Sueñan las pulgas con comprarse un perro y s
ueñan los nadies con salir de pobres, que algún
mágico día llueva de pronto la buena suerte,
que llueva a cántaros la buena suerte; pero la
buena suerte no llueve ayer, ni hoy, ni mañana,
ni nunca, ni en lloviznita cae del cielo la buena
suerte, por mucho que los nadies la llamen y
aunque les pique la mano izquierda, o se
levanten con el pie derecho, o empiecen
el año cambiando de escoba.