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Ayer fue otro tiempo diluido En aire no tan fresco, enrarecido, Sin caricias ni amores prometidos, sin sonidos como una despedida. Con llanto lento, sin premura alguna. Los silencios prolongados y vacíos Invadieron mi alma en agonía. Larga noche prematura, concedida en el ocaso de esperanzas ya perdidas… Pero hoy es otro día, has llegado y no hay melancolías que lastimen lo hermoso de este instante. Ya no es amor ausente, es todo ¡una bienvenida!.
Yolanda Ojeda
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