La fecha de fundación de San Lorenzo se desconoce, pero el Consejo Municipal decidió en 1984 fijarla el 6 de mayo de 1796, fecha en que los frailesfranciscanos llegaron y comenzaron la evangelización de la zona.
El Complejo Portuario San Lorenzo - Puerto San Martín, es un grupo de Terminales de Embarques y de muelles privados, para cereales/subproductos, aceites, combustibles, hidrocarburos, minerales, químicos y petroquímicos.
El Complejo es el polo exportador más importante del país: sale el 39,2 % del total exportado por Argentina en granos + aceites + subproductos oleaginosos en 1997. A sus terminales llega la producción cerealera de un vasto hinterland del centro, litoral y noroeste del país. A la actividad cerealera del complejo hay que agregarle la actividad en rubros hidrocarburos y derivados, gas, químicos, petroquímicos y minerales.
Todas sus terminales tienen instalaciones y cintas de transferencias apropiadas para la operación con chatas y barcazas; también las condiciones naturales del río Paraná en la zona aporta lugares propicios para operar en top off y en alijes, y que el complejo portuario San Lorenzo - San Martín, es por el momento el último sector del río acondicionado y mantenido para la navegación de buques de gran porte, 32’ (9,75 m) de calado.
Se encuentra dentro del "Complejo Portuario San Lorenzo - Puerto Gral. San Martín", que abarca la totalidad de las terminales de embarques y muelles existentes entre los km 435 y 459 del Río Paraná, que integran a su vez la principal zona portuaria del país, conocida como el Up-River.
Las instalaciones portuarias están a cargo de la Municipalidad homónima.
Hay una Delegación de la AFIP. DGA (Administración Federal de Ingresos Públicos. Dirección general de Aduana)
Están presentes las Cooperativas de Trabajadores Portuarios de San Lorenzo y Pto. Gral. San Martín. Estas Cooperativas se basan en el régimen de la Ley de Cooperativas N.º 20337 y su operatoria estibajes portuarios, a través del SUPA (Sindicato Único Portuarios Argentinos).
En 1720 la Compañía de Jesús fundó una estancia, denominada de San Miguel del Carcarañal, cuyo casco se levantaba a la margen derecha del río Carcarañá en jurisdicción de la actual localidad de Aldao y enfrente a Andino. Era un establecimiento ganadero dependiente del colegio La Inmaculada de Santa Fe, destinado a producir bienes para el sostenimiento del colegio del que dependía.
Campo de la Gloria.
Uno de los puestos de la estancia se denominaba de San Lorenzo y estaba emplazado en las cercanías de la desembocadura del arroyo San Lorenzo. Unos pocos ranchos constituían la población integrada por la familia del puestero y la de otros peones y reseros.
El 30 de octubre de 1768, en cumplimiento de la real orden de extrañamiento dictada por el rey Carlos III, la orden jesuítica es expulsada de España y de sus colonias de América. Debido a este hecho se interrumpe la tarea evangelizadora.
La estancia San Miguel pasa a jurisdicción de la Junta de temporalidades de Santa Fe, y en 1774 las tierras son subastadas públicamente.1 El regidor de Santa Fe, Francisco de Aldao, fue uno de los adquirentes, repartiendo las tierras entre sus hijos. Félix Aldao, hijo del regidor, recibe una legua cuadrada, donde se levanta la ciudad de San Lorenzo.
El 1° de enero de 1780 la Capilla San Miguel pasó a manos de un pequeño grupo de franciscanos que venían con el propósito de convertir el lugar en centro de operaciones para su apostolado.
Debido a que la estancia estaba muy deteriorada, en 1790 los franciscanos comienzan a buscar un lugar más apto para vivir y mejor comunicado. Félix Aldao dona una extensión de terreno a los frailes. A partir de ese momento, con la autorización del Virrey Don Nicolás Antonio de Arredondo, comienza la construcción.
El 25 de mayo de 1965 se reemplaza el anterior busto al Gral. San Martín por un monumento con estatua, de cuerpo entero, de bronce patinado florentino, de 2,6 m, con pedestal de mampostería blanco de 2,5 m, en la plaza San Martín. El autor fue el escultor rosarino Erminio Blotta (1892-1976), con la coautoría del escultor rosarino Pedro Cresta (1912-1970); por el Decreto 978/1965, intendencia de Héctor C. Curioni; y Ordenanza 226/1965. Se pagó 900 000 pesos.
Ramales de los ferrocarriles Mitre como Belgrano, atraviesan perpendicularmente el ejido urbano de San Lorenzo. El F1 (Belgrano) como el ramal de Rosario a Tucumán (originalmente del FCBAR extensión a Tucumán) junto con ramales secundarios industriales, sirven para trenes de carga de NCA y TAC que llegan a los puertos de la localidad.
