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General: EINSTEIN ESTUVO EN LA ARGENTINA DESDE EL 24/3/1925-24/4/1925
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Einstein en Argentina
Einstein en la Argentina. Además del centenario de la Teoría de la Relatividad, este año se cumplen ochenta años desde que Albert Einstein visitó la Argentina. El sabio alemán permaneció en el país exactamente un mes, entre el 24 de marzo y el 24 de abril de 1925.
25 DE ABRIL ES EL DIA DE SAN MARCOS
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Instituto Balseiro
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El Instituto Balseiro es una prestigiosa unidad académica argentina que funciona en las instalaciones del Centro Atómico Bariloche (CAB) por convenio entre la Universidad Nacional de Cuyo (UNCuyo) y la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA). Fue creado en 19552 y forma profesionales en Física, Ingeniería Nuclear, Ingeniería Mecánica, Ingeniería en Telecomunicaciones, además de ofrecer carreras de posgrado en Ciencias Físicas, Física Médica e Ingeniería. Es uno de los tres institutos académicos de la CNEA, siendo los otros 2 el Instituto Sabato y el Instituto de Tecnología Nuclear Dan Beninson. Además, es una de las unidades académicas de la UNCuyo. Todos sus estudiantes de grado reciben becas completas de la CNEA para poder dedicarse de forma exclusiva al estudio.
El Instituto Balseiro es considerado, por su impecable trayectoria, como uno de los centros educativos científicos de mayor renombre en la Argentina,3456 América Latina78 y uno de los mejores del mundo.910111213 Es, además, el primero y hasta el momento único centro latinoamericano de capacitación en ciencias y aplicaciones de tecnologías nucleares dentro de la órbita de la IAEA (International Atomic Energy Agency)1415 y una de las instituciones internacionales que conforman la World Nuclear University.16 Ha recibido el reconocimiento de la Fundación Konex en 1988 con una Mención Especial, y dos veces consecutivas el Konex de Platino como la Institución Educativa más importante del país en la última década, en 2008 y 2018.1718 Por todo lo anterior, el Instituto es considerado un orgullo para la Argentina.192021
El 22 de abril de 1955, el presidente Juan Domingo Perón firmó el convenio que lo creó como Instituto de Física de Bariloche. El Centro Atómico Bariloche encomendaba a sus investigadores las actividades docentes, proporcionaba alojamiento a los estudiantes y brindaba el uso de sus instalaciones y laboratorios, mientras la Universidad Nacional de Cuyo pagaba los sueldos docentes y emitía los títulos académicos. Su primer director fue el Dr. en Física José Antonio Balseiro, con cuyo nombre fue rebautizado después de su muerte en 1962.
Las actividades académicas comenzaron el 1 de agosto de 1955 con 15 estudiantes y 8 docentes. Los primeros Licenciados en Física egresaron el 20 de mayo de 1958, y seis días después se aprobó la primera tesis doctoral.
Composición de las Cátedras, 1º de agosto de 1955[editar]
Datos Históricos[editar]
- 22 de abril de 1955: se firma el convenio UNC-CNEA que da origen al Instituto de Física de Bariloche
- 1 de agosto de 1955: se inician las clases con 15 alumnos y 8 docentes
- 20 de mayo de 1958: egresan los primeros Licenciados en Física.
- 26 de mayo de 1958: se rinde la primera Tesis Doctoral en el Instituto de Física
- 16 de abril de 1962: por Resolución Nº 167/62 se le da el nombre de Dr. José A. Balseiro al Instituto de Física de Bariloche.
- 5 de abril de 1977: se firma un convenio UNC-CNEA impulsado por el Dr. Máximo J. Abbate, dando origen a la carrera de Ingeniería Nuclear. En el mismo convenio se le da la denominación actual de Instituto Balseiro
- 1 de agosto de 1977: ingresan los primeros estudiantes de Ingeniería Nuclear
- 19 de junio de 1981: egresan los primeros Ingenieros Nucleares.
- 1 de septiembre de 1986: se rinde la primera Tesis Doctoral en Ingeniería Nuclear
- 2002: se crea la carrera de Ingeniería mecánica
- 2002: se crea la Maestría en Ciencias físicas
- 2003: se crea la Maestría en Física médica
- 2012: se crea la carrera de Ingeniería en telecomunicaciones
Un pabellón de aulas del Instituto Balseiro.
