Ap 14:9-11). Además, el hecho de que las siete últimas plagas constituyan la plenitud de la ira divina sin mezcla de misericordia (Ap 14:10; Ap 15:1; Ap 16:1), claramente muestra que ha terminado el tiempo de gracia para aquellos sobre los cuales caerán que tendrán la marca de la bestia y su imagen papado a y aliados (ver com. Ap 22:11). El hecho de que durante la quinta plaga sede del vaticano los hombres aún sufran las llagas de la primera plaga (Ap 16:11), claramente señala que las plagas serán derramadas una tras otra y dentro de un período relativamente corto (ver com. Ap 16:2). También parece que el juicio de la Babilonia simbólica durante la séptima plaga papado aliados tendrán las plagas Apoc 16:13,14 (Ap 16:19), precederá al juicio de los reyes de la tierra en el momento de la venida de Cristo (ver com. Ap 17:16; Ap 18:11; Ap 18:20; Ap 19:21-19; cf. Ap 6:15-17; Ap 14:14). Derramad... las siete copas. Es decir, castigad la tierra con las calamidades representadas por las siete copas (Ap 15:7). Las siete últimas plagas son parecidas en ciertos aspectos a las diez plagas de Egipto (Exo 5:1 a 12:30). Ambas son una manifestación de la superioridad de la autoridad y el poder de Dios. Ambas terminan con la derrota decisiva de los hombres que han preferido desafiar a Dios, y por lo tanto concluyen con la liberación de su pueblo escogido de una situación que de otra manera sería irremediable. Ambas demuestran la justicia de Dios y dan honra y gloria a su nombre. Cada una de las diez plagas de Egipto fue completa y dolorosamente literal, y cada una tenía el propósito de demostrar cuán falsas eran las pretensiones de la religión falsa y cuán vano era confiar en ella (ver com. Exo 7:17; Exo 12:12; cf. PP 344, 822-824). Las siete últimas plagas también serán literales, y cada una asestará un golpe decisivo contra algún aspecto de la religión apóstata católica aliados Madre e Hijas , y por lo tanto tienen matices simbólicos. Por ejemplo, es evidente que el primer ángel no derramó un compuesto químico literal contenido en una copa literal sobre los hombres que habían recibido una señal literal impuesta por una bestia literal; pero el ángel quizá sea literal, y los hombres sobre quienes cae su copa son sin duda literales, y sus sufrimientos son igualmente literales. El contenido simbólico de la tercera plaga es evidente (Ap 16:5-6). La ira de Dios. Ver com. 2Rey 13:3; Ap 14:10. Quizá pueda preguntarse por qué Dios atormenta a los hombres de una manera tan terrible como la que se describe en el cap. 16, después de la terminación del tiempo de gracia, cuando ya no habrá oportunidad para arrepentirse. ¿Por qué no viene Cristo inmediatamente para poner fin al reinado del pecado papado y aliados ? En los tiempos del AT Dios permitió a menudo diferentes calamidades, como invasiones, hambres, enfermedades, terremotos y otras más, como medios de corrección y disciplina para llamar a la gente al arrepentimiento (Isa 1:5-9; Isa 9:13; Isa 10:5-6; Isa 26:9; Jer 2:30; Jer 8:3; Ose 7:10; Jne 1:4; Jne 2:12-14; Amo 4:6-11; Hag 1:5-11; ver com. 1Sa 16:14; 2Cr 18:1-8). Es evidente que las siete últimas plagas no pueden tener un propósito tan benévolo (ver com. “Id”); pero a pesar de todo no puede quedar duda de que las plagas cumplen una función necesaria 853 en el cumplimiento del plan del ciclo. Puede observarse que las primeras cinco plagas son en cierto sentido de naturaleza similar, pues su propósito es inducir a los hombres a comprender que han estado luchando contra Dios (ver CS 698); pero en vez de arrepentirse lo maldicen con más odio que nunca antes, y se vuelven más rebeldes y contumaces (Ap 16:9; Ap 16:11; Ap 16:21). Las plagas sirven para revelar el espíritu de rebelión que domina totalmente sus corazones. Se comprueba que la cizaña siempre será cizaña (cf. Mat 13:24-30; Mat 13:36-43), y que ¡ajusticia de Dios se hace evidente al destruirla (cf. CS 728). Por otra parte, las pruebas del gran tiempo de angustia que acompañará a las siete plagas demostrarán cuál es el carácter de los santos. También los inducirán a confiar más plenamente en Dios. Cf. com. Ap 7:4. Así como la disposición de morir por otro es la manifestación