Por Av San Martín desde Fray Luis Beltrán hacia Puerto San Martín, Timbúes, Barrancas, Santa Fe, Reconquista, Resistencia, Formosa y hasta el puente internacional San Ignacio de Loyola, en la frontera con Paraguay.
Las rutas de acceso a la ciudad se enlazan entre sí con la autopista nacional A012, la cual bordea la ciudad recorriendo su periferia sur. La Ruta Nacional 11 recorre verticalmente la localidad y otras rutas provinciales también la conectan con el resto de las localidades vecinas.
Avenida San Martín (Ruta Nacional 11) en su recorrido céntrico por la localidad de San Lorenzo. La doble traza fue realizada a mediados de la década del 2000.
Comenzado en 1792 para reemplazar el heredado de los jesuitas, que estaba ubicado cerca del Río Carcarañá, en el actual distrito Aldao. El convento se albergaba desde 1796 a los religiosos en un edificio de estilo colonial; y se hallaba aún inconcluso en 1813, cuando el 3 de febrero fue empleado por las tropas del entonces Coronel de Caballería José de San Martín para albergarse antes del combate de San Lorenzo, el primer enfrentamiento en la Guerra de Independencia Argentina y único combate librado por San Martín en lo que hoy es suelo argentino.
La iglesia, comenzada en 1807, es obra del arquitecto Juan Bautista Segismundo, también autor de la Recova de Buenos Aires. Además de esta, el conjunto incluye los edificios del convento, el seminario y dos colegios. En el refectorio principal se instaló el hospital de campaña tras el combate, y allí falleció el sargento Juan Bautista Cabral; los muertos fueron sepultados en el huerto.
Hoy funciona en las instalaciones el Museo Histórico del Convento San Carlos, con exhibiciones de arte religioso, un cementerio en el que una urna contiene las cenizas de los caídos en la batalla de San Lorenzo, y varias salas conservadas como monumentos históricos: una celda que alojó al coronel San Martín, el refectorio, y exhibiciones sobre la construcción del convento y la obra de los frailes.
El convento de San Lorenzo tiene además otros antecedentes que ilustran sobre su merecimiento histórico:
En una de sus habitaciones se instaló la primera escuela pública que se abrió en el país después de la Revolución de Mayo; el Colegio San Carlos
En él se firmó el 12 de abril de 1819 el armisticio de San Lorenzo, entre los representantes de Manuel Belgrano y los del General Estanislao López.
Frente al convento fue vencida en 1840 la escuadra francesa que pretendió remontar el Paraná
El 16 de enero de 1846 el general Lucio Norberto Mansilla enfrentó en el mismo sitio a un gran convoy compuesto de unidades del gobierno de Montevideo, escoltadas por buques de guerra ingleses y franceses.
Por ley n.º 12.648 del 2 de octubre de 1940 fueron declarados Monumento Nacional el convento y el campo contiguo, al que se lo denomina "Campo de la Gloria", en honor y referencia a la batalla de San Lorenzo, aunque no fue ese el lugar exacto de la misma.
El convento San Carlos ya no existe como tal en la Orden de Frailes Menores, puesto que fue suprimido y sus religiosos fueron reubicados. La Parroquia San Lorenzo Mártir que se ubica junto al histórico convento fue entregada a la Arquidiócesis de Rosario en el año 2020, por lo que actualmente es atendida por un sacerdote diocesano.
New International Version It is as if the dew of Hermon were falling on Mount Zion. For there the LORD bestows his blessing, even life forevermore.
New Living Translation Harmony is as refreshing as the dew from Mount Hermon that falls on the mountains of Zion. And there the LORD has pronounced his blessing, even life everlasting.
English Standard Version It is like the dew of Hermon, which falls on the mountains of Zion! For there the LORD has commanded the blessing, life forevermore.
Berean Standard Bible It is like the dew of Hermon falling on the mountains of Zion. For there the LORD has bestowed the blessing of life forevermore.
King James Bible As the dew of Hermon, and as the dew that descended upon the mountains of Zion: for there the LORD commanded the blessing, even life for evermore.
New King James Version It is like the dew of Hermon, Descending upon the mountains of Zion; For there the LORD commanded the blessing— Life forevermore.
New American Standard Bible It is like the dew of Hermon Coming down upon the mountains of Zion; For the LORD commanded the blessing there—life forever.
NASB 1995 It is like the dew of Hermon Coming down upon the mountains of Zion; For there the LORD commanded the blessing— life forever.
NASB 1977 It is like the dew of Hermon, Coming down upon the mountains of Zion; For there the LORD commanded the blessing—life forever.
