Es imposible atravesar la vida
sin que un trabajo salga mal hecho,
sin que una amistad cause decepción,
sin padecer algún quebranto de salud,
sin que un amor nos abandone,
sin que nadie de la familia fallezca,
sin equivocarse en un negocio.
Ése es el costo de vivir.
Sin embargo lo importante no es lo que suceda, sino, cómo se reacciona.
Si
te pones a coleccionar heridas eternamente sangrantes,
vivirás como un pájaro herido incapaz de volver a volar.
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