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General: LOS SACRIFICIOS 2
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De: Josediego (Mensagem original) |
Enviado: 03/06/2023 13:38 |
Primera
Epístola Universal de
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1ª JUAN 1
La palabra de vida
1:1
Lo que era desde el principio,
lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos
contemplado, y palparon nuestras manos tocante al Verbo de vida
1:2 (porque la vida fue manifestada, y la hemos visto,
y testificamos, y os anunciamos la vida eterna, la cual estaba con el Padre, y
se nos manifestó);
1:3 lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros
tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el
Padre, y con su Hijo Jesucristo.
1:4 Estas cosas os escribimos, para que vuestro gozo sea cumplido.
Dios
es luz
1:5
Este es el mensaje que hemos oído de él, y os anunciamos: Dios es luz, y no hay
ningunas tinieblas en él.
1:6 Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en tinieblas, mentimos, y
no practicamos la verdad;
1:7 pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con
otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado.
1:8 Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la
verdad no está en nosotros.
1:9 Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros
pecados, y limpiarnos de toda maldad.
1:10 Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a él mentiroso, y su palabra no
está en nosotros.
1ª
JUAN 2
Cristo, nuestro abogado
2:1 Hijitos míos, estas
cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado
tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo.
2:2 Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los
nuestros, sino también por los de todo el mundo.
2:3 Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos.
2:4 El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es
mentiroso, y la verdad no está en él;
2:5 pero el que guarda su palabra, en éste verdaderamente el amor de Dios se ha
perfeccionado; por esto sabemos que estamos en él.
2:6 El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo.
El
nuevo mandamiento
2:7
Hermanos, no os escribo mandamiento nuevo, sino el mandamiento antiguo que habéis
tenido desde el principio; este mandamiento antiguo es la palabra que habéis
oído desde el principio.
2:8 Sin embargo, os escribo un mandamiento nuevo, que es verdadero en él y en
vosotros, porque las tinieblas van pasando, y la luz verdadera ya alumbra.
2:9 El que dice que está en la luz, y aborrece a su hermano, está todavía en
tinieblas.
2:10 El que ama a su hermano, permanece en la luz, y en él no hay tropiezo.
2:11 Pero el que aborrece a su hermano está en tinieblas, y anda en tinieblas,
y no sabe a dónde va, porque las tinieblas le han cegado los ojos.
2:12 Os escribo a vosotros, hijitos, porque vuestros pecados os han sido
perdonados por su nombre.
2:13 Os escribo a vosotros, padres, porque conocéis al que es desde el
principio. Os escribo a vosotros, jóvenes, porque habéis vencido al maligno. Os
escribo a vosotros, hijitos, porque habéis conocido al Padre.
2:14 Os he escrito a vosotros, padres, porque habéis conocido al que es desde
el principio. Os he escrito a vosotros, jóvenes, porque sois fuertes, y la
palabra de Dios permanece en vosotros, y habéis vencido al maligno.
2:15 No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al
mundo, el amor del Padre no está en él.
2:16 Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de
los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo.
2:17 Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios
permanece para siempre.
El
anticristo
2:18
Hijitos, ya es el último tiempo; y según vosotros oísteis que el anticristo
viene, así ahora han surgido muchos anticristos; por esto conocemos que es el
último tiempo.
2:19 Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros; porque si hubiesen sido de
nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se
manifestase que no todos son de nosotros.
2:20 Pero vosotros tenéis la unción del Santo, y conocéis todas las cosas.
2:21 No os he escrito como si ignoraseis la verdad, sino porque la conocéis, y
porque ninguna mentira procede de la verdad.
2:22 ¿Quién es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Este es
anticristo, el que niega al Padre y al Hijo.
2:23 Todo aquel que niega al Hijo, tampoco tiene al Padre. El que confiesa al
Hijo, tiene también al Padre.
2:24 Lo que habéis oído desde el principio, permanezca en vosotros. Si lo que
habéis oído desde el principio permanece en vosotros, también vosotros
permaneceréis en el Hijo y en el Padre.
2:25 Y esta es la promesa que él nos hizo, la vida eterna.
2:26 Os he escrito esto sobre los que os engañan.
2:27 Pero la unción que vosotros recibisteis de él permanece en vosotros, y no
tenéis necesidad de que nadie os enseñe; así como la unción misma os enseña
todas las cosas, y es verdadera, y no es mentira, según ella os ha enseñado, permaneced
en él.
2:28 Y ahora, hijitos, permaneced en él, para que cuando se manifieste,
tengamos confianza, para que en su venida no nos alejemos de él avergonzados.
2:29 Si sabéis que él es justo, sabed también que todo el que hace justicia es
nacido de él.
1ª
JUAN 3
Hijos de Dios
3:1 Mirad cuál amor nos
ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios;
por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él.