Legacy Standard Bible It is like the dew of Hermon Coming down upon the mountains of Zion; For there, Yahweh commanded the blessing—life forever.
Amplified Bible It is like the dew of [Mount] Hermon Coming down on the hills of Zion; For there the LORD has commanded the blessing: life forevermore.
Christian Standard Bible It is like the dew of Hermon falling on the mountains of Zion. For there the LORD has appointed the blessing — life forevermore.
Holman Christian Standard Bible It is like the dew of Hermon falling on the mountains of Zion. For there the LORD has appointed the blessing— life forevermore.
American Standard Version Like the dew of Hermon, That cometh down upon the mountains of Zion: For there Jehovah commanded the blessing, Even life for evermore.
Contemporary English Version It is like the dew from Mount Hermon, falling on Zion's mountains, where the LORD has promised to bless his people with life forevermore.
English Revised Version Like the dew of Hermon, that cometh down upon the mountains of Zion: for there the LORD commanded the blessing, even life for evermore.
GOD'S WORD® Translation It is like dew on [Mount] Hermon, dew which comes down on Zion's mountains. That is where the LORD promised the blessing of eternal life.
Good News Translation It is like the dew on Mount Hermon, falling on the hills of Zion. That is where the LORD has promised his blessing--life that never ends.
International Standard Version It is like the dew of Hermon falling on Zion's mountains. For there the LORD commanded his blessing— life everlasting.
Majority Standard Bible It is like the dew of Hermon falling on the mountains of Zion. For there the LORD has bestowed the blessing of life forevermore.
NET Bible It is like the dew of Hermon, which flows down upon the hills of Zion. Indeed that is where the LORD has decreed a blessing will be available--eternal life.
New Heart English Bible like the dew of Hermon, that comes down on the hills of Zion: for there the LORD gives the blessing, even life forevermore.
Webster's Bible Translation As the dew of Hermon, and as the dew that descended upon the mountains of Zion: for there the LORD commanded the blessing, even life for ever.
World English Bible like the dew of Hermon, that comes down on the hills of Zion; for there Yahweh gives the blessing, even life forever more.
Literal Translations
Literal Standard Version As dew of Hermon—That comes down on hills of Zion, "" For there YHWH commanded the blessing—Life for all time!
Young's Literal Translation As dew of Hermon -- That cometh down on hills of Zion, For there Jehovah commanded the blessing -- Life unto the age!
Smith's Literal Translation As the dew of Hermon coming down upon the mountains of Zion: for there Jehovah commanded the blessing, life even forever.
Catholic Translations
Douay-Rheims Bible as the dew of Hermon, which descendeth upon mount Sion. For there the Lord hath commandeth blessing, and life for evermore.
Catholic Public Domain Version It is like the dew of Hermon, which descended from mount Zion. For in that place, the Lord has commanded a blessing, and life, even unto eternity.
New American Bible Like dew of Hermon coming down upon the mountains of Zion. There the LORD has decreed a blessing, life for evermore!
New Revised Standard Version It is like the dew of Hermon, which falls on the mountains of Zion. For there the LORD ordained his blessing, life forevermore.
Translations from Aramaic
Lamsa Bible Like the dew of Hermon that falls upon the mount of Zion; for there the LORD commanded the blessing, even life for evermore.
Peshitta Holy Bible Translated Like the dew of Hermon that descends upon the mountain of Zion, because there LORD JEHOVAH commanded the blessing and the Life unto eternity.
OT Translations
JPS Tanakh 1917 Like the dew of Hermon, That cometh down upon the mountains of Zion; For there the LORD commanded the blessing, Even life for ever.
Brenton Septuagint Translation As the dew of Aermon, that comes down on the mountains of Sion: for there, the Lord commanded the blessing, even life for ever.
New International Version It is as if the dew of Hermon were falling on Mount Zion. For there the LORD bestows his blessing, even life forevermore.
New Living Translation Harmony is as refreshing as the dew from Mount Hermon that falls on the mountains of Zion. And there the LORD has pronounced his blessing, even life everlasting.
English Standard Version It is like the dew of Hermon, which falls on the mountains of Zion! For there the LORD has commanded the blessing, life forevermore.
Berean Standard Bible It is like the dew of Hermon falling on the mountains of Zion. For there the LORD has bestowed the blessing of life forevermore.
King James Bible As the dew of Hermon, and as the dew that descended upon the mountains of Zion: for there the LORD commanded the blessing, even life for evermore.
New King James Version It is like the dew of Hermon, Descending upon the mountains of Zion; For there the LORD commanded the blessing— Life forevermore.
New American Standard Bible It is like the dew of Hermon Coming down upon the mountains of Zion; For the LORD commanded the blessing there—life forever.
