Tal vez porque nos lastimaron, queremos entonces herir, queremos cobrar el daño que otros nos han hecho, sin embargo no es a otros a quienes mas lastimamos sino a nosotros mismos.
Amar
es un sentimiento que jamás cuando tengamos la fortuna de recibirlo a
manos llenas debemos rechazar o despreciar, quién sabe cuantas veces en
la vida el amor tocará a nuestra puerta.
Tal vez una sola vez.
Por ello, no perdamos cuidado en proteger aquello maravilloso que de pronto aparece.
Detenernos
a pensar, por un momento, que si le hacemos la vida de cuadritos a los
demás por así decirlo, sentiremos la cruda moral de haber cometido un
error.
Aunque
existen personas que son como piedras, no tienen realmente escrúpulos,
ni siquiera temen a Dios, y si tienen la ausencia del ser supremo en sus
vidas, no podemos esperar demasiado, mas bien no podemos esperar nada.
Nos
parece increíble pensar que haya gente inhumana, que parecieran tener
placer al efectuar crímenes, al cometer actos delictivos de gran
magnitud. muchos de nosotros nos preguntamos ¿por qué los seres humanos lastimamos?
Personas
descritas anteriormente, nos atrevemos a pensar que sus vidas desde que
nacieron fueron realmente álgidas, y que jamás el cobijo y amparo de
una familia, tuvieron, y es factible que un resentimiento social, les
haya despertado.
Sin
embargo todos los seres humanos, hemos en algún momento de nuestras
vidas, tenido un momento infeliz, un momento deprimente, que nos marca,
que nos deja huella.
Solo que algunos se dejan tirar, se tumban de bruces al suelo, y lloran amargamente, no solo un rato, sino siempre.
En
cambio otros, aprenden, lo superan, e incluso se abren a nosotros con
maravillosas reflexiones que hasta en pensamientos filosóficos se
convierten.
Gente que se vuelve con la vida, optimista, que de los errores y tropiezos saca algo bueno, y productivo. Y
encuentra de esto un camino lleno de ideas creativas, como el que
tenemos a la mano en cada una de las excelentes reflexiones, aquí, en tu
breve espacio.
La
gente que lastima, a veces solemos decir lo hacen en un arranque de
locura, cuando la ira se apodera de nosotros, cuando el coraje nos gana
la partida, y de pronto rompemos con todo lo establecido, pero no nos
hagamos tontos no justifiquemos nuestros actos.
La
palabra suele ser un arma mortal, como también puede sanar y mitigar el
dolor, sobre todo cuando estas son apacibles, y nos ayudan de algún
modo a alimentar el alma, el espíritu y el corazón.
Tengamos presente, que al lastimar a otros, nos deja un vacío enorme. Nos produce la sensación de haber fallado a nuestros principios, corrompemos la moral.
Corrompemos nuestra capacidad de ser humanos volviéndonos entonces vanales.
Detengámonos solo por un instante a no herir antes de ser demasiado tarde o que incluso nos arrepintamos para siempre.
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