SEMANA SANTA
JUEVES SANTO LA ÚLTIMA CENA CON JESÚS:
En este día recordamos la última cena de Jesús con sus apóstoles, en la que les lavó los pies
dándonos ejemplo de servicialidad y humildad También instituyó la Eucaristía y el sacerdocio.
Al terminar se fue a orar al Huerto
Los
grandes hechos del Jueves Santo son: la institución de la Eucaristía y
del Orden Sacerdotal, el mandato del Señor sobre la caridad fraterna, la
oración en el Huerto de Getsemaní.
El
Jueves Santo
Jesús se reunió con sus discípulos para celebrar la Pascua en una cena
especial en la que lavó los pies a sus discípulos. Con las palabras
“Haced esto en memoria mía” al convertir el pan y el vino en su Cuerpo y
en su Sangre, es el momento en que instituye este acto para
demostrarles a sus discípulos cuánto les amaba, para dar ejemplo de
humildad y amor y para quedarse con nosotros por siempre.
Llegada
la noche, Jesús se retiró junto con Pedro, Santiago y Juan a orar al
Huerto de Getsemaní. Es ahí donde Jesús acepta cargar con los pecados de
toda la humanidad antes de su pasión. Fue inmensa su agonía, sufría a
tal grado que sudó gotas de sangre. Aún así, acepta seguir adelante: “No
se haga mi voluntad, sino la Tuya”.
Seguramente
sabía que pronto le iban a apresar. Y así sucedió. Un gran número de
hombres armados con espadas y garrotes, con Judas Iscariote a la cabeza,
llegaron al lugar. Judas, el apóstol que lo vendió por 30 monedas de
plata, se acercó a Jesús y lo besó, así pudieron aprehender a Jesús.
REFLEXION:
El
jueves Santo como sabemos es el día de la Eucaristía y el día del
sacerdote. Esto nos invita a alegrarnos de estos dones tan
extraordinarios que nos legó Jesús.
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Cristo nos dio un gran ejemplo en la Última Cena, lavando los pies de sus apóstoles.
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Nos enseñó que la labor del cristiano es ayudar a los demás con una actitud de servicio, amor y humildad.
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Hay que hacernos todo a todos para acercarlos a Cristo.
Mientras
estaban cenando, Jesús se levantó de la mesa, se quitó el manto y se
ciñó una toalla, echó agua en una palangana y se puso a lavar los pies a
sus discípulos.(Jn. 13, 2-5). Un gesto de servicio porque ésta era una
actividad reservada exclusivamente a los esclavos.
Jesús
ha pasado su vida amando, sirviendo. Para Él, amar ha sido siempre
mirar a la otra persona con ternura, viendo qué le hacía sufrir y a
ayudarla a suprimir
las causas de su dolor para que pudiera ser feliz.
Ahora
siente que debe llegar al fondo. Si ese amor, si ese servicio ha de
llevarle a la humillación, al desprecio, a ser considerado un
esclavo…¡qué así sea! No espera a que eso se produzca. El da el paso: se
hace esclavo por amor.
Para un cristiano, el lavatorio
implica tres cosas principales: SERVICIO, AMOR Y HUMILDAD.(Autor: Jorge Zuloaga)
DIOS TE BENDIGA POR SIEMPRE:
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