Tata, quero un reloc. -¿Pa´qué queres un reloc Jelipe? En el campo ni falta que hace.
-¡No tata, no! Lo quero pa´cuando salgo por las nochecitas con la María.
-Pero Jelipito, tú conoces los luceros de la noche, puedes leer la hora allí en ellas.
-¡No, tata, no! Mire, en las nochecitas que están estrelladas, caminamus de la mano, oigo rebien los grillos. La María huele a jabón y hierbas silvestres, entonces ¡nos sentamos a la orillita del río, tata!; la empiezo
a besar, la acaricio de su carita, de sus hombros. Luego ¡rodamos por el
pasto tata!, le quitó su ropa, sus enaguas, ¡toDito tata!, ji ji ji ji.
Nos quedamos desnuDitos tata, y ya cuando la luna ilumina su
cuerpo, me subo encima de ella, la Beso en el cuello y respira
fuertotote; gime, se queja, jadea y entonces me
dice:
'¡Damilaora, Jelipe, damilaora!'
¡Y yo sin reloc tata !
(TOMADO DE MI CORREO)
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