suprema del amor (Jn 15:13), así también el deseo de matar representa el máximo odio. Durante las dos últimas plagas se producirá una situación que revelará plenamente esa diferencia, aun a los mismos participantes, y tanto para los hombres como también para los ángeles se destacará ¡ajusticia de Dios al poner fin a la historia humana (ver Rom 14:11; Fil 2:10; CS 696-698; cf. PP 265; cf. com. Ap 16:13-14; Ap 16:16-17). Entonces quedará demostrado ante el universo que todos los que componen el pueblo remanente preferirían morir antes que desobedecer a Dios, y que los que escogieron servir a Satanás papado y aliados , matarían inquisición , si les fuera permitido, a todos los que estorbaron su propósito de regir la tierra. Sorprendidos en el mismo acto de intentar hacer cumplir el decreto de muerte, están sin excusa delante de Dios. Ver com. Ap 16:17. De esta manera se traza una línea muy clara entre los que sirven a Dios y los que no le sirven, y por medio de los inconversos se permitirá que el diablo demuestre cómo hubiera sido el universo si se le hubiese permitido dominarlo a su antojo (ver CS 41). Cf. com. Ap 7:1. Sobre la tierra. O sobre los habitantes de la tierra. ]
CATECISMO 666 MARCA DE LA BESTIA PAPADO Y ALIADOS Cuáles son los Diez Mandamiento de la Ley de Dios?CATECISMO
Los Diez Mandamientos de la Ley de Dios son:
1º Amarás a Dios sobre todas las cosas. 2º No tomarás el Nombre de Dios en vano. 3º Santificarás las fiestas.DOMINGO 4º Honrarás a tu padre y a tu madre. 5º No matarás. 6º No cometerás actos impuros. 7º No robarás. 8º No dirás falso testimonio ni mentirás. 9º No consentirás pensamientos ni deseos impuros. 10º No codiciarás los bienes ajenos
DANIEL 7 :25 RATIFICA AL ANTICRISTO PAPADO Y 2TESAL CAP2Y APOCALIPSIS CAP13Y CAP17:8
Daniel 7-> Ver. 25
[V.25-> Hablará palabras. Arameo millin (singular millah), simplemente, “palabras”. La expresión “grandes cosas” (Dan 7:8; Dan 7:20) es una traducción del vocablo arameo rabreban. Millah se traduce “asunto” en Dan 2:5; Dan 2:8; Dan 2:10-11; Dan 2:23; Dan 5:15; Dan 5:26; Dan 7:1; “palabra” en los Dan 4:31; Dan 4:33; Dan 5:10; Dan 7:11; Dan 7:25; Dan 7:28; “edicto” en 3:28; 6:12 y “respuesta” en 2:9. Contra. Arameo letsad. Si bien tsad significa “lado”, letsad no significa, como se esperaría, “al lado”, sino “contra”. Pero aquí parecería significar además “ponerse en lugar de”. Al oponerse al Altísimo, el cuerno pequeño pretendería ser igual a Dios (ver com. 2Ts 2:4; cf. Isa 14:12-14). La literatura eclesiástica abunda en ejemplos de las pretensiones arrogantes y blasfemas del papado. Ejemplos típicos son los siguientes tomados de una gran obra enciclopédica escrita por un teólogo católico del siglo XVIII: “El papa es de una dignidad tan grande y es tan excelso, que no es un mero hombre, sino como si fuera Dios y el vicario de Dios... ”El papa está coronado con una triple corona, como rey del cielo y de la tierra y de la regiones inferiores... ”El papa es como si fuera Dios sobre la tierra, único soberano de los fieles de Cristo, jefe de los reyes, tiene plenitud de poder, a él le ha sido encomendada por Dios omnipotente la dirección no sólo del reino terrenal sino también del reino celestial... ”El papa tiene tan grande autoridad y poder que puede modificar, explicar e interpretar aun las leyes divinas... ”El papa puede modificar la ley divina, ya que su poder no es de hombre sino de Dios, y actúa como vicerregente de Dios sobre la tierra con el más amplio poder de atar y soltar a sus ovejas. ”Cualquier cosa que se diga que hace el Señor Dios mismo, y el Redentor, eso hace su vicario, con tal que no haga nada contrario a la fe” (traducción de Lucio Ferraris, “Papa II”,Prompta Bibliotheca, t. VI, pp. 25-29). Quebrantará. O, “desgastará”. Esto se describe antes con las palabras, “este cuerno hacía guerra contra los santos, y los vencía” (Dan 7:21). La frase describe una persecución continua e implacable. El papado reconoce que ha perseguido y defiende tales hechos como el legítimo ejercicio del poder que pretende haber recibido de Cristo. Lo siguiente está tomado de The Catholic Encyclopedia: ”En la bula ‘Ad exstirpanda’ (1252), Inocencio IV dice: ‘Cuando los