Mi alma gemela
Un día mi alma gemela y yo fuimos al templo a orar, cuando llegamos
empezamos a buscar un lugar solitario. Mientras buscábamos encontramos
un señor flaco, largo y de comportamiento estupido.
- Es el coloso – dijo mi alma gemela - vamonos de aquí, no podemos
orar junto a él.
Y seguimos caminando en el templo, pero esta vez encontramos
un señor pequeño y con los ojos verdes, hablaba alto sobre cosas,
luego se alteraba.
- Es un pikachu – dijo mi alma gemela - vámonos de este lugar
antes que nos vea.
Nos alejamos de allí y más adelante encontramos una mujer acariciando
perros.
- Dios – Dijo mi alma gemela – Corramos a otro lugar, no quiero ser uno
más de lo poco que he visto.
Y seguimos caminando en el templo en busca de un lugar solitario, pero
esta vez encontramos un señor en cuclillas, soplaba hacia
arriba luego se tapaba el rostro.
- Es un vividor – dijo mi alma gemela – Vámonos de aquí
antes que nos ensucie la piel.
De modo que seguimos buscando un lugar solitario, pero esta vez
encontramos un joven escribiendo. Después se paraba y rompía lo escrito.
- ¡No! – Gritó mi alma gemela – Es un fénix sin alas, sabe muy bien que
morirá sin dejar huella alguna. Oremos en otro lugar.
Y seguimos caminando en busca de un lugar solitario para orarle a nuestro Dios,
pero esta vez encontramos un joven escuchando música.
- Es el más peligroso de todo – dijo mi alma gemela – Tiene un conjuro.
Vámonos ahora mismo de este lugar, no quiero vivir toda
mi vida hablando tonterías.
Finalmente mi alma gemela y yo nos pusimos tristes por no
encontrar un lugar solitario donde orar.
- Vámonos de este templo – Dijo finalmente mi alma gemela – Pues
no hay ningún lugar solitario donde podamos orarle a nuestro Dios.
No permitiré que el viento acaricie mi pelo...
(Eddy Batista)
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