La tristeza es como una telaraña que no permite escapar y ser feliz. Sin embargo, soy yo que elijo ser triste o no. El mundo es como una obra teatral y yo decido si voy a ser partícipe de la tristeza y del pesimismo o quedaré al lado de la felicidad y optimismo. Al darme cuenta de este poder que tengo - el de quedar o no triste - paso a dominar mi propia vida y mis emociones. Hoy, ten la percepción del mundo como una obra teatral. Sea feliz, muy feliz.
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