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The Final Countdown (1980) o La cuenta regresiva, es una película dirigida por el veterano (QEPD) Don Taylor, un director de telefilmes y de películas como La profecia II (1978) y la adaptación de la novela de H.G. Wells, La isla del doctor Moreau (1977).
En
Cuenta regresiva, nos plantea un viaje en el tiempo de todo un portaaviones con su tripulación y ochenta aviones de combate a 1941, precisamente antes del bombardeo de Pearl Harbor del 7 de diciembre.
Kirk Douglas, Martin Sheen, James Farentino y Katharine Ross nos presenta un revisionismo histórico de la época dorada de los Estados Unidos.
El veteranísimo compositor británico John Scott nos muestra su obra más conocida, una banda sonora que vale la pena poseer.
TramaEl U.S.S. Nimitz sale de Hawaii llevando a bordo un consultor por parte de la defensa, Warren Lasky (Martin Sheen) para observar las actividades relacionadas con la operación del portaaviones, todo marcha correctamente hasta que un extraña tormenta los toma en pleno pacífico.
Creyendo que es una guerra, al perder todas la comunicaciones con el mundo exterior, mandan patrullas a verificar el mundo exterior, aunque el capitán del barco, Matthew Yelland (Kirk Douglas), sospecha de que se trata de un entrenamiento sin aviso de la comandancia, que tiene que ver con el nuevo consultor.
Pero nada de ello es verdad, al menos en un primer momento, pues en un enfrentamiento con antiguos aviones japoneses de la segunda guerra mundial, rescatan a dos sobrevivientes y un atacante japonés, entre los que se encuentra el desaparecido senador Samuel Chapman (Charles Durning) quien reemplazaría a Franklin Delano Roosevelt si este no hubiese desaparecido en el ataque de Pearl Harbor.
CríticaSi bien es un sueño húmedo del militarismo norteamericano y contiene errores históricos evidentes u hechos ficticios que no vienen a cuento, como la introducción del ficticio senador Chapman, lo cierto que se presta como una original y curiosa historia de viajes en el tiempo.
Por desgracia termina en un quiero, pero no puedo; no se puede cambiar el pasado, ni el status quo, etcétera. Algo que ha ocurrido incluso en el remake japonés Zipang, que va más allá, pero que termina con el mismo decepcionante final que la deja como una exhibición gratuita de fuerza.
Como sea, todo amante de los aviones la apreciará, en especial por esas bellísimas tomas de los F-14 Tomcat de la marina estadounidense
Adaptaciones posteriores: En el manga y animación japonesa Zipang (2004) y muy ligeramente en Samurai Commando Mission 1549 (2005)