Cada vez que sientas deseos de quejarte por algo, condenar alguna cosa, juzgar a alguien, una condición, persona o cosa; recuérdate que la energía de esos electrones van ha salir de ti impregnados negativamente y se te van a devolver terriblemente, porque por “Principio de Causa y Efecto”, todo se devuelve a la persona tal cual lo genera y se te puede devolver como una enfermedad, robo, percance, ruina, despido o traición.
Así que detente ya, no critiques, no condenes, no te quejes, no te conviene por nada del mundo.
¡Se listo! Haz lo que más te conviene. Envía tu amor a la vida en todas partes; Bendice toda vida que tú contactes hoy y siempre en pensamientos, sentimientos, palabras o acciones que eso, en bendiciones, prosperidad, éxito y felicidad se te devolverá.
Puedes decir ante cada escenario inarmónico: “Bendigo el Bien en esta situación”.
Dile a la gente: “Bendigo tu Cristo Interior”. No importa lo que te hayan hecho, sea bueno o malo; justo o injusto; correcto o incorrecto; amor u odio; sea lo que sea, hazte este propósito, métetelo en la cabeza, atorníllatelo en el cerebro: “No critico, no condeno, ni juzgo este día”.
Afirma: “Yo Soy ahora una Bendición para toda la vida que veo y contacto”. Sé que podrás pensar: “Ah, pero eso es casi ser un santo”. Sí, claro que sí, pero decir eso podría poner muy lejos de tu alcance su realización y no te conviene. Recuerda que “todo es mente y sentimiento”. Si piensas y sientes que algo es difícil e inalcanzable lo será, pero solo para ti, pero si mentalizas que es fácil y factible, lo lograras.
Fíjate que esta practica de ser una Bendición, esta escrita en las “Meditaciones Diarias” para ser realizado por todo metafísico, quiera o no ser santo, y si a ti te gusta practicar esta filosofía, eso es lo que tienes que hacer, de lo contrario dejarías de ser un estudiante de metafísica. De todas formas, seas metafísico o no, es lo que a todo ser humano le conviene hacer.
Hay fallas y situaciones erróneas que se deben corregir, pero esto se debe hacer enseñando, diciendo dulcemente lo que conviene hacer y no condenando, protestando, criticando ni quejándose, mucho menos ofendiendo ni diciendo palabras duras.
Si la persona no quiere acatar lo que con amor le podamos decir para corregir una falla, bueno, ya ese no es tu problema, ya cumpliste con decírselo, ahora déjaselo a la “Ley de Karma”, pero tu no te enredes kármicamente con nadie reclamando, condenando, criticando o quejándote.
Da una dulce sonrisa, pero de corazón, mantén la amistad con esa persona como si nada hubiera pasado y bendice el bien en esa situación. Ya verás lo bien que te vas a sentir y cómo las cosas trabajarán siempre a tu favor.
A esto es a lo que conduce el “Amor Divino”, que es diplomacia, etiqueta, cultura y buenos modales.
Eso es ser un noble, alguien superior, educado, un verdadero metafísico. Compruébalo por ti mismo, no me lo creas. Bueno, ya sabes esta gran verdad, mágica, hermosa, que embellece el alma, transforma cosas y hace la vida más vivible.
Mantén este principio en tu mente y sostén esta actitud en todas las circunstancias de tu vida, es lo que más te conviene.
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