POEMA DEL AMOR LEJANO.
Puedes irte y no importa,
pues te quedas conmigo como queda un perfume
donde había una flor. Tú sabes que te quiero,
pero no te lo digo; y yo sé que eres mía,
sin ser mío tu amor.
La vida nos acerca y
a la vez nos separa, como el día y la noche
en el amanecer... Mi corazón sediento
ansía tu agua clara, pero es un agua ajena
que no debo beber...
Por eso puedes irte,
porque, aunque no te sigo, nunca te vas del todo,
como una cicatriz; y mi alma es como un
surco cuando se corta el trigo, pues al perder la espiga
retiene la raíz.
Tu amor es como un río,
que parece más hondo, inexplicablemente,
cuando el agua se va. Y yo estoy en la orilla,
pero mirando al fondo, pues tu amor y
la muerte tienen un más allá.
Para un deseo así,
toda la vida es poca; toda la vida es poca
para un ensueño así... Pensando en ti,
esta noche, yo besaré otra boca; y tú estarás con otro...
¡pero pensando en mí!
José Angel Buesa
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