que hayan sido condenados como culpables de herejía hayan sido entregados al poder civil por el obispo o su representante, o la Inquisición, el podestá o primer magistrado de la ciudad los llevará inmediatamente y ejecutará las leyes promulgadas contra ellos, dentro del término máximo de cinco días’... Ni podía quedar duda alguna en cuanto a cuáles disposiciones civiles se indicaban, porque los pasajes que ordenaban quemar a los herejes impenitentes 858 estaban incluidos en los decretos papales de las constituciones imperiales ‘Commissis nobis’ e ‘lnconsutibilem tunicam’. La bula antes mencionada ‘Ad exstirpanda’ permaneció de allí en adelante como documento fundamental de la Inquisición, renovada o puesta nuevamente en vigencia por varios papas, Alejandro IV (1254-61), Clemente IV (1265-68), Nicolás IV (1288-92), Bonifacio VIll (1-1303) y otros. Por lo tanto, las autoridades civiles estaban obligadas por los papas, so pena de excomunión, a ejecutar las sentencias legales que condenaban a los herejes impenitentes a la hoguera” (Joseph Blötzer, art. “Inquisition”, t. VIII, p. 34). Pensará. Arameo sebar, “procurar”, “intentar”. Se indica un esfuerzo premeditado (CS 499-500). Tiempos. Arameo zimnin (singular, zeman), término que indica tiempo fijo, como en los Dan 3:7-8; Dan 4:36; Dan 6:10; Dan 6:13, o un lapso como en los Dan 2:16; Dan 7:12. En el Dan 2:21 se da una sugestión en cuanto al significado de la expresión “cambiar los tiempos’. Allí se usan juntas otra vez las mismas palabras arameas que significan “mudar” y “tiempos”. Sin embargo, en ese pasaje Daniel dice que es Dios quien tiene la autoridad de mudar los tiempos. Es Dios quien rige el destino de las naciones. Es él quien “quita reyes, y pone reyes” (Dan 2:21). “En la palabra de Dios contemplamos detrás, encima y entre la trama y urdimbre de los intereses, las pasiones y el poder de los hombres, los instrumentos del Ser misericordioso, que ejecutan silenciosa y pacientemente los consejos de la voluntad de Dios” (Ed 169). Es también Dios quien determina el “tiempo” (arameo zeman) cuando los santos poseerán el reino (Dan 7:22). El esfuerzo del cuerno pequeño para mudar los tiempos indicaría un esfuerzo premeditado para ejercer el derecho divino de dirigir el curso de la historia humana. La ley. Arameo dath, palabra usada para referirse tanto a la ley humana (Dan 2:9; Dan 2:13; Dan 2:15; Dan 6:8; Dan 6:12; Dan 6:15) como a la divina (Esd 7:12; Esd 7:14; Esd 7:21; Esd 7:25-26). Es evidente que aquí se hace referencia a la ley divina, ya que la ley humana puede ser cambiada según la voluntad de la autoridad civil, y tales cambios difícilmente podrían ser el tema de la profecía. Al investigar si el papado ha intentado cambiar las leyes divinas o no, encontramos la respuesta en la gran apostasía de los primeros siglos de la era cristiana cuando fueron introducidas numerosas doctrinas y prácticas contrarias a la voluntad de Dios revelada en las Sagradas Escrituras. El cambio más audaz corresponde al día de descanso semanal. La iglesia apóstata admite sin ambages que es responsable de la introducción del descanso dominical, y pretende que tiene el derecho de hacer tales cambios (CS 499-500). Un catecismo autorizado para sacerdotes dice: “La Iglesia de Dios [es decir, la Iglesia Católica] en su sabiduría ha ordenado que la celebración del día sábado fuese transferida al ‘día del Señor’ “ (Cathechism of the Council of Trent, traducción de Donovan, Ed. 1829, p. 358). Este catecismo fue escrito por orden del gran Concilio de Trento y publicado bajo los auspicios del Papa Pío V. Durante los tiempos del NT los cristianos observaron el sábado, séptimo día de la semana (ver com. Hch 17:2). “ transición del sábado al domingo fue un proceso gradual que comenzó antes de 150 d. C. y continuó durante unos tres siglos. Las primeras referencias históricas que tenemos en cuanto a la observancia del domingo por profesos cristianos aparecen en la Epístola de Bernabé (cap. 15) y en la Primera apología de Justino Mártir (cap. 67), obras que datan aproximadamente del 150 d. C. Ambas condenan la observancia del sábado e instan a observar el domingo. Las primeras referencias auténticas