NASB 1995 It is like the dew of Hermon Coming down upon the mountains of Zion; For there the LORD commanded the blessing— life forever.
NASB 1977 It is like the dew of Hermon, Coming down upon the mountains of Zion; For there the LORD commanded the blessing—life forever.
Legacy Standard Bible It is like the dew of Hermon Coming down upon the mountains of Zion; For there, Yahweh commanded the blessing—life forever.
Amplified Bible It is like the dew of [Mount] Hermon Coming down on the hills of Zion; For there the LORD has commanded the blessing: life forevermore.
Christian Standard Bible It is like the dew of Hermon falling on the mountains of Zion. For there the LORD has appointed the blessing — life forevermore.
Holman Christian Standard Bible It is like the dew of Hermon falling on the mountains of Zion. For there the LORD has appointed the blessing— life forevermore.
American Standard Version Like the dew of Hermon, That cometh down upon the mountains of Zion: For there Jehovah commanded the blessing, Even life for evermore.
Contemporary English Version It is like the dew from Mount Hermon, falling on Zion's mountains, where the LORD has promised to bless his people with life forevermore.
English Revised Version Like the dew of Hermon, that cometh down upon the mountains of Zion: for there the LORD commanded the blessing, even life for evermore.
GOD'S WORD® Translation It is like dew on [Mount] Hermon, dew which comes down on Zion's mountains. That is where the LORD promised the blessing of eternal life.
Good News Translation It is like the dew on Mount Hermon, falling on the hills of Zion. That is where the LORD has promised his blessing--life that never ends.
International Standard Version It is like the dew of Hermon falling on Zion's mountains. For there the LORD commanded his blessing— life everlasting.
Majority Standard Bible It is like the dew of Hermon falling on the mountains of Zion. For there the LORD has bestowed the blessing of life forevermore.
NET Bible It is like the dew of Hermon, which flows down upon the hills of Zion. Indeed that is where the LORD has decreed a blessing will be available--eternal life.
New Heart English Bible like the dew of Hermon, that comes down on the hills of Zion: for there the LORD gives the blessing, even life forevermore.
Webster's Bible Translation As the dew of Hermon, and as the dew that descended upon the mountains of Zion: for there the LORD commanded the blessing, even life for ever.
World English Bible like the dew of Hermon, that comes down on the hills of Zion; for there Yahweh gives the blessing, even life forever more.
Literal Translations
Literal Standard Version As dew of Hermon—That comes down on hills of Zion, "" For there YHWH commanded the blessing—Life for all time!
Young's Literal Translation As dew of Hermon -- That cometh down on hills of Zion, For there Jehovah commanded the blessing -- Life unto the age!
Smith's Literal Translation As the dew of Hermon coming down upon the mountains of Zion: for there Jehovah commanded the blessing, life even forever.
Catholic Translations
Douay-Rheims Bible as the dew of Hermon, which descendeth upon mount Sion. For there the Lord hath commandeth blessing, and life for evermore.
Catholic Public Domain Version It is like the dew of Hermon, which descended from mount Zion. For in that place, the Lord has commanded a blessing, and life, even unto eternity.
New American Bible Like dew of Hermon coming down upon the mountains of Zion. There the LORD has decreed a blessing, life for evermore!
New Revised Standard Version It is like the dew of Hermon, which falls on the mountains of Zion. For there the LORD ordained his blessing, life forevermore.
Translations from Aramaic
Lamsa Bible Like the dew of Hermon that falls upon the mount of Zion; for there the LORD commanded the blessing, even life for evermore.
Peshitta Holy Bible Translated Like the dew of Hermon that descends upon the mountain of Zion, because there LORD JEHOVAH commanded the blessing and the Life unto eternity.
OT Translations
JPS Tanakh 1917 Like the dew of Hermon, That cometh down upon the mountains of Zion; For there the LORD commanded the blessing, Even life for ever.
Brenton Septuagint Translation As the dew of Aermon, that comes down on the mountains of Sion: for there, the Lord commanded the blessing, even life for ever.
Carlos IV de Borbón (Portici, Nápoles, 11 de noviembre de 1748 – Roma, 20 de enero de 1819) fue Rey de España desde el 14 de diciembre de 1788 hasta el 19 de marzo de 1808. Hijo y sucesor de Carlos III y de María Amalia de Sajonia.
Fernando VII de Borbón (San Lorenzo de El Escorial, 14 de octubre de 1784 - Madrid, 29 de septiembre de 1833), llamado el Deseado o el Rey Felón, fue rey de España entre marzo y mayo de 1808 y, tras la expulsión del rey intruso José Bonaparte, nuevamente desde diciembre de 1813 hasta su muerte, exceptuando un breve intervalo en 1823, en que fue destituido por el Consejo de Regencia.