3:2 Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos
de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él,
porque le veremos tal como él es.
3:3 Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así
como él es puro.
3:4 Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; pues el pecado es
infracción de la ley.
3:5 Y sabéis que él apareció para quitar nuestros pecados,
y no hay pecado en él.
3:6 Todo aquel que permanece en él, no peca; todo aquel que peca, no le ha
visto, ni le ha conocido.
3:7 Hijitos, nadie os engañe; el que hace justicia es justo, como él es justo.
3:8 El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el
principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del
diablo.
3:9 Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente
de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios.
3:10 En esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del diablo: todo
aquel que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de Dios.
3:11 Porque este es el mensaje que habéis oído desde el principio: Que nos
amemos unos a otros.
3:12 No como Caín, que era del maligno y mató a su hermano.
¿Y por qué causa le mató? Porque sus obras eran malas, y las de su hermano
justas.
3:13 Hermanos míos, no os extrañéis si el mundo os aborrece.
3:14 Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida,
en que amamos a los hermanos. El que no ama a su hermano, permanece en muerte.
3:15 Todo aquel que aborrece a su hermano es homicida; y sabéis que ningún
homicida tiene vida eterna permanente en él.
3:16 En esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros;
también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos.
3:17 Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad,
y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él?
3:18 Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en
verdad.
3:19 Y en esto conocemos que somos de la verdad, y aseguraremos nuestros
corazones delante de él;
3:20 pues si nuestro corazón nos reprende, mayor que nuestro corazón es Dios, y
él sabe todas las cosas.
3:21 Amados, si nuestro corazón no nos reprende, confianza tenemos en Dios;
3:22 y cualquiera cosa que pidiéremos la recibiremos de él, porque guardamos
sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de él.
3:23 Y este es su mandamiento: Que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo,
y nos amemos unos a otros como nos lo ha mandado.
3:24 Y el que guarda sus mandamientos, permanece en Dios, y Dios en él. Y en
esto sabemos que él permanece en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado.
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todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús; porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos.
Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.
Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa""... (GALATAS 3:27
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Todo es cuestión de amor. Y Jesucristo es Dios y también es amor. El que ama, antes o después, encontrará a Dios, esto es, encontrará a Jesucristo.
Hemos conocido a Jesucristo y sus mandamientos, le hemos amado y se nos ha manifestado. Es así de sencillo. El Señor así dice:
"El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él. Le dijo Judas (no el Iscariote): Señor, ¿cómo es que te manifestarás a nosotros, y no al mundo? Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él". (Juan 14:21-23)
BENDICIONES...
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Los primeros cristianos vivían repartiendo todos los bienes entre todos y dando a cada uno según su necesidad:
"Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones. Y sobrevino temor a toda persona; y muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles. Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas; y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno. Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos". (Hechos 2:42-47).
"Y la multitud de los que habían creído era de un corazón y un alma; y ninguno decía ser suyo propio nada de lo que poseía, sino que tenían todas las cosas en común. Y con gran poder los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús, y abundante gracia era sobre todos ellos. Así que no había entre ellos ningún necesitado; porque todos los que poseían heredades o casas, las vendían, y traían el precio de lo vendido, y lo ponían a los pies de los apóstoles; y se repartía a cada uno según su necesidad. Entonces José, a quien los apóstoles pusieron por sobrenombre Bernabé (que traducido es, Hijo de consolación), levita, natural de Chipre, como tenía una heredad, la vendió y trajo el precio y lo puso a los pies de los apóstoles". (Hechos 4:32-37
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La
Ley y los mandamientos de Dios fueron cambiados por los escribas, como
nos dicen los profetas Jeremías e Isaías. Entonces, fueron los escribas
antiguos después de Moisés los que cambiaron los mandamientos de Dios y
de esta forma el viejo testamento en tiempos de Jesucristo estaba
cargado de preceptos y tradiciones de hombres. Los profetas nos dicen:
"...mi pueblo no conoce el juicio de Yavé. ¿Cómo
decís: Nosotros somos sabios, y la ley de Yavé está con nosotros?
Ciertamente la ha cambiado en mentira la pluma mentirosa de los escribas" (Jeremías 8:7-9).
"Así ha dicho Yavé el Señor: Esta es Jerusalén; la puse en medio de las naciones y de las tierras alrededor de ella. Y ella cambió mis decretos y mis ordenanzas en impiedad más que las naciones, y más que las tierras que están alrededor de ella; porque desecharon mis decretos y mis mandamientos, y no anduvieron en ellos". (Ezequiel 5:5-6)
"Y la tierra se contaminó bajo sus moradores; porque traspasaron las leyes, cambiaron los mandamientos, quebrantaron el pacto sempiterno" (Isaías 24:5-6).
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LA GRACIA ES GUARDAR TODOS LOS MANDAMIENTOS DE JESUCRISTO...