al domingo como “día del Señor” proceden de fines del siglo II y provienen del llamado Evangelio según San Pedro y de Clemente de Alejandría (Misceláneas, v. 14). Antes de la revolución judía instigada por Barcoquebas en 132-135 d. C.,, el Imperio Romano reconocía al judaísmo como una religión legal y al cristianismo como una secta judía. Pero como resultado de esa revolución los judíos y el judaísmo se desprestigiaron. Para evitar la persecución que siguió, de allí en adelante los cristianos trataron por todos los medios posibles de dejar en claro que no eran judíos. Las repetidas referencias que hacen los escritores cristianos de los tres siglos siguientes a la observancia del sábado como una práctica “judaizante”, junto con el hecho de que no hay referencia histórica de la observancia cristiana del domingo como día sagrado antes de la revolución judía, indican el período comprendido entre los años 135-150 como el tiempo cuando los cristianos empezaron a atribuirle santidad de día de reposo al primer día de la semana. 859 Sin embargo, la observancia del domingo no reemplazó inmediatamente a la del sábado sino que la acompañó y completó. Durante varios siglos los cristianos observaron ambos días. Por ejemplo, a comienzos del siglo III, Tertuliano observó que Cristo no había anulado el sábado. Un poco más tarde, en las Constituciones apostólicas, libro apócrifo, (ii. 36) se amonestaba a los cristianos a “guardar el sábado y la fiesta del día del Señor”. A principios del siglo IV el domingo había alcanzado una clara preferencia oficial sobre el sábado. En su Comentario sobre el Salmo 92 Eusebio, principal historiador eclesiástico de esa época, escribió: “Todas aquellas cosas que era deber hacer en el sábado, las hemos transferido al día del Señor, como que le pertenecen de manera más apropiada, porque este día tiene preferencia y ocupa el primer lugar y es más honorable que el sábado judío”. La primera acción oficial de la Iglesia Católica que expresa preferencia por el día domingo fue tomada en el Concilio de Laodicea (c. 364 d. C.). El canon 29 de ese concilio estipula que “los cristianos no han de judaizar y estar sin trabajar en sábado, sino, que han de trabajar ese día; pero honrarán de especial manera el día del Señor, y como cristianos que son, si es posible, no harán ningún trabajo en ese día. Sin embargo, si se los encuentra judaizando, serán excluidos de Cristo”. Este concilio dispuso que hubiera culto en el día sábado, pero designó a ese día como día laborable. Es digno de notarse que ésta, la primera ley eclesiástica que ordena la observancia del domingo, especifica el judaizar como la razón para evitar la observancia del sábado. Además, la rígida prohibición de la observancia del sábado es una evidencia de que muchos estaban todavía ‘judaizando’ en ese día. En realidad, los escritores cristianos de los siglos IV y V con frecuencia amonestan a sus correligionarios en contra de esa práctica. Por ejemplo, alrededor del año 400, Crisóstomo observa que muchos guardaban aún el sábado a la manera judía y estaban así judaizando. Los registros de la época también revelan que las iglesias de Alejandría y Roma fueron las principales en fomentar la observancia del domingo. Por 440 d. C. el historiador eclesiástico Sócrates escribió que “aunque casi todas las iglesias del mundo celebran los sagrados misterios cada semana en sábado, sin embargo los cristianos de Alejandría y Roma, por una antigua tradición, han dejado de hacer esto” (Ecclesiastical History v. 22). Alrededor de la misma fecha Sozomenos (o Sozomeno) escribió que “la gente de Constantinopla, y de casi todas partes, se reúne en el sábado, tanto como en el primer día de la semana, costumbre que nunca se observa en Roma ni en Alejandría”. Hay pues tres hechos claros: (1) El concepto de la santidad del domingo entre los cristianos se originó, principalmente, en su esfuerzo de evitar prácticas que los identificaran con los judíos, y provocaran así persecución. (2) La iglesia de Roma desde muy antiguo fomentó una preferencia por el domingo; y la creciente importancia que se le dio al domingo en la iglesia primitiva, a expensas del sábado, siguió muy de