Alfonso XII de Borbón, el Pacificador (Madrid, 28 de noviembre de 1857 – El Pardo, 25 de noviembre de 1885), fue rey de España entre 1874 y 1885; era hijo de la reina Isabel II de España y su marido, Francisco de Asís de Borbón. Nacido Alfonso Francisco Fernando Pío Juan de María de la Concepción Gregorio Pelayo de Borbón y Borbón. Reinó tras la Restauración borbónica, hasta su muerte prematura a los 27 años, víctima de la tuberculosis. Fue sucedido en el trono por su hijo póstumo, Alfonso XIII de España, cuya minoría estuvo encabezada por la regencia de su viuda, María Cristina de Austria.
Not much is know about the caravel, where and when built unknown. Tonnage 200 ton, dim. 85 x 25 x 14ft. (draught) Four masts, fore and main mast square rigged, mizzen and Bonaventura mast lateen rigged.
She was the flagship of Don Pedro de Mendoza (1487-1537) expedition to the River Plata. Mendoza held a post in the court of Charles V, when he in 1534 made an offer to Emperor Charles V to make an expedition on his own account for the discovery and conquest of Paraguay and the countries on the Rio La Plata. 24 August 1534 Mendoza on board the MAGDALENA and 13 other vessels, with 3000 men set sail from San Lucar, Spain. Receive from the Emperor before sailing 2.000 ducats, with the condition, when he transported to the new founded colonies 1000 colonists and 100 horses, build a road to the Pacific Ocean, erect three forts within two years he would receive 2.000 ducats more. Also he had to take 8 monks, a physician, a surgeon, and an apothecary, but he was forbidden to introduce a lawyer in the colony. He was to have half the treasure of the chiefs killed and nine-tenths of the ransom. Mendoza was made before sailing military governor of all the territory between the Rio de la Plata and the Strait of Magellan. The office of the Governor was also made hereditary.
Off the coast of Brazil the fleet was scattered in a heavy storm, and Medoza lieutenant Osario, was assassinated, according to some authorities by the orders of Mendoza himself because of suspected disloyalty. 1535 Mendoza sailed up the Rio de la Plata, and founded Buenos Aires on 02 February 1536. He erected two forts there to defend the place. Pestilence broke out and the natives became unfriendly after ill treatment by the Spaniards. His brother Don Diego led a force against the hostile tribes, but was killed with three-fourths of his men. A general conspiracy of the natives was formed, and Buenos Aires was captured and burned by the natives. Mendoza retired to the forth Sanctus-Spiritus, from where he dispatched Juan de Ayolas to explore the upper part of the river. Another brother, Gonzalo arrived with reinforcements and founded the city of Ascención in Paraguay in 1536. Mendoza, disappointed and with a broken health, embarked on board the MAGDALENA for Spain in 1537, leaving Juan de Ayolas in charge. During the long voyage to Spain he died maniac on board the MAGDALENA on 23 June 1537.
Miras que jalonan la carretera en el puerto de La Magdalena
En Octubre de 1954 crucé por primera vez el puerto de La Magdalena viajando con toda la familia en el autobús de Beltrán camino de Villablino, el nuevo destino de mi padre como responsable de la oficina de Correos. Cuando pregunté por los cilindros de piedra de sección menguante que bordean un lado de la carretera del puerto, me dijeron que eran para que los operarios de la máquina que quitaba la nieve supieran donde estaba la carretera en las grandes nevadas. Creí que me tomaban el pelo pues me costaba imaginar que la nieve pudiera alcanzar dos o tres metros de espesor. Tardaríamos pocas semanas en percatarnos de lo diferente que era el invierno montañés de los que habíamos vivido en la Roa de Duero mesetaria. Mucho más frío y, sobre todo, abundante nieve que nos acompañaba durante tres o cuatro meses cada invierno. Era frecuente encontrar por la mañana una capa de nieve en la calle de más de cuarenta centímetros que teníamos que apartar con la pala en la puerta de casa para poder salir a la calle, aunque nada que ver con lo que decían de los vecinos de Leitariegos que debían hacer túneles en la nieve para ir de una casa a otra. Las mayores nevadas sucedían cuando empezaba a nevar casi sin querer, con el aire en calma y unos copos que descendían bamboleándose sin prisa pero de manera sostenida y que paulatinamente iban aumentando de tamaño. Cuando esto sucedía, era un espectáculo ver por la noche desde la ventana la danza vacilante