AÑO NUEVO.
Comienza
un nuevo año y con el un mundo de oportunidades se abre ante nosotros.
El momento es propicio para reflexionar internamente sobre
experiencias pasadas, situaciones presentes y el porvenir. Para
aprender del pasado, disfrutar el presente y construir un futuro mejor.
Si nos
detenemos por un momento y hacemos una pausa para mirar hacia atrás,
podremos darnos cuenta que nos encontramos exactamente donde nos han
traído nuestras acciones pasadas. El ser humano construye su futuro día
a día mediante sus pensamientos, palabras y acciones, y estas a su vez
van moldeando el presente.
Algunos
pueblos que han tomado consciencia de la importancia de los actos de
cada uno de sus habitantes para la consecución de un fin común, han
incorporado a sus culturas la tradición de los propósitos a alcanzar en
el año nuevo.
Esta
tradición es muy sencilla. En ella cada persona se traza metas que
hasta ahora no ha podido alcanzar, o no se había planteado y se hace el
firme propósito de lograrlas durante el año que recién comienza. Puesto
que según la tradición esto ocurre generalmente en alguna reunión
social relativa al nuevo año, puede ser la cena de fin de año o la
primera reunión de familiares y amigos del año que apenas comenzó, es
costumbre comunicarse entre los concurrentes sus propósitos para de
esta manera intercambiar opiniones sobre la mejor manera de lograrlos y
obtener el apoyo necesario de quien este dispuesto a brindarlo para
concretarlos, y si ocurre que se encuentran personas con propósitos
comunes, unir esfuerzos para facilitar su consecución.
Esta
tradición no esta limitada exclusivamente a propósitos individuales,
pueden plantearse también propósitos familiares, de grupo, sociales y
hasta mundiales, y de esta manera poner un granito de arena para
construir un mundo mejor, el mundo que todos en el fondo deseamos.
Con el
pasar del tiempo nuestra voluntad se fortalece y nos sentimos cada vez
más capaces de lograr lo que nos propusimos; y no solo eso sino que
también sentimos la necesidad de hacer algo por aquellos que hasta ahora
no se han propuesto lograrlo pos si mismos, y comienza entonces un
proceso de crecimiento en el cual nos volvemos conscientes de que somos
dueños de nuestros destinos y capaces de utilizar nuestra voluntad en
formas cada vez más creativas y constructivas.
A partir
de ese momento vemos los obstáculos solo como situaciones a superar y
de las cuales aprender, el contento se abre paso entre los lamentos, la
alegría vence a la tristeza y la esperanza, la seguridad y la
confianza reinan donde antes se encontraba el temor.
Siempre
podemos escoger entre vivir el mundo cual lo conocemos o cambiarlo en
el que deseamos, la decisión al final es de cada uno según decida
ejercitar su libre albedrío.
Que este nuevo año nos brinde paz, amor, salud, armonía, unión, felicidad y prosperidad.A-D
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