Querer entender el significado de la maternidad, ponerlo en palabras…
o explicar sus procesos, no tiene sentido alguno.
La vida en sí misma es un milagro y pretendemos, muchas veces,
limitarlo a la maravilla de compartir el cuerpo de mamá.
La cosa sólo pasa por allí, durante nueve largos meses;
el diálogo con los hijos comienza como juego en la niñez,
se vuelve incomprensible en la adolescencia,
y después un desafío imperdible,
preparándonos desde siempre para el momento de ser adultos.
Tan dependientes estamos de las cosas que se ven,
que nos olvidamos que los lazos que se crean entre Madres e hijos son infinitos…
sin medida alguna… sin lógicas…
y es la entrega irrestricta del amor, lo que hace “Madres” a las madres.
Es por esto que pueden comprenderlo todo, perdonarlo todo…
sin que su razón se interponga.
Nada es su vida frente a la de su hijo, todo sacrificio es sólo entrega…
y esto es lo que tenemos que entender de la maternidad.