NO ES FàCIL DECIR ADIOS
Nada
dura eternamente, ni lo bueno ni lo malo, y nuestra mente lo sabe. Sin
embargo, qué difícil es que nuestro corazón lo entiernda y lo acepte... Vivimos
un proceso continuo de cambios, de despedidas y de bienvenidas. Dejamos
atrás una parte de nuestra vida para empezar otra. Pero es más fácil
dar la bienvenida que despedirse. Decía un sabio que "tardamos unos
segundos en decir hola mientras que para decir adiós tardamos meses, a
veces años", o no lo conseguimos nunca... Cuando la despedida no ha
sido elección nuestra, todavía se nos hace más difícil. ¿Cómo podemos
aceptar su ausencia? Las preguntas invaden nuestro pensamiento: ¿Por qué
se ha ido? ¿Por qué me ha dejado? ¿Cómo voy a superarlo? Al
principio nos cuesta creer que ya no está. Después, buscamos culpables o
nos culpabilizamos a nosotros mismos de la separación, de la ausencia.
Finalmente lloramos, inundados por la sensación de abandono y soledad. No
es fácil decir adiós. Sin embargo, nos hemos de despedir para seguir
adelante, para dar la bienvenida a una nueva vida, una vida sin ese
alguien que tanto significo para nosotros. A veces nos da miedo
despedirnos. Pensamos que si lo hacemos nos desprenderemos de la
personja que ya no está, nos quedaremos solos. Pero no es necesario
decir adiós a esa persona si no quieres. Di adiós a su ausencia,
cruza el puente. LLora hasta que puedas reír. Date tiempo. Trata de
separar lo perdido de ti mismo: no es lo mismo pensar que se ha ido que
pensar que te ha dejado. No te juzgues, sé amable y comprensivo/ a
contigo. No tengas prisa. Cuídate. Haz actividades que te consuelen.
Acepta la ayuda de los demás, busca personas con las que puedas hablar,
que te comprendan. Trata de enfocarte en lo bueno de vuestra relación y
agradécelo. Confía, el dolor se apaciguará, permite que vaya menguando
para que aparezca lo nuevo. Recuerda que no podemos decir "Hola" si
antes no hemos dicho "Adiós"...
Dra. MARTA SCHRöDER.
|