Antes, consideraba mi grado de sensibilidad como mi mayor defecto porque siempre he sido de lágrima fácil y eso comporta mucho sufrimiento, ¿Pero sabes? Ahora, en mi madurez, esa sensibilidad la considero mi mayor virtud.
El sentir mucho hace que todo se viva con mayor intensidad, tanto lo bueno como lo malo. Tener esas vivencias te hacen sentir que estás vivo, ya que la vida sólo es un cúmulo de vivencias.
Esta presentación la he sentido mucho. Aunque sea mía, aun consigue emocionarme al contemplarla.