de los copos de nieve iluminados por la farola de la esquina del bloque de Pérez Vega. Cuando la nevada se producía el sábado por la noche, al asomarnos a la ventana a primera hora del domingo veíamos todo nevado y sin una sola huella en la nieve. Acostumbrábamos a ir temprano a misa por lo que casi siempre éramos los primeros en dejar la marca de nuestras botas en la nieve, que recuerdo me causaba una sensación como de estrenar algo. Pisaba con extremo cuidado para que las huellas se mantuvieran claras, intentando no desfigurarlas con la nieve que se arrastraba al posar o levantar el pie. Para llegar a la iglesia de San Miguel teníamos que atravesar La Veiga, un extenso campo de labor cruzado en su mitad por una senda de tierra que habíamos recorrido cientos de veces y creíamos poder seguir a ciegas. Pero en los días de nevada todo se desfiguraba, incluso las inmensas y negras escombreras desaparecían en un paisaje completamente blanco e inusitadamente en calma. Las desigualdades del terreno desaparecían bajo la capa ondulada de nieve, de forma que no quedaba ni rastro del camino de La Veiga y comprobábamos como nos salirnos de la archiconocida senda cada poco trecho. Caminábamos como ciegos, a plena luz del día, corrigiendo el rumbo cada poco apuntando hacia donde sabíamos que estaba el final del camino señalado por las primeras casas de San Miguel. El agua que durante el día escurría de la nieve que había en los tejados de pizarra, por la noche se helaba y formaba unos carámbanos de más de un metro y varios kilos de peso. Las mañanas soleadas los carámbanos goteaban dibujando en la nieve del suelo una línea recta formada por tantos hoyitos como carámbanos colgaban del techo. Tan pronto el sol ablandaba la nieve del tejado lo suficiente, resbalaba sobre las losas del tejado y caía al suelo en cascada con un estruendo que asustaba, sobre todo en nuestra calle que era como un desfiladero formado por nuestra casa y las de Esteban y Rouco. La avalancha arrastraba los carámbanos, convertidos en puñales de hielo, y formaba trincheras de nieve al lado de las paredes de las casas que no desaparecían hasta varias semanas después de la última nevada. Para no quedar sepultado o malherido por las avalanchas, había que estar atento al ruido que hacía la nieve cuando empezaba a deslizar en el tejado y buscar refugio en el portal o apartarse antes de que varios quintales de nieve alcanzaran el suelo o un carámbano te trepanase la sesera. No recuerdo que ni a mí ni a nadie de la familia nos pescara alguna de estas avalanchas. Sustos si, unos cuantos cada invierno. Terminadas las nevadas veía en el suelo losas de pizarra que habían acompañado a la nieve en su caída y no podía por menos que imaginar mi cabeza partida en dos mitades, cada una de ellas con media mueca y nariz de un solo agujero, como por efecto de la guillotina manejada por un loco. Esta visión macabra hacía que me cubriera la cabeza con el codo cuando corría a refugiarme de las avalanchas, por si las losas. Entre nevada y nevada me enteré de que los monolitos de piedra del puerto de La Magdalena eran tan altos porque debían asomar por encima de los «traves» que se formaban donde el aire amontonaba la nieve con varios metros de espesor. Tras varios días aislados por carretera de León, era todo un acontecimiento la llegada del autobús de Beltrán gracias a que la expaladora había conseguido despejar los «traves» y dejar el camino expedito. Nevada tras nevada nos acercábamos paulatinamente hacía la primavera, cuando podríamos olvidarnos de los puñales helados y losas asesinas que caían de lo alto y no estar pendientes del ruido en los tejados. Suena a tópico decir que antes las nevadas eran mayores que las de ahora, pero los monolitos de piedra del puerto parecen confirmar que antes nevaba mucho. Lo que yo tengo claro es que nunca he vuelto a ver nevar como hace cincuenta años en el valle de Laciana, ni copos tan majestuosos como los que veía flotar indecisos en un espectacular ballet al trasluz de la farola del otro lado de la calle.
Leitariegos. Abriendo paso a paladas.
(Seguramente, las cosas sucedieron casi tal como las recuerdo. De las sensaciones no tengo duda.)
Imagen de cabecera tomada de: lasendaelnorte.blogspot.com. Foto de Leitariegos por gentileza de Luis Álvarez Pérez.
Adolf Hitler (* 20 April 1889 in Braunau am Inn) († 30 April 1945 Berlin), Leader of the Nazi Party, Reich Chancellor from 1933, also self-appointed "Fuehrer" and head of state of Germany.
