EL BUSTO DE NIEVE
De amor tentado un penitente día, con nieve un busto de mujer formaba y el cuerpo al busto con furor juntaba templando el fuego que en su pecho ardía.
Cuanto más con el busto el cuerpo unía, más la nieve con fuego se mezclaba, y de aquel santo el corazón se helaba y el busto de mujer se deshacía.
En tus luchas, ¡oh amor!, de quien reniego, siempre se unen inverno con estío, y si uno ama sin fe, quiere otro ciego.
Así te pasa a ti, corazón mío, que uniendo ella su nieve con tu fuego, por matar el calor mueres de frío.
Constantino Carrasco (peruano)
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