Retoño del manzano de Newton, ubicado en los jardines de la biblioteca del Instituto.
Biblioteca especializada[editar]
Las instalaciones de la nueva Biblioteca, Leo Falicov fueron inauguradas en 2014. En sus modernas instalaciones alberga 22.000 libros que constituyen el acervo actual del Centro Atómico Bariloche y del mismo Instituto. Asimismo, se encuentran allí las colecciones de revistas científicas (aproximadamente unos 850 títulos en papel y 11.000 con acceso electrónico). La biblioteca cuenta con confortables salas de lectura y servicio de búsqueda.22
Actividad Académica[editar]
Durante el ciclo lectivo 2013 el Instituto ofreció 4 títulos de grado y 7 de posgrado:
- Carreras de grado:
- Licenciatura en Física
- Ingeniería Nuclear
- Ingeniería Mecánica
- Ingeniería en Telecomunicaciones
- Carreras de posgrado:
Recientemente se ha agregado la carrera de Ingeniería en Telecomunicaciones
El Centro Atómico Bariloche[editar]
La formación del Instituto Balseiro está ligada a la existencia del Centro Atómico Bariloche (CAB), que fue creado luego de la disolución del Proyecto Huemul.
El cuerpo docente del Instituto está formado por investigadores del Centro Atómico y comparte con este sus instalaciones, incluyendo el reactor de investigación RA-6, donde los estudiantes realizan actividades de investigación y formación.
La vida del estudiante en el Instituto[editar]
La vida del estudiante es similar a la de otros centros universitarios. Los estudiantes pueden alojarse en habitaciones en el "campus" del IB, o utilizar la beca para alquilarse una casa y junto con otros compañeros/as vivir en los innumerables alojamientos accesibles en Bariloche. Obviamente, si son barilochenses, pueden hacer esto o vivir con sus familias. Las clases teóricas o experimentales son todas las mañanas, de lunes a viernes, y tres tardes enteras.
La forma de trabajo en investigación y desarrollo, como la experiencia que viven los estudiantes en sus carreras de grado y posgrado, es similar a la de otros centros del mundo, sean estos las universidades de EEUU, Inglaterra, algunas Ecoles francesas, etcétera. Las dos condiciones, dedicación a tiempo completo y la existencia de un campus que junta en un mismo entorno a los estudiantes con los científicos y tecnólogos, y sus laboratorios de investigación y desarrollo, ciertamente son características distintivas del IB.23
Una de las peculiaridades del Instituto Balseiro es que todos sus estudiantes de grado y gran parte de sus estudiantes de posgrado reciben una beca que les permite trasladarse y residir en Bariloche. Debido a esto, las condiciones de regularidad del Instituto Balseiro son mayores que el promedio de las unidades académicas en la Argentina, siendo un requisito aprobar al final de cada semestre todas las asignaturas cursadas y mantener un buen promedio de calificaciones.
Egresados destacados del Instituto Balseiro[editar]
Varios egresados del Instituto Balseiro fueron reconocidos mundialmente. La siguiente lista es necesariamente incompleta pero refleja la variedad y la calidad de la formación.
- Leopoldo Falicov: doctor en física, profesor emérito en la Universidad de Berkeley, especialista en materia condensada, doctor honoris causa de la Universidad de Cambridge.
- Carlos Castro Madero (f. 1990): doctor en física, Fellow de la American Nuclear Society (ANS), Premio 1990 de la ANS a la personalidad del año por el desarrollo de la energía nuclear en América Latina. Ocupó la presidencia de la CNEA (Comisión Nacional de Energía Atómica Argentina) durante la Dictadura cívicomilitar argentina (1976-1983) de tal manera que «instauró un régimen de terror».24 Según consta en la Megacausa ESMA, Castro Madero llevó adelante una «campaña de eliminación del personal». En palabras del testigo Carlos Alberto Calle, durante su gestión «hubo unos 160 cesanteados, gente que abandonó la Comisión y se produjo la desaparición forzada [asesinato] de 15 científicos».25
- Conrado Franco Varotto (1941): obtuvo una licenciatura y un doctorado en física en el instituto; actualmente se desempeña como director ejecutivo y técnico de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE). Impulsó la creación de INVAP, empresa de tecnología siendo su primer Gerente General y Técnico entre 1976-1991. Desde enero de 1994 se desempeña como director técnico y ejecutivo de la CONAE.
