Los evangelios describen a José y a Jesús como un tekton, lo que podríamos traducir como un constructor, fue San Justino, en el siglo II d.C, quién estableció como canónico traducir tekton como carpintero, y desde entonces se asumió como la única verdad esta traducción reduccionista. Esta polémica entre constructores y carpinteros no es poca cosa, el esfuerzo por parte de la ortodoxia de asignar a la familia de Jesús el medio de vida propio del antiguo oficio de los carpinteros ha necesitado de multitud de "églogas" a los trabajadores de la madera.
Si se considerasen ambos oficios, no por el aspecto de la importancia actual, sino en el de su etimología respectiva, es bien cierto que los carpinteros y los constructores casi nada tienen en común.
Carpintero: constructor de carretas, (Del lat. carpentarius, carpentum, carro en forma de cesto), de donde también provienen el francés "charpentier" y el inglés "carpenter". El latín carpentarius deriva de carpetum (carreta;), palabra de origen céltico, como otras que designan diferentes tipos de carros: "benna", "carrus", "essendum", "petorritum" o "raeda".
Tekton: Artífice perteneciente a la construcción o estructura. Perteneciente o relativo a los edificios u otras obras de arquitectura. tekhne TEKS* : ( raiz etimologica indoeuropea.) tejer, fabricar.
En efecto, de manera general en la antigüedad las construcciones eran propias de los tekton, fueran de madera o de piedra. El empleo de la madera correspondía, en las culturas sedentarias, a un estadio inferior que el de la piedra, o, dicho de otra manera, a un menor grado de establecimiento o permanencia en el territorio.
Que en la época de Jesús ciertas partes de los edificios se realizasen en madera o en piedra, no significa cambios respecto a las características propias del oficio de tekton. Se puede pues decir que el oficio del tekton, frente al del carpintero, tienen características propias mas allá que la simple cuestión de adaptación de la traducción de una lengua a otra.
En la antigüedad un carpintero construía carros o carretas, era un artesano que podía realizar su trabajo en su propio taller, grande o pequeño, y su producto podía ser conducido luego al lugar a donde fuera demandado. Los conocimientos de un carpintero, como hacedor de carros, eran los propios para la realización de las piezas de los carruajes y su ensamblaje, pero muy inferiores a los necesarios por los constructores de edificios, quienes de manera forzosa deberían de manejarse de manera eficaz y completa en disciplinas como el dibujo, la geometría, la aritmética, y las propias de la construcción y la arquitectura. Eran artesanos habituados al uso del martillo, el compás, la plomada y el nivel, herramientas propias de su oficio. Además los constructores de edificios debían de saber manejar los recursos humanos y financieros precisos y necesarios para levantar cualquier edificación independientemente de su tamaño.
Dice Vitruvio en su tratado unos pocos años antes del nacimiento de Jesús: "pues no es posible llegar a ser un diestro arquitecto si posee talento pero carece de conocimientos teóricos, o viceversa. Conviene que sea instruido, hábil en el dibujo, competente en geometría, lector atento de los filósofos, entendido en el arte de la música, documentado en medicina, ilustrado en jurisprudencia y perito en astrología y en los movimientos del cosmos. He aquí las causas de estas exigencias: es conveniente que el arquitecto sea una persona culta y conozca la literatura para fortalecer su memoria con sus explicaciones; conviene que domine el arte del dibujo, con el fin de que, por medio de reproducciones gráficas, le sea posible formarse una imagen de la obra que quiere realizar; también la geometría ofrece múltiples ayudas a la arquitectura, pues facilita la práctica mediante el uso de la regla y del compás, con los que fácilmente se plasman los diseños de los edificios en los solares, mediante los trazados de sus líneas, sus niveles, sus escuadras; gracias a la óptica se sitúan correctamente los puntos de iluminación, según la disposición concreta del cielo; por medio de la aritmética se calculan los costes de los edificios, se hace ver el porqué de sus medidas y mediante el apoyo y el método de la geometría se descifran los difíciles problemas de la simetría; conviene que conozca a fondo la historia ya que, con frecuencia, se emplean abundantes adornos y debe contestar a quien pregunte las razones de sus obras, apoyándose en argumentos históricos." De Architectura.
