BODAS DE ORO
Hace cincuenta años, el destino,
con firmes lazos los unió a los dos.
“Lo que Dios ha unido en el camino
no lo separa el hombre, sino Dios”
Aquel hogar, Nuestro Señor bendijo,
con el más bello fruto del amor,
dejando que naciera un primer hijo,
como nace en los campos una flor.
Si Dios nos ha permitido que , en vida,
compartamos con los ellos el hogar,
debemos, con el alma enternecida,
sus bellas Bodas de Oro celebrar,
doblando la rodilla, agradecida,
frente a la cruz bendita del altar.
Oscar Jiménez Efrez
(Oscar.J)
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