Todo empezó tan fácil,
con una palabra,
que despertó tus sentidos,
y te hicieron sentir
que yo podría ser esa mujer
que sin mucho en común
te devolviera la fe,
esa fe que algún día
perdiste por otra mujer.
Tan sencillo, tan común,
una salida a comer,
una sonrisa sincera,
y todo empezó a florecer,
pero al darte cuenta que
que tu corazón herido
comenzaba a querer
tuviste miedo de volver a perder.
Y no te niego
que con el tiempo
puede suceder... pero hoy,
estoy aquí y cada día que pase
y veamos juntos el amanecer
pensare eres tan mío
como yo de ti, será suficiente
para sentirme feliz.
Todo es incierto, porque
el pasado fue futuro y
lo que fue dicen no será,
así debe de ser
queriendo sin pensar
si esta bien o esta mal,
cerrando esos círculos
que no nos dejan crecer
Y pidiéndole a Dios
que nos devuelva la fe.
Ruth Santoyo
México