MURMULLOS
Escucho los murmullos de las rosas,
oigo pasar las nubes, y me llama
dulcemente la luz que se derrama
sobre mí, sobre el mapa de mis cosas.
Que elocuentes las formas silenciosas,
que parecen no hablar, como proclama
cada una su quehacer, su panorama,
sus razones sutiles u olorosas.
O tal vez ellas no hablan; tal vez pienso
que el amor que ayer fuera tan intenso,
y se dejó morir, hoy resucita.
Tal vez mi modo de mirar el mundo
se vistió de color por un segundo,
porque mi corazón lo necesita.
Francisco A. Hidalgo |