La parte de cada uno
¿Por
qué Dios se tarda tanto en algunas ocasiones ? No lo entendemos.
Creemos con fe y caminamos convencidos. Nos arrodillamos, bajamos
nuestras cabezas y elevamos nuestro espíritu. Sabemos que Él tiene Su
tiempo. Y esperamos ...
Pero
sentimos que esperamos mucho. No comprendemos Su voluntad y seguimos
pidiendo. Insistiendo. Nos perdemos en preguntas y ansiamos las
respuestas. ¿Por qué lo que anhelamos tanto no llega, si creemos en
milagos, si creemos, con fe, que nada puede faltarnos ?
Quizá sea porque falta algo: ¡Nuestra parte !
Cuando analizamos los milagros que Jesús hizo, observamos que en ciertas ocasiones Él pidió que alguien hiciera algo.
El
Dios que hizo descender maná de los cielos para alimentar a todo un
pueblo ¿Acaso no sería capaz de decir simplemente: "haya vino" en las
bodas de Canaán ? Pero pidió que fueran a buscar cántaros y los
llenaran de agua. En la multiplicación de los panes, Él utilizó material
traído por una tercera persona y a partir de eso realizó el milagro.
Jesús
no actúa con todo el mundo de la misma forma, no porque haga
distinciones, sino porque sabe exactamente lo que necesitamos. Entonces,
mientras permanecemos inmóviles, nada sucede. ¿Y por qué a veces sucede
así y otras no ? Porque Él conoce nuestro corazón y sabe que puede
contar con nosotros.
Orar
es bueno. Nos aproxima al Padre. Pero la oración pide "acción". Orar y
actuar, ir, obedecer, hacer algo. ¿Pero qué? Dios responde, si
preguntamos.
Lo
que importa realmente es que estemos dispuestos, que estemos preparados
y seamos lo bastante valerosos para confiar. ¿Quien dice que Dios se
tarda ? Él llega en el momento justo. Nos corresponde actuar también en
el momento justo.
Letícia Thompson
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