- Juan Maldacena (1968): doctor en física, profesor asociado en Harvard, profesor en la Universidad de Princeton. Autor de trabajos sobre supercuerdas y de la conjetura que lleva su nombre. Edward A. Bouchet Award of the American Physical Society, 2004; Xanthopoulos International Award for Research in Gravitational Physics,2001; Sackler Prize in Physics; UNESCO Husein Prize for Young Scientists; Alfred P. Sloan Foundation Fellowship; MacArthur Fellowship 1999; Dirac Medal, 2008; Yuri Milner Price, 2012.
- Karen Hallberg: doctora en física, obtuvo la beca Simon Guggenheim
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Las cartas de Albert Einstein desde Sudamérica: críticas a Buenos Aires y fascinación con Montevideo
En 1925, el Premio Nobel viajó por la región. Las cartas que le escribió a su familia forman parte de la colección que atesora la Universidad Hebrea de Jerusalén. A pocos días del 140 aniversario de su nacimiento, el recuerdo de las agudas y ácidas descripciones del físico alemán
A los cuarenta y pocos años, el hombre ya había recibido el premio Nobel de Física por sus descubrimientos sobre el efecto fotoeléctrico (un paso fundamental en el camino hacia la mecánica cuántica) y hacía rato que había pergeñado la fórmula E=mc², la que poquísima gente entiende o puede explicar pero que todo el planeta conoce.
Como era además un judío simpático, ocurrente y entretenido, enseguida se convirtió en una celebrity al estilo de la época, invitado a viajar por el mundo y a opinar de cualquier tema a través de incontables entrevistas y artículos que le pedían los periódicos.
Personaje de su tiempo, Albert Einstein llegó a este mundo en 1879 en Alemania y el 14 de marzo se cumplen 140 años de su nacimiento. Un ícono reverenciado a nivel global, sus teorías científicas siguen presentes en muchísimos elementos de la vida cotidiana en la actualidad, su estatura teórica está asegurada por siglos.
Pero, además de sus trabajos científicos, Einstein dejó detrás un legado de miles de cartas y documentos, diarios de viaje y anotaciones, en muchos de los cuales se revela como un ser humano complejo, capaz de disfrutar los beneficios de la celebridad pero también de ponerse de mal humor ante la presencia de extraños y de realizar comentarios que hoy son considerados fuertemente racistas o xenófobos.
Recientemente se conocieron algunos comentarios escritos por Einstein en su diario de viaje de entre octubre de 1922 y marzo de 1923 por Asia, Medio Oriente y España, en los cuales describió a los chinos como un pueblo "trabajador, sucio, obtuso". No muy políticamente correcto… Un diario similar cubrió las peripecias del autor de la Teoría de la Relatividad durante su viaje de 1925 por Argentina, Uruguay y Brasil. Y no faltaron los comentarios racistas o despectivos, mezclados con declaraciones de amor y admiración por sus anfitriones.
Carta de Albert Einstein a su esposa Elsa y su hijastra Margot, enviada desde Buenos Aires el 23 de abril de 1925 (Ardon Bar-Hama/Einstein Archives at Hebrew U).
La lectura de los diarios muestra a Einstein como un hombre de humor cambiante que lidiaba como podía con el abrumador peso de la fama y pasaba de elogiar el clima o algunas costumbres a golpear con el martillo de su pluma y describir sin filtro a los personajes locales.
Einstein viajó desde Europa en un barco que hizo escalas en España y Portugal, y paró algunas horas en Rio de Janeiro y Montevideo antes de atracar en Buenos Aires el 24 de marzo de 1925.
Al llegar a la escala en Rio, Einstein fue recibido por "un rabino y alguien más, así como algunos ingenieros y médicos", cuenta el científico en los diarios, que forman parte del Archivo de sus documentos que atesora la Universidad Hebrea de Jerusalén.
En su primera impresión de Brasil, Einstein comentó que "todo vive y prospera, por así decirlo, frente a nuestros propios ojos", según se lee en las páginas de los diarios publicadas en alemán y en traducción al inglés por la Universidad de Princeton.
"La mezcla de gentes en las calles no tiene precio", continuaba el científico, quien vio en Rio "portugueses, indios, negros, con todos los matices posibles en el medio".
