En
el Pacto que Dios hizo con Israel, la Ley de Dios fue escrita en
tablas de piedra. En el Nuevo Pacto Dios escribiría su Ley en la
mente y en el corazón de sus hijos.
"Pero
ahora tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto es mediador de un
mejor pacto, establecido sobre mejores promesas. Porque
si aquel primero hubiera sido sin defecto, ciertamente no se hubiera
procurado lugar para el segundo.
Porque reprendiéndolos dice:
He aquí vienen días, dice el
Señor,
En que estableceré
con la casa de Israel y la casa de Judá un nuevo pacto;
No
como el pacto que hice con sus padres
El día que los tomé de
la mano para sacarlos de la tierra de Egipto;
Porque ellos no
permanecieron en mi pacto,
Y
yo me desentendí de ellos, dice el Señor.
Por
lo cual, este es el pacto que haré con la casa de Israel
Después
de aquellos días, dice el Señor:
Pondré
mis leyes en la mente de ellos,
Y sobre su corazón las
escribiré;
Y
seré a ellos por Dios,
Y ellos me serán a mí por pueblo;
Y
ninguno enseñará a su prójimo,
Ni ninguno a su hermano,
diciendo: Conoce al Señor;
Porque todos me conocerán,
Desde
el menor hasta el mayor de ellos.
Porque seré propicio a sus
injusticias,
Y nunca más me acordaré de sus pecados y de sus
iniquidades.
Al
decir: Nuevo pacto, ha dado por viejo al primero; y lo que se da por
viejo y se envejece, está próximo a desaparecer".
(Hebreos
8,6-13)