8/06/2012 07:00 | María Sorribes Catret/ Claudia Vasconcelos
¿Utilizas la piel de las verduras cuando pones en práctica tus dotes culinarias, o eres de los que pela la fruta y la tira a la basura? Favela Orgánica es un proyecto que ha conseguido marcar tendencia entre las favelas de Brasil con su defensa de la utilización total de los alimentos.
¿Has comido alguna vez la piel de un plátano? ¿Pondrías la cáscara o semillas de una sandia a tu
risotto?
Tallos,
semillas, hojas o pieles no suelen formar parte de los ingredientes de una receta tradicional o un menú familiar. En cambio, son productos que se descartan al cocinar en casa y acaban en la basura.
Favela Orgánica quiere demostrar, sin embargo, que en cuestión de cocina la palabra desecho ha pasado a ser relativa.
Regina Tchelly creció en el seno de una
familia pobre en las favelas del noroeste de Brasil, en la región de Paraíba. Una más entre las gigantescas barriadas marginales, su familia
aprendió a no desperdiciar casi nada: "Empecé a cocinar a los 14 años y mi abuela me enseñó a no tirar la comida", comenta a lainformacion.com.
Hace diez años que vino a Río para trabajar como empleda doméstica. Confiesa que se sintió horrorizada al ver la cantidad de desperdicios que se generaban en las casas en las que trabajaba: "En Paraíba
yo comía las cáscaras de batata que estaba tirando ahora".
En marzo de 2011 llegó hasta Babilonia, la favela de Río donde vive Regina, una entidad llamada Redes para la Juventud. Allí impartieron un taller sobre comida orgánica que se convirtió en su inspiración: "
Cogí 140 reales (unos 55 euros) y empecé a llamar a mis amigas para enseñarles a aprovechar todos los alimentos como hacía mi abuela".
Con su nuevo proyecto, Regina creó una sociedad con una idea más ambiciosa: promover el cultivo de huertos propios y crear una conciencia sobre alimentación sana. El destinatario, las
olvidadas familias de bajos ingresos. Los valores, la sostenibilidad, la economía doméstica y la educación nutricional.
Así nació “Favela Orgánica”, un plan educativo que organiza talleres de “
utilización total de los alimentos” y promociona la autosuficiencia de los núcleos familiares. Para Tchelly, “un sueño que ha comenzado a hacerse realidad”.
Dos veces por semana, los 16 miembros del equipo de Regina se reúnen con los habitantes de Favela Babilonia e imparten clases, -sobre toda a amas de casa- sobre “cómo fabricar un pequeño jardín-huerto en poco espacio” o "cómo preparar un suculento y barato menú utilizando desperdicios".
Sus alumnos dicen en el
blog oficial del proyecto que “han aprendido a apreciar la comida y todos sus nutrientes o la importancia de no generar tantos residuos para el medio ambiente”. Defienden además, que la idea “puede servir a otros países de inspiración”. En
España, sólo los restaurantes desperdician cada año más de 63.000 toneladas de comida, recoge EFE.
“Siempre quise ser una cocinera diferente, y creo que la clave está en la
creatividad de las recetas. Soy diferente porque soy productiva, aunque nunca haya hecho cursos específicos”, explica la treintañera.
Pastelillos de piel de plátano,
rissotto de cáscara de sandia, croquetas de piel de ñame, quiche de tallo de brócoli o mermelada de cáscara de maracuyá forman parte de una larga lista de
delicatessen a base de lo que “cualquier madre descartaría normalmente”.
"Estamos muy orgullosos. De momento hemos conseguido llevar el proyecto a otras favelas como el Complejo Alemán. Además tenemos clientes que nos piden que cocinemos para ellos en fiestas y encuestros de empresa", sostiene Regina. Su objetivo final es conseguir inversores para montar su propio restaurante.
Como regalo, nos deja la receta de uno de sus platos estrella.
Favela Orgánica de Brasil.Risotto de cáscara de sandíaIngredientes:
1/4 de sandía (sólo las partes blanca y verde), 3 tazas de arroz cocido, 1 cebolla, Sal, Chimichurri o curry (al gusto), aceite de oliva, 1 bote pequeño de requesón o queso crema para cocinar, 1 brick de nata líquida para cocinar, 2 cucharadas soperas de tomate triturado, pimiento, perejil, y queso rallado.
Preparación:
Rallamos la cáscara de sandía y la reservamos. Preparamos un sofrito con la cebolla picada y el pimiento verde picado hasta que dore y añadimos la piel de la sandía. Sazonamos la mezcla con sal y el curry o chimichurri (al gusto).
Añadimos agua y dejamos que cocine a fuego lento de 10 a 15 minutos hasta tener una consistencia de crema. Añadimos el requesón y la nata, el tomate triturado, el perejil y por último el arroz blanco cocido. Dejamos unos 10 minutos. Cuando esté cremoso servir el risotto cubierto con el queso rallado.