En la parada del buque en la ciudad brasileña vivió "una experiencia maravillosa, una abundancia indescriptible de impresiones en pocas horas". Luego, la escala en Montevideo "al mediodía", adonde lo recibieron "periodistas y otros judíos de distintos tipos", entre ellos un tal Nierenstein, secretario de la universidad local. Nierenstein, escribió, "es una persona resignada, buena, pero los otros son más o menos sórdidos".
Albert Einstein, de visita en el Instituto Oswaldo Cruz de Rio de Janeiro
Después de un retraso en el puerto de Montevideo, Einstein llegó finalmente a Buenos Aires, "una ciudad confortable y aburrida" con "gente delicada, mirada inocente, graciosa pero 'clichéd'", poco original a los ojos del científico, quien vio en la capital argentina, apenas bajar del barco, "lujo, superficialidad".
En Argentina, Einstein pasó varias semanas, brindó doce conferencias, se reunió con organizaciones judías y sionistas y fue recibido por los más altos funcionarios locales, viajó a Córdoba y a la finca de un amigo en Llavallol, escribió un par de artículos para el diario La Prensa y anotó en sus papeles impresiones de viaje y ocurrencias científicas, incluyendo larguísimas fórmulas.
Ya con un día encima en Buenos Aires, Einstein opinó que la ciudad era como una "Nueva York atenuada por el Sur". Cuando se reunió con un director de la Universidad de La Plata, lo describió luego en su diario como "un elegante y falso pequeño hombre con una pequeña esposa análoga".
Einstein. en una de las conferencias que dio en el aula magna del Colegio Nacional de Buenos Aires
En su mayor parte, los diarios de América del Sur están escritos con frases cortas, como relámpagos de memoria que llegaban a las manos de Einstein desde un cerebro que buscaba recordar cada detalle llamativo de sus aventuras.
De su primera conferencia destacó el "calor hirviente" en la sala, pero destacó la gran presencia de jóvenes, "siempre agradables porque están interesados en las cosas". También le pareció "agradable" un alto funcionario del Ministerio de Educación, aunque encontró una serie de visitas "inútiles pero tolerables".
Un poco de paz llegó el "lluvioso" domingo 29 de marzo, cuando pudo disfrutar "una bendita paz a solas en mi cuarto durante la mañana". "Uno necesita mucha ansiedad externa para encontrar la felicidad interna cuando todo está tranquilo", escribió.
En los primeros días de abril, Einstein sobrevoló la ciudad a bordo de un hidroavión Junker,se reunió con el entonces presidente, Marcelo T. de Alvear, visitó un museo de etnología y cenó con su amigo Leopoldo Lugones. También visitó La Plata, una ciudad "bonita, tranquila, estilo italiano, con magníficos edificios universitarios que están amueblados en estilo norteamericano".
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Evidentemente le gustó La Plata, pero no pudo con su genio: la ceremonia inaugural del semestre universitario, de la que fue invitado estrella, arrancó con "un discurso demasiado largo" de un funcionario que no nombró. En el diario anotó el viaje a Llavallol entre el 8 y el 10 de abril. En la localidad bonaerense halló "un buen clima y un descanso maravilloso". Y, como quien no quiere la cosa, también "una espléndida idea para una nueva teoría de la conexión entre gravitación y electricidad".(Sin embargo, algunos días después, ya en Montevideo, Einstein escribió que "todas las ideas científicas que pensé en Argentina resultaron ser inútiles").
El físico alemán, durante la visita a Lavallol, donde contó que gozó de “buen clima y un descanso maravilloso”.
Después de Llavallol y Córdoba, Einstein regresó el 14 de abril a Buenos Aires. Se declaró "contento de llegar" a la ciudad y "terriblemente cansado de la gente". "La idea de todavía tener que viajar durante tanto tiempo me pesa mucho", le confesó a su diario.
En un rapto de memoria, luego anotó impresiones del paso por Córdoba, adonde -dijo- encontró "residuos de cultura verdadera con amor por la tierra y un sentido de lo sublime".
