Cómo será el faraónico proyecto del polo audiovisual en la isla Demarchi
"La torre más alta de latinoamérica" tendrá un hotel, estudios de TV y museos; Cristina Kirchner comparó la obra con el Central Park de Nueva York
MIÉRCOLES 10 DE SEPTIEMBRE DE 2014 • 11:20
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"La idea del edificio reproduce a la República Argentina. Tierra del Fuego sería el puerto fluvial de ingreso y la arena va a ser nuestras Islas Malvinas, colocadas precisamente sobre el Río de la Plata". Con esas palabras, Cristina Kirchnerpresentó ayer el proyecto ganador para la construcción del polo audiovisual en la isla Demarchi.
La empresa Riva S.A., en sociedad con el Estado, realizará una inversión de más de 2500 millones de pesos para construir en cinco años una torre de 335 metros de altura, "la más alta de latinoamérica", que tendrá un hotel, departamentos, estudios de TV y museos en una superficie de 216.000 m2. También se harán un estadio para 15.000 personas, parques y restaurantes.
El proyecto del polo audiovisual en la isla Demarchi incluye un hotel, restaurantes, museos, un estadio y parques. Foto: Facebook Cristina Kirchner
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"Para que todos ustedes tengan una idea, tal vez muchos no lo conozcan, esto tiene la magnitud del Central Park de Nueva York", dijo la Presidenta, durante la presentación del proyecto realizado por el estudio de arquitectos Mario Álvarez.
" "Para que todos tengan una idea, esto tiene la magnitud del Central Park de Nueva York" "
La torre de 67 pisos, que tendrá los colores de la bandera argentina, se construirá en cuatro etapas y estaría finalizada en 2019. "Esto significa que el gobierno que me suceda tiene el compromiso de continuar con esta obra, a ver si podemos seguir la institucionalidad y continuar las obras en vez de dejar lo que se comenzó y empezar de cero", indicó.
Durante el acto de ayer en la Casa Rosada, la jefa del Estado no ocultó su entusiasmo por la magnitud de la obra. "Con esto estaríamos completando totalmente toda Puerto Madero y la torre se convertirá en el símbolo de la ciudad de Buenos Aires, nuestra capital", remarcó.
El plan para la construcción de un polo audiovisual en la isla Demarchi había sido anunciado por la Presienta en 2012, pero demoró dos años en avanzar. "Va a ser la torre más alta de latinoamérica, el polo en su máxima va a tener 335 metros, solo superado por el Chrysler Building y el Empire State. Bueno no importa, el nuestro es más lindo porque va a estar en Buenos Aires", aseguró Cristina Kirchner .
Un hotel, estudios de TV y un estadio
El proyecto faraónico en la Isla Demarchi prevé la construcción de cuatro sectores -industrial, educativo, institucional y privado-, que estarán distribuidos en 216.000 m2. Un 75% de la superficie construida estará destinada al Polo Audiovisual.
El sector industrial "será destinado a estudios de cine y televisión, archivos, depósitos de maquinarias y escenografías, utilería y vestuario". En la parte institucional, en tanto, se reubicarán el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA), las señales públicas y la Televisión Digital Abierta. La obra, además, incluye la construcción de "un estadio multipropósito de 13.000 m2., con capacidad para 15.000 espectadores y amplias áreas para el estacionamiento de vehículos".
Según se anunció ayer, la iniciativa se llevará adelante en cuatro etapas y "permitirá la unificación de los sectores verdes de Puerto Madero, con la creación de un nuevo parque".
La Isla Demarchi es una enorme área delimitada por la avenida Dellepiane, la Reserva Ecológica, el Río de la Plata, la desembocadura del Riachuelo y la Dársena Sur, ubicada en el sur de Puerto Madero. Era sede de un enorme complejo industrial, que incluía fábricas, astilleros, plantas químicas, silos graneros.