No debemos de olvidar que durante la vida de José, y del propio Jesús, fueron muchos los arquitectos romanos que llevaron a cabo trabajos de construcción de importantes edificios en Galilea y los territorios cercanos: la construcción de la ciudad de Cesárea fundada por Herodes "el grande" antes del nacimiento de Jesús y en honor del emperador Augusto y proyectada según Marco Agripa, la construcción de las ciudades de Séforis y Tiberíades, ambas próximas a Nazaret, y la reconstrucción del segundo Templo de Jerusalén. En estas importantes obras participaron miles de constructores dirigidos por los maestros de obras y arquitectos de Israel, y que el propio Josefo describe que al comienzo de las obras hubo que ocupar 10.000 obreros laicos y 1.000 sacerdotes adiestrados.
En la Palestina de los tiempos de Jesús el oficio de tekton alcanzaba un altísimo reconocimiento social, varios eran los oficios que estaban valorados en la cúspide de la estructura social. En el libro: "Jerusalén en tiempos de Jesús" escrito por Joachim Jeremias podemos comprobar como el oficio de tekton era compatible con el de doctor o alto funcionario del Templo: "....Era un signo extraordinario de respeto, porque todo el mundo tenía que saludar a los doctores poniéndose en pie, mientras que los artesanos no estaban obligados a levantarse a su paso durante el trabajo'. " "La gran estima que se tenía por los artesanos y su trabajo se refleja también en el hecho de que en esta época la mayoría de los escribas ejercía una profesión.....Entre las profesiones que ejercían los más antiguos doctores mencionados en el Talmud figuran las siguientes: sastre, fabricante de sandalias, carpintero, zapatero, curtidor, arquitecto, barquero". pag. 17-18
Más adelante el autor describe que además de doctor, los constructores podían ser sacerdotes. Siendo estos lo que ejecutaban los recintos sagrados. "El segundo templo fue construido en cuarenta y seis años. Herodes el Grande comenzó las nuevas obras en el año 19-20 antes de nuestra Era, y no se terminaron definitivamente hasta el año 62-64 d.C. Josefo dice que, al comienzo de las obras hubo que ocupar 10.000 obreros laicos y 1.000 sacerdotes adiestrados. Aun teniendo en cuenta la continua exageración de Josefo, hay que admitir que se ocupó a un verdadero ejército de obreros. Principalmente se necesitaron canteros, carpinteros, plateros, orfebres y fundidores de bronce. Para la construcción de los sagrados recintos, prohibidos a los laicos, tuvieron que ser utilizados constructores que a la vez eran sacerdotes, es significativo que unos eran expertos en la talla de la piedra ya otros en la carpintería" pag 42
Y como ejemplo de la máxima representación sacerdotal: "Pinjás antes de llegar a ser Sumo Sacerdote, era simple sacerdote rural con el oficio de cantero." pag 212
En resumen, en tiempos de Jesús el oficio de tekton era el propio de los constructores de edificios, este oficio tenía una altísima valoración social y por sus conocimientos y prácticas era muchas veces compartido por sacerdotes, escribas y doctores. Un tekton tenía por su oficio la obligatoriedad de realizar un aprendizaje propio de su disciplina, muy próximo a las enseñanzas que recibían los hombres sabios del templo.
Jesús por oficio, y por herencia, compartía conocimientos propios de la clase sacerdotal y en su vida pública hizo demostración practica de todos sus aspectos. Jesús como tekton alcanza la maestría descrita por Vitruvio en su tratado: "Conviene que sea instruido, hábil en el dibujo, competente en geometría, lector atento de los filósofos, entendido en el arte de la música, documentado en medicina, ilustrado en jurisprudencia y perito en astrología y en los movimientos del cosmos."
El apóstol Judas Tomás es nombrado en los evangelios dos veces como uno de los hermanos de Jesús: ¿No es éste el hijo del tekton? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos, Jacobo, José, Simón y Judas (Tomás)? (Mt 13,55) ¿No es éste el tekton, hijo de María, hermano de Jacobo, de José, de Judas (Tomás) y de Simón? ¿No están también aquí con nosotros sus hermanas? Y se escandalizaban de él. (Mc 6,3)
En el Evangelio, Judas Tomás es llamado varias veces "el Mellizo", en griego, "Dídimo"- (Jn. 11, 16; 20, 24; 21, 2), pero no se aclara de quién era mellizo. Esto ha dado lugar a innumerables hipótesis, incluyendo una que lo hace hermano gemelo de Jesús; por eso en ocasiones se representa a Tomás con los rasgos de Jesús.
A Tomás, que es reconocido en los evangelios como hijo de José, de oficio tekton, y hermano de Jesús, de oficio tekton, se le da el oficio de “maestro-tekton" de “arkhitekton”, arquitecto..