Un momento lo impactó especialmente, mientras visitaba una organización sionista, no está claro si en Buenos Aires o en Córdoba. Al parecer, los directivos de la organización se esforzaron en mostrarle artefactos y fotografías. Cuando a alguien se le ocurrió sacar una de esas fotos que colgaban en un pared, Einstein vio "suciedad horrenda" donde había estado el marco de la imagen. "Espero que esto no sea tomado como un símbolo", se esperanzó.
El 22 de abril tuvo un desayuno con "figurones" de la ciencia y la política y a la noche una reunión con estudiantes durante la cual se tocó la guitarra y se cantó. "Y yo, al final, con el violín", recordó.
Eisntein, tras su charla en la Facultad de Derecho de la Universidad de Córdoba, una ciudad donde dijo encontrar “residuos de cultura verdadera y amor por la tierra”.
Dos días después, el físico alemán ya estaba en Montevideo, adonde "me recibieron con una genuina cordialidad como raramente encontré en mi vida". En la capital uruguaya, continuó, halló "amor por la tierra sin ningún tipo de megalomanía".
Uruguay le pareció a Einstein "un feliz pequeño país" con "instituciones sociales modelo", en especial aquellas que protegían a las mujeres y "a los ancianos y a los hijos ilegítimos".
Se trataba ya entonces de un estado "muy liberal, completamente separado de la Iglesia", dijo Einstein.
En los diarios, el científico explicó que los comentarios sobre Montevideo los escribió tratando de recordar cuando ya estaba a bordo del buque que lo llevó otra vez a Brasil. "En realidad hubo mucho más" en la capital uruguaya que lo que cuentan los diarios, "al punto de que, en ocasiones, apenas podía recobrar el aliento frente a tanto amor" de los uruguayos, relató.
Carta a Elsa y Margot del 27 de abril de 1925, desde Montevideo (Ardon Bar-Hama/Einstein Archives at Hebrew U.)
Montevideo le resultó "mucho más humana y disfrutable que Buenos Aires, algo a lo que las menores dimensiones de la ciudad y el país contribuyeron, por supuesto".
Los uruguayos le hicieron recordar "a los suizos y los holandeses", dijo Einstein, según quien "el diablo se apodera de los países grandes con su locura".
"Yo los cortaría (a los países) en pequeñas partes, si tuviera el poder" para hacerlo, especuló.
El 4 de mayo llegó finalmente a Rio para su visita oficial. Allí, al igual que ocurrió en Buenos Aires y Montevideo, Einstein se reunió con dirigentes judíos y sionistas, y con los más altos dignatarios locales.
El 6 ofreció una conferencia en el Club de Ingenieros, adonde "la comunicación resultó imposible por razones acústicas" derivadas de los "ruidos" que llegaban desde la calle.
"Poco sentido científico" tuvo esta reunión para el físico alemán. Tan poco que le provocó uno de esos comentarios políticamente incorrectos: "Aquí, yo soy una especie de elefante blanco para los demás -anotó-, y ellos son como monos para mí".
"Por la noche, solo en el hotel, en mi habitación, desnudo, disfruto la vista a la bahía con innumerables islas de rocas verdes y parcialmente descubiertas a la luz de la Luna"… Así terminó esa jornada de Einstein en Rio.
Einstein junto al filósofo y escritor uruguayo Carlos Vaz Ferreira en la Plaza Artola (hoy Plaza de los Treinta y Tres) de Montevideo.
La visita carioca también fue extenuante. Einstein pasó en pocos días por un asilo para enfermos mentales, un instituto de biología, la federación sionista local, un observatorio de climatología, la Academia de Ciencias y el Museo de Historia natural, adonde conversó con un profesor que le resultó "interesante pero un verdadero simio", un arqueólogo ruso y una periodista "linda, inteligente y algo arrogante".
En Rio Einstein se entrevistó con el general brasileño Cndido Rondon, el primer director de la Oficina para la Protección del Indio (FUNAI) y reconocido entonces como un defensor de los derechos de los aborígenes. Tal fue el impacto que le provocó Rondon a Einstein que el físico escribiría luego una carta al comité noruego del Nobel para que considerasen al brasileño para el galardón de la Paz.
La carta al comité noruego se encuentra también en el archivo en Jerusalén, junto a más de otros 80.000 documentos, entre misivas, diarios y fotografías.
Durante la conferencia de prensa para anunciar la adquisición de los documentos, se le preguntó al curador del Archivo, el profesor Roni Grosz, sobre los comentarios racistas de Einstein sobre los chinos, y cuál es la posición de la Universidad sobre el tema.