La batalla de Caseros había abierto la etapa denominada "Organización Nacional", en que todas las facciones políticas estaban de acuerdo en la sanción de una Constitución para todo el país. No obstante, las clases dirigentes de Buenos Aires pretendían, en oposición al resto del país, imponer condiciones políticas a las provincias argentinas, de manera tal que se mantuviera la tradicional preeminencia política y económica de la ciudad capital.
El resultado fue la separación – que duraría diez años – entre la Confederación Argentina y el Estado de Buenos Aires. Ambos estados pregonaban pertenecer a una sola nación, pero en la práctica se comportaban como estados separados.
Tras el fracaso de las constituciones de 1819 y de 1826, rechazadas por las provincias del interior por su tendencia unitaria, el Partido Federal alcanzó la hegemonía de todos los gobiernos provinciales, victoria que le costó tres décadas de guerras civiles. A pesar de la derrota definitiva de las posiciones unitarias y la muerte o el exilio de sus principales figuras, sin embargo, las provincias no pudieron imponer una organización constitucional de tinte federal. Su principal obstáculo estaba en la provincia de Buenos Aires, a pesar de que desde 1827 en adelante, todos sus gobernantes fueron federales.
Durante la larga dictadura1 de Juan Manuel de Rosas, desde 1835, éste impuso su criterio de postergar la sanción de una Constitución Nacional hasta que las provincias interiores estuvieran en paz y organizadas interiormente. Por otra parte, esto favorecía la imposición a las provincias de numerosos privilegios a favor de la provincia de Buenos Aires, especialmente el dominio económico a través del monopolio aduanero, y la representación de todas en las relaciones exteriores.
Una alianza de sectores de los dos partidos tradicionales, los unitarios y los federales de interior, se lanzó a enfrentar a Rosas, organizando el Ejército Grande, dirigido por el gobernador de la provincia de Entre Ríos, Justo José de Urquiza, y derrotándolo en la batalla de Caseros. Todos los grupos vencedores estaban de acuerdo en que el próximo paso era establecer las instituciones nacionales a través de una Constitución, pero a poco de andar se pudo ver que los unitarios – muchos de cuyos dirigentes habían pasado muchos años en el exilio y regresaron en los meses siguientes a la batalla – pretendían conservar la hegemonía de Buenos Aires.
Durante los primeros días posteriores a la batalla de Caseros, la preeminencia de Urquiza fue aceptada por todos. Éste nombró gobernador interino a Vicente López y Planes el 4 de febrero; durante algunas semanas, una alianza entre unitarios y federales, simbolizada especialmente por la participación en el gabinete del líder unitario, Valentín Alsina, ejerció el gobierno provincial.
El 11 de abril, Urquiza llamó a elecciones para la Sala de Representantes, que dieron la victoria a los sectores unitarios, que de todos modos votaron gobernador titular al mismo López el 1 de mayo. Esta elección causó la renuncia de Alsina y del ministro de guerra, Manuel Escalada.
Un acuerdo firmado el 6 de abril — en la casa de Rosas — por los cuatro gobernadores del litoral, conocido como el Protocolo de Palermo, encargó a Urquiza todos los poderes nacionales y las Relaciones Exteriores. También llamó a una reunión extraordinaria de todos los gobernadores provinciales en San Nicolás de los Arroyos. Unos días más tarde, una reunión de personalidades partidarias de Urquiza discutió un proyecto de acuerdo a ser presentado a los gobernadores, presentado por Juan Pujol.2 En la Sala de Representantes porteña, los liberales quisieron discutir ciertas condiciones a imponer en esa reunión; obviando esa discusión, el gobernador López partió hacia San Nicolás sin recabar la autorización de la Sala.