Según los "Hechos de Tomás", apócrifo del siglo III, el apóstol Judas Tomás era arquitecto, y habría sido invitado por un rey de la India (Gundoforo, Gondoforo o Gundafar) a levantarle un palacio. Tomás recibe el dinero para la construcción y lo distribuye entre los necesitados. Cuando el rey quiere ver el palacio, Tomás le anuncia que, al dar el dinero a los pobres, le edificó al monarca un palacio en el cielo. El rey, irritado, lo arroja a prisión, pero más tarde lo perdona. A raíz de este episodio legendario, Tomás es representado frecuentemente con una escuadra de arquitecto. Gracias a investigaciones recientes, se han hallado monedas de mediados del siglo I con el nombre del rey Gundafar, lo que da algún sustento histórico a esta tradición.
Judas Tomás, arquitecto, celebra su fiesta en el santoral cristiano el 21 de diciembre, día del solsticio de invierno, y una de las puertas del calendario romano del dios Jano, dios de los arquitectos antiguos. A Tomás se le representa con una escuadra de madera, instrumento propio de su oficio, el de arquitecto. Santo Tomás es en la actualidad, y según el santoral católico, patrono de arquitectos; constructores; trabajadores de la construcción; albañiles; agrimensores. Tomás es patrono de los actuales sucesores de los antiguos “tekton”, de los integrantes del gremio del oficio común de su padre José, y de su hermano Jesús.
La estirpe del Rey David, de la que descienden José, Jesús y Judas Tomás, es la de los constructores de templos, los constructores del primer templo de Jerusalén. Y el dato cierto del oficio que los tres personajes comparten, y sus conocimientos y su practica en la Galilea de este momento histórico, es un dato que debe incorporarse hoy a cualquier reflexión cristológica.
De acuerdo con los relatos tradicionales de los Cristianos de Santo Tomás de la actual Kerala, en India, Tomás viajó fuera del Imperio Romano para predicar el Evangelio, llegando incluso hasta el Tamilakam, localizado en el sur de la India,2345 en el año 52 d. C.62 En 1258, algunas de sus reliquias fueron llevadas a Ortona, en Abruzos, Italia, donde han sido mantenidas en la Iglesia de Santo Tomás Apóstol. Es venerado como santo tanto por la Iglesia católica como por la Iglesia ortodoxa, y es considerado el santo patrón de la India entre sus fieles cristianos,7 siendo su fiesta litúrgica en el rito romano, el 3 de julio, celebrada como el Día de los Cristianos de la India.89
En tres pasajes del Evangelio de Juan (Juan 11:16; Juan 20:24 y Juan 21:2), se lo nombra como: «Tomás, llamado el Dídimo». Tanto la palabra griega «Dídimo» como la aramea «Tau'ma», significan ‘gemelo’ o ‘mellizo’. Por lo tanto, la expresión «Tomás, llamado el Dídimo» es una tautología que elude mencionar el nombre real del personaje. En la versión siria de la Biblia conocida como Peshitta, esta tautología se resuelve en Juan 11:16, donde se lee: ܐܳܡܰܪ ܐܳܡܰܪ ܬ݁ܳܐܘܡܰܐ ܕ݁ܡܶܬ݂ܶܐܡܰܪ ܬ݁ܳܐܡܳܐ ܠܬ݂ܰܠܡܺܝܕ݂ܶܐ ܚܰܒ݂ܪܰܘܗ݈ܝ ܢܺܐܙܰܠ ܐܳܦ݂ ܚܢܰܢ ܢܡܽܘܬ݂ ܥܰܡܶܗ (ʔomar Thoʔwma dmetheʔmar thoʔmo lthalmide khabrawi nʔizal af khnan nmuth ʔame), «Thoma, llamado el Gemelo, dice a sus condiscípulos: Vayamos también nosotros, para que muramos con él». Así, en arameo se distingue entre Tomás, el nombre del apóstol, su sobrenombre tho'mo que significa mellizo.10
El Evangelio de Tomás, hallado en Nag Hammadi, comienza así: «Estas son las palabras secretas que pronunció Jesús el Viviente y que Dídimo Judas Tomás consignó por escrito». La tradición siria informa también de que el nombre completo del apóstol era Judas Tomás, y en el apócrifo conocido como Hechos de Tomás, escrito en la Siria oriental a comienzos del siglo iii, es identificado con Judas, uno de los cuatro hermanos de Jesús mencionados en Marcos 6:3.11 Según la tradición era primo en segundo grado de Jesús.