Es
cierto que ya no estamos bajo la ley del viejo testamento judío, ley
que mandaba penas de muerte, guerras y genocidios donde se mataba a
hombres mujeres y niños, ley que mandaba también esclavitud y
sacrificios. Todo eso quedó anulado por los mandamientos que Jesucristo
mandó cuando predió el Evangelio. Entonces, ahora los cristianos debemos
guardar los mandamientos de Jesucristo.
Pero
algunos, equivocadamente dicen, que no estamos bajo la Ley sino bajo la
Gracia. Y también dicen equivocadamente que estando bajo la gracia
tenemos solo dos mandamientos, que están basados en el amor a Dios y al
prójimo.
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Muchos judaizantes tienen una gran equivocación cuando
dicen que Jesucristo no vino a abolir ningún mandamiento del viejo
testamento, pues interpretan mal los versículos del Evangelio que
dicen así:
"No
penséis que he venido para abrogar la
ley o los profetas...,
ni una jota ni una tilde pasará de la
ley..."(Mateo
5:17-20).
La Ley y los profetas no son todas las leyes del
viejo testamento, pues Jesús abolió muchas de esas leyes. La
Ley que Jesucristo no abolió es la verdadera Ley de Dios, que es la
que Él mismo nos enseña en el Evangelio,
porque Jesucristo mismo nos dice que ésta es la Ley y los
profetas:
"todas
las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así
también haced vosotros con ellos; porque
ésta es la ley y los profetas".
(Mateo 7:12).
Por tanto, ésta es la Ley que Dios dio a
Israel porque Jesucristo mismo dice que "ésta
es la ley y los profetas". Ésta es
la Ley que sigue vigente, que Jesucristo no vino a abolir ("No
penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas").
Y de esta Ley es de la que no ha pasado "ni
una jota ni una tilde":
de esta Ley que Jesucristo nos reveló en el Evangelio y que es la
verdadera Ley que Dios había dado a Moisés. Pero de la Ley del
viejo testamento si que pasaron muchos mandamientos.
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JESUCRISTO
Y LAS SEÑALES ANTES DEL FIN DEL MUNDO Mateo 24:3... ""Y estando él
sentado en el monte de los Olivos, los discípulos se le acercaron
aparte, diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de
tu venida, y del fin del siglo? Respondiendo Jesús, les dijo: Mirad que
nadie os engañe. Porque vendrán muchos usando mi nombre, diciendo: Yo
soy el Cristo; y a muchos engañarán"".
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EL
EVANGELIO ES LA LEY DE DIOS DESDE EL PRINCIPIO
"Profeta
de en medio de ti, de tus hermanos, como yo, te levantará Yavé tu
Dios; a él oiréis;
conforme a todo lo que pediste a Yavé tu Dios en Horeb el día de la
asamblea, diciendo: No vuelva yo a oír la voz de Yavé mi Dios, ni
vea yo más este gran fuego, para que no muera. Y Yavé me dijo: Han
hablado bien en lo que han dicho. Profeta
les levantaré de en medio de sus hermanos, como tú; y pondré mis
palabras en su boca, y él les hablará todo lo que yo le mandare.
Mas a cualquiera que no oyere mis palabras que él hablare en mi
nombre, yo le pediré cuenta".
(Deuteronomio
18:15-19)
"Porque Moisés
dijo a los padres: El
Señor vuestro Dios os levantará profeta de entre vuestros hermanos,
como a mí; a él oiréis en todas las cosas que os hable;
y
toda alma que no oiga a aquel profeta, será desarraigada del
pueblo".
(Hechos 3:20)
"Este
Moisés es el que dijo a los hijos de Israel: Profeta
os levantará el Señor vuestro Dios de entre vuestros hermanos, como
a mí; a él oiréis.
Este es aquel Moisés que estuvo en la congregación en el desierto
con el ángel que le hablaba en el monte Sinaí, y con nuestros
padres, y que recibió
palabras de vida que darnos;
al
cual nuestros padres no quisieron obedecer, sino que le desecharon, y
en sus corazones se volvieron a Egipto" (Hechos
7:37-39)
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LA BIBLIA NO ES TODA PALABRA DE DIOS...
Jesucristo que es Dios, no mandó predicar biblias,
pues las biblias judías del viejo testamento estaban sobrecargadas de
preceptos de hombres que Jesucristo abolió...
Luego los Emperadores de Roma (siglo IV, emperador
Costantino), como no amaban el Evangelio porque el Evangelio les
mandaba: NO MATARAS, Y QUE REPARTIERAN TODOS SUS BIENES ENTRE LOS
POBRES... Entonces se volvieron de nuevo a las leyes judías del viejo
testamento que Jesucristo había dejado abolidas, y las volvieron a
imponer en sus biblias, llamándolo a todo leyes de Dios...
