Abrir el corazón es un acto de generosidad,
un
ejercicio de honestidad con nuestro ser interior,
deseoso de dar lo mejor de sí.
Abrir el corazón es apuntar a lo más sublime de cada
ser,
reconociendo en los demás aquello
que
también está en nosotros.
Abrir el corazón es ser sinceros por encima de todos los
engaños
que
nos hacen aparentar ser fríos e invulnerables.
Abrir el corazón es amar incondicionalmente la vida
y a
los demás,
por
encima de las dificultades.
Abrir el corazón es sembrar la semilla selecta
que
hemos guardado para el mejor momento:
AHORA
Abrir el corazón es no preguntar por qué, y dar sin pedir
explicaciones.
Abrir el corazón es llevar ese río de néctar
para
poder saciar la
sed
de cuantos seres habitan este reino de
existencia.
Abrir el corazón es tocar a cada ser como a las
delicadas
alas
de una mariposa.
Abre
tú el corazón, porque ese es el mejor maestro,
el
que puede hacerte llegar al conocimiento más profundo...
¡Qué
siga lloviendo en nuestros corazones,
para
que nuestro jardín se inunde de flores y amor!
A-D