No esperes a que me vaya
Entenderás todo cuanto te ame,
entenderás todo cuanto de mi en ti deje.
Hojas que se lleva el viento,
así fueron por ti, mis versos,
lo único que buscaban,
era que tu les dieras vida
con tu voz, con tu aliento.
y por un momento,
los anidaras en tu tibio pecho.
Suspiros acompañados con tu nombre,
que por las noches, cruzaron el firmamento.
Lagrimas que por ti brotaron,
y por mis mejillas resbalaron,
mi pecho por completo mojaron,
y el calor de mi corazón, nunca lo mitigaron.
Lamentos que en la montaña hicieron eco,
y como murmullo de bosque entre los árboles,
tu nombre interminablemente pronunciaron.
Todo esto y más es lo que te ame,
No esperes a que me vaya,
no esperes a que una lagrima
en un triste atardecer, brote,
sin que tu entiendas el porqué,
y a través de tu ventana,
de la nada mi nombre llegue hasta donde tu estés,
y sientas se te eriza la piel,
y te des cuenta que también me amaste, como yo te ame,
y te des cuenta, que yo,
¡pronunciando tu nombre,
este mundo abandone!
autor
Gabriel Davila Morales