En esa misma plaza uruguaya,. hay hoy un monumento recordando el encuentro entre Einstein y Vaz Ferreira, el 24 de abril de 1925.
"Aquí no censuramos nada, los documentos nunca se editan y así son puestos a disposición del público y de los investigadores", aseveró Grosz.
Así es que, en medio de los miles de papeles en Jerusalén, se puede encontrar a un Einstein genial, voluble, políticamente incorrecto y listo para asombrarse por las personas y por las pequeñas cosas.
O para describir momentos de viajes con pocas palabras que siguen produciendo reacciones nueve décadas después de escritas:
"En el momento en que les llegue esta pequeña nota, yo ya estaré en Montevideo o en Rio, desde donde saldré, el 12 de mayo, de regreso hacia Hamburgo", le escribió Einstein a su esposa Elsa y a su hijastra Margot desde Buenos Aires el 25 de marzo de 1925.
En América del Sur, les contó, "la agenda está inmensamente llena, pero yo me siento fuerte e indiferente hacia la gente", agregó. "Lo que estoy haciendo aquí -se sinceró-, probablemente no es mucho más que una comedia".
Y, volviendo al escenario, les contaba que "Buenos Aires es una ciudad estéril desde el punto de vista del romanticismo y la intelectualidad, pero yo estoy encantado con Rio".
En la capital argentina, disparó en otra carta a Elsa y Margot, "hay mucha gente buena entre los jóvenes", pero allí, "en general, nada más que el dinero y el poder cuentan, igual que en América del Norte". Un Einstein genuino.
https://www.infobae.com/america/historia-america/2019/03/10/las-cartas-de-albert-einstein-desde-sudamerica-criticas-a-buenos-aires-y-fascinacion-con-montevideo/ |
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HACE 96 AÑOS ALBERT EINSTEIN VISITABA EL EDÉN HOTEL DE LA FALDA
12 abril, 2021
LA FALDA- En un día como hoy pero del lejano año de 1925, el reconocido científico alemán Albert Einstein visitaba las instalaciones del Edén Hotel de La Falda.
En su edición del 13 de abril el diario La Voz del Interior publicó la siguiente crónica:
“Excursión por las sierras. En el tren especial que el Ministerio de Instrucción Pública de la Nación puso a disposición del huésped, llegó ayer a la mañana a esta ciudad el sabio profesor Albert Einstein a quien acompañaba una desta cada delegación de universitarios porteños”.… “En varios autos oficialmente preparados al efecto, par- tió a las 10 la delegación con destino a las sierras. La comitiva recorrió el hermoso trayecto hasta La Falda, en cuyo hotel fue servido el almuerzo”. La nota continúa con una hoy relevante aclaración… “cerca de las 15:30, la comitiva se dirigió desde La Falda con destino al Dique San Roque, cuyas obras admiraron los viajeros durante un buen rato. A las 17 horas, la delegación regresó a nuestra ciudad”. Como se puede apreciar, Einstein estuvo en La Falda alrededor de dos horas en las cuales almorzó y posó para una foto en las escalinatas del hotel. Queda, por ende, totalmente descartado que viniera en un tren especial y que se hospedara en el Edén. La visita del científico sólo fue “protocolar”. Además, el autor de la Teoría de la Relatividad pudo visitar el Hotel Edén porque sus dueños, los hermanos Eichhorn –de reconocida posición antisemita–, se hallaban de viaje en Europa, por lo que Einstein habría sido recibido por el administrador del citado hotel, lo cual habría allanado el camino para su visita.
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http://cms.iafe.uba.ar/gangui/difusion/TesH/articulo_einstein_TesH_may2005.pdf
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Entre el 24 de marzo y el 24 de abril de 1925 Albert Einstein estuvo en Argentina. Tenía 46 años, permaneció en el país exactamente un mes y viajó acompañado de su esposa y prima, Elsa. El físico y Premio Nobel dio doce conferencias en la Argentina, entre Buenos Aires, Rosario y La Plata, también visitó la ciudad de La Falda en Córdoba. Al arribar a Buenos Aires se alojó en la lujosa residencia que Bruno Wassermann, un comerciante judío alemán poseía en la esquina de Zabala y Villanueva, en el barrio de Belgrano.
