Aprendo
a callar, pues callando escucho mas, y mi boca no tapa el murmullo, de
aquel que jamás sabrá, que la prueba no ha sido para él, sino, para
aquél que sabe escuchar.
Mas que decir, mas que
odiar y señalar, la propia mano que te señala, por eso... mejor hacer,
mejor amar, sin importar cuanto entendamos de todo esto, esperando, que
algún día puedas saborear, lo que aprendido cuesta... fácil es perderlo,
lo que te ha costado tanto... llegar.
Cuando
entendamos el dispositivo que tiene la creación como elemento de
evolución, sabremos en obra lo que deberemos hacer consecutivamente,
ello es lo que nos llevará al éxito, sin importar lo que circule en
rededor, no siendo presa fácil de las criaturas que crean las mentes
perversas.
asi conscientes de los planos, nuestra
maestría de individuo naturaleza, Dios se manifiesta en ti, como sabia
de luz blanca dorada, por tus venas etéreas, y te conviertes para ser;
para que, sin entender entendamos, y de puja en fricción y tiempo, del
despertar, el propio diamante humano, de amaneceres en el yo superior,
elevando en pensamientos hacia el eterno, para ver la maravilla de su
creación. Y su amor...
hacia vos.
Mario Cannas
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