cerca al crecimiento gradual del poder de Roma. (3) Finalmente, la influencia romana prevaleció para hacer que la observancia del domingo fuese motivo de una ley eclesiástica, en la misma forma en que prevaleció para establecer otras prácticas tales como la adoración de María, la veneración de los santos y de los ángeles, el uso de imágenes y las oraciones por los muertos. La santidad del domingo descansa sobre la misma base que esas otras prácticas que no se encuentran en las Escrituras, y que fueron introducidas en la iglesia por el obispo de Roma. Hasta tiempo, y tiempos, y medio tiempo. La palabra aramea ‘iddan, que aquí se traduce “tiempo”, aparece también en el Dan 4:16; Dan 4:23; Dan 4:25; Dan 4:32. En estos pasajes la palabra ‘iddan indudablemente significa “un año” (ver com. Dan 4:16). La palabra que se traduce “tiempos”, que también proviene de ‘iddan, era puntuada por los masoretas como plural, pero los eruditos generalmente están de acuerdo en que debiera puntuarse como dual, indicando así “dos tiempos”. La palabra que se traduce “medio”, pelag puede también traducirse “mitad’. Por eso, es más aceptable la traducción de la Versión Moderna: ‘Un tiempo, y dos tiempos, y la mitad de un tiempo”. Al comparar este pasaje con profecías paralelas que se refieren al mismo período, pero designándolo de otras maneras, podemos calcular el total del tiempo implicado. En Ap 12:14 se denomina a este período “un tiempo, y tiempos y la mitad de un tiempo”. Un poco antes, en Ap 12:6, se hace 860 referencia al mismo período al decir “mil doscientos sesenta días”. En Ap 11:2-3 la expresión “mil doscientos sesenta días” equivale a “cuarenta y dos meses”. Así queda claro que un período de tres tiempos y medio corresponde con 42 meses, que a su vez son representados como 1.260 días, y que un “tiempo” equivale a 12 meses o 360 días. Este período puede llamarse un año profético. Sin embargo, no debe confundirse un año profético de 360 días ó 12 meses de 30 días cada uno con el año judío, que era un año lunar de extensión variable (tenía meses de 29 y de 30 días), ni con el calendario solar de 365 días (ver t. 11, pp. 114-115). Un año profético significa 360 días proféticos, pero un día profético representa un año solar. Esta distinción puede explicarse así: Un año profético de 360 días no es literal sino simbólico. Por eso sus 360 días son proféticos, no literales. Según el principio de día por año, ilustrado en Num 14:34 y Eze 4:6, un día en profecía simbólica representa un año literal. Así un año profético, o “tiempo”, simboliza 360 años naturales, literales, y de la misma manera un período de 1.260 ó 2.300 o de cualquier otra cantidad de días proféticos representa la misma cantidad de años literales (es decir, años solares completos, marcados por las estaciones que son controladas por el sol). Aunque el número de días de cada año lunar era variable, el calendario judío se corregía con la adición ocasional de un mes extra (ver t. II, pp. 106-107), de modo que para los escritores bíblicos -al igual que para nosotros- una larga serie de años siempre era igual al mismo número de años solares naturales. En cuanto a la aplicación histórica del principio de día por año ver pp. 41-80. La validez del principio de día por año ha sido demostrada por el cumplimiento preciso de varias profecías calculadas por este método, en particular la de los 1.260 días y la de las 70 semanas. Un período de tres años y medio contados en forma literal es completamente exiguo para cumplir los requisitos de las profecías de 1.260 días con relación al papado. Pero cuando, de acuerdo con el principio de día por año, el período se extiende a 1.260 años, la profecía tiene un cumplimiento excepcional. En julio de 1790, treinta obispos católicos se presentaron ante los que encabezaban el gobierno revolucionario de Francia para protestar por la legislación que independizaba al clero francés de la jurisdicción del papa y lo hacía responsable directamente ante el gobierno. Preguntaron si los dirigentes de la revolución iban a dejar libres a todas las religiones “excepto aquella que fue una vez suprema, que fue mantenida por la piedad de nuestros padres y por