Las viejas leyes judías mandaban: Penas de muerte,
guerras, genocidios donde se mataban a hombres mujeres y niños,
esclavitud y muchos sacrificios que Dios no había mandado...
Desde entonces, los emperadores de Roma y de otros
imperios de terror, imponiendo al mundo sus biblias y dejando mal
entendido el Evangelio, se sintieron con las manos libres para seguir
imponiendo sistemas de terror...
Y de esos imperios de terror impuestos por los
emperadores de Roma y de otros imperios de terror, aparecerían luego
las terribles inquisiciones que imponían terribles castigos y que
dejaron aterrorizado al mundo... El Evangelio no mandaba esas
atrocidades, y este es el motivo de dejarlo mal comprendido entre todos
los libros de las biblias que los poderosos de los imperios
impusieron...
Los cristianos que realmente aman a Jesucristo deben
volver a los misericordiosos mandamientos del Evangelio... Y esto
hará que muchos cristianos vuelvan a vivir una vida misericordiosa
así como vivieron los primeros cristianos...
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Los verdaderos cristianos no deben agarrar las armas para matar a las personas, pues el mandamiento de Dios para todos los hombres es .. NO MATARÁS.
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Jesús también enseña los verdaderos mandamientos de la Ley de Dios que debemos guardar para entrar en la vida y que así nos dicen:
"Mas si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos. Le dijo: ¿Cuáles? Y Jesús dijo: No matarás. No adulterarás. No hurtarás. No dirás falso testimonio. Honra a tu padre y a tu madre; y, Amarás a tu prójimo como a ti mismo. El joven le dijo: Todo esto lo he guardado desde mi juventud. ¿Qué más me falta? Jesús le dijo: Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven y sígueme. Oyendo el joven esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones. Entonces Jesús dijo a sus discípulos: De cierto os digo, que difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos. Otra vez os digo, que es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios" (Mateo 19:16-24)
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"Así ha dicho Yavé de los
ejércitos, Dios de Israel: Añadid vuestros holocaustos sobre
vuestros sacrificios, y comed la carne. Porque
no hablé yo con vuestros padres, ni nada les mandé acerca de
holocaustos y de sacrificios el día que los saqué de la tierra de
Egipto".
(Jeremías 7,21-22).
"¿Qué
me importa la multitud de vuestros sacrificios? -dice el Señor-.
Estoy harto de holocaustos de carneros y de grasa de becerros; la
sangre de novillos, de corderos y de machos cabríos me hastía.
Cuando venís a presentaros ante mí, ¿quién
pide eso de vosotros?"
(Isaías 1:11-12).
"Ni
sacrificio ni oblación querías, pero el oído me has abierto; no
pedías holocaustos ni víctimas".
(Salmos 40:7).
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Dios es misericordioso y Él no manda sacrificios a sus hijos, pero satanás, enemigo de Dios siempre quería hacer ver que Dios era cruel y que mandaba al pueblo llevar cargas insoportables. Pero esa carga de los sacrificios escritos en las leyes del viejo testamento no venía de Dios ni la quería Dios, sino que fueron los hombres los que impusieron esas leyes como si fueran leyes de Dios..., pues los escribas había cambiado la Ley de Dios, como nos dicen los profetas:
"...mi pueblo no conoce el juicio de Yavé. ¿Cómo decís: Nosotros somos sabios, y la ley de Yavé está con nosotros? Ciertamente la ha cambiado en mentira la pluma mentirosa de los escribas" (Jeremías 8:7-9).
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TODAS LAS RELIGIONES DICEN que ellos son el verdadero pueblo de Dios...
Católicos, protestantes, judíos, mahometanos etc, todos se hacen llamar pueblo de Dios. Pero todos están de acuerdo en hacer guerras contra sus enemigos, y en muchos casos imponen penas de muerte. Pero el verdadero pueblo de Dios no imponen penas de muerte, ni guerras, ni genocidios.
El Verdadero pueblo de Dios solo sigue los mandamientos que Jesucristo enseña en el Evangelio. Y el Evangelio manda ...NO MATARÁS.... y tener misericordia con todos.
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No
tenéis necesidad de que nadie os enseñe.
"Os
he escrito esto sobre los que os engañan. Pero la unción que
vosotros recibisteis de él permanece en vosotros, y no tenéis
necesidad de que nadie os enseñe; así como la unción misma os
enseña todas las cosas, y es verdadera, y no es mentira, según ella
os ha enseñado, permaneced en él. Y ahora, hijitos, permaneced en
él, para que cuando se manifieste, tengamos confianza, para que en
su venida no nos alejemos de él avergonzados. Si sabéis que él es
justo, sabed también que todo el que hace justicia es nacido de él".
(1ª San Juan 2:26-29).
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