A la reunión en San Nicolás asistieron casi todos los gobernadores de provincia, y el 31 de mayo, los gobernadores firmaron el Acuerdo de San Nicolás, por el que se llamaba a un Congreso Constituyente, formado por dos diputados de cada provincia, que sancionaría una constitución. Entre otras disposiciones, se establecía también que los diputados debían concurrir con poderes plenos para votar según su conciencia, sin que instrucciones que coartaran su libertad de acción, aunque las provincias podrían retirarlos y reemplazarlos de considerarlo oportuno. La disposición sobre los "plenos poderes" de los constituyentes había sido varias veces utilizada anteriormente por los gobiernos porteños, para presionar a los diputados a aceptar medidas opuestas a las exigidas por las provincias a través de las instrucciones dadas a sus representantes. La diferencia esencial era, esta vez, que la reunión del Congreso no sería en Buenos Aires, sino en Santa Fe. De modo que la presión la ejercería, no el gobierno porteño, sino el Director Provisional de la Confederación Argentina: el mismo general Urquiza, que pagaba los sueldos de los diputados y había colocado en el gobierno al gobernador de Santa Fe.
Por otro lado, se otorgaba al general Urquiza el título de Director Provisorio de la Confederación Argentina, para que ejerciera el gobierno nacional con amplios poderes ejecutivos y legislativos.
La teoría de las supercuerdas se apoya en la unión de las 4 fuerzas principales de la naturaleza ( Interacción nuclear debil, fuuerte gravedad e interacción electromagnética) y cómo confluyen en una simbología de cuerdas que resonarían armoniosamente.
Actualmente, mediante la teoría de supercuerdas se enuncia la existencia de un espacio de 11 dimensiones, estas son las 3 de espacio que todos somos capaces de intuir, en pocas palabras la altura, anchura y profundidad, la cuarta dimensión es también intuitiva y va relacionado con el tiempo, ya que los objetos cambian según el tiempo es posible intuitivamente ser aceptado como dimensión, posteriormente se enuncian 7 dimensiones adicionales “compactadas” . Esta teoría única, llamada teoría M, fue planteada en 1995.
Para comprender las siguientes 7 dimensiones debemos conocer la teoría de cuerdas basada en que todos los bloques de materia son en realidad expresiones de un objeto básico unidimensional extendido llamado “cuerda”, en esta teoría electrón no es un “punto” sin estructura interna y de dimensión cero, sino una cuerda minúscula que vibra en un espacio-tiempo de más de cuatro dimensiones. Un punto no puede hacer nada más que moverse en un espacio tridimensional. De acuerdo con esta teoría a nivel “microscópico” se percibiría que el electrón no es en realidad un punto, sino una cuerda en forma de lazo. Una cuerda puede hacer algo además de moverse, puede oscilar de diferentes maneras. De forma que dependiendo de su oscilación, macroscópicamente veríamos un electrón; pero en caso que su oscilación fuese distinta, veríamos un fotón, un quark, o cualquier otro tipo de partícula. Esta teoría, ampliada con otras como la de las supercuerdas o las Teoría M pretenden alejarse de la concepción del punto-partícula, de esta forma en vez de hablar sobre particulas se hablara de nudos o cuerdas, que serán los mismos objetos extendidos de forma unidimensional.
Un grupo inversor coreano le entregó al ministro de Turismo de la Nación, Gustavo Santos, una carta de intención para construir el edificio más alto de Latinoamérica.
Fue en el marco del Foro de Inversión y Negocios de Argentina que se celebra en el país y convocó a empresarios y organizaciones de todo el mundo.
El funcionario explicó a Cadena 3 que le plantearon "un hotel con comercio y centro de convenciones, un complejo importante".
Señaló que se trataría de la torre más alta del continente ya que mediría 500 metros, "unos 120 pisos aproximadamente".
El edificio más alto en Iberoamérica es la Gran Torre Santiago, ubicado en Providencia, Chile, que mide 300 metros y posee 62 pisos.
Santos precisó que la inversión superaría los mil millones de dólares y que se emplazaría en Buenos Aires por lo que derivó el escrito "al jefe de Gobierno porteño (Horacio Rodríguez Larreta) para que evalúe la propuesta".
"Es la ciudad la que debe encontrar el lugar donde emplazarlo y ver la legislación", completó.