todas las leyes del Estado y ha sido por mil doscientos años la religión nacional” (A. Aulard, Christianity and the French Revolution, p. 70). El período profético del cuerno pequeño comenzó en 538 d. C., cuando los ostrogodos abandonaron el asedio a Roma, y el obispo de Roma, liberado del dominio arriano, quedó libre para ejercer las prerrogativas del decreto de Justiniano de 533, y aumentar de allí en adelante la autoridad de la “Santa Sede” (ver com. Dan 7:8). Exactamente 1.260 años más tarde (1798) las espectaculares victorias de los ejércitos de Napoleón en Italia pusieron al papa a merced del gobierno revolucionario francés, quien informó a Bonaparte que la religión romana sería siempre la enemiga irreconciliable de la república, y que “hay una cosa aún más esencial para alcanzar el fin deseado, y eso es destruir, si es posible, el centro de unidad de la iglesia romana, y depende de Ud., que reúne en su persona las más distinguidas cualidades del general y del hábil político, alcanzar esa meta si lo considera factible” (Id., p. 158). En respuesta a esas instrucciones y por orden de Napoleón, el general Berthier entró en Roma con un ejército francés, proclamó que el régimen político del papado había concluido y llevó al papa prisionero a Francia, donde murió en el exilio. El derrocamiento del papado en 1798 marca el pináculo de una larga serie de acontecimientos vinculados con su decadencia progresiva, y también la conclusión del período profético de los 1.260 años. Ver la Nota Adicional al fin de este capítulo, donde hay un bosquejo más completo del surgimiento y la decadencia del papado. ]
|
|
|
|
SALID DE ELLA PUEBLO MIO CRISTO ADVIERTE LA MARCA DE LA BESTIA FALSA ADORACION DOMINGO CATECISMO LAUDATO SI CAMBIO CLIMATICO INMORTALIDAD DEL ALMA SANTIDAD DEL DOMINGO Apoca. 16:2 El primero fue y derramó su copa sobre la tierra; y sobrevino una úlcera maligna y perniciosa a los hombres que llevaban la marca de la Bestia y adoraban su imagen 18:4 Luego oí otra voz que decía desde el cielo: «Salid de ella, pueblo mío, no sea que os hagáis cómplices de sus pecados y os alcancen sus plagas.Apocalipsis (de Juan) 16-> Ver. 13> Vi. Ver com. Ap 1:1. De la boca. La boca es el instrumento del habla. Estos “tres espíritus inmundos” que salen de las bocas del “dragón”, de la “bestia” y del “falso profeta”, representan la política que esta triple unión religiosa proclamará al mundo, la cual se menciona en el Ap 17:2 como el “vino catecismo ” de Babilonia (ver com. Ap 16:14; Ap 17:2; Ap 17:6). Dragón satanás . Ver com. Ap 12:3; Ap 13:1. El primer miembro de esta triple unión religiosa se identifica generalmente con el espiritismo o con el paganismo. Este último consiste principalmente en la adoración de espíritus maléficos los muertos María santos , y por eso se parece esencialmente al espiritismo moderno tal como se practica en los países cristianos. La bestia. Ver com. Ap 13:1; Ap 17:3; Ap 17:8. Falso profeta PROTESTANTISMO apóstata hijas del domingo . Evidentemente debe identificarse con la segunda bestia del Ap 13:11-17 (ver com. Ap 16:11), que apoya a la primera bestia Vaticano de los Ap 16:1-10, y que por medio de los milagros que tiene el poder de hacer en presencia de la bestia (Ap 16:12-14), engaña a los hombres para que le hagan a ésta una “imagen”. Ap 19:20; Ap 20:10. Tres espíritus inmundos. Los defensores de ambas opiniones concuerdan en identificar al “dragón”, la “bestia” y el “falso profeta”, con el espiritismo moderno o paganismo, el papado, y el protestantismo apóstata (cf. Ap 13:4; Ap 13:14-15; Ap 19:20; Ap 20:10), respectivamente. Los “tres espíritus inmundos” evidentemente simbolizan o representan a este trío maléfico de poderes religiosos, que juntos constituyen la “gran Babilonia” de los últimos días (Ap 16:13-14; Ap 16:18-19; ver com. Ap 16:19; Ap 17:5). A manera de ranas. Tal vez no deba atribuirse ningún significado a esta comparación, que quizá sólo tiene el propósito de destacar lo repulsivo que son los “tres espíritus inmundos” delante de Dios. EL PUEBLO QUE DIOS CRISTO LLAMA ES A LOS QUE ESTAN EN BABILONIA PARA NO SER MARCADOS .
|
|
|
|
|
|
|
©2024 - Gabitos - Todos los derechos reservados | |
|
|