Mary Magdalene, seeing that the stone of the tomb had been rolled away, ran to tell Peter and John. After receiving the shocking news, the two disciples also went out and — as the Gospel says — “the two were running together” (Jn 20:4). The main figures of the Easter narratives all ran! On the one hand, “running” could express the concern that the Lord’s body had been taken away; but, on the other hand, the haste of Mary Magdalene, Peter and John expresses the desire, the yearning of the heart, the inner attitude of those who set out to search for Jesus. He, in fact, has risen from the dead and therefore is no longer in the tomb. We must look for him elsewhere.
This is the message of Easter: we must look for him elsewhere. Christ is risen, he is alive! He is no longer a prisoner of death, he is no longer wrapped in the shroud, and therefore we cannot confine him to a fairy tale, we cannot make him a hero of the ancient world, or think of him as a statue in a museum! On the contrary, we must look for him and this is why we cannot remain stationary. We must take action, set out to look for him: look for him in life, look for him in the faces of our brothers and sisters, look for him in everyday business, look for him everywhere except in the tomb.
We must look for him without ceasing. Because if he has risen from the dead, then he is present everywhere, he dwells among us, he hides himself and reveals himself even today in the sisters and brothers we meet along the way, in the most ordinary and unpredictable situations of our lives. He is alive and is with us always, shedding the tears of those who suffer and adding to the beauty of life through the small acts of love carried out by each of us.
For this reason, our Easter faith, which opens us to the encounter with the risen Lord and prepares us to welcome him into our lives, is anything but a complacent settling into some sort of “religious reassurance.” On the contrary, Easter spurs us to action, to run like Mary Magdalene and the disciples; it invites us to have eyes that can “see beyond,” to perceive Jesus, the one who lives, as the God who reveals himself and makes himself present even today, who speaks to us, goes before us, surprises us. Like Mary Magdalene, every day we can experience losing the Lord, but every day we can also run to look for him again, with the certainty that he will allow himself to be found and will fill us with the light of his resurrection.
Brothers and sisters, this is the greatest hope of our life: we can live this poor, fragile and wounded existence clinging to Christ, because he has conquered death, he conquers our darkness and he will conquer the shadows of the world, to make us live with him in joy, forever. This is the goal towards which we press on, as the Apostle Paul says, forgetting what lies behind and straining forward to what lies ahead (cf. Phil 3:12-14). Like Mary Magdalene, Peter and John, we hasten to meet Christ.
The Jubilee invites us to renew the gift of hope within us, to surrender our sufferings and our concerns to hope, to share it with those whom we meet along our journey and to entrust to hope the future of our lives and the destiny of the human family. And so we cannot settle for the fleeting things of this world or give in to sadness; we must run, filled with joy. Let us run towards Jesus, let us rediscover the inestimable grace of being his friends. Let us allow his Word of life and truth to shine in our life. As the great theologian Henri de Lubac said, “It should be enough to understand this: Christianity is Christ. No, truly, there is nothing else but this. In Christ we have everything” (Les responsabilités doctrinales des catholiques dans le monde d'aujourd'hui, Paris 2010, 276).
And this “everything” that is the risen Christ opens our life to hope. He is alive, he still wants to renew our life today. To him, conqueror of sin and death, we want to say:
“Lord, on this feast day we ask you for this gift: that we too may be made new, so as to experience this eternal newness. Cleanse us, O God, from the sad dust of habit, tiredness and indifference; give us the joy of waking every morning with wonder, with eyes ready to see the new colours of this morning, unique and unlike any other. […] Everything is new, Lord, and nothing is the same, nothing is old” (A. Zarri, Quasi una preghiera).
Sisters, brothers, in the wonder of the Easter faith, carrying in our hearts every expectation of peace and liberation, we can say: with You, O Lord, everything is new. With you, everything begins again.
Un santuario de Bariloche conecta a la Argentina con la última voluntad del Papa
Mientras en Roma se prepara el entierro de Francisco en la Basílica de Santa María la Mayor dedicada a la Virgen de las Nieves, en la Patagonia crece otro santuario consagrado a esta advocación, un escenario de un fenómeno que mezcla fe, misterio y presuntas apariciones marianas
La mujer asegura que la Virgen le transmite mensajes en fechas específicas: cada 9 de diciembre, el 25 de marzo y cada primer sábado del mes.
Respecto al contenido, señala que muchos mensajes están dirigidos “a toda la humanidad”, aunque también hay otros personales. Entre los más llamativos, asegura que la Virgen le anticipó la pandemia y le advirtió sobre futuras “pestes”. También le habría pedido priorizar el cuidado de los enfermos por sobre los indigentes, “porque los primeros están postrados y no pueden buscar ayuda por sí mismos”.
La medalla de la Virgen de Las Nieves
¿Dónde se encuentra el santuario?
