Amaré hasta el final de mis días, hasta el último suspiro que tenga y viviré cada momento como el último; porque comprendí que la vida es así.
No hay un mañana planeado perfecto, ni un pasado que marque mí presente sola hay una vida que parecía ausente en un mundo donde el mas tonto es inteligente.
Somos humanos ignorantes y tontos, porque queremos que la vida sea en línea recta en donde nada obstaculice el andar, dar pasos seguros al horizonte en busca de la felicidad y del eterno amor interno.
Dentro de todo este mundo, te encontré a ti, si a ti, una amistad incondicional, en un montón de nubes grises y neblina; salió una luz angelical, llena de amor para dar invadiendo de paz y alegría mi vida.
Gracias por mantener ese brillo en tus ojos cuando nuestras miradas se cruzan; gracias por enseñarme lo más simple de la naturaleza; el admirar cómo el aire envuelve de amor cada hoja de los árboles, gracias por envolverme con tu amistad de cariño y paz.
Guadalupe Aquino Gómez
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