Magdalena, la diosa madre
A Magdalena se la considera guardiana de la tradición sagrada del genuino culto a la "Diosa Madre", milenariamente más antiguo que cualquier religión.
El culto a la "Diosa" es el primer contacto con lo sagrado que tuvo el ser humano, y el único hasta que llegaron las primeras civilizaciones humanas, con los consabidos diositos Anunnaki.
En ese momento la "Diosa Madre", el arquetipo de la Madre Tierra original, se destapó como el culto a la diosa sumeria Inanna, y luego a Ishtar, Gea, Cibeles y un largo etcétera de adaptaciones culturales.
Venus de Willendor.
Eran sociedades matriarcales donde la supervivencia de la especie dependía de la fertilidad de la mujer, lo que la asociaba a la "divinidad".
Por eso, a la divinidad se la representaba con grandes pechos y órganos sexuales remarcados como las abundantes estatuillas encontradas. La mujer tenia a su cargo el cuidado de los niños y la recolección de frutos y raíces, con un contacto y un aprendizaje continuo con la naturaleza y sus ciclos. De ahí que se acabara asociando también a la diosa de la fertilidad con la naturaleza, una segunda "madre" que sustenta y protege al ser humano.
Así nacieron las "venus paleolíticas", una gran variedad de estatuillas femeninas como la de la izquierda, donde el rostro no está dibujado, pero sí sus genitales.
Las características femeninas, cadera, pecho, vientre suelen estar resaltadas y en esta figurilla en concreto, hay restos de pintura roja, como el habitual vestido de María Magdalena.
Uno de lo símbolos de la "Diosa Madre" primigenia es el "Huevo Cósmico", el germen de la creación, icono también de fertilidad y del ciclo de la vida. El huevo es en realidad el feto que nace y renace en la matriz, en el vientre abultado - en forma de huevo - que anticipa el comienzo de una nueva vida.
Las dos mitades del huevo, clara y yema, son el símbolo perfecto para la dualidad de la vida: femenino-masculino, noche-día, cielo-tierra y para la dualidad maniqueísta del Bien y el Mal, en la que basaban su creencia los Cátaros, que quizás por eso fueron tan devotos de María Magdalena.
Magdalena y el "Huevo Cósmico".
Y es que MM. fue la heredera del culto a la "Diosa Madre" y su "huevo primigenio" y por eso se la representa con el atributo de un huevo.
El arte sacro, que en sus tiempos tenia una importante función divulgativa, presenta a María Magdalena con el "Huevo Cósmico" pero también vestida con una túnica o un manto rojo, símbolo de la diosa iniciática, de la gran sacerdotisa: el arquetipo de la "mujer de rojo".
No sabemos si Caperucita Roja llevaba huevos en la cesta para su abuelita, pero si que sabemos que siempre vestía una capa de color rojo con la que se hecho más famosa aún que María Magdalena.
Psicoanalizar a la niña del bosque nos llevaría demasiado texto y lo dejaremos para mejor ocasión, pero dejamos constancia de esta "coincidencia" en su vestuario con Magdalena, que más adelante tomará sentido.
Los huevos, pintados de colores, fueron usados en el antiguo Egipto como ofrendas.
Mucho antes, en Babilonia, la diosa Ishtar había salido de un huevo que cayó del cielo al río Éufrates, donde fue recogido y empollado por unas palomas (de ahí el símbolo de la paloma blanca para la Virgen María, la impostora que se ha hecho pasar por madre de Jesús).
De ahí nace la tradición de pintar huevos por Pascua, ya que la fiesta de la Semana Santa se llama "Easter" (así la llaman en inglés) y debe su nombre a Ishtar/Easter.
La Iglesia, tan sincera como siempre, ha justificado este origen pagano de la Pascua diciendo que el huevo es "Cristo emergiendo de la tumba", una maniobra un poquito forzada.
Lady Gaga dentro del huevo del que emergió triunfante en la gala de los Grammy de 2011,
en un sentido homenaje a la "Diosa" que seguramente le está dando su beneficio.
A la derecha, su cuenta de Twitter con el huevo primigenio,
que la red social usa por defecto en los perfiles.
Los ortodoxos han solucionado mucho mejor la presencia del "Huevo Cósmico" en Magdalena.
Lo han hecho con una bonita historia según la cual, María Magdalena se fue a Roma predicar el evangelio, después de la resurrección de Jesús. Allí se entrevistó con el emperador Tiberio y sosteniendo un huevo de gallina, exclamó:
"¡Cristo ha resucitado!"
El emperador rió y dijo que eso era tan probable como que el huevo se volviera rojo (de nuevo el color rojo asociado a MM.).
Evidentemente el huevo se tiñó al momento.
Tradicional Mona de Pascua que se regala el Domingo de Resurreción en Cataluña
De la asociacion con el "Huevo Cósmico" de Magdalena nace también la tradición de la "Mona de Pascua", muy popular en Cataluña.
Aunque la modernidad ha robado parte de la esencia de la tradición, aún se pueden encontrar Monas con el genuino huevo de chocolate, que ya ha sido sustituido por Sirenitas, Pitufos, Messis, etc. de chocolate
Pero el origen de la "Mona de Pascua" no reside sólo en el huevo de chocolate, también en sus ingredientes.
Tanto la Mona como los bizcochos, llamados Madalenas en España, están hechos con huevo. El nombre de "Madalenas" (derivación de Magdalenas) proviene del nombre de la Santa, que aparece llorando desconsoladamente en varios episodios de la Biblia.
De ahí la frase "Llorar como una Magdalena", que es lo que hacen los bizcochos cuando gotean la leche en que han sido "mojadas".
La "Danza Cósmica" del "Huevo Cósmico" en la Catedral de Barcelona
Pero la estrecha relación de los huevos con Cataluña no termina en la respotería.
El "Ou com Balla" es una antigua costumbre de la festividad del Corpus, que se celebra en el claustro de la Catedral de Barcelona - allí empezó la tradición - y en otras fuentes de la ciudad y del resto de Cataluña.
El cascarón de un huevo vacío gira y gira sin caerse encima de un surtidor de agua, de ahí el nombre de la tradición: "El huevo como baila"
En el extremo oriental de los Pirineos, al norte de la actual Cataluña, el símbolo del "Huevo Cósmico" ha sido universalizado por Salvador Dalí. Su casa museo de Port Lligat y el Museo Dalí de Figueras lucen huevos gigantes en su tejado, evocando al símbolo de María Magdalena, el huevo de Inanna-Ishtar como "Diosa Madre".
El pintor tenía además un busto de tamaño natural de "su adorada" María Magdalena - con huevo incluido - en una de las estancias de la casa.
"Bajo el signo de Ishtar", y bajo el signo de Dalí,
en el tejado de su casa en Port Lligat y en una de sus estancias.
María Magdalena, fue una muy buena socia en todo tipo de negocios para el matrimonio Dalí.
Es público que su esposa Gala era una gran seguidora de la ocultista Madame Blavatski, de quien no entraremos a hablar en este momento, que cada uno busque y saque conclusiones.
En todo caso, la huella del culto luciferino es palpable en muchos detalles en la visita a la casa museo de Port Lligat.
https://www.bibliotecapleyades.net/sumer_anunnaki/esp_sumer_inanna01.htm |