La visita se debió a una invitación conjunta de la Universidad de Buenos Aires, que le había otorgado el título de Doctor Honoris Causa y la Sociedad Hebraica Argentina. Al arribar a Buenos Aires fue recibido por el rector de la UBA, el doctor Arce, por el secretario de esa universidad Mauricio Nirenstein y por representantes de la comunidad judía entre los que estaban Natan Gesang, de la Federación Sionista, y Samuel Levy, director de la revista Israel.
En ese entonces, ya era mundialmente reconocido por su Teoría de la Relatividad, formulada 20 años atrás, y por haber ganado el premio Nobel de Física en 1921. Su visita causó gran revuelo en Buenos Aires.
Albert Einstein marcó un antes y un después en la historia del conocimiento científico. Nacido en Ulm, Alemania, el 14 de marzo de 1879, falleció en Estados Unidos el 18 de abril de 1955. Realizó, al menos, dos aportes imprescindibles a la ciencia contemporánea: la Teoría Especial de la Relatividad (1905), y la Teoría General de la Relatividad (1916) que cosechó en su época tantos seguidores como detractores. Con estas teorías estableció una discusión que lo acompañó hasta su muerte, a los 76 años.
El Premio Nobel de Física de 1921 tuvo una agenda cargada apenas piso suelo porteño. La recepción principal la realizaron en el Colegio Nacional de Buenos Aires. Luego Einstein tuvo otro recibimiento en la casa de la familia Wasserman, ubicada en el corazón del barrio de Belgrano.
Durante su visita a la Argentina dio doce conferencias, la mayoría dedicadas a explicar su novedosa teoría. Einstein jamás objetó las interrupciones y objeciones. Es más, pidió que ante la menor duda se lo interrumpiera. Más que conferencias, se transformaron en charlas de difusión de sus teorías en un ambiente de calidez e informalidad, como si fueran clases con sus propios discípulos. El público por cierto era muy variado. Estuvieron políticos, representantes del gobierno, decanos, intelectuales científicos y estudiantes.
El presidente de Argentina era Marcelo T. de Alvear, y el país vivía un buen momento. Tanto es así que ese período es conocido por muchos como “La Belle Epoque” argentina. Einstein llegó al puerto de Buenos Aires a bordo del barco Capitán Polonio, tras una escala en Río de Janeiro, donde dio una conferencia, y otra en Montevideo, donde habló ante una multitud de jóvenes en una plaza de la ciudad.
Una agenda nutrida
Durante su estadía se alojó en la residencia de Bruno Wassermann en Belgrano. Con la comunidad judía compartió su entusiasmo y compromiso con la causa sionista y más específicamente con el apoyo a la recién nacida Universidad Hebrea de Jerusalem, visitó el Hospital Israelita, el Templo de la comunidad marroquí de la calle Piedras, orfanatos y escuelas.
Durante su visita a Buenos Aires, la Federación Sionista de la Argentina, presidida en ese momento por Isaac Nissensohn, organizó un acto en el Teatro Coliseo, durante el cual el ilustre visitante, según la crónica aparecida en el diario La Nación, se refirió a la inauguración de la Universidad Hebrea de Jerusalem.
“El movimiento sionista restituye la dignidad al pueblo judío, que antes se sentía humillado y deprimido, y todos los judíos deben mostrarse agradecidos a su fundador, el doctor Herzl, y a su jefe actual, el doctor Weizman, ya que el pueblo judío no lucha por la reconstrucción de su nacionalidad con un espíritu agresivo, sino con el noble y humano de hacer resurgir su cultura peculiar, que será a su vez un importante aporte a la cultura universal. La Universidad que se ha inaugurado, constituye uno de los elementos fundamentales de esa obra cultural del sionismo, que debe ser apoyada por todos los judíos, ya que las obras de esa magnitud necesitan imprescindiblemente del esfuerzo colectivo”, declaró.
Como era de esperar, fue saturado por homenajes, banquetes, visitas, recorridos por la ciudad, entrevistas periodísticas –hasta tuvo su bautismo de vuelo en un Junker- además de las conferencias que brindó en francés a los asistentes ávidos de conocer más sobre la famosa teoría de la Relatividad.
Estuvo en el Colegio Nacional de Buenos Aires, en la Academia Nacional de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, en las universidades de Buenos Aires, La Plata y Córdoba.
