Históricamente
se ha asociado a las personas pelirrojas, un temperamento iracundo,
una fuerte energía sexual y una sensibilidad psíquica sobresaliente. ¿Se
debe esto a una mera asociación de color, a un leyenda o a una mutación
genética?
Apenas
el 2% de la población mundial tiene el cabello de color rojo
naturalmente, por mucho el más raro del mundo. Esto por si solo
contribuye a generar todo tipo de leyendas alrededor de las personas
pelirrojas: lo diferente, la radical otredad, simpre genera una especie
de morbo mítico. Pero de cualquier forma consideremos la posibilidad
de que por alguna razón, quizás genética, los pelirrojos sean más
propensos a acceder a lo místico y a lo erótico.
“Mientras
que el resto de la especie desciende de los monos, los pelirrojos
descienden de los gatos”, escribió Mark Twain, haciendo referencia a una
sutil, pero magnética, cualidad felina que parece existir en las
personas de cabello rojizo. Y los felinos, por sus hermetismo, su
agilidad y su sensibilidad, están ligado a los místcio y a lo erótico,
al menos así a vuelapluma en la imaginaria.
Maria
Magdalena en sus primeras imágenes pictóricas era representada como
pelirroja; Maria Magdalena, en los libros apócrifos de la Biblia es la
pareja de Jesús y una especie de avatar de la Diosa Madre. Existe
también entre cierta literatura esotérica la versión de que María Magdalena encarnaba el arquetipo de la “prostituta sagrada” dentro de un culto mistagógico orgiástico.
Aristóteles,
en algún punto de su vasta obra, escribió que “las mujeres pelirrojas
no están acondicionadas para permanecer en casa”, reforzando de la
creencia de que los pelirrojos son gitanos y paganos.
Montague Summers en su traducción del Malleus Maleficarum nota
que el cabello rojo y los ojos verdes son el signo de una bruja, un
licántropo o un vampiro y añade que en Egipto se sacrificaban hombres
pelirrojos a Osiris, ya que encarnaban a su hermano maligno Tifón.
Los
pelirrojos también son popularmente conocidos por su humor iracundo;
esto se podría deber a una asociación del color rojo, y el fuego. En The Catcher in the Rye,
J.D. Salinger escribe: “Las personas que tienen cabello rojo
supuestamente se enojan muy fácil, pero Allie nunca lo hizo, y tenía
cabello sumamente rojo”.
Pero
acaso esta pasión asociada a los pelirrojos es lo que también les
otorga una cualidad relativa al erotismo y a lo paranormal Johnatan
Swiftt en los Viajes de Gulliver escribe: “Se ha observado que
las personas pelirrojas son más libidinosas y traviesas que el resto, a
los que exceden en fuerza y actividad”.
Este
líbido, una fuerza de la naturaleza, es lo que probablemente hizo que
Aleister Crowley se sintiera atraído por mujeres pelirrojas, a las que,
para fines de su operaciones de magia sexual, divinizó como portales
hacia lo sagardo (y en más de una ocasión hacia entidades
interdimensionales que hoy la cultura popular llama extraterrestres).
Crowley veía en su “mujer escarlata” una imagen de la diosa madre Babalon,
la puta sagrada –que la buena moral y los poderes religiosas han
anatemizado, pero que guarda el fuego de la vida en su vórtice femenino.
Los biógrafos de este personaje insuperablmente extravagante relatan
que Aleister salía a las calles, guiado sólo por su intención y su
instinto sexual, en búsquedas de mujeres pelirrojas aptas para
convertirse en la Diosa Escarlata y consumar misas sexuales.
¿Se deben todas estas creencias a un proceso de intergración del simbolismo del color rojo? Estudios recientes muestran que las personas que visten de rojo son percibidas como más atractivas.
Tal vez esta aura de atracción sexual que genera el rojo ha generado
también un aura de misticismo a lo largo de la historia en los
pelirrojos.
Genéticamente
sí existe un leve diferencia. Los pelirrojos tienen una mutación del
gen MC1R que podría estar relacionado a una mayor producción de vitamina
D, lo que permite subsistir a climas fríos mejor. Esta mutación también
podría contribuir al hecho de que los pelirrojos generalmente necesitan
más anestesia cuando son operados. Pero es muy difícil saber realmente
si acaso esta mutación puede resultar en una sensibilidad más aguda a lo
paranormal y a lo erótico. Sin embargo, si consideramos la ley de las
correspondencias y, de manera un tanto mágica y primitiva, suponemos que
existe una relación causal entre la representación (el cabello rojo) y
lo que representa (el fuego, el erotismo) entonces puede ser que no sea
baladí el hecho de que la mitopoética ha dotado de estos atributos a los
pelirrojos. Existe cierta energía irradiante que tal vez no mienta.
[Mysterious Universe]