El apóstol Tomás aparece en varios pasajes del Evangelio de Juan:
Juan 11:16: Lázaro acaba de morir, y los discípulos se resisten a la decisión de Jesús de volver a Judea, donde los judíos lo esperan para apedrearlo. Jesús está decidido, pero es Tomás quien dice la última palabra: «Vamos también nosotros, para que muramos por él».
Juan 14:5: Durante la Última Cena, Jesús asegura a sus discípulos que conocen el camino al lugar a donde él va a ir. Tomás, sin embargo, pregunta: «Señor, no sabemos a dónde vas; ¿cómo, pues, podemos saber el camino?» Jesús responde que él es el camino, la verdad y la vida, y que solamente a través de él conocerán al Padre.
Juan 20:24-29: Aunque a Tomás se le anuncia la Resurrección de Jesús, se niega a admitirla: «Si no veo en sus manos la señal de los clavos y meto mi dedo en el lugar de los clavos, y meto mi mano en su costado, no creeré». Ocho días después, Jesús resucitado le ofrece a Tomás tocar con sus propias manos sus heridas, y le recrimina haber necesitado ver para creer. Es el más conocido de todos los episodios evangélicos relacionados con el apóstol Tomás.
Juan 21:2: Tras haber estado ausente de la comunidad en la primera aparición del Resucitado a ellos, es mencionado en el último capítulo del Evangelio como uno más de los que acompañan a Pedro.
Thomas the Apostle (Greek: Θωμᾶς, romanized: Thōms; Aramaic ܬܐܘܡܐ, romanized: Tʾōmā, meaning "the twin"),[a] also known as Didymus (Greek: Δίδυμος, romanized: Dídymos, meaning "twin"), was one of the Twelve Apostles of Jesus according to the New Testament. Thomas is commonly known as "Doubting Thomas" because he initially doubted the resurrection of Jesus Christ when he was told of it (as is related in the Gospel of John); he later confessed his faith ("My lord and my God") on seeing the places where the wounds appeared still fresh on the holy body of Jesus after the Crucifixion of Jesus. While it is often assumed he touched the wounds in art and poetry, the scriptures do not say that he touched the wounds, merely that Jesus invited him to do so, with it being unclear if he actually felt them.
According to traditional accounts of the Saint Thomas Christians of modern-day state of Kerala in India, Saint Thomas travelled outside the Roman Empire to preach the Gospel, travelling as far as Kerala in South India,[1][4][5][6] and reached Muziris (modern-day North Paravur and Kodungalloor in Kerala State) in AD 52.[1][7][8] In 1258, some of the relics were brought to Ortona, in Abruzzo, Italy, where they have been held in the Church of Saint Thomas the Apostle.[9] He is regarded as the patron saint of India among its Christian adherents,[10][11] and the Feast of Saint Thomas on July 3 is celebrated as Indian Christians' Day.[12][13] The name Thomas remains quite popular among the Saint Thomas Christians of the Indian subcontinent.
Many churches in the Middle East and southern Asia, besides India, also mention Apostle Thomas in their historical traditions as being the first evangelist to establish those churches, the Assyrian Church of the East,[14] the early church of Sri Lanka.[15]
Thomas first speaks in the Gospel of John. In John 11:16,[16] when Lazarus has recently died, and the apostles do not wish to go back to Judea, Thomas says: "Let us also go, that we may die with him."[b]
Thomas speaks again in John 14:5. There, Jesus had just explained that he was going away to prepare a heavenly home for his followers, and that one day they would join him there. Thomas reacted by saying, "Lord, we know not whither thou goest; and how can we know the way?"[18]
John 20:24–29[19] tells how doubting Thomas was skeptical at first when he heard that Jesus had risen from the dead and appeared to the other apostles, saying, "Except I shall see on his hands the print of the nails, and put my finger into the print of the nails, and thrust my hand into his side, I will not believe."[20] But when Jesus appeared later and invited Thomas to touch his wounds and behold him, Thomas showed his belief by saying, "My Lord and my God".[21] Jesus then said, "Thomas, because thou hast seen me, thou hast believed: blessed are they that have not seen, and yet have believed."[22]
The name Thomas (Greek: Θωμᾶς) given for the apostle in the New Testament is derived from the Aramaic תְּאוֹמָא Tʾōmā[23] (Syriac ܬܐܘܿܡܵܐ/ܬ݁ܳܐܘܡܰܐ Tʾōmā/Tāʾwma), meaning "the twin" and cognate to Hebrew תְּאוֹם tʾóm. The equivalent term for twin in Greek, which is also used in the New Testament, is Δίδυμος Didymos.