Sobre la ruta provincial 82, cerca del cruce al cerro Catedral, se encuentra la histórica gruta de la Virgen de las Nieves, cuya imagen fue entronizada en 1945. La iniciativa fue del jefe de la Escuela Militar de Montaña, quien mandó a instalar la imagen tras sobrevivir milagrosamente a un accidente automovilístico. Desde entonces, el sitio se convirtió en punto de peregrinación para montañistas y fieles. Subiendo el llamado “Camino de los Ángeles” se erige el Santuario, que es a cielo abierto sin paredes con un altar, una imagen gigante del Sagrado Corazón de Jesús y la del capuchino San Leopoldo Mandic. Los peregrinos asisten a pedir curaciones milagrosas y muchas mujeres en busca de un embarazo.
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Video: Nuestra Señora de las Nieves en la Patagonia
Presuntas apariciones
Desde hace unos años una multitud se reúne el 9 de diciembre y 25 de marzo para ser testigos de las presuntas apariciones marianas, que según testimonios a los que accedió Infobae, se acompañan con una danza del sol y el olor intenso a rosas.
El rezo del rosario comienza, la guía anuncia por micrófono que en el tercer misterio la “Virgen suele presentarse y dar un mensaje” por lo tanto pide estado de recogimiento. Comienza el primer misterio, con reflexiones sobre los mensajes de San Leopoldo Mandic. Sigue el segundo misterio. Mientras el cielo y las nubes toman un aspecto diferente. El sol de repente se mueve vertiginosamente, algunos lo ven y otros no. Las nubes se colorean de tenue celeste y rosa. Penetrantes rayos dorados iluminan el altar y las imágenes religiosas, de acuerdo a los testigos.“
La virgen ha descendido del sol” dice la intérprete que se encuentra al lado de la mujer, quien con voz tenue susurra lo que la mujer de al lado repite fuerte y claro.
“Han sido invitados ustedes por mí, para que estén cerca de mi corazón. Está mi hijo Jesús a mi lado, que los bendecirá. Yo estoy aquí, soy la madre del amor. En este lugar hay gracias infinitas de sanación, en cada enfermo que viene a este lugar, que Dios así ha querido que este lugar sea parte del cielo. Soy la Virgen de las Nieves”, Así se escucha por micrófono el anunciado mensaje de un 9 de diciembre.
En una pequeña canasta hay escarpines de muchos colores. La señora que repite el mensaje dice: “Los escarpines son para las madres que quieren tener hijos o que se encuentran gestando un embarazo, están bendecidos por Jesús”.
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Patrona de Buenos Aires
Nuestra Señora de las Nieves es la patrona de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y su figura aparece incluso en el antiguo escudo de la ciudad. El patronazgo data al menos del año 1611, cuando las Actas del Cabildo ya mencionaban la celebración litúrgica en su honor cada 5 de agosto. Sin embargo, parece un patronazgo olvidado entre los porteños ya que no se visibiliza ninguna imagen de esta Virgen en la Catedral de Buenos Aires.
La última voluntad del Papa
Santa María la Mayor, el lugar elegido por el Papa para su descanso eterno
El vínculo entre este santuario en Bariloche y Roma adquiere una dimensión simbólica tras conocerse el testamento del papa Francisco, donde expresa su deseo de que sus restos descansen junto a la imagen de la Salus Populi Romani. “Deseo que mi último viaje terrenal termine precisamente en este antiguo santuario mariano, donde siempre me detengo a rezar al inicio y al final de cada viaje apostólico, confiando mis intenciones a la Madre Inmaculada y dando gracias por su dulce y maternal cuidado”, escribió el pontífice.
Así, mientras en Roma se honra a la Virgen que acompañó al papa argentino durante sus años de pontificado, en la Patagonia florece una devoción paralela, con sus propios signos y testimonios. Un santuario en construcción, una fe que se renueva día a día y una historia que, entre la tradición y lo extraordinario, continúa creciendo al pie de la montaña.
Aclaración del Obispado de San Carlos de Bariloche
Una vez publicada esta nota, el Obispo de Bariloche, Monseñor Juan Carlos Ares, aclaró que la construcción del Santuario corresponde a una iniciativa de la Asociación Civil Laica Misionera Santuario Virgen Madre de las Nieves, la cual “no cuenta con ningún tipo de aprobación diocesana”.
“Es una iniciativa privada que ha surgido por las supuestas revelaciones de la Virgen a la señora que aparece en la nota de dicho medio periodístico. Por otro lado la Gruta de la Virgen de las Nieves, declarada Lugar Sagrado con motivo del Año Jubilar de la Esperanza, no tiene nada que ver con el proyecto de esta asociación, ya que es patrimonio del pueblo fiel de esta iglesia diocesana y objeto de peregrinación de miles de pobladores y turistas”, especificó.