Fue agasajado por las autoridades de la UBA en el Jockey Club y recibido por el presidente de la República, Marcelo T. de Alvear.
En el salón de actos del Colegio Nacional de Buenos Aires brindó la mayoría de ellas y otras las dio en las universidades de La Plata y de Córdoba, siempre ante una multitud de estudiantes.
Cuando estuvo en el Colegio Nacional de la ciudad de La Plata, en la provincia de Buenos Aires, una orquesta tocó al finalizar aquel acto. Sabiendo que le gustaba muchísimo tocar el violín, le ofrecieron el instrumento a Einstein, quien tocó un fragmento del Zapateado de Sarasate, una obra de bastantes dificultades técnicas. Cuando terminó el acto, el presidente de la Universidad de La Plata le ofreció a Einstein un cheque por mil pesos de ese entonces, pero al sabio le pareció una cantidad muy grande. Entonces, luego de una amable discusión, se pusieron de acuerdo con que se llevaba 500 y dejaba 500 para fomentar fines científicos, esta anécdota habla de la generosidad de Einstein”.
Einstein el Llavallol
Lo que trascendió muy poco es que el genio del Siglo XX se tomó unos días de vacaciones en el país y se refugió en una cabaña ubicada en la localidad de Llavallol, en sur del conurbano bonaerense, por entonces un caserío con calles de tierra y mucho verde, que también era propiedad de la familia Wasserman en la calle Moldes y Néstor de la Peña.
Los historiadores revelaron que el físico solía recostarse a leer y a tocar el violín en el pasto y que salía a caminar por las calles de tierra al atardecer. Siempre andaba con su traje gris y su enmarañada cabellera blanca, “algo distraído, sencillo, amable y con buen humor”.
No estuvo más de una semana descansando en este lugar, pero le alcanzó para recorrer la reserva de Santa Catalina, considerada una de las primeras colonias agrícolas que tuvo el país, formada por escoceses en 1825. Y, tal vez, disfrutando de su anonimato, era posible verlo sobre el puente peatonal de madera, cercano a la estación del ferrocarril, contemplando el paisaje. Se lo recuerda como una persona afable, tranquila, siempre de buen humor. También se hizo del tiempo para visitar la catedral de Lomas de Zamora, la escuela aledaña y Adrogué.
Dijo sentirse tan relajado en Llavallol que estuvo trabajando en una idea sobre la conexión entre la gravitación y el electromagnetismo. Poco duró la paz ya que los actos y visitas continuaron, con viaje a Córdoba incluido, donde visitó el Hotel Eden, en La Falda, propiedad de los Eichhorn, quienes fueron aportantes claves a la campaña de Adolf Hitler al poder.
Sierras cordobesas
En un tren especial que el Ministerio de Instrucción Pública de la Nación puso a la disposición del huésped, llegó a la ciudad de La Falda acompañado por una destacada delegación de universitarios porteños y se alojó en el mítico Hotel Eden, de La Falda.
Mientras estuvo en La Falda, Einstein tuvo algo de tiempo para hacer turismo. Visitó con toda la comitiva las sierras y realizó una caminata por los alrededores del Dique San Roque.
Einstein periodista
Einstein colaboró con el tradicional diario argentino La Prensa, escribiendo algunos artículos. En uno de ellos, habló de temas políticos y propuso la creación de una “Paneuropa” a partir de la unión de países europeos, ochenta años antes de que se aprobara la constitución de la Unión Europea. Pero lo que más preocupaba a Einstein era que la gente entendiera sus teorías.
En uno de los tres artículos publicados por el diario argentino escribió: “Quiero que en la Argentina, en cuya capital reconozco un gran centro de cultura, se conozcan los fundamentos de mi teoría, tal como la entiendo y no bajo el aspecto en que me la presentan admiradores entusiastas que, en el calor de la polémica, la desfiguran muchas veces”.
Finalmente el 24 de abril se despidió luego de un acto donde fue nombrado como socio honorario de la Asociación Hebraica. La última foto de su visita es una imagen grupal, posando como Dandy con un traje claro y un sombrero blanco (ver foto).
Sin dudas fue una visita inolvidable!
https://www.radiojai.com/index.php/2020/06/09/57206/albert-einstein-en-argentina-cronicas-de-una-visita-agitada/ |
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