Ancient oral tradition retained by the Guaraní tribes of Paraguay claims that the Apostle Thomas was in Paraguay and preached to them under the name of Pa'í Sumé or Avaré Sumé (while in Peru he was known as Tumé).[59]
in the estate of our college, called Paraguay, and twenty leagues distant from Asumpcion. This place stretches out on one side into a pleasant plain, affording pasture to a vast quantity of cattle; on the other, where it looks towards the south, it is surrounded by hills and rocks; in one of which a cross piled up of three large stones is visited, and held in great veneration by the natives for the sake of St. Thomas; for they believe, and firmly maintain, that the Apostle, seated on these stones as on a chair, formerly preached to the assembled Indians.
Almost 150 years prior to Dobrizhoffer's arrival in Paraguay, another Jesuit Missionary, F. J. Antonio Ruiz de Montoya recollected the same oral traditions from the Paraguayan tribes. He wrote:
...The paraguayan tribes they have this very curious tradition. They claim that a very holy man (Thomas the Apostle himself), whom they call "Paí Thome", lived amongst them and preached to them the Holy Truth, wandering and carrying a wooden cross on his back.
The sole recorded research done about the subject was during José Gaspar Rodríguez de Francia's reign after the Independence of Paraguay. This is mentioned by Franz Wisner von Morgenstern, an Austro-Hungarian engineer who served in the Paraguayan armies prior and during the Paraguayan War. According to Wisner, some Paraguayan miners while working nearby some hills at the Caaguazú Department found some stones with ancient letters carved in them. Dictator Francia sent his finest experts to inspect those stones, and they concluded that the letters carved in those stones were Hebrew-like symbols, but they couldn't translate them nor figure out the exact date when those letters were carved.[60] No further recorded investigations exists, and according to Wisner, people believed that the letters were made by Thomas the Apostle, following the tradition.
Fue fundada en 1775 sobre una colina, por Agustín Fernando de Pinedo, tiempo después de la expulsión de los jesuitas del Paraguay. El 18 de agosto de 1960 se constituye en Distrito.
Fundada por Agustín Fernando de Pinedo por orden de Carlos III, Rey de España, luego de la expulsión de los jesuitas, se apoderó de sus bienes: las estancias de Paraguarí “Tavapy” y “Campo Grande”.
En Paraguarí se instalaron numerosos españoles, oriundos de Burgos y Andalucía, a quienes les gustaba la corrida de toros, por lo que la ciudad es conocida como “cuna de toreros”.
La Compañía de Jesús en el siglo xvii se estableció en Paraguarí en una gran estancia que se mantuvo hasta la expulsión por el Rey Carlos III.
La ciudad de Paraguarí está situada a 66 km de la ciudad de Asunción, bordeada hacia el norte por la serranía de la Cordillera de los Altos y hacia el sur por una extensa sabana. Está rodeada por los cerros Santo Tomás, Cerro Peró (Cerro Pelado), Cerro Hü (Cerro Negro) y el Cerro Mba'e (Porteño).
Fue fundada en 1775 sobre una colina, por Agustín Fernando de Pinedo, tiempo después de la expulsión de los jesuitas del Paraguay. El 18 de agosto de 1960 se constituye en Distrito.
Fundada por Agustín Fernando de Pinedo por orden de Carlos III, Rey de España, luego de la expulsión de los jesuitas, se apoderó de sus bienes: las estancias de Paraguarí “Tavapy” y “Campo Grande”.
En Paraguarí se instalaron numerosos españoles, oriundos de Burgos y Andalucía, a quienes les gustaba la corrida de toros, por lo que la ciudad es conocida como “cuna de toreros”.
La Compañía de Jesús en el siglo xvii se estableció en Paraguarí en una gran estancia que se mantuvo hasta la expulsión por el Rey Carlos III.
La ciudad de Paraguarí está situada a 66 km de la ciudad de Asunción, bordeada hacia el norte por la serranía de la Cordillera de los Altos y hacia el sur por una extensa sabana. Está rodeada por los cerros Santo Tomás, Cerro Peró (Cerro Pelado), Cerro Hü (Cerro Negro) y el Cerro Mba'e (Porteño).